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Pio XII
Mystici corporis Christi

IntraText - Concordancias

(Hapax Legomena)
104-conve | convi-guerr | guia-perma | permi-usan | usara-yerra

     Cap., N.
1 I, 18(65) | 1 Par. 16, 22; Ps. 104, 15. ~ 2 I, 18(62) | Moral. 14, 35, 43 PL 75, 1062. ~ 3 I, 22(86) | evang. 1, 35, 54 PL 34, 1070. ~ 4 III, 46(195)| Adv. haer. 4, 33, 7 PG 7, 1076. ~ 5 I, 27(113)| Enarr. in Ps. 85, 5 PL 37, 1085. ~ 6 I, 12(36) | Cf. Hier. et Aug., Ep. 112, 14 et 116, 16 PL 22, 924 7 II, 31(135)| 90, 2, 1 PL 36, 154; 37, 1159. ~ 8 I, 12(36) | et Aug., Ep. 112, 14 et 116, 16 PL 22, 924 et 943; Th. 9 III, 47(202)| S.S. 18, 174-175; C.I.C. c. 1351. ~ 10 III, 41(176)| Ps. 136, 5-6. ~ 11 I, 10(22) | Aug. Serm. 137, 1 PL 38, 754. ~ 12 I, 10(21) | Aug. Ep. 147, 3, 22 PL 33, 686. ~ 13 I, 27(108)| 20, 2 PL 14, 710 et 15, 1483. ~ 14 III, 50(214)| 118 serm. 22, 30 PL 15, 1521. ~ 15 II, 31(135)| 17, 51 et 90, 2, 1 PL 36, 154; 37, 1159. ~ 16 I, 24(97) | Cf. Serm. 354, 1 PL 39, 1563. ~ 17 I, 12(29) | Ambros. In Luc. 2, 87 PL 15, 1575. ~ 18 III, 47(198)| Io. Ev. tr. 26, 2 PL 30, 1607. ~ 19 III, 38(168)| sec. Luc. 4, 49 PL 15, 1626. ~ 20 I, 12(36) | Flor. pro Iacob. Mansi, 31, 1738. ~ 21 III, 47(202)| Immortale Dei: A.S.S. 18, 174-175; C.I.C. c. 1351. ~ 22 III, 47(202)| Immortale Dei: A.S.S. 18, 174-175; C.I.C. c. 1351. ~ 23 III, 46(196)| IX Iam vos omnes 13 sept. 1868: Acta Conc. Vat.: C.L. 7, 24 I, 30(131)| Serm. 21, 3 PL 54, 192-193. ~ 25 I, 30(131)| Serm. 21, 3 PL 54, 192-193. ~ 26 I, 28(115)| Divini Redemptoris: A.A.S. 1937, 80. ~ 27 III, 46(194)| Summi Pontificatus: A.A.S. 1939, 419. ~ 28 III, 51 | Apóstoles Pedro y Pablo, del año 1943, quinto de Nuestro Pontificado.~ ~ 29 I, 16(50) | Hexaem. 6, 55 PL 14, 265. ~ 30 I, 22(88) | ep. 55 de Symb. PG 77, 293. ~ 31 I, 16(51) | agone christ. 20, 22 PL 40, 301. ~ 32 I, 18(64) | Cf. C.I.C. can. 329, 1. ~ 33 I, 24(97) | Cf. Serm. 354, 1 PL 39, 1563. ~ 34 III, 50(213)| Serm. 63, 6; 66, 3 PL 54, 357 et 366. ~ 35 III, 50(213)| 6; 66, 3 PL 54, 357 et 366. ~ 36 I, 12(35) | Leo M. Serm. 68, 3 PL 54, 374. ~ 37 I, 24(96) | Nyss. De vita Moysis PG 44, 385. ~ 38 I, 13(39) | pec. orig. 25, 29 PL 44, 400. ~ 39 III, 41 | 41. Después que, como Maestro 40 I, 27(114)| Alex. Strom. 7, 2 PG 9, 415. ~ 41 III, 46(194)| Pontificatus: A.A.S. 1939, 419. ~ 42 III, 45 | 45. Y puesto que a la amplitud 43 III, 51(220)| Ad diem illum: A.S.S. 36, 453. ~ 44 III, 46 | 46. De una manera muy particular 45 III, 47 | 47. Pero si deseamos que la 46 III, 50 | 50. Al escribir esto, se presenta 47 III, 43(182)| 2 dec. 1940 A.A.S. 1940, 553. ~ 48 II, 34(156)| Serm. 29, PL 57, 594. ~ 49 III, 46(197)| Cf. Gelas. I, Ep. 14 PL 59, 89. ~ 50 II, 34(156)| Serm. 29, PL 57, 594. ~ 51 I, 23(90) | Cf. Th. 3, 64, a. 3. ~ 52 I, 11(23) | Divinum illud: A.S.S. 29, 649. ~ 53 I, 26(106)| A.S.S. 29, 650. ~ 54 II, 35(162)| Divinum illud: A.S.S. 29, 653. ~ 55 III, 50(213)| Cf. Serm. 63, 6; 66, 3 PL 54, 357 et 366. ~ 56 I, 10(21) | Aug. Ep. 147, 3, 22 PL 33, 686. ~ 57 I, 15(49) | Comm. in Io. 1, 4 PG 73, 69; Th. 1, 20, 4 ad 1. ~ 58 I, 29(118)| Satis cognitum: A.S.S. 28, 724. ~ 59 I, 17(59) | Satis cognitum: A.S.S. 28, 725. ~ 60 I, 15(49) | Alex. Comm. in Io. 1, 4 PG 73, 69; Th. 1, 20, 4 ad 1. ~ 61 I, 18(62) | M. Moral. 14, 35, 43 PL 75, 1062. ~ 62 I, 10(22) | Aug. Serm. 137, 1 PL 38, 754. ~ 63 I, 27(113)| Enarr. in Ps. 85, 5 PL 37, 1085. ~ 64 I, 12(29) | S. Ambros. In Luc. 2, 87 PL 15, 1575. ~ 65 III, 46(197)| Gelas. I, Ep. 14 PL 59, 89. ~ 66 II, 31(135)| Enarr. in Ps. 17, 51 et 90, 2, 1 PL 36, 154; 37, 1159. ~ 67 I, 12(36) | 112, 14 et 116, 16 PL 22, 924 et 943; Th. 1. 2. ae., 103, 68 I, 18(68) | ad Eulogium, 30 PL 77, 933. ~ 69 I, 12(36) | et 116, 16 PL 22, 924 et 943; Th. 1. 2. ae., 103, 3 ad 70 I, 12 | inmediatamente de arriba abajo aquel velo místico que cubría 71 III, 37 | Santos Padres, es también abiertamente contraria a la mente y al 72 III, 46 | con los brazos elevados y abiertos, no como a quienes vienen 73 I, 17 | y por otros celestiales abogados, la libra de las oleadas 74 I, 12 | Redentor, a la Ley Antigua abolida sucedió el Nuevo Testamento; 75 I | arrepentirse de su caída. ~Aborrezcan todos, pues, el pecado, 76 I, 20 | Apóstol - la del linaje de Abraham72. Y no solamente asumió 77 II, 33 | en cuyo celestial amor abrasados tantos hijos de la Iglesia 78 I, 8 | todos los que, habiendo abrazado los consejos evangélicos, 79 INT, 3 | también de cómo mientras Nos abrazamos con paternal corazón a todos 80 II, 34 | Unigénito Hijo de Dios nos abrazó con su eterno e infinito 81 INT, 2 | de Dios debemos todo. ~Y abrigamos la esperanza de que estas 82 I, 13 | Jesucristo pendiente de la Cruz abrió a la Iglesia la fuente de 83 INT, 3 | amantísimo de todos, que con absoluta imparcialidad para con los 84 III, 42 | más aún, se nos aconseja abstenernos también, de vez en cuando, 85 INT, 5 | que juzga absolutamente absurdo cuanto trasciende y sobrepuja 86 III, 50 | les ha de recompensar con abundante galardón. Recuerden todos 87 I, 13 | pueblo de Israel -, regó abundantemente, secado y desechado ya el 88 I, 6 | palabras del Apóstol: Donde abundó el delito, allí sobreabundó 89 III, 47 | las depravadas pasiones, abusar de su libertad, por eso 90 I, 24 | 23. Lo que acabamos de exponer, Venerables Hermanos, 91 III, 43 | honrarán y rendirán el debido acatamiento a los miembros más elevados 92 III, 51 | Y además, su Unigénito, accediendo en Caná de Galilea a sus 93 III, 49 | ásperas y arduas; si, en fin, aceptamos con ánimo resignado, como 94 III, 49 | crueles sufrimientos y de una acerba muerte, mereció para su 95 INT, 2 | esta borrascosa edad que acerbamente atormentan a una multitud 96 III, 40 | sobre todo después que se acercaren a la Mesa Eucarística. Y 97 III, 47 | edificio de la Iglesia, a acercarse al altar, a recibir los 98 III, 46 | Cuerpo de Jesucristo, se acerquen con Nos a la única cabeza 99 II, 32 | Cristo, Cabeza nuestra, acogido por nosotros y morando en 100 III, 39 | entre los seminaristas, que acometen empresa extraña al Espíritu 101 I, 21 | dones sobrenaturales que acompañan a la unión hipostática: 102 II, 36 | circunstancias que hoy nos acongojan son muy numerosos los que 103 III, 42 | rebelde; más aún, se nos aconseja abstenernos también, de 104 I, 30 | naturalezas...; así también acontece en su Cuerpo místico121, 105 III, 47 | Si alguna vez, pues, aconteciere que contra la constante 106 INT, 3 | memoria de este faustísimo acontecimiento, así deseamos que se patentice 107 III, 41 | péguese a mis fauces, si no me acordare de ti, si no me propusiere 108 III, 43 | día, es necesario que nos acostumbremos a ver en la Iglesia al mismo 109 III, 46 | de infieles, defienden, acrecientan y propagan el Reino del 110 III, 46(196)| vos omnes 13 sept. 1868: Acta Conc. Vat.: C.L. 7, 10. ~ 111 I, 8 | el siglo, se dedican con actividad a las obras de misericordia 112 II, 33 | vana si no se manifiesta y actúa en las buenas obras, por 113 INT, 2 | los fieles en los momentos actuales, pues sabemos cómo tantas 114 I, 29 | que, existiendo de hecho y actuando en toda la contextura y 115 I, 26 | ministerio de los superiores para actuar en los inferiores. El, finalmente, 116 I, 30 | tu conducta degenerada. Acuérdate de qué Cabeza y de qué Cuerpo 117 II | naciones y pueblos de común acuerdo a la mayor gloria de Dios 118 II, 35 | con los que se logra un adelanto real también en estas disciplinas 119 I, 17 | Cabeza de la Iglesia, sin adherirse fielmente a su Vicario en 120 I, 24 | Corintios, cuando sin más aditamento llama Cristo a la Iglesia94, 121 I, 23 | Sacramentos de la Iglesia se administran con rito externo, El es 122 I, 13 | potestad de enseñar, gobernar y administrar los sacramentos deben el 123 II, 36 | de ser una imagen viva y admirabilísima de la unidad de la Iglesia - 124 INT, 3 | duda se verán obligados a admirar una sociedad donde reina 125 I, 17 | del Señor; lo inclinará adonde quisiere55. Y con este gobierno 126 I, 6 | primer hombre privados de la adoptiva filiación divina, hechos 127 I, 25 | es el que nos hizo hijos adoptivos de Dios104, para que algún 128 III, 40 | mientras la Iglesia militante adora y ruega al Cordero sin mancha 129 III, 51 | habían llegado los primeros a adorarlo. Y además, su Unigénito, 130 I, 16 | y desde ella, por estar adornada de mayores dotes, son dirigidos 131 III, 51 | Jesucristo Nuestro Señor, adornado ya en su seno virginal con 132 I, 18 | conviene a los Obispos, adornados como están con el crisma 133 I, 21 | todos los carismas que adornan a la sociedad cristiana 134 III, 43 | éstos ceñimos con mayor adorno181. Expresión gravísima, 135 I, 20 | instituciones que son como adornos con que se embellece, muestra 136 III, 38 | cuerpo mortal los miembros adquiere fuerza y vigor con el ejercicio 137 I, 15 | que los argumentos por él aducidos responden fielmente a las 138 INT, 5 | criaturas de su Creador, adultera las Sagradas Escrituras. ~ 139 III, 46(195)| Iren. Adv. haer. 4, 33, 7 PG 7, 1076. ~ 140 INT, 2 | 2. Ante todo, debe advertirse que, así como el Redentor 141 III, 37 | Porque no faltan quienes -no advirtiendo bastante que el apóstol 142 III, 43 | contrahechos, a los dementes, a los afectados por enfermedades hereditarias, 143 INT, 5 | se le asocia otro error afín, el llamado naturalismo 144 III, 46 | celestial tutela y providencia, afirmando solemnemente, a ejemplo 145 III, 43 | ahora, cuando con íntima aflicción vemos cómo a veces se priva 146 I, 24 | que de su divina plenitud afluyan sus abundantes dones a toda 147 INT, 3 | remontándose por encima de las agitadas borrascas de las perturbaciones 148 I, 8 | naturaleza no basta cualquier aglomeración de miembros para constituir 149 III, 46 | principalmente a quienes están agobiados por los dolores y las angustias 150 I, 16(51) | Cf. Aug. De agone christ. 20, 22 PL 40, 301. ~ 151 II, 36 | mismo sacerdote, como hostia agradabilísima de alabanza y propiciación 152 III, 42 | en cuando, de las cosas agradables aunque sean lícitas. No 153 III, 47 | sin la cual es imposible agradar a Dios200, debe ser un libérrimo 154 INT, 2 | lo confesamos con ánimo agradecido a Dios, que, incluso en 155 I | se forme solamente por la agrupación de los que han sido predestinados 156 I, 12 | este Cuerpo místico por el agua del Bautismo si antes no 157 II, 32 | manantial de felicidad, aguardando la bienaventurada esperanza 158 I, 24 | El fundada. ~Como sutil y agudamente advierte Belarmino93, tal 159 | ajena 160 II, 36 | admirable y nunca bastante alabada unión, por la que nos juntamos 161 INT, 1 | beneficio (nunca suficientemente alabado) de nuestra estrechísima 162 III, 43 | sociedad; y cómo algunos alaban esta manera de proceder 163 III, 46 | la cual hemos cantado las alabanzas del grande y glorioso Cuerpo 164 INT, 5 | pía y sobriamente busca, alcanza con la ayuda de Dios alguna 165 I, 15 | fielmente a las razones alegadas por los Santos Padres, los 166 I, 17 | debilitar esta afirmación puede alegarse que, a causa del Primado 167 III, 42 | con las que nos solaza y alegra, y a los sagrados cantos 168 III, 44 | de los otros184, que se alegran si un miembro es glorificado 169 II, 33 | tantos hijos de la Iglesia se alegraron al sufrir injurias por El 170 III, 41 | como el principio de mi alegría176, con cuánta mayor gloria 171 I | apostasía. Ni la vida se aleja completamente de aquellos 172 III, 38 | 38. Ni menos alejado de la verdad está el peligroso 173 III, 47 | por desgracia, viven aún alejados de la verdad católica y 174 I, 25 | este Espíritu, finalmente, alentado sobre sus Apóstoles, lo 175 | algunas 176 INT, 2 | errores, o halagados por los alicientes y corrupte las del siglo. 177 II, 33 | más arduo, hasta el último aliento y hasta derramar su sangre. 178 I, 30 | ideal, a manera de sociedad alimentada y formada por la caridad, 179 III, 41 | Espíritu; somos, por último, alimentados en este terrenal destierro 180 II, 32 | misma luz de Cristo, nos alimentamos con el mismo manjar de Cristo 181 I, 23 | asimismo, El es quien, alimentando a los redimidos con su propia 182 III, 49 | solamente nos esforzamos en aliviar con obras de caridad los 183 I, 7 | unos a otros, ya para mutuo alivio, ya también para edificación 184 | allí 185 I, 30 | Fundador permite aun en los más altos miembros del Cuerpo místico, 186 III, 44 | longitud, la anchura, la altura y la profundidad de la caridad 187 II, 32 | mismo espíritu de fe142, nos alumbramos con la misma luz de Cristo, 188 INT, 3 | naciones que luchan entre sí, alzan los ojos al Vicario de Jesucristo, 189 III, 40 | Iglesia, como a Esposa que es amadísima, sino en ella también a 190 I, 25 | del Redentor como en su amadísimo templo; este Espíritu nos 191 III, 43 | estos hombres, tanto más amados del Redentor cuanto más 192 III, 51 | caridad con que calentó y amamantó en la cuna al tierno Niño 193 II, 33 | cómo podremos asegurar que amamos a nuestro Divino Redentor, 194 INT, 3 | Jesucristo, como a Padre amantísimo de todos, que con absoluta 195 II, 33 | alguno me ama..., mi Padre le amará, y vendremos a él y pondremos 196 III, 50 | desventurados que Nos hace llorar amargamente: Nos referimos a los enfermos, 197 II, 33 | esta caridad hace que al amarle nosotros le hagamos descender 198 III, 42 | dotes, sino que debemos amarlo también con amor eficaz, 199 III, 42 | ley de nuestro amor: que amemos a la Esposa de Cristo cual 200 III, 48 | si bien a los más grandes amenaza un tormento mayor. A vosotros, 201 II, 33 | que engendra la verdadera amistad, es de lo más excelente, ¿ 202 I, 30 | nos amonesta gravemente, amonestación que en cierta manera resuena 203 III, 49 | angustias, que sufrió libre y amorosamente, por amor de ella: Habiendo 204 II, 36 | y enfermos, los incluye amorosísimamente en su Corazón. ~El sacramento 205 II, 34 | nuestra carne156. ~Mas aquel amorosísimo conocimiento, que desde 206 II, 33 | nosotros le hagamos descender amoroso, conforme a aquello: Si 207 I, 9 | para que valientemente amparen y defiendan a la Madre Iglesia 208 I | que lo que hubiere sido amputado no puede ser ni curado ni 209 I, 29 | tratamos, a esta cooperación se añade otro principio interno que, 210 II, 35 | parecería incompleto si no añadiéramos aquí algo cuando menos acerca 211 II, 33 | las buenas obras, por eso añadió en seguida: Si observáis 212 INT, 5 | los misterios, ya por la analogía de aquellas cosas que conoce 213 III, 44 | cuál sea la longitud, la anchura, la altura y la profundidad 214 I, 17 | tal manera, que los que andan en busca del puerto de salvación 215 I, 9 | pueblo fiel con el Pan de los Angeles y con el manjar de la doctrina, 216 II, 36 | ni la tribulación, ni la angustia, ni el hambre, ni la desnudez, 217 III, 50 | ser de gran provecho, si animados con esta intención lo toleran 218 INT, 3 | Durante el pasado año, XXV aniversario de Nuestra Consagración 219 I, 20 | nuestro. Pues si el Verbo se anonadó a sí mismo tomando la forma 220 INT, 2 | impulsa a buscar con más ansia el Reino de Dios. Porque, 221 III, 40 | los fieles, con quienes ansía conversar muy íntimamente, 222 INT, 3 | sí las preocupaciones y ansiedades de todos, guía en tan calamitosos 223 I, 27 | expuesto ya estas cosas cuando anteriormente hemos tratado del nacimiento 224 INT, 2 | costumbres e instituciones de la antigüedad pagana, sino que muchas 225 I, 12 | la Cruz la escritura del Antiguo Testamento33, y constituyó 226 II, 31 | presenta tan íntima que antiquísimos documentos, constantemente 227 I, 18 | propia diócesis se refiere, apacientan y rigen como verdaderos 228 I, 23 | su propia carne y sangre, apacigua los desordenados y turbulentos 229 I, 17 | tempestad, y, tranquilizado y apaciguado el mar, la consuela con 230 INT, 1 | mismo Redentor, por la que aparece en su propia luz el gran 231 I, 20 | de Jesucristo, que cuando apareciere el Señor sean hechos semejantes 232 I | como dormido en la Cruz, apareció a la luz del mundo de una 233 INT, 2 | cristianos, atraídos por la falsa apariencia de los errores, o halagados 234 I, 12 | desde la Cruz hizo que, apartado el obstáculo de la ira divina, 235 I, 10 | del Cuerpo, ni hayan sido apartados de él por la legítima autoridad 236 I, 9 | mismos, sino aun también para apartar de otros miembros del Cuerpo 237 II, 34 | beatífica de que disfrutó, apenas recibido en el seno de la 238 I, 30 | cuyo cuidado espiritual se aplica sin descanso con ánimo maternal 239 I | el cisma, la herejía o la apostasía. Ni la vida se aleja completamente 240 I, 17 | de i. m., por las Letras Apostólicas Unam sanctam61; y nunca 241 III, 45 | cooperan en el ministerio apostólico con los Obispos y los sacerdotes, 242 I, 19 | diariamente tiene que ser apoyado por las oraciones de toda 243 III, 51 | Hijo, obtenga de El con su apremiante intercesión que de la excelsa 244 III, 48 | estas mis palabras, para que aprendáis la sabiduría y no perezcáis207. ~ 245 III, 46 | han entrado en el seguro aprisco de la Iglesia, o, por una 246 INT, 5 | para que contribuyan al aprovechamiento espiritual de quienes piadosamente 247 III, 38 | sus santas obras, el que aprovechen con fervor en gracia y en 248 II, 35 | absolutamente sobrenatural. Para aproximarnos un tanto a comprender esto 249 I, 30 | algunos miembros están aquejados de enfermedades espirituales, 250 III, 38 | que trabajé más que todos aquéllos; pero no yo, sino la gracia 251 III, 37 | haber emprendido algunos arbitrariamente el estudio de esta difícil 252 I, 30 | grave error de los que a su arbitrio se forjan una Iglesia latente 253 III, 41 | misterio que comprende la arcana unión de todos nosotros 254 I, 16 | fundamental de toda la Iglesia. ~arcano y extraordinario ~ 255 II, 35 | para conocer un tanto los arcanos de Dios, se consigue comparando 256 III, 46 | mostró nuestro Redentor su ardentísimo amor para con la Iglesia 257 III, 49 | solamente elevamos a Dios ardientes plegarias, sobre todo participando 258 III, 49 | imponiéndole las ásperas y arduas; si, en fin, aceptamos con 259 II, 33 | superarlo todo, aun lo más arduo, hasta el último aliento 260 I, 30 | Iglesia se descubre algo que arguye la debilidad de nuestra 261 I, 29 | la sabiduría de su divino Arquitecto, es, sin embargo, una cosa 262 INT, 2 | fértiles tierras quedan arrasados bajo enormes ruinas y manchados 263 I, 17 | los hombres y doblega y arrastra hacia su beneplácito aun 264 I | excitados por Dios a orar y a arrepentirse de su caída. ~Aborrezcan 265 III, 39 | sacerdotes, cuando están para ascender al altar de Dios. Cierto 266 I, 17 | después de su gloriosa Ascensión a los cielos, se funda no 267 III, 39 | falsas opiniones de los que aseguran que no hay que hacer tanto 268 II, 33 | prójimo. Porque ¿cómo podremos asegurar que amamos a nuestro Divino 269 III, 40 | Iglesia173. Además, El mismo aseguró solemnemente: Si algo me 270 I, 16 | también por este título se asemeja a la cabeza. Ya que, para 271 I, 30 | ánimo humilde y obediente se asemejasen a Aquel que por nosotros 272 I, 24 | Iglesia, para que ésta se le asemeje cuanto es posible, sirve 273 I, 25 | cada uno de sus miembros se asemejen cada día más a nuestro Divino 274 INT, 2 | de Nuestra conciencia y asintiendo a los deseos de muchos, 275 I, 26 | los cuales está presente, asistiéndoles de muchas maneras y según 276 I, 22 | eterna85; de tal manera asistió a los Evangelistas desde 277 II, 35 | elevados por luz superior; asistir de cerca por toda la eternidad 278 INT, 5 | humano, y mientras se le asocia otro error afín, el llamado 279 III, 49 | ilícitas e imponiéndole las ásperas y arduas; si, en fin, aceptamos 280 III, 46 | cierto inconsciente deseo y aspiración están ordenados al Cuerpo 281 II, 32 | para buscar la futura147 y aspirar a la gloria celestial, no 282 II | haciendo sus veces138, asumiera el gobierno invisible de 283 INT, 1 | principalmente aquellos puntos que atañen a la Iglesia militante. 284 I, 9 | último suspiro, y asimismo se atendiera abundantísimamente a las 285 I, 27 | meditémoslas con ánimo humilde y atento, dando gracias incesantes 286 III, 48 | género humano de entre las aterradoras olas de esta tempestad, 287 I, 12 | de los Santos Padres, al atestiguar que en el patíbulo de la 288 INT, 2 | borrascosa edad que acerbamente atormentan a una multitud casi innumerable 289 III, 49 | buenas obras, con las que se atrae sobre las almas de los hombres 290 I, 15 | un solio de misericordia, atrajo todas las cosas a sí mismo48; 291 INT, 4 | efecto parece que se ha de atribuir principalmente a que la 292 II, 35 | del sempiterno Dios, pueda atribuírsele como propio. Y, además, 293 II, 35 | divino, sin que ni un solo atributo, propio del sempiterno Dios, 294 III, 38 | quietismo disparatado, que atribuye únicamente a la acción del 295 III, 37 | de la Iglesia y, mientras atribuyen a los hombres propiedades 296 I, 30 | Iglesia, sino más bien para aumentar nuestra compasión hacia 297 I, 30 | Pastores y para que en todos aumenten los méritos de la fe cristiana. 298 I, 12 | las gentes38; por la misma aumentó en nosotros aquel inmenso 299 III, 44 | celestial caridad para que, aunadas las fuerzas de todos los 300 III, 51 | sobrenatural esperanza, como auspicio de celestiales gracias y 301 III, 45 | asociaciones piadosas prestan como auxiliares su ayuda al mismo fin. Y 302 I, 7 | entre sí, que mutuamente se auxilien. Y así como en este nuestro 303 III, 39 | cuando tenemos aquella más aventajada confesión general que la 304 III, 44 | su soberbia ensalzan la aversión, el odio, la envidia, como 305 I, 22 | conozcan más claramente y más ávidamente deseen las cosas divinas. 306 I, 16 | medio de leyes, consejos y avisos, con palabras que jamás 307 I, 19 | modo visible, quiere ser ayudado por los miembros de su Cuerpo 308 III, 48 | pueden con su tutela externa ayudar a la Iglesia; para que, 309 I, 27 | los recibe, a otros los azota, a unos los limpia, a otros 310 I, 14 | con una fuerza especial bajada del cielo. Puesto que, constituido 311 I, 28 | el Hijo del Eterno Padre bajó del Cielo para la salvación 312 III, 38 | decir, de Dios] no estuvo baldía en mí, sino que trabajé 313 INT, 3 | imparcialidad para con los bandos contrarios y con juicio 314 II, 32 | jurídicos, que ya por sí solos bastan para superar a todos los 315 I, 26 | illud, con estas palabras: Baste saber que mientras Cristo 316 III, 46 | Padre celestial. Puesto que -bástenos recordar sólo esto - todos 317 I, 24 | es quien por la Iglesia bautiza, enseña, gobierna, desata, 318 I, 10 | dice el Apóstol - somos bautizados en un mismo Espíritu para 319 II, 35 | abraza a los del cielo, beatificándolos162. Con la cual visión será 320 I, 24 | sutil y agudamente advierte Belarmino93, tal denominación Cuerpo 321 III, 50 | espantosa conflagración bélica incendia casi todo el orbe 322 INT, 1 | en su propia luz el gran beneficio (nunca suficientemente alabado) 323 III, 38 | y cotidiana. Porque los beneficios divinos -dice San Ambrosio - 324 I, 21 | a la que gozan todos los bienaventurados del Cielo. Y, finalmente, 325 I, 20 | celestial por la eterna bienaventuranza. Por esto el Hijo Unigénito 326 I, 17 | solemnemente Nuestro predecesor Bonifacio VIII, de i. m., por las 327 INT, 3 | por encima de las agitadas borrascas de las perturbaciones humanas, 328 INT, 2 | calamidades y dolores de esta borrascosa edad que acerbamente atormentan 329 III, 46 | Nos les esperamos con los brazos elevados y abiertos, no 330 I, 21 | habitara en El toda plenitud78. Brillan en El los dones sobrenaturales 331 I, 12 | Eterno Testamento, pudiesen brotar de las fuentes del Salvador 332 III, 40 | general, ya que en él todo lo bueno y justo que obra cada uno 333 III, 46(196)| 1868: Acta Conc. Vat.: C.L. 7, 10. ~ 334 I, 19 | también de este místico Cuerpo cabe decir lo que San Pablo afirma 335 I, 17 | Cuerpo místico tiene dos cabezas. Porque Pedro, en fuerza 336 III, 49 | también preferimos a las cosas caducas de este siglo los bienes 337 I, 9 | los miembros de la Iglesia caídos en pecado una medicina saludable, 338 III, 48 | de tal suerte que jamás caiga sobre ellos aquella gravísima 339 INT, 3 | ansiedades de todos, guía en tan calamitosos tiempos la nave de la Iglesia. 340 III, 51 | intensa caridad con que calentó y amamantó en la cuna al 341 I, 28 | que es la Iglesia. Este calificativo, empleado ya por muchos 342 INT, 2 | género humano fue vejado, calumniado y atormentado por aquellos 343 I, 19 | pusiese nada de su parte; en cambio, cuando se trata de la distribución 344 INT, 5 | como tesoro escondido en el campo, permanecer infructuosos; 345 III, 51 | Unigénito, accediendo en Caná de Galilea a sus maternales 346 II, 34 | San Máximo de Turín con candorosa sencillez -: en Cristo nos 347 III, 45 | haya trabajado hasta el cansancio, a pesar de ser Hijo de 348 III, 40 | triunfante que perpetuamente canta: Al que está sentado en 349 III, 46 | Encíclica, en la cual hemos cantado las alabanzas del grande 350 III, 41 | profesaban la Antigua Ley cantaron de su Ciudad terrenal: Si 351 III, 44 | del Apóstol de las Gentes, cantemos con él mismo cuál sea la 352 INT, 3 | gustosamente se había reunido la cantidad necesaria para poder levantar 353 III, 42 | alegra, y a los sagrados cantos y a los ritos litúrgicos 354 I, 9 | carácter espiritual, se tornan capaces y aptos para recibir todos 355 INT, 5 | Concilio, nunca llega a ser capaz de penetrarlos a la manera 356 I, 25 | nosotros, contemplando a cara descubierta como en un espejo 357 I, 9 | además, sellados con un carácter espiritual, se tornan capaces 358 III, 46 | Cuerpo místico del Redentor, carecen, sin embargo, de tantos 359 III, 40 | muy en privado, lejos de carecer de dignidad y virtud, contribuyen 360 I, 8 | consta solamente de los carismáticos, los cuales, dotados de 361 III, 48 | tranquila, en toda piedad y castidad205. Insistentemente se ha 362 I, 8 | aquellos que viven unidos en casto matrimonio. Más aún, se 363 INT, 3 | desde todas partes los católicos, aun de naciones que luchan 364 III, 42 | recibida de Cristo y que cautiva nuestros entendimientos 365 I | llegar el ocaso de su vida, celebrando la última cena, instituía 366 INT, 2 | a los deseos de muchos, celebremos, poniéndolas ante los ojos 367 III, 45 | hay quien no vea que el celo iluminado de todos éstos 368 I, 18 | encomendado; sólo por mantener celosamente las leyes santísimas, esculpidas 369 I | vida, celebrando la última cena, instituía la Eucaristía, 370 INT, 1 | glorían de tener una Cabeza ceñida de corona de espinas. Lo 371 III, 43 | viles del cuerpo, a éstos ceñimos con mayor adorno181. Expresión 372 II, 35 | disciplinas sagradas. No censuramos, por lo tanto, a los que 373 III, 50 | cielo se entenebrece con centelleantes nubarrones y grandes peligros 374 III, 43 | almas se modelan como la cera; por los pobres, finalmente, 375 | cerca 376 INT, 5 | Cabeza; y, por último, para cerrar por completo la entrada 377 II, 35 | sostengan firmemente y con toda certeza que en estas cosas todo 378 I, 16(51) | Cf. Aug. De agone christ. 20, 22 PL 40, 301. ~ 379 III, 50 | nubarrones y grandes peligros se ciernen sobre toda la Humanidad 380 I | Iglesia, como lo hacen el cisma, la herejía o la apostasía. 381 II, 32 | hace renunciar aquí a una ciudadanía permanente para buscar la 382 I, 9 | trasladar al Cielo nuevos ciudadanos -nuevos protectores para 383 I, 16 | así como la cabeza es la ciudadela regia del cuerpo50, y desde 384 INT, 2 | riquezas de toda clase, cuando ciudades, pueblos y las fértiles 385 I, 29 | sobre todo, a la sociedad civil; sin embargo, no está toda 386 III, 43 | más dignos de compasión, clama a Dios desde la tierra183. ~ 387 I, 12 | Ley con sus decretos32, clavó en la Cruz la escritura 388 I, 27(114)| Clem. Alex. Strom. 7, 2 PG 9, 389 II, 35 | diversas opiniones y de la coincidencia de pareceres, cuando el 390 I, 18 | sus cuidados, contra sus colaboradores en el apostolado, y aun 391 III, 45 | uno según sus fuerzas, de colaborar intensa y diligentemente 392 INT, 4 | contribuido sin duda no poco a colocar esta materia en su propia 393 I, 20 | 20. Comencemos por la mutua conformidad 394 I, 15 | cosa que referir y con sus comentarios explicar la doctrina de 395 I, 6 | Iglesia para perpetuar la obra comenzada11. ~Ahora bien: para definir 396 I | Porque el Divino Redentor comenzó la edificación del místico 397 I, 23 | Cuando por los pecados cometidos nos movemos a dolor y penitencia, 398 III, 44 | miembro es glorificado y se compadecen si otro sufre185, sino que 399 I, 29 | 29. Y si comparamos el Cuerpo místico con el 400 II, 35 | arcanos de Dios, se consigue comparando los mismos entre sí y con 401 II, 31 | oración sacerdotal, no dudó en comparar esta unión con aquella admirable 402 I, 11 | constituida la Iglesia, que puede compararse a un cuerpo; resta que expongamos 403 II, 34 | ser como la plenitud y el complemento del Redentor; y Cristo viene 404 III, 37 | doctrina falaz, en pugna completa con la fe católica y con 405 I, 30 | el cuerpo y el alma - se completan y perfeccionan mutuamente 406 II, 34 | Cristo viene en cierto modo a completarse del todo en la Iglesia159. 407 INT, 5 | último, para cerrar por completo la entrada a los múltiples 408 III, 46 | estas comunes plegarias comprendan también a aquellos que o 409 III, 41 | cuidadosamente este misterio que comprende la arcana unión de todos 410 II, 35 | aproximarnos un tanto a comprender esto hemos de usar el método 411 I, 30 | dechado de la Iglesia, no es comprendido íntegramente, si en El se 412 I, 18 | Pontífice directamente les ha comunicado. Por lo cual han de ser 413 I, 6 | condición, que habría de comunicar a sus descendientes, junto 414 III, 51 | otorgado ya en la Cruz, se comunicara en prodigiosos dones a la 415 I, 6 | por medio de aquélla, a comunicarse mutuamente los divinos frutos 416 I | memoria: La Iglesia, que, ya concebida, nació del mismo costado 417 I | impulsos del Espíritu Santo a concebir en sí un saludable temor, 418 III, 49 | Divina Providencia, no se nos conceden todas de una vez; y la mayor 419 I, 23 | todo el cuerpo trabajo y concertado entre sí recibe por todos 420 III, 39 | saludable dirección de las conciencias y aumenta la gracia en virtud 421 III, 40 | manera peculiar el oficio de conciliador - las oraciones se dirigen 422 I, 22 | preside e ilumina a los Concilios de la Iglesia88. ~ 423 I, 24 | Hijo de Dios asumió una concreta naturaleza humana, se hubiera 424 I, 7 | indiviso, sino también algo concreto y claramente visible, como 425 III, 45 | ciertamente, en las presentes condiciones, de suma importancia y de 426 I, 16 | humana no es otra cosa que conducirla al fin que le fue señalado 427 I, 30 | la antigua vileza con tu conducta degenerada. Acuérdate de 428 I, 23 | recibe por todos los vasos y conductos de comunicación, según la 429 INT, 2 | no negamos, antes bien lo confesamos con ánimo agradecido a Dios, 430 II, 32 | de Jesús: Quienquiera que confesare que Jesús es el Hijo de 431 I, 30 | de mártires, vírgenes y confesores. Y no se le puede imputar 432 III, 51 | Inmaculado hemos consagrado confiadamente todos los hombres, la que 433 INT, 3 | 3. Confiamos, además, que cuanto a continuación 434 III, 50 | sobre la misma Iglesia, confiemos nuestras personas y todas 435 III, 43 | ella enseña, gobierna y confiere la santidad; Cristo es también 436 I, 13 | que no había de conocer confines algunos de estirpe o de 437 III, 45 | quienes nuestro Salvador confió los miembros más delicados 438 II, 34 | Cristo. Ello ciertamente se confirma con una razón más profunda. 439 I, 9 | parte, con el crisma de la Confirmación se da a los creyentes nueva 440 I, 28 | de la Edad Antigua, se ve confirmado por no pocos documentos 441 III, 45 | estableciendo para formar o confirmar su Iglesia. Deseamos, pues, 442 I, 9 | que, finalmente, han de confirmarle con los demás dones celestiales. ~ 443 III, 50 | así, cuando la espantosa conflagración bélica incendia casi todo 444 I, 20 | para que nosotros fuéramos conformes a la imagen del Hijo de 445 I, 20 | Comencemos por la mutua conformidad que existe entre la Cabeza 446 III, 50 | yacen en la tristeza y en la congoja, con ánimo paterno les exhortamos 447 III, 50 | nuestros trabajos, nuestra congojas, por su incolumidad y por 448 I, 10 | que, como en la verdadera congregación de los fieles existe un 449 I, 28 | solamente el provecho de todo el conjunto, mientras que todo organismo 450 III, 45 | insistentemente, pues, les conjuramos, por amor a Cristo y a la 451 | conmigo 452 I, 15 | propia edificación44. ~Bien conocéis, Venerables Hermanos, con 453 III, 46 | recordar sólo esto - todos conocen, Venerables Hermanos, que 454 I, 22 | miembros de Cristo, lo que conocieron como dictándoles la Cabeza86. 455 I, 22 | que con ella los fieles conozcan más claramente y más ávidamente 456 III, 42 | Cristo mismo la quiso, al conquistarla con su sangre. Conviene, 457 III, 49 | hasta el fin208. Más aún, no conquistó la Iglesia sino con su sangre209. 458 I, 22(86) | Cf. Aug. De cons. evang. 1, 35, 54 PL 34, 459 II, 36 | puesto que el pan que se consagra se compone de muchos granos 460 INT, 3 | XXV aniversario de Nuestra Consagración Episcopal, hemos visto con 461 I, 30 | fundada una sociedad visible y consagrada con sangre divina, fuera 462 I, 18 | aun contra las vírgenes consagradas a Dios. Nos, considerando 463 I, 9 | Orden sagrado se dedican y consagran a Dios los que han de inmolar 464 I, 20 | pasible y mortal se ha hecho consanguíneo nuestro. Pues si el Verbo 465 I, 6 | mereció, además, como a consanguíneos suyos, una abundancia inefable 466 III, 47 | abrazar la fe católica, Nos, conscientes de Nuestro oficio, no podemos 467 III, 50 | cristiana del alma ni a la consecución del Cielo. Más bien hemos 468 III, 38 | lo posible a los otros a conseguirla, todo esto el Espíritu celestial 469 I, 23 | Salvador dones constantes de consejo, fortaleza, temor y piedad, 470 III, 51 | Iglesia; ella que dio su consentimiento en representación de toda 471 I, 30 | la fe, que en todo tiempo conserva incontaminada; en las santísimas 472 I, 22 | Vicario en la tierra, para que conserven fielmente el tesoro de la 473 I, 30 | íntegramente, si en El se considera sólo la naturaleza humana 474 I, 18 | no solamente han de ser considerados como los principales miembros 475 I, 18 | consagradas a Dios. Nos, considerando tales injurias como inferidas 476 III, 43 | enfermedades hereditarias, por considerarlos como una carga molesta para 477 INT, 5 | movidos por cierto vano temor, consideren esta profunda doctrina como 478 III, 51 | sus eficacísimas súplicas consiguió que el Espíritu del Divino 479 I | peregrinación terrenal, conste únicamente de miembros eminentes 480 I, 11 | que de tal manera está constituida la Iglesia, que puede compararse 481 I, 9 | muerte del pecado y quedan constituidos en miembros de la Iglesia, 482 I, 29 | compone sólo de elementos y constitutivos sociales y jurídicos. Es 483 I, 12 | Antiguo Testamento33, y constituyó el Nuevo en su sangre, derramada 484 III, 41 | porque habitamos una Ciudad construida en el monte santo con vivas 485 I, 9 | Cuerpo místico el peligro de contagio, e incluso para proporcionarles 486 I, 10 | la Iglesia sólo se han de contar de hecho los que recibieron 487 III, 44 | Pero nosotros, mientras contemplamos con dolor los funestos frutos 488 I, 12 | Israel30- tenían valor, contemporáneamente, la Ley y el Evangelio31; 489 II | el fin es altísimo: la continua santificación de los miembros 490 INT, 3 | Confiamos, además, que cuanto a continuación hemos de exponer acerca 491 III, 43 | se priva de la vida a los contrahechos, a los dementes, a los afectados 492 III, 40 | los cristianos, sino que contraría aún a la verdad. Porque, 493 INT, 3 | imparcialidad para con los bandos contrarios y con juicio insobornable, 494 II, 35 | esta cuestión, así como del contraste de las diversas opiniones 495 INT, 4 | el Romano Pontífice, han contribuido sin duda no poco a colocar 496 INT, 5 | dados por Dios, para que contribuyan al aprovechamiento espiritual 497 III, 50 | realización de este designio contribuye en gran manera la cotidiana 498 I | hubiere hecho indigno por la contumacia de la comunión de los fieles, 499 I, 8 | de diversos miembros que convenientemente se corresponden los unos 500 III, 45 | santidad, ya predicando, conversando, reuniendo y estableciendo 501 III, 40 | fieles, con quienes ansía conversar muy íntimamente, sobre todo 502 I, 6 | divina7 y quedamos todos convertidos en hijos de ira8. Mas el 503 I, 23 | filial y con esperanza nos convertimos a Dios, siempre procedemos


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