DE CUANDO EN CUANDO NO VA NADA MAL

repasar los objetos de tu estancia:

preguntarles por qué están allí,

quién los trajo a esta casa, si el trato

que les dan es de recibo, si se hallan

a gusto, qué hace la cruz colgada en la pared,

tal libro en la mesilla de noche,

un pantalón sin percha y sin colgar…

El polvo dará su versión de las cosas como

la hoja aún sin cortar del calendario,

o la rama mutilada en vivo del olivo

que se exhibió porque era una señal de gloria

y sus rígidas hojas arrugadas

hablan ahora de ritos de ceniza,

o la maleta en el rincón con vientre

sin vaciar desde el último viaje.

Te hablarán de su dueño. Y verás

que ambos tenéis en común muchas cosas.