Expreso mi agradecimiento a monseñor Jean Ntagwarara, obispo
de Bubanza y presidente de vuestra Conferencia episcopal, por las amables
palabras que acaba de expresar en vuestro nombre. Manifiestan la vitalidad
espiritual y misionera de vuestras comunidades diocesanas, a las que dirijo mi
afectuoso saludo, así como a todos los habitantes de Burundi. Juntamente con
vosotros, deseo recordar también a monseñor Michael A. Courtney, que fue fiel
hasta la entrega de su vida a la misión que el Santo Padre le había confiado al
servicio de vuestro querido país y de la Iglesia local.