FRENTE AL CAFÉ QUE NOS DECLARA

su aroma en espirales,

aquella parte de ti que ahora evocas

con emoción como mejor, como distinta,

para tu buena imagen y consuelo

se disipó de ti irremediablemente.

De ella sólo quedan recuerdos, como ausentes

fragancias en bellísimos frascos de cristal.

¿Es por eso que quieres alumbrarla en un verbo?,

¿que se haga carne y habite entre nosotros?,

¿y que esa carne sea tu única palabra?

Tal vez a ser y a gozar, como a morir, se aprenda

a base de múltiples momentos y costumbres,

sin nostalgia posible. Tal vez así morir

no sea mucho más imperfecto que vivir.