En vuestras relaciones quinquenales, mostráis que la Iglesia
católica participa activamente en la promoción de la paz y de la reconciliación
en el país, especialmente en este período de elecciones.
Los sufrimientos soportados con ocasión de las horas sombrías de la guerra,
durante las cuales - es preciso reperirlo - numerosos cristianos testimoniaron
de manera heroica su fe, no han apagado el deseo de trabajar en favor de la
fraternidad y de la unidad entre todos, siguiendo a Cristo y en su nombre.
Espero que el plan de acción pastoral elaborado con este fin, así como los
sínodos diocesanos que lo pondrán por obra localmente, contribuyan a anunciar
el Evangelio, a sanar los recuerdos y los corazones, y a favorecer la
solidaridad entre todos los habitantes de Burundi, renunciando al espíritu de
venganza y al resentimiento, e invitando sin cesar al perdón y a la
reconciliación.