CIERZO

In queste sale antiche,

al chiaror delle nevi, in torno a queste

ampie finestre sibilando il vento,

rimbombaro i sollazzi e le festose

mie voci al tempo che l’acerbo, indegno

mistero delle cose a noi si mostra

pien di docelzza (…)

Giacomo LEOPARDI, Canti (XXII)

Buvez, mon sein, la naissance du vent!

Paul VALERY, Le cimètiere marin (XXII, 3)

CON EL FOLLAJE DE TU VERBO⁴⁶ FRAGUAS

un forcejeo de rumor fluvial,

de sinfonía rala, poco a poco

intensísima. Y tu pasión escala,

con paciencia y sin freno, un frenesí

silbado como canto de amor

a tu manera inexorable y fiera.

Al tiempo que fuerza a mis sentidos

a cerrar sus postigos y ventanas,

contagia al fuego ardiente de esta leña

la lenidad del aire -que despierta

suavemente la vida adormecida -

y a los rincones íntimos - de herrumbre

y abandono enmohecidos -, fragmentos

de la fúlgida fuerza de los astros.

Viento fuerte del norte

que peinas y despeinas

mis sierras y mis torres,

fiel compañero, látigo

hiriente, mi aguijón!

¡Por ti las noches en

vigilia han renacido

tantas veces…! Perdida

la cuenta de mis días,

¡en ti he amanecido

a la inmortalidad!

¡Dejad que gima el cierzo! ¡Que aúlle

su ira de apariencia despiadada!

¡Que azote vuestro cuerpo!

     Conociendo

su lenguaje y sus tretas, os conduje

a esta torre, mi último refugio,

para romper al miedo sus esquemas.