IntraText Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText | Búsqueda |
Link to concordances are always highlighted on mouse hover
Campiña con praderas, peñascos y
rebaños de toda especie de ganados pastoriles: Una
cisterna en medio. Después de ruido de esquilas,
chasquidos de bandas y voces, salen dos PASTORES, RUBÉN,
SIMEÓN: Ahipad los perros: ¡to, to!
JUDÁ: ¡Qué se escapa! ¡Qué se escapa!
LEVÍ: Por el arroyo a la cuesta...
TODOS: ¡Qué va al monte! ¡Ataja, ataja!
RUBÉN: Ya será en vano seguirle.
JUDÁ: Ya en la maleza se ampara.
LEVÍ: Ya al monte huye velozmente.
SIMEÓN: Con él la mastina parda
LEVÍ: Cierto es pues allá no hay fieras.
RUBÉN: ¡Tampoco pasto! Y si le hallan
aquí, como veis, es cierto
LEVÍ: No hay duda que aquí al fin come.
RUBÉN: Por lo demás en su guarda
vigilaremos su riesgo.
los demás hermanos, ¿cómo
no están aquí?
con nosotros, pues a todo
bastamos sin ellos.
LEVÍ: No haya
quien de la historia eche menos
tan precisa circunstancia.
SIMEÓN: Nadie ignora, que a esto y cuanto
éstas y otras circunstancias
que a la historia no haga falta,
que algún episodio haya.
Mas volviendo a nuestro asunto,
¡juro a Dios que el correr cansa!
RUBÉN: No le nombres. ¡Calla, calla!
JUDÁ: No le acuerdes. ¡Cesa, cesa!
LEVÍ: No a la memoria le traigas.
RUBÉN: Que siempre que de él me acuerdo...
JUDÁ: Pues cuando oigo que de él se habla...
LEVÍ: Que aun imaginar en él...
TODOS: renueva a mi odio la saña.
RUBÉN: ¡Quién le quitara la vida!
JUDÁ: ¡Quién ver su muerte lograra!
Pues lo mismo a mí me pasa;
mas decidme, ¿por qué es esto?
es que me come! ¿Por qué es?
RUBÉN: Porque con soberbia tanta
me ha de ser.
nuestro padre a él más que a todos
LEVÍ: Porque cuanto ejecutamos
SIMEÓN: Pues yo, porque padre le ha hecho
RUBÉN: Mas, ¿qué veo! ¿No es aquél,
ISACAR: Vele allí. Viene el monarca
RUBÉN: La ocasión viene rodada
a que de él nos deshagamos
SIMEÓN: Démosla la muerte, y luego
JUDÁ: Bien dices, y a echarle menos,
SIMEÓN: Cuando yo dé una patada,
le embistamos. Disimulo,
que llega.
TODOS: Finjamos.
Sale JOSÉ con ropa talar de color, y debajo
JOSÉ: Hermanos, gracias a Dios
los brazos.
JOSÉ: ¿Así premiáis casi un día
obedeciendo a mi padre
cada instante.
JOSÉ: No son mentiras. Te engañas.
SIMEÓN: ¿Sí? Pues dilas, y también
por la que te regañaba
JOSÉ: Sí, diré, si es que no os cansan.
RUBÉN: Por esta vez convendremos
porque Él lo mandó.
dilas, que basta Él lo quiera.
SIMEÓN: Con esto mejor se clava.
obediente a estas instancias,
sobre la tierra, y los vuestros
le rendían la obediencia.
TODOS: ¿Por qué?
LEVÍ: (Sin duda el juicio le falta). Aparte
SIMEÓN: Hermano, tú estás borracho,
JOSÉ: Es el otro, que once estrellas,
RUBÉN: ¡Calla loco! ¿Qué pronuncias?
SIMEÓN: ¡Quita de ahí, tonto! ¿Qué hablas?
RUBÉN: ¡Qué juzgas que esas estrellas...
JUDÁ: ¡Qué crees que estas manadas...
LEVÍ: ¡Qué estás en que sol y luna...
RUBÉN: ...son en nosotros cifradas!
JUDÁ: ...hemos de ser tus hermanos!
LEVÍ: ...nuestros dos padres retratan!
JOSÉ: A eso no daré respuesta.
SIMEÓN: (¡Vaya el trasto noramala! Aparte
¿Nosotros a él? ¿Quién es él
Con sota se contentara.
JUDÁ: ¿Cómo ese imposible cabe?
RUBÉN: ¿Ni cómo besar tus plantas
JOSÉ: Lo que el cielo santo me habla,
es para mí.
Le da una patada SIMEÓN y le embisten con
JOSÉ: ¡Ay de mí! ¿Qué os arrebata,
RUBÉN: Ved, que es acción inhumana
el que en nuestra sangre misma
nuestras manos sean manchadas.
(Ya en lástima troqué el odio). Aparte
JUDÁ: Pues, ¿cómo ha de morir?
sin susto, es fuerza que muera.
RUBÉN: (¡Oh, si mi intento lograse!) Aparte
JOSÉ: Si mi inocencia os agravia,
SIMEÓN: Una vez que ha de morir,
sea como fuere.
que aunque quede en pena tanta
RUBÉN: Con desnudarle la ropa,
JOSÉ: ¡Qué yo mismo tal escuche!
¡Qué dolor!
SIMEÓN: ¡Agua va! ¡Fuera de abajo!
RUBÉN: Id vosotros, que yo en tanto
que el sol sus líneas traslada
a otro hemisferio, me parto
(No es sino para hacer tiempo Aparte
JUDÁ: Ya con esto está contenta
satisfecha va mi saña.
SIMEÓN: Toma el sol, toma la luna,
y el rey; mas, pues a la sombra
que un tabardillo te ahorras.
SIMEÓN: ¿Qué hay, hermano Judá?
JUDÁ: ¿Qué adquirimos con que haya
Al fin, nuestro hermano es. ¡Nada!
SIMEÓN: ¿Tal dices? ¡No verle más!
JUDÁ: Pues eso mismo se alcanza
SIMEÓN: ¿Cómo?
de mercaderes, con muestra
de no verle más, lo mismo
pues ya más no le veremos
SIMEÓN: No hay duda que eres discreto.
Salen LEVÍ y los dos MERCADERES
nos le vendéis?
JUDÁ: Mas, decid primero -- si
mi curiosidad no os cansa --
MERCADER 1: Dirélo en breves palabras.
Los dos somos ismaelitas,
mercaderes, que contrata
en géneros diferentes,
y mirra. Esto es en sustancia.
MERCADER 2: Ahora vamos a otro clima.
JUDÁ: ¿Lo oyes? Así se afïanza
nuestro gusto.
quién se vende.
porque no se nos escape.
JOSÉ: ¡Ay, infeliz! ¿Quién me llama?
JUDÁ: Tus hermanos. Sube arriba.
JOSÉ: ¡Que consiga dicha tanta
de vosotros! Humillado,
dejad que os bese las plantas.
JUDÁ: Éste es.
MERCADER 2: Joven es de buena traza.
MERCADER 1: ¿Y cuánto queréis por él?
JOSÉ: ¿Qué es lo que oigo? ¿A qué me sacan?
¿Qué intentáis conmigo, hermanos?
SIMEÓN: Y es preciso sean en plata.
MERCADER 1: Tomad. El esclavo es mío.
SIMEÓN: Muy buen provecho le haga.
JOSÉ: Hermanos míos, ¿qué hacéis?
¿Cómo así -- ¡desdicha rara! --
me abandonáis -- ¡Qué pesar! --
donde -- ¡los cielos me valgan! --
quien en Jacob, y en vosotros
¿Esclavo me hacéis? ¡Qué pena!
¿Sin veros yo? ¡Y lo que es más,
Yo os lo pido, yo os lo ruego.
No por mí, sino por él
atended a mis instancias.
Se arrodilla
Y si no bastará esto
duélaos verme a vuestras plantas
para mi consuelo?
LOS TRES: Nada.
JUDÁ: Y pues la entrega os hicimos,
JOSÉ: ¿De qué fiera se contara
Pero, ¿para qué se cansa
mi voz si advierto en su envidia
MERCADERES: Venid, pues.
Adiós... pero el llanto me ahoga.
¡Padre! Mas ya la voz falta...
Adiós, pues, que esclavo pobre
ya no nos veremos más.
¡Qué desdicha! ¡Qué desgracia!
Vanse todos. Casa pastoril. Salen cantando y
bailando en traje pastoril DINA, CELFORA, LISEA, PASTORAS y
haya pastorela;
y el chisquirristrís
y el chascarrastrás
y bailando
JACOB: ¡Cuánto, zagales, estimo
a mi Benjamín demuestran!
CELFORA: Entre
JACOB: Me huelgo, que su belleza
más que a todos; y al mirar
a que le dé preferencia
en mi pecho.
LISEA: ¿Y otra al mismo fin compuesta?
JACOB: Sí, que mucho de escucharlas
me holgaría.
CELFORA: "Los corderillos brincan,
porque así del niño
TODOS: Y el chisquirristrís
y el chascarrastrás
y bailando
del día enhorabuenas.
TODOS: Y el chisquirristrís
y el chascarrastrás
y bailando
JACOB: De nuevo obligado os quedo
a expresiones tan urbanas,
y pues en estas campañas
me colman las abundancias.
fuera que la honra enristrara,
al sol, la lluvia y la escarcha
la tierra me obedeciera,
CELFORA: Ya sabemos que sirvió,
entre todos se llevó.
JACOB: Sí, esa fue Raquel, feriada
por mi servidumbre a costa
Pero, ¿cuándo cuesta poco
aquello que mucho valga?
PASTOR 1: Y di, habiendo acá crïados,
¿por qué no nos encargabas
JACOB: Con las fatigas se labran
Pues, si saben, cosa es clara,
DINA: Sosiega, señor, que a casa
querrá el cielo pronto vuelva.
JACOB: ¡Ay, Dina! Sin él el alma
vivir no puede. ¡Oh, hijo mío!
PASTOR 1: Nada alcanzo a ver, señor.
son esas instancias.
PASTOR 2: Ningún hombre, señor, veo.
JACOB: ¿Cómo es posible? ¿Estáis ciegos?
DINA: Si ha de venir, ¿no conoces
JACOB: Bien dices. ¡Ay, José mío!
PASTOR 1: ¡Extraño afecto de amor!
nuestros sentimientos pausas.
TODOS: Sí, señor.
Sale el PASTOR primero con la túnica de
que no es José, sino un hombre
Me la dio y volvió la espalda.
JACOB: ¡Ay de mí! Pues mi José,
¿qué se ha hecho? ¿Dónde está?
Muy bien la conozco. ¡Ay, ansias!
Ojos, convertidos en agua,
UNOS: ¡Qué desdicha!
OTROS: ¡Qué desgracia!
JACOB: ¿Muerto mi José ¡Ay triste!
¿Muerto él, y del pecho -- oh, cielos --
de pesar? Mis vestiduras
¡Qué quebrantado! ¡Ay, infeliz!
PASTOR 1: ¿Llena de sangre la ropa?
CELFORA: ¡Qué lástima! ¿Qué haré, muerto
el más hermoso?
RUBÉN: Por presto que a la cisterna
mi diligencia frustrada.
DINA: Lamentando la desgracia
sin que por consuelo...
Yo se le procuraré
si mi persuasión abraza.
DINA: Nunca yo hubiera nacido.
Sale SIMEÓN con los otros hermanos al
SIMEÓN: Según veo las plegarias
Finjamos todos.
Salen TODOS
¿De qué lloras? Pues, ¿qué es esto?
DINA: ¡Ay, hermano de mi alma!
SIMEÓN: Con que a casa congregados
JUDÁ: ¿El qué?
RUBÉN: (¿Qué más fiera que la envidia Aparte
que en nosotros su fin traza?
Pero mi arrepentimiento
al no hallarle).
RUBÉN: Pues, señor, si la desgracia
JUDÁ: Aunque un hijo en él te falta,
DINA: Padre, no a Dios enojéis,
SIMEÓN: Como yo viva, que mueran
los demás no importa nada.
LEVÍ: Padre, suspended el llanto.
RUBÉN: Desechad congoja tanta.
JUDÁ: Olvidad ya tal quebranto.
DINA: Borrad ya pena tan rara.
JACOB: No, hijos míos, no es posible.
RUBÉN: Nada hay que le persüada.
DINA: Vamos tras él, porque temo
algún despecho.
UNOS: Vamos todos.
Vanse todos. [Atrio y portada del templo]. Salen
el rey FARAÓN, la REINA, PUTIFAR, CLEFO, y
acompañamiento por un lado y por otro ASENET, TITANA y
otras, de sacerdotisas, cantando
ASENET: Enhorabuena lleguen vuestras reales
majestades del templo a los umbrales,
aguardando a que entren son abiertas.
FARAÓN: Primero que a mi ejemplo
entren cuantos me siguen en el templo,
quiero sepan mi intento reverente.
TODOS: Ya le escuchamos.
a quien mi tierno amor por dueño adora;
general de mis armas y mi gente;
Clefo, a cuya lealtad, grandeza y brío
doy el honor de gran copero mío;
bella Asenet, mayor sacerdotisa
del dios Serapis, cuyo culto avisa,
de vuestro padre Putifar, que tiene
el honor, aunque ausente es, bien denote
de Heliópolis ser grande sacerdote;
rendido a una interior melancolía,
sin que de tan crüel desasosiego
de artificios humanos el discurso,
pues cuantos sabios ante mí se vieron,
al consultar mi mal se confundieron
sin acertar ninguno,
según mi dicha, en mal oportuno;
así, no hallando alivio en los mortales,
acudo a los auxilios celestiales
porque Serapis, dios de Egipto, diga
el remedio que acabe a tal fatiga.
REINA: Si eso intentáis, ¿en qué nos detenemos?
y todos me seguid.
TODOS: Ya todos vamos.
ASENET: Y porque a su deidad propicia oigamos,
invoque el dulce coro su clemencia
diciendo armoniosa la cadencia.
Éntranse con el cuadro, con el que
volverán a salir en el templo que se descubrirá
donde se arrodillarán todos ante el dios Serapis, que
estará al foro en forma de humano
MÚSICA: "Serapis, dios sagrado,
de arcanos escondidos".
ASENET: Respuesta no esperéis presto;
que se muestra ensordecido
FARAÓN: ¿Qué más mal que el que padece
CLEFO: ¿Sueños, señor? (¡Qué hasta ahora Aparte
Si me creéis...
CLEFO: Yo traeré quien de ese abismo
te libre...
CLEFO: Que está preso, señor, digo,
en aquel paraje mismo
a mí y a tu panadero,
pues a él le anunció la muerte
y a mí ser restituído
con que a un tiempo ambos salimos,
FARAÓN: Ve al punto por él, no tardes.
PUTIFAR: Ése es un joven, señor,
y haciéndole mi valido
FARAÓN: Pues, si inocente está, ¿cómo
no le libráis?
(¡Ah, infiel esposa! Que si Aparte
CLEFO: Éste es José, el hebreo
que os dije.
JOSÉ: (¿Hasta dónde crüel Fortuna, Aparte
PUTIFAR: De verlo me regocijo.
ASENET: ¡Gallardo el hebreo es!
FARAÓN: ¿Dónde naciste, cautivo?
FARAÓN: Pues, si entre hebreo y Egipcio
JOSÉ: Tales y tan exquisitos
al dolor de referirlos,
de ello; mas yo les perdono
y amo como a mí mismo.
REINA: ¿Por qué indicio preso estabas?
JOSÉ: Por el que una mujer hizo
valiéndose de mis ropas
de los baldones del mío.
PUTIFAR: (¡Qué cuerdo el cómplice oculta Aparte
y manifiesta el delito!)
FARAÓN: Admirado estoy de oírte.
ASENET: ¡Qué galán, y qué entendido!
FARAÓN: A esto te llamo. De todos
JOSÉ: No es
FARAÓN: Pues el primer sueño fue
[en aquél se apacentaban].
tan flacas y tan hambrientas
[las] que pacían, como antes
Fue el segundo, que en un valle
JOSÉ: (De que ya me alumbráis, gracias Aparte
Ésas gordas y hermosas siete vacas,
siete fértiles años significan.
Siete estériles luego pronostican
las otras siete exánimes y flacas.
Las espigas que al sueño después sacas,
lo mismo que las vacas significan;
que unas con fruto, otras sin él indican
gran mal a las provincias egipciacas.
................
.....................
.....................
..................
.....................
....................
de cuanto los cosecheros
que para esto harás hacer,
Este arbitrio es provechoso,
fuerza es que el reino convenga
sin que en tu perjuicio venga.
Con lo cual te satisfaces
y con tal socorro haces
Si esto haces, encontrarán,
el necesitado pan,
FARAÓN: ¡Oh, cielo! Ya he descansado.
en que mi pena aquietaste.
ASENET: De alto espíritu es dotado
pues sólo él a eso ha bastado.
REINA: Sus juicios, no naturales,
FARAÓN: Llega a mis brazos, que creo
cuanto dices.
se encumbra a tus plantas reales.
FARAÓN: Pues, mal y cura divina
mandándolo; y aun en todo
como a mí.
que otro yo en Egipto [fueres],
en tu diestra el cetro indique.
lo demás todo está en ti;
con que ya, José, así
JOSÉ: (¡Ay, padre! ¡Ay, hermanos! ¡Si Aparte
FARAÓN: A José aclamación
todos repetid aquí.
FARAÓN: No sea así,
de este reino en tal conflicto.
TODOS: ¡Viva el Salvador de Egipto!
REINA: ¡Quién tanto bien alcanzó!
FARAÓN: Repetid esos acentos,.
TODOS: ¡Viva el que nos remedió!
logro el fin de mis contentos.
TODOS: Así lo haremos.
.........................
.........................
FARAÓN: En mi carro ahora vendrás.
JOSÉ: De indigno a todo me alabo.
ASENET: ¿Quién vio más feliz esclavo?
REINA: ¿Quién tal dicha vio jamás?
FARAÓN: Asenet, que aplauda harás
HOMBRES: Pues, en cadencias veloces...
MUJERES: Pues, en alternadas voces...
Cantan todos
MÚSICA: "Al Salvador de Egipto