Sale el POETA gracioso, de estudiante, y un
AMIGO con él
AMIGO: ¿Para qué
te has vestido de esta suerte,
medio estudiante y medio caminante?
POETA: Poeta quiero
ser por lo estudiante
y por lo caminante forastero,
y, con entrambas cosas, hacer quiero
a toda esta
famosa compañía,
una burla que sea
la más famosa.
AMIGO: Mucho
tu loco ingenio se confía,
que esta
gente es sutil y
artificiosa.
Lo más que representan
son engaños,
con que avisan
al mundo de los daños,
que vienen
a los hijos por los padres.
La honrada vigilancia
de las madres,
la vela de balcones y ventanas,
que muchas por su olvido
son livianas,
enseñan a guardarse los señores
de lisonjeros, falsos y traidores;
al
marido discreto del amigo;
y al que alguno
ofendió, de su enemigo.
Finalmente es un libro la
comedia
que el
pueblo tiene abierto cada día,
a donde ve con gusto y alegría
los ejemplos
más varios e importantes.
¿Y quieres engañar representantes?
POETA: ¡Vete
pues que estoy determinado!
Vase el AMIGO
¡Ah de
casa!
COMEDIANTE 1: ¿Quién
es?
Salen todos los COMEDIANTES
POETA: Un licenciado
COMEDIANTE 1: ¿Qué manda vuesanced?
POETA: Yo soy poeta
y busco al Seor autor.
COMEDIANTE 1: A tiempo viene,
que nos junta el ensayo.
COMEDIANTE 2: Talle tiene
de valiente ingeniazo.
POETA: ¡Aún no lo sabe!
Yo soy el
que inventó lo culto y grave.
COMEDIANTE 2: ¿Traerá vuestra
merced comedia alguna?
POETA: ¡Nunca
yo suelo comenzar por una!
Desde hoy no
tiene que buscar poetas,
comedias, entremeses,
chanzonetas,
bailes, loas de entrada, autos divinos,
palenques, tramoyones, desatinos,
bailes, transformaciones, turcos, moros,
ni letras para el órgano a seis
coros.
Vuelos para llegar a los tejados,
son vuelos de maromas de cuitados.
Un vuelo
llamo yo a
la angarela
con que va una mujer
a la Rochela
y vuelve por la Mancha
hasta Getafe
con sólo un aldabón
que la engarrafe.
Y sin que en todo el
auditorio sea
vista de nayde pára
en Zalamea,
y desde el
campanario a la Mámora
y remata en los muros de Zamora.
COMEDIANTE 2: ¡Bravo vuelo!
COMEDIANTE 3: ¡Espantoso!
COMEDIANTE 2: ¡Cuál era ese volar maravilloso
para traer de Méjico la plata
segura a España
del inglés pirata!
¿Vuestra Merced a hecho alguna cosa
que haya
llegado a verse en el teatro?
POETA: A Avendaño
en Sevilla di cuatro:
La Zacateca
fue maravillosa,
pues sólo
levantándose un tabique
entraban dos mil
indios y un cacique.
COMEDIANTE 2: ¡Bravo día tenemos!
COMEDIANTE 3: ¿La segunda?
POETA: La segunda
llaméla Barahúnda:
era del arca de Noé y entraban
todos los animales que formaban
un rüido notable.
COMEDIANTE 3: ¡Lindo loco!
COMEDIANTE 4: ¿La tercera?
POETA: La tercera llamaba
Guarda el Coco, [comedia]
de herechuelo y espada, no de caa.
Hizo Mari Candado, flor y mapa
de la comedia, a doña Garullana,
que con barba entrecana
disfrazada, buscaba
a don Zampoño,
pastor de las
montañas de Logroño.
COMEDIANTE 2: ¡Brava para espada y herreruelo!
POETA: La cuarta
pareció del mismo cielo.
COMEDIANTE 2: ¿Y cómo se llamaba?
POETA: Por aquí
van a Málaga.
COMEDIANTE 2: ¡Qué brava!
POETA: Hizo
Avendaño el taraga.
Hubo palenque de Sevilla a Málaga,
y acababa en un Ángel que decía:
"¡Por aquí van
a Málaga, Lucía!"
COMEDIANTE 2: ¡Notable novedad!
POETA: Aunque
hizo Prado
la Comedia de Adán,
siempre ha pensado
que es toda de su autor, y ha sido yerro,
porque compuse
yo el papel
del perro,
que el
poeta la lengua no sabía
COMEDIANTE 2: ¿Habrá alguna cosita de poesía?
POETA: Para Amarilis
hice un romancillo
que tardaba
diez días en decillo
y era todo en esdrújulo. Diréle.
COMEDIANTE 2: ¡Diez días! ¡Antes un barril le
vuele!
POETA: Pues
si la brevedad les da
contento,
oigan un villancico
al Nacimiento:
"Sopas le daban al niño
y no las quiere
comer,
mas como
estaban calientes
mamóselas San
José."
COMEDIANTE 3: ¡Cuerpo de
tal y que sutil conceto!
POETA: Pues oigan a "San Juan."
COMEDIANTE 2: ¡Es gran sujeto!
POETA: "¡Cuál sois vos,
San Juan bendito!
¡Cuál sois vos,
¡Cuál sois vos,
me ayude Dios!"
COMEDIANTE 2: ¡No vi cosa en mi vida
tan aguda!
¿No nos dará algún
baile?
POETA: ¿En eso hay duda?
Uno tengo, mas no es, aunque es tan
fuerte,
para día de toldo.
COMEDIANTE 2: ¿De qué suerte?
POETA: Porque
tiene el corral cuatro tejados
en que han
de estar diez músicos sentados,
dice el tiple,
"¡agua va!"
Luego la gente
se ha de apartar.
COMEDIANTE 2: ¿Por qué?
POETA: Por la
corriente.
Sólo han de estar
abajo apercibidos
y con sus cantimploras
prevenidos
los
que venden el agua a los
tablados,
pues con sólo
pasar por los tejados
toma color el
agua de canela.
COMEDIANTE 2: ¿Sabe la letra?
POETA: Sí.
COMEDIANTE 2: Diga.
POETA:
Direla.
"¡Agua va! Se va ¿Quién va?
El Amor. ¡Mal fuego le abrase!
Pase, pase o si
no se mojará.
¡Con
el ay ay ay guiriguirigay!
Que no puede
ser, que sí puede ser,
que de rama en rama,
saltaba la dama.
¡Ay! Quebrósele un píe, San Bartolomé.
Dame
la mano y saltaré,
por aquí, por allí.
¡Calla bobo que no es para ti!"
COMEDIANTE 2: ¡Excelente
por diez! Póngase luego.
¿Mas no tiene comedia?
POETA: Si despliego
la alforja, sacarele
una comedia,
con que cobrando
fama se remedia
porque ha de estar
debajo
de una escalera, aunque ha de ser trabajo
siete años.
COMEDIANTE 2: ¡Siete! No me lo aconsejo.
POETA: Pues,
¿no ve que ha de hacer a
San Alejo?
COMEDIANTE 2: Quisiera yo comedia de un valiente
que acude
a las historias mucha gente.
POETA: ¿De un valiente?
Quedito: La Hercúlea:
donde Hércules se quema.
COMEDIANTE 2: ¡No lo
crea!
¿Entremés no hay alguno?
POETA: Uno extremado,
de Un hombre a quien la bolsa le han quitado.
COMEDIANTE 2: Entremés de ladrones no le quiero.
¡Hola!
COMEDIANTE 1: ¿Señor?
COMEDIANTE 2: ¡Traed
un repostero!
[Y] galaremos al S[eñor] Poeta.
POETA: ¡Vive Dios,
pícaros, que les meta
ésta por las barrigas!
El poeta saca la espada y les amenaza a todos.
Gritos
y caos. Vase eL POETA
COMEDIANTE 2: ¡Suelta el perro!
¡Cierra la puerta de la calle!
COMEDIANTE 1: ¡Cierro!
Vase
COMEDIANTE 3: ¡Allá va como un perro con vejigas!
COMEDIANTE 4: ¡Qué airado amenazó nuestras barrigas!
COMEDIANTE 2: Esto del entremés me da cuidado,
del Hombre a quien la bolsa le han sacado
¡por vida de quien soy!
¡qué me decía
verdad, y qué
la bolsa era la mía!
COMEDIANTE 3: ¡Qué sea vuesanced tan
descuidado!
yo tengo con la mía más cuidado.
¡Vive Dios que la lleva
como esotra!
COMEDIANTE 2: ¡Oh! ¡Qué donaire! Miraré la mía,
pero estaba muy
honda, no podía.
¡Mas vive Dios
que suya fue la gloria!
Llevósela también.
COMEDIANTE 3: ¡Notable
historia!
Sale COMEDIANTE 1
COMEDIANTE 1: ¡Ah, Señor!
¡Ah, señor! El estudiante
al pasar por la sala de un balance
se llevó los
manteles y el salero
y como un potro
se escapó ligero.
COMEDIANTE 2: ¡Eso no,
vive Dios! Dame la espada
COMEDIANTE 3: ¡Vamos todos tras él!
COMEDIANTE 4: ¡Burla extremada!
Sale el estudiante
POETA con la espada desenvainada
POETA: ¡Quedo!
¡Todo hombre se tenga!
Y no pasen adelante
COMEDIANTE 2: ¡Éste es el ladrón,
tenelde!
POETA: ¡Ningún
cristiano me agarre!
sino préstenme silencio,
diré mi papel
COMEDIANTE 2: ¡Dejalde!
POETA: Yo soy, auditorio ilustre,
aquel sutil
estudiante,
más famoso por las
burlas
que por las Indias el Draque,
hice burlas a mujeres,
a porteros de la cárcel,
escribanos, alguaciles,
monos bermejos y sastres,
y,
lo que es más imposible,
a un procurador de frailes.
Solamente
me faltaba
engañar representantes
para ponerme el
laurel.
Que como los
tales hacen
tantas y tan
grandes burlas,
fue la victoria
tan grande
que de justicia
le pido,
volviendo el
matalotaje,
de faltriqueras y mesa,
porque no hay desde
aquí a Flandes
hidalgo más principal,
¡o juro
a Dios de vengarme
con otra burla tan
fuerte
que les cueste hacienda y sangre!
Por eso dadme el
laurel,
magníficos personajes,
así las entradas
sean
de
seiscientos adelante.
COMEDIANTE 2: ¡Vítor! ¡Revítor mil veces!
Que ha andado Pedro
galante.
POETA: Por celebrar la burla
remátese con un baile.
¡Guárdese de mis burlas todo viviente,
que en mis
lazos los pesco, como en mis redes!
COMEDIANTE 2: Si ya le han dado el lauro, diga ¿qué quiere?
POETA: ¡Qué
con fiestas y gustos hoy se celebre!
FIN DEL ENTREMÉS
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