La proyección de hoy tiene lugar pocos días después del 60°
aniversario del fin de la segunda guerra mundial. El 8 de mayo de 1945 concluyó
esa enorme tragedia, que había sembrado en Europa y en el mundo destrucción y
muerte en una medida jamás experimentada antes. Hace diez años, Juan Pablo II
escribió que el segundo conflicto mundial aparece cada vez con mayor claridad
como "un suicidio de la humanidad". Cada vez que una ideología
totalitaria humilla al hombre, la humanidad entera se ve seriamente amenazada.
Los recuerdos no deben borrarse con el paso del tiempo; antes bien, deben
convertirse en lección severa para nuestra generación y para las generaciones
futuras. Tenemos el deber de recordar, especialmente a los jóvenes, a cuáles
formas de violencia inaudita pueden llegar el desprecio al hombre y la
violación de sus derechos.