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Guy de Maupassant
Los restos del naufragio

IntraText - Concordancias

(Hapax Legomena)


1886-inven | invie-zarpo

    Párrafo
1 105| 1º Enero 1886~Guy de Maupassant~ 2 105| Enero 1886~Guy de Maupassant~ 3 83 | Abajo, delante, a la izquierda, 4 39 | el velero de tres palos abandonado. La muchacha más joven huyó, 5 46 | al interior de los restos abandonados. En cuanto penetraron en 6 75 | Le ofrecí darle mi abrigo; se negó. Pero me lo había 7 39 | su padre. En cuanto a él, abrió su boca; ese fue el único 8 46 | hubiera estado presente en el accidente. Luego, toda la familia 9 32 | Saint-Martin, a la cuál nos acercábamos rápidamente.~ 10 37 | fisuras de los costados, aclarando tristemente esa suerte de 11 91 | porque el Marie-Joseph se acomodó sobre estribor. La inglesa 12 104| Quién puede decir?… Los acontecimientos lo arrastran a uno. Y luego…. 13 9 | de la compañía que dirijo actualmente. Me había propuesto pasar 14 9 | del primero de Enero, de acuerdo a la costumbre de hacer 15 66 | de agua. Debimos entonces acurrucarnos contra la borda de popa 16 96 | el dueño del hotel había adivinado nuestra imprudencia.~ 17 71 | lengua, que yo no comprendí. Adiviné que la consolaba y que ella 18 10 | discreta, sin ninguno de los admirables monumentos que hacen de 19 46 | exclamaciones de asombro y admiración; Inmediatamente el padre 20 59 | muchachas más jóvenes estaban aferradas a su padre que miraba con 21 67 | manteníamos inmóviles, mudos, agachados como los animales en una 22 15 | reflotarla. Yo venía como agente de la compañía para testimoniar 23 49 | excepto la mayor. Las tres agradables, pero sobre todo la mayor.~ 24 32 | el muelle de La Rochelle. Agradecí al capitán y fui a sentarme 25 66 | helado, que nos arañaba y nos aguijoneaba la piel. Me apoyé en el 26 36 | huesos de madera alquitranada agujereadas con clavos enormes. La arena 27 | Ahí 28 39 | la bodega dañada, los dos ahogados que me contarían como murieron. 29 38 | toda la vieja armazón, ahuecándola y devorándola.~ 30 12 | respirar como hedor de un albañal.~ 31 36 | proporciones sorprendentes. Lo alcancé por fin, después de una 32 67 | sensación de bienestar y de alegría que me inundaba.~ 33 35 | sudar bajo mi pie. El mar se alejaba a cada instante. Ahora yo 34 89 | lentamente de su boca, y aleteaban, como pájaros heridos sobre 35 35 | Percibía el olor de las algas, el olor del mar, el olor 36 | algún 37 | allá 38 32 | sus bolsillos después del almuerzo del Hotel Dauphin, y yo 39 36 | rotos, sus huesos de madera alquitranada agujereadas con clavos enormes. 40 46 | cavidad obscura, apenas alumbrada, profirieron exclamaciones 41 68 | Inglesa desconocida?. No la amaba, no la conocía siquiera, 42 36 | sobre ese inmenso plato amarillo extendido, unas proporciones 43 83 | costa, los faros blancos, amarillos, rojos, girando, parecidos 44 19 | Entre el océano y el cielo amenazador había una claridad dónde 45 89 | hacernos olvidar nuestras angustias. Ella consintió, e inmediatamente 46 36 | exhibiendo como el costado de un animal, sus huesos rotos, sus huesos 47 67 | mudos, agachados como los animales en una cueva cuando arrecia 48 38 | ganchudas, el ruido de mil animalitos del mar, instalados ya en 49 10 | heroicas y salvajes. Es la antigua ciudad Hugonote, seria, 50 11 | entre los dos torreones antiguos que protegen el puerto, 51 83 | sobre todos, me irritó. Se apagaba cada treinta segundos para 52 81 | unas líneas blancas que aparecían y desaparecían, líneas de 53 58 | nosotros corríamos se me aparecieron a un tiempo. Quise gritar: - 54 14 | gran velero tres palos con aparejo de velas cangrejas, el Marie-Joseph, 55 39 | que yo, al ver surgir esta aparición repentina en el velero de 56 10 | bajas, galerías y arcadas aplastadas, misteriosas, que parecen 57 12 | días tristes que oprimen, aplastan la mente, aprietan el corazón 58 66 | aguijoneaba la piel. Me apoyé en el escotillón. La nave 59 36 | todas las grietas, y lo apresaba, lo poseía, negándose a 60 67 | envolvió, y permanecimos apretados unos contra otros, rodeados 61 86 | Le tendí mi mano que él apretó, luego pronunció una frase 62 101| siguiente, después de muchos apretones de manos y promesas de escribirnos. 63 12 | oprimen, aplastan la mente, aprietan el corazón y disminuyen 64 10 | galerías bajo arcadas como aquéllas de la calle de Rivoli, pero 65 13 | ondulaciones que pronto se aquietaban.~ 66 66 | suave pero helado, que nos arañaba y nos aguijoneaba la piel. 67 83 | cerrado cubriendo su mirada ardiente.~ 68 14 | de temporal, en los bajos aren osos 69 13 | amarilla, poco profunda y arenosa de playas inmensas, estaba 70 15 | el carguero, escribía el armador, que había sido imposible 71 38 | de taladro, toda la vieja armazón, ahuecándola y devorándola.~ 72 89 | triste, porque las notas se arrastraban mucho tiempo, salían lentamente 73 15 | La tempestad había arrastrado tan lejos el carguero, escribía 74 104| Los acontecimientos lo arrastran a uno. Y luego….Y luego… 75 67 | animales en una cueva cuando arrecia el temporal. No obstante, 76 26 | lo habría tomado por un arrecife, me parecía que estaba a 77 65 | amarilla que se arrastraba, arremolinaba, parecía hervir, parecía 78 49 | tenían nada de la usual arrogancia inglesa; eran simples y 79 86 | God save the Queen", qué ascendió a través del aire nocturno, 80 9 | palos de Saint-Nazaire, asegurado por nosotros. Eran las ocho 81 26 | Estaba asombrado. Ese punto negro, casi invisible, 82 46 | profirieron exclamaciones de asombro y admiración; Inmediatamente 83 17 | Jean-Guiton sabía perfectamente el asunto, había sido llamado a tomar 84 39 | Seguramente ellos estaban aún más asustados que yo, al ver surgir esta 85 80 | oleaje, aún las olas débiles, atacaban y sacudían los restos del 86 70 | de la oscuridad se puso aterrador, el silencio del cielo, 87 35 | gigantesco y sobrenatural. El Atlántico había estado delante de 88 90 | marineros? ¡Mi espíritu atormentado se perdió en el ensueño! ¡ 89 32 | pero no más, o usted sería atrapado. Mientras más lejos el mar 90 13 | masa opaca y lisa, dejando atrás algunas olas, algunas salpicaduras, 91 11 | que protegen el puerto, atravesó la bahía y salió del dique 92 76 | algunos minutos, el viento aumentó, el chapoteo del agua golpeó 93 35 | que crecían a medida que avanzaba, y se parecía a una enorme 94 88 | algo comparable al antiguo "Ave, Caesar, morituri te salutant ".~ 95 8 | conté, sin embargo, una aventura sentimental que me sucedió!. ¡ 96 33 | subsistiendo de pescados y de aves de corral, de verduras y 97 83 | nos observaban, esperando ávidamente que desapareciéramos. Uno 98 1 | Era ayer, 31 de Diciembre.~ 99 45 | una mano. Subió. Después ayudamos a las tres muchachas, ya 100 50 | para preguntar, unos ojos azules como el agua profunda, de 101 11 | protegen el puerto, atravesó la bahía y salió del dique construido 102 34 | promontorio; luego como la mar bajaba rápidamente, caminé por 103 66 | tuvimos la idea de volver a bajar para protegernos del viento 104 10 | calle de Rivoli, pero más bajas, galerías y arcadas aplastadas, 105 32 | nueve y cuarenta minutos. Baje a lo largo de la playa con 106 46 | Luego, toda la familia bajó al interior de los restos 107 14 | noche de temporal, en los bajos aren 108 89 | vecina que cantara sola una balada, una folclórica, algo que 109 94 | Un pequeño balance, no es nada. Tengo mis tres 110 35 | se parecía a una enorme ballena náufraga.~ 111 97 | recogieron desde nuestra balsa salvavidas y nos devolvieron 112 18 | encallar en esos inmensos bancos de arena que cambian las 113 38 | la nave. Me senté en un barril vacío y quebrado, escribía 114 68 | Es la seducción de su belleza y juventud que nos embriagan 115 91 | venía mi último momento, besé con toda mi boca su mejilla, 116 67 | era tan delicioso como un beso. No hablamos más; nos manteníamos 117 67 | esta extraña sensación de bienestar y de alegría que me inundaba.~ 118 46 | sus manos los cuadernos de bocetos, que habían traído protegidos 119 39 | levantarse, del fondo de la bodega dañada, los dos ahogados 120 84 | volvía a poner su reloj en su bolsillo. De repente él me dijo, 121 32 | playa con las manos en sus bolsillos después del almuerzo del 122 45 | Verdaderamente las inglesas bonitas tienen el aire tierno de 123 31 | Era un Bordelés. Continuó:~ 124 96 | Grité; contestaron. Era un bote que nos buscaba, el dueño 125 83 | detrás de nosotros, los faros brillaban a lo largo de la costa, 126 38 | ruido suave y regular de la broma que roe sin cesar, con su 127 91 | de repente todos rodamos bruscamente sobre el puente, porque 128 35 | del mar, el olor fuerte y bueno de las costas. Caminé rápido; 129 69 | del misterioso Amor que busca sin cesar unir los seres, 130 96 | contestaron. Era un bote que nos buscaba, el dueño del hotel había 131 45 | repetidas. Como el estaba buscando un lugar para trepar le 132 91 | su mejilla, su sien y su cabello. El barco no se movió más, 133 49 | de jamón tallada en una cabeza humana, entre dos cojines 134 84 | dijo, por encima de las cabezas de sus hijas, con una solemne 135 88 | comparable al antiguo "Ave, Caesar, morituri te salutant ".~ 136 60 | La noche caía tan rápidamente como el 137 33 | largo de la costa. Era una caleta de pescadores grande, un 138 10 | arcadas como aquéllas de la calle de Rivoli, pero más bajas, 139 45 | a las tres muchachas, ya calmadas. Ellas eran encantadoras, 140 10 | donde se exalta la fe de los Calvinistas y donde nació el complot 141 18 | inmensos bancos de arena que cambian las costas de esta región 142 35 | escenarios; y yo estaba caminando ahora en medio de un desierto. 143 36 | después de una hora de camino. Recostado sobre su costado, 144 14 | palos con aparejo de velas cangrejas, el Marie-Joseph, de Saint-Nazaire, 145 38 | del naufragio: ruido de cangrejos rascando el entablado con 146 86 | y sus hijas empezaron a cantar "God save the Queen", qué 147 89 | le pedí a mi vecina que cantara sola una balada, una folclórica, 148 88 | siniestro y extraordinario, este canto de los náufragos, de los 149 89 | joven voló en la noche. Cantó algo indudablemente triste, 150 33 | pequeñísimos puertos que sirven de capitales de las pequeñas islas esparcidas 151 10 | ciudad peculiar y de gran carácter La Rochelle, con sus calles 152 90 | había retenido en este barco carcomido y quién estaba a punto de 153 15 | arrastrado tan lejos el carguero, escribía el armador, que 154 35 | amarilla. Era elástica, como la carne y que parecía sudar bajo 155 103| Nueva York. Ella estaba casada y me lo decía. Desde entonces 156 102| pasado ocho días juntos, nos casamos!. ¡De qué manera el hombre, 157 102| a esta jovencita que nos casáramos. ¡Ciertamente, si nosotros 158 81 | las olas que golpeaban el casco del Marie-Joseph, lo movían 159 67 | joven inglesa, sus dientes castañeteaban de vez en cuando. Pero también 160 104| todos blancos…Dios mío…me causó una pena horrible ¡Ah! Sus 161 46 | cuanto penetraron en esa cavidad obscura, apenas alumbrada, 162 100| Cenamos, efectivamente. Yo no estaba 163 54 | inmensa.      Apenas algunos centímetros cubrían la arena, pero ya 164 83 | su párpado continuamente cerrado cubriendo su mirada ardiente.~ 165 102| Estaba chalado. Quise pedirle a esta jovencita 166 55 | era imposible debido a los charcos profundos que habíamos evitado 167 14 | Me puse a charlar con el capitán, un hombre 168 7 | carta en la repisa de la chimenea y dijo:~ 169 49 | largas como de pequeñas cigüeñas en crecimiento, secas también, 170 32 | tiene una hora cuarenta cinco a dos horas para estar a 171 89 | e inmediatamente su voz clara y joven voló en la noche. 172 19 | cielo amenazador había una claridad dónde el ojo podía ver a 173 36 | alquitranada agujereadas con clavos enormes. La arena ya lo 174 87 | deseos de reír; luego me cogió una emoción poderosa, extraña.~ 175 49 | cabeza humana, entre dos cojines de pelo. Las hijas, de piernas 176 11 | la ciudad como un inmenso collar; luego el barco cayó a estribor. ~ 177 45 | cabellos habían guardado el color. Hacen pensar, con su lozanía 178 45 | lozanía exquisita, en los colores delicados de las conchas 179 46 | indudablemente en sus impermeables, y comenzaron todos al mismo tiempo cuatro 180 50 | Tenía una manera cómica de hablar, de decir, de 181 | Cómo 182 88 | también algo más grande, algo comparable al antiguo "Ave, Caesar, 183 10 | Calvinistas y donde nació el complot de los Cuatro Sargentos.~ 184 71 | propia lengua, que yo no comprendí. Adiviné que la consolaba 185 45 | colores delicados de las conchas rosadas y las perlas nacaradas, 186 88 | de los náufragos, de los condenados, algo como una oración y 187 69 | emoción, de una emoción confusa, secreta, profunda, como 188 68 | desconocida?. No la amaba, no la conocía siquiera, y me sentía emocionado, 189 68 | y me sentía emocionado, conquistado. ¡Quería salvarla, sacrificarme 190 89 | nuestras angustias. Ella consintió, e inmediatamente su voz 191 71 | comprendí. Adiviné que la consolaba y que ella tenía mucho miedo.~ 192 71 | lloraba. Su padre intentaba consolarla, se pusieron a hablar en 193 10 | permanecen como escenario de conspiradores, el escenario antiguo y 194 14 | del siniestro que iba a constatar. Un gran velero tres palos 195 59 | padre que miraba con ojos consternados el mar inmenso alrededor 196 10 | misteriosas, que parecen construidas y permanecen como escenario 197 11 | bahía y salió del dique construido por Richelieu, en el cual 198 39 | los dos ahogados que me contarían como murieron. Ciertamente, 199 8 | historia curiosa que nunca te conté, sin embargo, una aventura 200 50 | eternamente escuchándola o contemplándola.~ 201 49 | rápidamente a la Isla de a contemplar el velero de tres palos 202 37 | de maderaje demolido. No contenían nada mas que arena, que 203 100| efectivamente. Yo no estaba contento. Echaba de menos al Marie-Joseph.~ 204 96 | cerca de nosotros. Grité; contestaron. Era un bote que nos buscaba, 205 48 | conversaba conmigo mientras yo continuaba inspeccionando el esqueleto 206 83 | hecho un ojo, con su párpado continuamente cerrado cubriendo su mirada 207 27 | Continué:~ 208 53 | un ligero ruido, extraño, continuo. ¿Qué era eso?. Me levanté 209 18 | Me contó la historia del siniestro, 210 15 | testimoniar después como contraparte, si fuera necesario, en 211 48 | la mayor de las jóvenes conversaba conmigo mientras yo continuaba 212 56 | Hubo, en nuestros corazones, un minuto de horrorosa 213 36 | palabras blancas sobre el coronamiento negro: Marie-Joseph.~ 214 33 | de pescados y de aves de corral, de verduras y mariscos, 215 10 | laberinto, y las veredas que corren bajo interminables galerías, 216 58 | los peligros que nosotros corríamos se me aparecieron a un tiempo. 217 70 | monótono chapoteo de la corriente contra el barco.~ 218 13 | balanceándose un poco por hábito, cortando esa masa opaca y lisa, dejando 219 14 | hombre pequeño de piernas cortas, tan redondo como su barco 220 81 | Marie-Joseph, lo movían con un corto estremecimiento que nos 221 6 | interés que ponemos a las cosas que nos tocan el corazón.~ 222 9 | de Enero, de acuerdo a la costumbre de hacer de ese día un día 223 32 | a las cuatro cincuenta, créame, usted regresará a las siete 224 69 | moja la tierra para hacer crecer las flores.~ 225 35 | Miraba los restos varados que crecían a medida que avanzaba, y 226 49 | de pequeñas cigüeñas en crecimiento, secas también, excepto 227 91 | sin saber, sin comprender, creyendo que venía mi último momento, 228 95 | Sin ver a la mayor, la creyó perdida en el mar.~ 229 104| ella la del naufragio… que criatura divina!. Me escribe que 230 46 | todos al mismo tiempo cuatro croquis a lápiz de ese lugar triste 231 6 | manuscrito inglés grande, cruzado en todas las direcciones. 232 | cual 233 | cuánto 234 65 | Esperamos un cuarto de hora, media hora, de 235 49 | eternos con que Inglaterra cubre el globo. El padre era largo, 236 75 | me lo había sacado y la cubrí con él contra su voluntad. 237 83 | párpado continuamente cerrado cubriendo su mirada ardiente.~ 238 67 | como los animales en una cueva cuando arrecia el temporal. 239 37 | tristemente esa suerte de cuevas largas y oscuras, llenas 240 33 | isla es muy baja y poco cultivada, y parece sin embargo estar 241 8 | Ahí tienes una historia curiosa que nunca te conté, sin 242 39 | del fondo de la bodega dañada, los dos ahogados que me 243 75 | Le ofrecí darle mi abrigo; se negó. Pero 244 32 | después del almuerzo del Hotel Dauphin, y yo le prometo que a las 245 16 | recibir mi informe, el gerente debería tomar las medidas que juzgara 246 47 | pequeñas líneas negras que debían representar las entrañas 247 55 | detuve. Escapar era imposible debido a los charcos profundos 248 102| manera el hombre, a veces, es débil e incomprensible!.~ 249 80 | el oleaje, aún las olas débiles, atacaban y sacudían los 250 15 | naufragio, estimar cuál debió ser su estado antes del 251 30 | amigo! …¡no más de dos, debo decirle! ….~ 252 103| Ella estaba casada y me lo decía. Desde entonces nos escribimos 253 30 | amigo! …¡no más de dos, debo decirle! ….~ 254 13 | cortando esa masa opaca y lisa, dejando atrás algunas olas, algunas 255 | dejar 256 32 | bordo del Jean-Guiton que lo dejará esta misma noche en el muelle 257 45 | exquisita, en los colores delicados de las conchas rosadas y 258 | demás 259 | demasiado 260 37 | oscuras, llenas de maderaje demolido. No contenían nada mas que 261 35 | así como la escenografía desaparece en los escenarios; y yo 262 81 | blancas que aparecían y desaparecían, líneas de espuma, las olas 263 83 | esperando ávidamente que desapareciéramos. Uno de ellos sobre todos, 264 68 | Ella, la muchacha Inglesa desconocida?. No la amaba, no la conocía 265 92 | en ese momento yo habría deseado que el barco se partiera 266 15 | reflotarlo y que tuvieron que desembarcar con mucha prisa todo lo 267 82 | contra mí. Y yo tenía un deseo salvaje de estrecharla en 268 87 | Al principio sentí deseos de reír; luego me cogió 269 36 | como, un grito de socorro desesperado, esas dos palabras blancas 270 35 | caminando ahora en medio de un desierto. Sólo la sensación, el hálito 271 54 | prodigiosa. No, no corría, se deslizaba, se arrastraba, se extendía 272 97 | Fuimos rescatados. Yo estaba desolado. Nos recogieron desde nuestra 273 58 | miedo me invadió, un miedo despreciable, espantoso, vil y traicionero 274 37 | entraba por las puertas desquiciadas y las fisuras de los costados, 275 36 | sobre su costado, reventado, destrozado, exhibiendo como el costado 276 83 | izquierda, a la derecha, detrás de nosotros, los faros brillaban 277 55 | inglés quiso saltar. Lo detuve. Escapar era imposible debido 278 97 | nuestra balsa salvavidas y nos devolvieron a San-Martin.~ 279 38 | vieja armazón, ahuecándola y devorándola.~ 280 50 | agua profunda, de dejar de dibujar para observar, de volver 281 45 | todo la mayor, una rubia de dieciocho años, lozana como una flor, 282 67 | de la joven inglesa, sus dientes castañeteaban de vez en 283 9 | Llegué a la oficina a las diez para recibir las instrucciones 284 61 | Dije:~ 285 78 | El inglés se dio cuenta al mismo tiempo que 286 104| cabellos están todos blancosDios mío…me causó una pena horrible ¡ 287 11 | atravesó la bahía y salió del dique construido por Richelieu, 288 6 | grande, cruzado en todas las direcciones. Las leía lentamente, con 289 9 | marítimos de la compañía que dirijo actualmente. Me había propuesto 290 10 | ciudad Hugonote, seria, discreta, sin ninguno de los admirables 291 12 | mente, aprietan el corazón y disminuyen toda nuestra fuerza y energía; 292 35 | perdiéndose de vista, ya no podía distinguir la línea que separaba la 293 80 | naufragio, tan golpeado y dividido que a la primera ola violenta 294 104| naufragio… que criatura divina!. Me escribe que sus cabellos 295 34 | suerte de piedra negra que divisaba sobre la superficie del 296 100| Yo no estaba contento. Echaba de menos al Marie-Joseph.~ 297 36 | liberarlo. Parecía haber echado raíces en la arena. La proa 298 100| Cenamos, efectivamente. Yo no estaba contento. 299 90 | Una sirena! ¿No era en efecto una sirena, esta hija del 300 35 | la llanura amarilla. Era elástica, como la carne y que parecía 301 | Ellas 302 10 | Tenía dos horas antes de embarcar en el barco a , el Jean-Guiton. 303 11 | interesantes calles, me embarqué en un pequeño barco de vapor, 304 68 | belleza y juventud que nos embriagan como el vino?~ 305 68 | conocía siquiera, y me sentía emocionado, conquistado. ¡Quería salvarla, 306 67 | terrible y creciente, yo empecé a sentirme feliz de estar 307 86 | inesperadamente él y sus hijas empezaron a cantar "God save the Queen", 308 18 | demás. El Marie-Joseph, empujado por un ventarrón violento, 309 14 | de Saint-Nazaire, había encallado en una noche de temporal, 310 18 | capitán - había venido a encallar en esos inmensos bancos 311 35 | Creí estar en un mundo encantado gigantesco y sobrenatural. 312 45 | ya calmadas. Ellas eran encantadoras, sobre todo la mayor, una 313 68 | manera? ¿Es el poder de su encanto que nos envuelve? ¿Es la 314 83 | treinta segundos para volver a encenderse. Era de hecho un ojo, con 315 84 | vez en cuando el inglés encendía un fósforo para ver la hora; 316 11 | agua las enormes piedras, encerrando la ciudad como un inmenso 317 84 | repente él me dijo, por encima de las cabezas de sus hijas, 318 18 | navegando sin rumbo, en un mar encrespado - "un mar de sopa de leche", 319 49 | seco, con una cara roja encuadrada por patillas blancas, verdadero 320 12 | disminuyen toda nuestra fuerza y energía; un día gris, glacial frío, 321 10 | Rochelle, con sus calles enmarañadas como un laberinto, y las 322 11 | silbando, con un aire de enojo, pasó entre los dos torreones 323 35 | avanzaba, y se parecía a una enorme ballena náufraga.~ 324 90 | atormentado se perdió en el ensueño! ¡Una sirena! ¿No era en 325 38 | de cangrejos rascando el entablado con sus pinzas ganchudas, 326 50 | reír, de comprender y de no entender, de subir sus ojos para 327 37 | entrañas. La luz del día entraba por las puertas desquiciadas 328 36 | la arena. La proa había entrado profundamente en esta playa 329 36 | arena ya lo había invadido, entrando por todas las grietas, y 330 47 | representar las entrañas entreabiertas del Marie-Joseph.~ 331 2 | Georges Garin. El sirviente le entregó una carta cubierta de sellos 332 67 | La oscuridad, ahora, nos envolvió, y permanecimos apretados 333 68 | poder de su encanto que nos envuelve? ¿Es la seducción de su 334 75 | mano tocó la mía y sentí un escalofrío delicioso en todo el cuerpo.~ 335 55 | quiso saltar. Lo detuve. Escapar era imposible debido a los 336 12 | lluvia, tan frío como la escarcha, pestilente para respirar 337 35 | escenografía desaparece en los escenarios; y yo estaba caminando ahora 338 35 | en la arena, así como la escenografía desaparece en los escenarios; 339 45 | extraordinarias, misteriosas, escondidas en las profundidades ignotas 340 66 | la piel. Me apoyé en el escotillón. La nave estaba llena de 341 104| que criatura divina!. Me escribe que sus cabellos están todos 342 103| decía. Desde entonces nos escribimos todos los años, en el Día 343 38 | vez en cuando; paraba de escribir por un momento para escuchar 344 101| apretones de manos y promesas de escribirnos. Ellos partieron a Biarritz. 345 70 | silencio del cielo, porque escuchábamos a nuestro alrededor, vagamente, 346 50 | permanecido eternamente escuchándola o contemplándola.~ 347 38 | escribir por un momento para escuchar los ruidos vagos y misteriosos 348 103| Dos años pasaron sin que escuchase una palabra de ellos. Después 349 8 | sentimental que me sucedió!. ¡Ah! ¡Ése fue un Día de Año Nuevo 350 15 | naufragio y juzgar si todos los esfuerzos habían sido intentados para 351 86 | desapareció a través del espacio.~ 352 58 | un miedo despreciable, espantoso, vil y traicionero como 353 33 | capitales de las pequeñas islas esparcidas a lo largo de la costa. 354 65 | Esperamos un cuarto de hora, media 355 83 | miraban, nos observaban, esperando ávidamente que desapareciéramos. 356 90 | dicho los marineros? ¡Mi espíritu atormentado se perdió en 357 81 | desaparecían, líneas de espuma, las olas que golpeaban 358 48 | continuaba inspeccionando el esqueleto de la nave.~ 359 23 | Vea, allá está su buque.~ 360 19 | ojo podía ver a lo lejos. Estábamos navegando hacia una costa. 361 32 | Estamos en pleamar, son las nueve 362 2 | carta cubierta de sellos y estampillas extranjeras.~ 363 | están 364 13 | agua grasienta, de agua estancada. El Jean-Guiton navegaba 365 15 | los restos del naufragio, estimar cuál debió ser su estado 366 82 | tenía un deseo salvaje de estrecharla en mis brazos.~ 367 91 | inglesa cayó sobre mí, la estreché entre mis brazos y frenéticamente, 368 82 | temblaba. Sentía que se estremecía contra mí. Y yo tenía un 369 50 | que yo habría permanecido eternamente escuchándola o contemplándola.~ 370 49 | soñadores, de esos vagabundos eternos con que Inglaterra cubre 371 55 | charcos profundos que habíamos evitado cuando vinimos y donde podríamos 372 10 | fanatismo, la ciudad donde se exalta la fe de los Calvinistas 373 15 | removerse. No obstante yo debía examinar la situación de los restos 374 | excepto 375 46 | apenas alumbrada, profirieron exclamaciones de asombro y admiración; 376 36 | reventado, destrozado, exhibiendo como el costado de un animal, 377 104| cabellos rubios. No, la mía no existe más. ¡Que triste es… todo 378 9 | esa misma tarde tomé el expreso que me dejó en La Rochelle 379 54 | deslizaba, se arrastraba, se extendía como una mancha inmensa.      380 36 | ese inmenso plato amarillo extendido, unas proporciones sorprendentes. 381 22 | Y de repente el capitán extendió su mano derecha hacia adelante 382 38 | donde yo podía percibir la extensión infinita de la playa. Un 383 2 | de sellos y estampillas extranjeras.~ 384 10 | Rouen tan magnífica, pero extraordinaria por toda su fisonomía severa, 385 45 | y las perlas nacaradas, extraordinarias, misteriosas, escondidas 386 45 | le mostré la manera más fácil, y le di una mano. Subió. 387 101| partieron a Biarritz. Poco faltó que yo no los siguiera.~ 388 46 | accidente. Luego, toda la familia bajó al interior de los 389 10 | dónde debe florecer el fanatismo, la ciudad donde se exalta 390 39 | como si hubiera visto un fantasma. Creí realmente, durante 391 10 | ciudad donde se exalta la fe de los Calvinistas y donde 392 9 | hacer de ese día un día festivo, cuando recibí una carta 393 9 | propuesto pasar en París la fiesta del primero de Enero, de 394 | fin 395 45 | lozana como una flor, y muy fina y preciosa. Verdaderamente 396 10 | extraordinaria por toda su fisonomía severa, un poco silenciosa 397 37 | puertas desquiciadas y las fisuras de los costados, aclarando 398 10 | pendencieros obstinados, dónde debe florecer el fanatismo, la ciudad 399 69 | tierra para hacer crecer las flores.~ 400 89 | cantara sola una balada, una folclórica, algo que le gustara, para 401 39 | iba a ver levantarse, del fondo de la bodega dañada, los 402 75 | voluntad. En el momentáneo forcejeo su mano tocó la mía y sentí 403 84 | sus hijas, con una solemne formalidad:~ 404 84 | cuando el inglés encendía un fósforo para ver la hora; luego 405 46 | Ella hablaba mejor francés que su padre y nos servía 406 91 | estreché entre mis brazos y frenéticamente, sin saber, sin comprender, 407 98 | El inglés, ahora, se frotaba las manos y murmuraba:~ 408 45 | tienen el aire tierno de los frutos del mar. Uno habría dicho 409 15 | después como contraparte, si fuera necesario, en el proceso.~ 410 32 | Rochelle. Agradecí al capitán y fui a sentarme en la proa del 411 38 | entablado con sus pinzas ganchudas, el ruido de mil animalitos 412 2 | con mi viejo amigo Georges Garin. El sirviente le entregó 413 39 | su boca; ese fue el único gesto que dejó ver de su emoción.~ 414 83 | ojos enormes, a ojos de gigantes que nos miraban, nos observaban, 415 35 | estar en un mundo encantado gigantesco y sobrenatural. El Atlántico 416 83 | blancos, amarillos, rojos, girando, parecidos a ojos enormes, 417 12 | y energía; un día gris, glacial frío, sucio por una llovizna 418 49 | que Inglaterra cubre el globo. El padre era largo, seco, 419 86 | hijas empezaron a cantar "God save the Queen", qué ascendió 420 81 | de espuma, las olas que golpeaban el casco del Marie-Joseph, 421 80 | restos del naufragio, tan golpeado y dividido que a la primera 422 90 | El mar subía, golpeando ahora nuestro naufragio. 423 76 | aumentó, el chapoteo del agua golpeó más fuerte contra los costados. 424 45 | sólo distinguí la palabra '"gracious" varias veces repetidas. 425 13 | de agua turbia, de agua grasienta, de agua estancada. El Jean-Guiton 426 6 | lentamente, con una atención grave, con aquel interés que ponemos 427 36 | entrando por todas las grietas, y lo apresaba, lo poseía, 428 12 | fuerza y energía; un día gris, glacial frío, sucio por 429 58 | aparecieron a un tiempo. Quise gritar: - Socorro -. ¿Pero a quién?~ 430 96 | mar muy cerca de nosotros. Grité; contestaron. Era un bote 431 45 | que sus cabellos habían guardado el color. Hacen pensar, 432 89 | folclórica, algo que le gustara, para hacernos olvidar nuestras 433 105| 1º Enero 1886~Guy de Maupassant~ 434 55 | los charcos profundos que habíamos evitado cuando vinimos y 435 37 | costado más bajo; luego, habiendo alcanzado la borda, entré 436 13 | balanceándose un poco por hábito, cortando esa masa opaca 437 103| cuenta sobre su vida, me habla de sus niños, de sus hermanas, 438 46 | Ella hablaba mejor francés que su padre 439 19 | Mientras hablábamos, yo mirada a mi alrededor 440 67 | delicioso como un beso. No hablamos más; nos manteníamos inmóviles, 441 104| En cuanto a mí, yo hablo sólo del Marie-Joseph. Quizás 442 104| mujer que he amado…no…que habré amado. ¡Ah, bien! ¿Quién 443 90 | pasado cerca de nosotros, qué habrían dicho los marineros? ¡Mi 444 89 | algo que le gustara, para hacernos olvidar nuestras angustias. 445 35 | desierto. Sólo la sensación, el hálito de agua salada, permanecía 446 8 | Año Nuevo extraordinario. ¡Han pasado veinte años, porque 447 | hay 448 104| Quizás sea la única mujer que he amado…no…que habré amado. ¡ 449 12 | pestilente para respirar como hedor de un albañal.~ 450 60 | una noche pesada, húmeda, helada.~ 451 66 | protegernos del viento suave pero helado, que nos arañaba y nos aguijoneaba 452 89 | aleteaban, como pájaros heridos sobre las olas.~ 453 103| habla de sus niños, de sus hermanas, nunca de su marido! ¿Por 454 67 | cubierta tan cerca de esta hermosa y exquisita muchacha. Me 455 10 | unas guerras de religión heroicas y salvajes. Es la antigua 456 65 | arrastraba, arremolinaba, parecía hervir, parecía jugar sobre la 457 10 | barco a , el Jean-Guiton. Hice un paseo por la ciudad. 458 90 | efecto una sirena, esta hija del mar que me había retenido 459 92 | retenía contestó: - "Yes" e hizo un movimiento para librarse. 460 104| Dios mío…me causó una pena horrible ¡Ah! Sus cabellos rubios. 461 56 | corazones, un minuto de horrorosa angustia. Entonces la pequeña 462 102| Ciertamente, si nosotros hubiéramos pasado ocho días juntos, 463 56 | Hubo, en nuestros corazones, 464 10 | salvajes. Es la antigua ciudad Hugonote, seria, discreta, sin ninguno 465 35 | lo percibía a lo lejos, huía perdiéndose de vista, ya 466 49 | jamón tallada en una cabeza humana, entre dos cojines de pelo. 467 39 | cerca de mí, escuché voces humanas. Salté como si hubiera visto 468 90 | quién estaba a punto de hundirse conmigo en las olas?.~ 469 39 | abandonado. La muchacha más joven huyó, las otras dos se tomaron 470 66 | tuvo frío, y tuvimos la idea de volver a bajar para protegernos 471 45 | escondidas en las profundidades ignotas de los océanos.~ 472 46 | protegidos indudablemente en sus impermeables, y comenzaron todos al mismo 473 96 | había adivinado nuestra imprudencia.~ 474 102| hombre, a veces, es débil e incomprensible!.~ 475 28 | en el lugar que usted me indicó.~ 476 86 | pronunció una frase en inglés, inesperadamente él y sus hijas empezaron 477 38 | podía percibir la extensión infinita de la playa. Un extraño 478 70 | vagamente, un susurro suave, infinito, el rumor sordo de la mar 479 18 | de esta región en Saharas infinitos, a las horas de marea baja.~ 480 16 | Al recibir mi informe, el gerente debería tomar 481 49 | vagabundos eternos con que Inglaterra cubre el globo. El padre 482 13 | profunda y arenosa de playas inmensas, estaba sin una onda, sin 483 18 | venido a encallar en esos inmensos bancos de arena que cambian 484 48 | conmigo mientras yo continuaba inspeccionando el esqueleto de la nave.~ 485 9 | Era entonces inspector de seguros marítimos de 486 38 | mil animalitos del mar, instalados ya en este cadáver, y también 487 35 | El mar se alejaba a cada instante. Ahora yo lo percibía a 488 9 | las diez para recibir las instrucciones y esa misma tarde tomé el 489 71 | Inglesas lloraba. Su padre intentaba consolarla, se pusieron 490 15 | los esfuerzos habían sido intentados para reflotarla. Yo venía 491 58 | Intenté reírme, pero el miedo me 492 6 | atención grave, con aquel interés que ponemos a las cosas 493 11 | durante algún tiempo por esas interesantes calles, me embarqué en un 494 16 | necesarias para proteger nuestros intereses.~ 495 10 | veredas que corren bajo interminables galerías, galerías bajo 496 46 | su padre y nos servía de intérprete. Tuve que relatar el naufragio 497 67 | bienestar y de alegría que me inundaba.~ 498 36 | enormes. La arena ya lo había invadido, entrando por todas las 499 58 | reírme, pero el miedo me invadió, un miedo despreciable, 500 46 | sus mínimos detalles, que inventé, como si hubiera estado


1886-inven | invie-zarpo

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