Vuestras relaciones quinquenales se hacen eco de la obra del
Espíritu, que construye la Iglesia en Ruanda en medio de las vicisitudes de su
historia. Para trabajar activamente en favor de la paz y de la reconciliación,
privilegiáis sobre todo una pastoral de cercanía, fundada en el compromiso de
pequeñas comunidades de laicos en la pastoral misionera de la Iglesia, en
armonía con los pastores.
Os animo a sostener a estas comunidades, para que los fieles acojan las
verdades de fe y sus exigencias, desarrollando así una vida eclesial y
espiritual más fuerte, sin dejarse desviar del Evangelio de Cristo,
especialmente por las numerosas sectas presentes en el país. Trabajad sin
descanso para que el Evangelio penetre cada vez más a fondo en el corazón y en
la existencia de los creyentes, invitando a los fieles a asumir cada vez más su
responsabilidad en la sociedad, especialmente en los campos de la economía y de
la política, con un sentido moral alimentado por el Evangelio y por la doctrina
social de la Iglesia.