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Comisión pontificia para los bienes culturales de la Iglesia Carta sobre función pastoral de los museos eclesiásticos IntraText CT - Texto |
5. 2. 2. Principios
para la formación de los agentes y de los guías
En el proyecto de formación debe haber un interés específico por los agentes
y los guías. No sólo se trata de preparar profesionalmente a los
expertos de los diversos sectores implicados en la organización de un museo (o
de comprobar su preparación), sino más bien de introducirlos en lo
específicamente eclesial. Estos tienen que ser
capaces de contextualizar el patrimonio histórico-artístico de la Iglesia en el
ámbito catequético, cultual, cultural y caritativo, para que el disfrute de
tales bienes no se reduzca al mero dato estético, sino que se convierta en un
instrumento pastoral a través del lenguaje universal del arte
cristiano.
Guías internos. En particular los agentes de los museos encargados de
acompañar al público están llamados a detectar las diversas características del visitante para poderle introducir con fruto al goce de
las obras expuestas mediante recorridos centrados, por ejemplo, en temáticas
particulares, objetos singulares o grupos homogéneos de obras.
Animadores
internos. Una
función de otros eventuales agentes internos encargados de la animación de los
visitantes es crear ocasiones de encuentro, de conocimiento o de discusión.
Agentes externos. Junto a los agentes internos de la estructura
museística se puede pensar en formar agentes externos para poner en conexión
las obras expuestas en el museo con el territorio, a través de recorridos de
visitas ofrecidos, en principio, a las mismas comunidades locales, pero sin
olvidar a los que practican el turismo religioso. Así la totalidad del
territorio debe convertirse en un "laboratorio pastoral" abierto a
todos, a la vez que una ocasión de animación cultural mediante la arquitectura,
la historia, los documentos que testifican el interés de la Iglesia por los
bienes culturales.
Docentes y agentes eclesiales. Para concretar la relación entre
los bienes culturales y el proyecto pastoral se debe proceder con particular
atención a la formación de los catequistas, de los profesores de religión y de
los diversos agentes eclesiales para que sepan utilizar con provecho, en las
múltiples actividades e iniciativas, el patrimonio histórico-artístico que
tienen a su disposición.
Guías externos y agentes turísticos. A través de subsidios
particulares se deberá poder trabajar también con los guías externos y con los
agentes turísticos, siendo deseable que cuenten con los requisitos de idoneidad
para garantizar una conveniente valoración del patrimonio histórico-artístico
de la Iglesia. Se podrá exigir un certificado de asistencia a un curso
eclesiástico para agentes de turismo religioso, análogo al que se pide a los
profesores de religión. Es oportuno que un proyecto semejante sea dado a
conocer a las instituciones civiles competentes para poder concordar las
orientaciones, los procedimientos y los deseables reconocimientos pactados.
La formación adecuada de los responsables y de los agentes, tanto
en el campo eclesiástico como en el civil, conduce a una mayor colaboración en
el campo de los bienes culturales de la Iglesia e incrementa una discusión
madura entre personas e instituciones (expertos de los diversos sectores,
instituciones encargadas de la tutela de los bienes culturales, escuelas de
todos los órdenes y grados, centros culturales y turísticos).