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Carlos Garulo
Voz de piedra

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  • IV   AQUÍ -¡TAN SOLO!- ELEVAS TU PRESENCIA
      • NO ERES ABUELO VIEJO, EMPECINADO
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IV

 

AQUÍ -¡TAN SOLO!-

ELEVAS TU PRESENCIA

 

 

 


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NO ERES ABUELO VIEJO, EMPECINADO

 

Para la Asociación «Amigos del Castillo de Loarre»,

por el afecto que muestran

y el compromiso que adquieren con esta «voz de piedra» .

 

NO ERES ABUELO VIEJO, EMPECINADO

en ir contando a todos tus historias.

El paso de los años se ha encargado

de aliviarte de peso la memoria.

Aunque quizá tú mismo

intuyeras a tiempo que no era suficiente

vivir sólo de ella, de su vana gloria.

Por eso estás presente, aún mudo y viejo.

 

No es tuya si hay alguna voz que se oye.

Es el viento que corre en libertad

por la serenidad augusta de tu cuerpo.

Tu mundo pertenece al misterio del silencio.

 

Fiel al «Aedes has munias invictas» de tu lema,

¡guardas inexpugnable esta morada!

Fidelidad rehecha, como de penitente,

ya que el tiempo, de tanto estar a solas

los dos juntos, cediendo a la pasión

de abrazarte y besarte, se ha comido a rodajas

la pétrea belleza de tu rostro.

 

Enraizado en roca y en la altura,

seguridad proclama tu existencia.

Aunque tu cuerpo recio, fatigado ahora,

escala nuevas cotas en la fama,

y asciende no a dónde, pero arriba,

cada día más alto, porque creces

no obstante que el vigor de tus alas


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vaya menguando imperceptiblemente.

 

Oasis de arte y de silencio nítido,

nada ha sabido crecer a tu lado.

Todo ha quedado quieto, sin respiro,

con los ojos abiertos como cuando la muerte

nos invade, rendido a la evidencia

de tu gloria terrible y fascinante,

con emoción reciente de frescura

de lluvia en tus mejillas y en los huertos.

 

Por dejar que tu luz adormecida

mantuviera su brillo solitario

en tu sitial de roca, descendimos del monte58

- descalzos, silenciosos, peregrinos -

por respetar tu sueño ya de gloria.

Con briznas de tu cuerpo - como amores

furtivos, como en prenda - reemprendimos

el vuelo y la vida en la llanura,

remedamos en las nuestras tu casa,

sobria y frugal de pan,

robusta de raíz, de corazón seguro.

 

Solo aquí estás. No tema tu defensa.

No necesitas hoy de torreones

ni de hombres armados. Vigilantes

estamos todo el día: que el orgullo de ti

nadie lo arrancará de nuestras manos.


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Con la hierba en la boca te dormiste,

como el torero en su ambición de gloria.

Con el clamor en pie de todo el ruedo,

en la noche del tiempo te despiertas.

 

Y solamente elevas tu presencia

aquí,

¡tan solo!

 

 

 

Barcelona, Loarre y Roma, 1980 - 2004

 

 

Carlos Garulo 

 




58 El asentamiento actual de la villa de Loarre tiene su origen a lo largo de la segunda mitad del siglo XV y del XVI a medida que el Castillo, cumplida su misión, pierde relevancia social y eficacia real para la defensa de la población civil. Las piedras sillares de los principales edificios públicos y casas privadas de la villa proceden en gran parte del Castillo.






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