Como sabe muy bien, señor embajador, el objetivo de la
integración social que su Gobierno está buscando legítimamente con valentía les
acerca más al resto de Europa. En efecto, sus tradiciones y su cultura tienen
en ella una resonancia natural y pertenecen al espíritu que impregna este
continente. Como dijo en varias ocasiones mi amado predecesor: Europa
necesita de las naciones balcánicas, y ellas de Europa. Sin embargo, entrar en
la Unión europea no debería entenderse meramente como una panacea para superar
las dificultades económicas.