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Comisión pontificia para los bienes culturales de la Iglesia Carta sobre función pastoral de los museos eclesiásticos IntraText CT - Texto |
II Naturaleza, finalidad y tipología del museo eclesiástico
2. 1. Naturaleza
2. 1. 1. La conservación en el contexto eclesial
Para comprender la naturaleza del museo eclesiástico debemos insistir en que el
disfrute de los bienes culturales de la Iglesia se produce primaria y
fundamentalmente en el contexto cultural cristiano. Está claro que el
patrimonio histórico-artístico eclesial no ha sido
constituido en función de los museos, sino para expresar el culto, la
catequesis, la cultura, la caridad. Pero al ir
cambiando a lo largo de los siglos las exigencias pastorales y los gustos de
las gentes, muchas piezas han pasado a estar obsoletas, imponiéndose así el
problema de su conservación para garantizarles la permanencia en el tiempo por
su valor histórico y artístico. La conservación material y salvaguarda
de intervenciones ilícitas impone a veces soluciones drásticas, ya que
aumentan los peligros de dispersión, incluso por vía indirecta. En casos similares es evidente la urgencia de instituir museos
eclesiásticos para recoger en sedes adecuadas los testimonios de la historia cristiana
y de sus expresiones artístico-culturales, donde poderlas exhibir al público,
después de haberlas ordenado según unos criterios específicos.
De este modo, los
museos eclesiásticos están estrechamente relacionados con las Iglesias
particulares y, dentro de estas, con las comunidades que los animan. Estos "no son depósitos
de obras inanimadas, sino viveros perennes, en los que se transmiten en el
tiempo el genio y la espiritualidad de la comunidad de los
creyentes"21. Como consecuencia, el museo eclesiástico no es una
simple colección de objetos que ya no están en uso, sino que se encuentra con
pleno derecho entre las instituciones pastorales, ya que custodia y valora los
bienes culturales que un tiempo estaban "puestos al servicio de la misión
de la Iglesia" y ahora son significativos desde un punto de vista
histórico-artístico22. Se presenta como un instrumento de evangelización
cristiana, de elevación espiritual, de diálogo con los alejados, de formación
cultural, de goce artístico y de conocimiento histórico. Es, por tanto, un lugar de conocimiento, disfrute,
catequesis, espiritualidad. Por ello "se ha de reafirmar la importancia de los museos
eclesiásticos, parroquiales, diocesanos y regionales, y de las obras
literarias, musicales, teatrales o culturales en general, de inspiración
religiosa, para dar un rostro concreto y positivo a la memoria histórica del
cristianismo"23 haciendo visible la acción pastoral de la Iglesia
en un territorio determinado.
El museo eclesiástico se debe considerar como
una parte integrada e interactiva con las demás instituciones existentes en cada Iglesia particular. En su organización no es una institución en sí misma, sino que está en conexión y se
difunde en el territorio, de modo que hace visible la unidad e inseparabilidad
del conjunto del patrimonio histórico-artístico, su continuidad y su desarrollo
en el tiempo, su actual uso en el ámbito eclesial. Al estar
íntimamente conectado con la misión de la Iglesia, todo lo que en él se
contiene no pierde su intrínseca finalidad y uso.
El museo eclesiástico, por lo tanto, no es una estructura estática, sino
dinámica, que se materializa a través de la coordinación entre los bienes que
se encuentran en el mismo y los que aún permanecen in loco. Es
necesario, en consecuencia, garantizar jurídica y prácticamente la eventual reutilización temporal de los bienes que se
hallan en los museos, ya sea por motivos estrictamente pastorales y litúrgicos,
ya por motivos culturales y sociales. Se deben estimular iniciativas de promoción y animación
cultural para el estudio, el disfrute y el uso de los bienes que se encuentran
en los museos. A través de los museos, las exposiciones, los congresos, las
representaciones sagradas, los espectáculos y otros acontecimientos, debe poder
releerse orgánicamente y revivir espiritualmente la historia de la Iglesia de
una comunidad particular que todavía vive en el presente.