Indudablemente, la generosidad de la madre
Mariana, humanamente hablando, fue ejemplar. Pero las buenas intenciones y el
altruismo por sí solos no bastan para explicar su vocación. Sólo la perspectiva
de la fe nos permite comprender su testimonio, como cristiana y como religiosa,
del amor sacrificial que alcanza su plenitud en Jesucristo. Todo lo que realizó
estaba inspirado por su amor personal al Señor, que expresaba a su vez a través
de su amor a las personas abandonadas y rechazadas por la sociedad de un modo
lamentable.
Queridos hermanos y hermanas, inspirémonos hoy en la beata Mariana Cope para
renovar nuestro compromiso de caminar por la senda de la santidad.