La fiesta de
san Cirilo y san Metodio, que, junto con san Benito, santa Brígida de Suecia,
santa Catalina de Siena y santa Teresa Benedicta de la Cruz, son los grandes
patronos de Europa, se caracteriza por una visita anual a Roma de una
delegación de su país. Este acontecimiento, muy simbólico, recuerda el gran
interés que los Papas Nicolás I, Adriano II y Juan VIII mostraron por los
Apóstoles de los eslavos, animándolos a realizar su actividad misionera con
fidelidad y creatividad. Al igual que san Cirilo y san Metodio reconocieron la
necesidad de traducir correctamente las nociones bíblicas y los conceptos
teológicos griegos en un contexto muy diferente de pensamiento y de experiencia
histórica, así también hoy la tarea principal que afrontan los cristianos en
Europa consiste en proyectar la luz ennoblecedora de la Revelación sobre todo
lo que es bueno, verdadero y bello. De este modo, todos los pueblos y naciones
son atraídos hacia la paz y la libertad que Dios Creador quiere para todos.