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[Salón de palacio.] Salen RAMÓN y
FLORES: Pues de Nápoles llegaste
caprichosa, la duquesa
fuese y no justa.
sus vidas los caballeros
que ha de ser quien es su amante
valiente por excelencia,
ya que en otras calidades
los ha probado.
de mujer ninguna.
y fantástica. Diez días
su cuidado y diligencia
que descomunal y bravo
aquí y allí sin para
--¡Ah, Porcia, cuánto me pesa!--
pues también birló al que llega.
URBINO: ¡Oh, Porcia! ¡Oh, señora mía!
suplicar que favorezcas
mi pretensión. Porcia ilustre,
si dispones que yo sea
de Serafina.
URBINO: Desde el punto que te vi,
Porcia hermosa, dije: "Aquésta
No quiero que me agradezcas
Al sí que me has dado es fuerza
que, alegre y agradecido,
[Primero, cuando de tí,
que mal pueden encubrirse,
sus visos y resplandores.
SERAFINA: Vete, duque, norabuena;
que tu dama será tuya.
URBINO: Tuya mi vida y hacienda.
FADRIQUE: (Fortuna adversa, ¿qué es esto? Aparte
que mal pueden encubrirse
sus visos y resplandores."
SERAFINA: Don Fadrique, ¿estáis cansado
del torneo?
FADRIQUE: (Que no muera Aparte
"Al sí que me has dado es fuerza
que, alegre y agradecido,
¿Por qué, si el morir es dicha,
SERAFINA: Don Fadrique de Aragón,
¿qué suspensión es aquésta?
FADRIQUE: (Y, "Tu dama será tuya" Aparte
¡Despierta, español, despierta!
FADRIQUE: Bien has dicho, si fue sueño
SERAFINA: Yo no asistí en el torneo;
pero yo he estado indispuesta.
FADRIQUE: ¿Aun eso más? ¿Eso falta?
de tus méritos?
FADRIQUE: ¿Sabes, --di-- cómo sustenta
de este mundo?
en el cartel.
FADRIQUE: Pues si es ésta
SERAFINA: Cuenta, don Fadrique, cuenta
para que yo te agradezca
el mantenello y contallo.
FADRIQUE: (Disimularé mi pena Aparte
y un cartel...
pues, ¿qué cólera es la tuya?
FADRIQUE: ¿No quieres tú que la tenga
esa presunción, Fadrique,
no doy yo satisfacción.
FADRIQUE: Espera, señora, espera.
SERAFINA: Vuelvo, por sólo esperar
FADRIQUE: (Yo no entiendo esta mujer). Aparte
Murmuraron de mí porque servía
dama de la duquesa, y yo, enojado,
respondí que en beldad y bizarría
ninguno de este mundo la ha igualado;
y que tanta beldad defendería,
y con valor, en campaña o en poblado.
A la plaza salí, gallardo y fiero,
con nombre de Dudoso Caballero,
y cuando...
FADRIQUE: Pues, ¿hay más dudas que tenga
un amante desdichado?
enojos en los labios muestras,
y en la banda me desprecias,
da en sus garras, halla muerte;
de aquellos que las auroras
"Si me quieres matar, ¿por qué me lloras?
Y si me has de llorar, ¿por qué me matas?"
SERAFINA: El ignorante halla dudas
donde no las hay; no creas
de favor. Bien claras muestras
quédate contigo mismo.
Ya me matas. (¡Oh, que Circe!) Aparte
De la batalla o fiesta llegó el día;
Vieron primero la persona mía,
sobre los hombros de un hermoso bayo.
Pisó el circo gentil con bizarría
aquel hijo del Betis y de un rayo,
haciendo, como diestro en los torneos,
corvetas una y otra escarceos.
Caminando a la tienda de campaña
no cesaban las cajas y clarines;
la damas repitieron: "Viva España"
y aun me vertieron cándidos jazmines.
llevada sobre el mar de dos delfines,
mi empresa fue. La letra: "En esta calma
me lleva Amor para enajenarme el alma."
con agravios declarados,
cuando agravios me atormentan,
tú me matas.
que por él intercediera
por su amor la diligencia.
Sí, le dije, y este "sí"
SERAFINA: Engáñaste; y si supiera
que de mí se imaginara
FADRIQUE: ¿Lloras? Temo no me mates.
FADRIQUE: No hay quien te entienda, mujer.
Salió a la plaza Urbino, fue el primero;
de color verde y blanca en el cimero;
cuando el viento sutil las ha ondeado,
ya parecen abril, ya son enero;
un árbol pareció que está nevado.
Ondas eran del mar las varias plumas,
pues mezcladas se ven olas y espumas.
Con señas a batalla me provoca,
un duelo de dos tigres se dibuja,
ya para el curso la trompeta toca.
ya sacamos las lanzas de la cuja,
ya acometemos, cada cual fuenroca;
no hay hasta que no rompa y que no cruja;
tocaron los pedazos las regiones
del fuego, descendiendo hecho carbones.
Los brazos a la espada el duelo fían;
tantos los yelmos combatieron ellas
que fraguas de Vulcano parecían,
y relámpagos eran las centellas;
como nocturnas sombras no se veían
el vulgo se admiró de ver estrellas.
Mi contrario quedó tan sin sentido
que ni bien era muerto ni dormido.
Ya esperaba en el puesto el de Ferrara,
que el iris vistió de su librea;
corrimos, y el caballo le arrojara
si al arzón no se asiera; titubea,
ya cae, ya no cae, ya sí, no para
el caballo, y él libre se pasea,
pues su dueño perdió sentido y freno
cuando mi lanza fue rayo sin trueno.
Aquí el de Parma me provoca al duelo;
la fuer[te] lanza puesta ya en el ristre,
exhalaciones fuimos, que en el cielo
no hay vista perspicaz que no registre.
Su caballo se vio correr en pelo
sin silla, y sin señor que le administre,
porque en tierra cayó, y medir pudiera
lo que habrá menester cuando se muera.
Entrando van después aventureros
por mostrar su valor mostrando fama
ya con las lanzas, ya con los aceros,
aquéste me acomete, aquél me llama;
yo, invocando el favor de los luceros
que son los bellos ojos de mi dama,
feroz en los estribos me levanto,
matando unos de herida, otros de espanto.
Todo es aplauso, todo alegres voces,
crece la admiración, la noche llega,
aquéllos con valor, éstos feroces,
todos me embisten, invención fue griega;
corren ligeros, sombras son veloces,
aquél repara, el otro no sosiega,
discurro sin pensar, cólera tengo,
muchos me cercan, el agravio vengo.
Las damas dicen: "Paz". El sol se puso.
Suena "España" una voz, otra "Victoria".
Pasmó lo noble, el vulgo va confuso,
salgo sin mí, tú estás en mi memoria;
dichas prevengo, de feliz me aviso,
hallóme mi pesar, perdí mi gloria;
tuyo en efeto soy, y mis deseos
servirán a tus plantas de trofeos.
SERAFINA: Debo estar agradecida.
FADRIQUE: Y, ¿cuándo lo mostrarás,
SERAFINA: Basta no estar ofendida.
FADRIQUE: ¿De qué?
SERAFINA: De que me han contado
FADRIQUE: Dueño fue de mi albedrío,
pero si éste se cayó
SERAFINA: Hoy un favor os daré.
FADRIQUE: ¿Aún no estoy examinado
de todo punto? Yo sí
SERAFINA: Si es ésta, ¿qué pretendéis
de favores lisonjeros?
FADRIQUE: Vivir, para agradeceros
SERAFINA: No, no me juzguéis amante.
FADRIQUE: ¿Qué queréis con tantos fieros?
SERAFINA: Vivir para agradeceros
[Decoración de jardín]
FLORES: Licencia esta noche ha dado
a cualquier caballero.
RAMON: ¿Don Fadrique está avisado?
FLORES: Ve tú y avísale presto;
porque nadie llegue al puesto.
Salen a lo alto PORCIA y ELISA
ELISA: Piensa, ¿qué defectos tiene?
ELISA: ¡Oh, si te viese duquesa!
PORCIA: Con esperanzas estoy,
ELISA: ¿Qué letra quieres que cante?
PORCIA: Una que mi mal espante,
ELISA: "Esperanzas lisonjeras,
como verdes primaveras!"
SERAFINA: Porcia, ¿música sin mí?
PORCIA: ¿Qué no es vuestro, mi señora?
FLORES: Sí.
SERAFINA: ¿Qué caballero ha llegado?
FLORES: Yo.
FLORES: No;
porque yo canto endiablado.
ELISA: ¡Qué lenguaje barbarismo!
FLORES: Soy el eco de mí mismo.
PORCIA: Hoy temí que te cansases;
con gusto.
PORCIA: Bien la empresa no se veía;
FLORES: Es misterioso.
........................
........................
.................... [ -oso].
PORCIA: La empresa del de Ferrara
si es la noche oscura o clara;
"Oscuro está y huele a queso".
FADRIQUE: (Pensaba yo que no es hora Aparte
SERAFINA: La del español queremos.
FLORES: Entre sus plumas y galas,
quemándose los extremos.
...................... [ -orcia].
PORCIA: Aún las mejores son esas.
FLORES: Tal es el españolete.
FADRIQUE: (Sin duda es él). Aparte
FLORES: Fáltanme dos mil empresas.
FERRARA: El lugar nos han tomado.
URBINO: Pena de quien ha tardado.
..................... [ -oy].
.....................
........................
........................
PARMA: Breve será si es dichoso.
FERRARA: ¿Quién es?
FERRARA: Es el duque de Ferrara.
FADRIQUE: Don Fadrique, el que está aquí.
FERRARA: Si nos permiten la entrada
que hable Porcia y no su alteza.
SERAFINA: Escuchemos lo que pasa.
.......................
FADRIQUE: No ha mucho que en la estacada,
ya he dicho, ya he sustentado
FADRIQUE: Sé que puse aquí las plantas
PORCIA: Sin duda que le maltratan
SERAFINA: Mira, Porcia, que te engañas.
SERAFINA: ¿Tú tienes desconfïanza
SERAFINA: Ya me tenéis despechada
que allá blasonan me agravian;
yo os veré desengañadas.
Caballeros... ¿A quién digo?...
Del que ese lienzo nos traiga.
PORCIA: Eso es beber sangre humana;
PARMA: Será del duque de Parma.
URBINO: Será del duque de Urbino.
FERRARA: Decid que es del de Ferrara.
FADRIQUE: ¿A quién digo? ¿Ah, caballeros?
Determinen ya quien gana
porque después de ganada
FERRARA: ¡Qué arrogancia!
SERAFINA: Con la rabia que me dieron
PORCIA: Baja a remediallo, vaya.
FADRIQUE: Con modestia lo pedía,
a todos es la demanda.
Denme el lienzo, caballeros.
URBINO: Ya no son esas palabras
sino de soberbia y tanta
FADRIQUE: ¡Buen remedio! Si los dos
PARMA: Por castigar tu arrogancia
URBINO: Español, ¿qué confïanza
FADRIQUE: Ésta es, que "español" me llamas.
[URBINO: Bien está advertido. Agora,
conmigo que el lienzo tengo...]
FERRARA: ¡Arrogancia temeraria!
que si es Porcia quien le echó,
de quien le lleve, ¿qué importa
.........................
URBINO: Bien está advertido. ¡Basta!
porque sea más hazaña
FADRIQUE: ¿El lienzo, al fin, me entregaste?
URBINO: Si, porque es de una crïada
..........................
ya tus réplicas.
...........................
Ya estamos tantos a tantos.
Acuchíllense. Vanse y salen PORCIA y
PORCIA: ¡Baste, baste caballeros!
SERAFINA: Es un rayo don Fadrique.
Sale don FADRIQUE con la espada desnuda y el lienzo
en la mano
FADRIQUE: Si este lienzo es el favor
pues así me aventuráis.
y así, aunque el lienzo he ganado,
vengo a ser el desdichado
en ser conmigo crüel.
de mí, por agradecido,
SERAFINA: Don Fadrique, espera, aguarda.
Si a la dama castellana
defendiéndome este día
Aquí tienes ésta mía.
Aunque a los tres descontente,
A FADRIQUE
Mantua a vuestros pies se ofrece.
FADRIQUE: Más quiero esa luz divina.
FERRARA: ¡Vive Dios! Que merecéis
por este agravio esta injuria,
URBINO: Ferrara, no os enojéis
de lo que a mí me tocó.
FADRIQUE: ¿Qué bárbaro se atrevió
arriesgando su cabeza?
FERRARA: ¿Quién dará ese riesgo?
FADRIQUE: Yo.
de dejar estos girones
No me pregunten por qué.
el rey, el papa, o Dios padre.
URBINO: Yo adoré; no me ha pesado.
SERAFINA: Yo tengo dueño, en efeto,
PARMA: Yo el premio de enamorado.
FADRIQUE: Yo el pago de mi cuidado.
URBINO: Yo he sido siempre engañado.
FERRARA: Yo, aunque en Mantua más blasonen,
FLORES: La comedia acaba aquí;
FIN DE LA COMEDIA