Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
Guy de Maupassant
La paz de la pareja

IntraText CT - Texto

  • SEGUNDO ACTO
    • ESCENA CUARTA LOS MISMOS, LA SEÑORA DE SALLUS
Anterior - Siguiente

Pulse aquí para desactivar los vínculos a las concordancias

ESCENA CUARTA

LOS MISMOS, LA SEÑORA DE SALLUS

SEÑOR DE SALLUS, muy alegre : ¡ Bien ! querida, él queda... él queda... soy yo quién lo ha conseguido.
SEÑORA DE SALLUS
 : Mi enhorabuena... ¿ Y cómo habéis hecho ese milagro ?
SEÑOR DE SALLUS
 : Muy fácilmente. Charlando.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¿ Y de qué habéis hablado ?
JACQUES DE RANDOL
 : De la felicidad que experimenta  un hombre cuando hay tranquilidad en su casa
SEÑORA DE SALLUS
 : Me gusta poco esa felicidad, a mí, que adoro viajar.
JACQUES DE RANDOL
 : ¡ Dios mío ! Hay tiempo para todo. Los viajes a veces son intempestivos.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¿ Y vuestra cita, tan importante, a las nueve ? ¿ Ha renunciado a ella, señor de Randol ?
JACQUES DE RANDOL
 : Sí, señora.
SEÑORA DE SALLUS
 : Es usted una veleta.
JACQUES DE RANDOL
 : ¡ No ! ¡  no ! soy oportunista.
SEÑOR DE SALLUS
 : Permitidme que escriba una nota.
Se va a sentar en su escritorio, al otro extremo del salón.
SEÑORA DE SALLUS
, a Jacques de Randol : ¿ Qué ha pasado ?
JACQUES DE RANDOL
 : Nada, todo va bien.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¿ Cuando nos vamos, entonces ?
JACQUES DE RANDOL
 : No nos vamos.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¿ Está loco ? ¿ Por qué ?
JACQUES DE RANDOL
 : No me pregunte.
SEÑORA DE SALLUS
 : Estoy segura de que nos tiende una trampa.
JACQUES DE RANDOL
 : No. Está tranquilo, muy contento, sin ninguna sospecha.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¿ Entonces, qué ?
JACQUES DE RANDOL
 : Tenga calma. Está feliz.
SEÑORA DE SALLUS
 : Eso no es cierto.
JACQUES DE RANDOL
 : Sí. Ha expandido su alegría en mi seno
SEÑORA DE SALLUS
 : Es un truco. Quiere espiarnos.
JACQUES DE RANDOL
 : No. Está confiado y pacífico, no tiene miedo más que de usted. 
SEÑORA DE SALLUS
 : ¿ De mí ?
JACQUES DE RANDOL
 : Sí, del mismo modo que usted tenía miedo de él hace un momento.
SEÑORA DE SALLUS
 : Usted ha perdido la cabeza. ¡ Dios mío ! ¡ qué voluble es usted !
JACQUES DE RANDOL
 : Mire, le apostaría que será él quién salga esta noche.
SEÑORA DE SALLUS
 : En ese caso, marchemos enseguida.
JACQUES DE RANDOL
 : No. Le digo que no hay nada que temer.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¡ Oh ! Acabará por exasperarme con su ceguera.
SEÑOR DE SALLUS
, de lejos : Querida, tengo una buena noticia que anunciaros. He podido realquilar cada semana vuestro palco en la Ópera.
SEÑORA DE SALLUS
 : Sois ciertamente demasiado amable de darme la oportunidad de aplaudir con frecuencia a la Señora Santelli
SEÑOR DE SALLUS
, de lejos : Tiene mucho talento.
JACQUES DE RANDOL
 : Y se dice que es encantadora.
SEÑORA DE SALLUS
, nerviosa : No hay como ese tipo de mujeres para gustar a los hombres.
JACQUES DE RANDOL
 : Es usted injusta.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¡ Oh ! mi querido señor, no hay nadie como ellas para que se cometan locuras. Y una locura, comprenda usted, es la única medida del amor verdadero
SEÑOR DE SALLUS
, de lejos : Perdón, mi querida amiga, uno no se casa con ellas; y esa es la única locura que se puede hacer con una mujer
SEÑORA DE SALLUS
 : ¡ Vaya un favor ! Pero os sometéis a todos sus caprichos.
JACQUES DE RANDOL
 : Como no tienen nada que perder, nada tienen que guardar.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¡ Ah ! ¡ que tristes seres son los hombres ! Se casan con una jovencita porque es decente - y se la abandona al día siguiente - y se aferran a una mujer que no es joven, únicamente porque ella no es decente y porque todos los hombres conocidos y ricos han pasado por sus brazos. Y cuantos más haya tenido, con cuantos más se haya acostado, cuanto más cara sea, más se la respeta, con ese particular respeto parisino que no distingue otra cosa que el grado de renombre, debido únicamente al escándalo que se produce, venga de donde venga. ¡ Ah ! que inocentes sois, caballeros
SEÑOR DE SALLUS
, sonriendo de lejos : ¡ Tened cuidado ! Se podría pensar que estáis celosa.
SEÑORA DE SALLUS
 : ¿ Yo ? ¿ Por quién me toma ?
UN
CRIADO  anunciando : ¡ La señora condesa está servida !
Entrega una carta a Sallus.
SEÑORA DE SALLUS
, a Jacques de Randol : Vuestro brazo, caballero.
JACQUES DE RANDOL
, muy bajo : ¡ La amo !
SEÑORA DE SALLUS
 : ¡ No mucho !
JACQUES DE RANDOL
 : ¡ Con toda mi alma !
SEÑOR DE SALLUS
, que lee su carta : ¡ Vaya, hombre ! Voy a tener que salir esta noche.




Anterior - Siguiente

Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (V89) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2007. Content in this page is licensed under a Creative Commons License