Queridos peregrinos, habéis venido a Roma
para revivir el mensaje misionero que ha dejado a la Iglesia, con su vida y su
obra, la madre Ascensión del Corazón de Jesús Nicol Goñi, que acaba de
ser proclamada beata. Os invito a conservar en el corazón el ardor apostólico,
nacido del amor a Jesús, que la madre Ascensión vivió y supo infundir en sus
hijas espirituales.