ESCORZO

SOY, A ESTAS ALTURAS DE MI VIDA,

fino lebrel jadeando un retorno

con la fatiga, aún viva entre los dientes,

como presa.

Con prisa apresurada

hasta la calma, apurando hasta el vértigo

la altura, extremo hasta su origen

las distancias y la seguridad

hasta la sima profunda de dudas

fascinantes. Mi libre soledad

comulga en multitud con otras libres

soledades, cortados los caminos

de regreso, con el temblor a cuestas

de los grandes misterios custodiados

en la reserva del silencio, envueltos

en pañales por su precariedad.

Respira mi esperanza en los ijares

abiertos en sus carnes por espuelas

del Jinete que sobre mi cabalga.