IntraText Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText | Búsqueda |
Link to concordances are always highlighted on mouse hover
Casa pastoril. Salen BENJAMÍN de pastor con
arco y flechas, DINA y CELFORA
BENJAMÍN: Porque yo de su horizonte,
mientras la fuerza al sol pasa,
triunfos de mi flecha, a Dina.
CELFORA: Los he visto en la cocina.
como siempre en su manía
su grande melancolía.
CELFORA: Después que el hijo perdió,
por los rincones consigo
BENJAMÍN: Mas ya allí
JACOB: José, espera, hijo mío,
oye, aguarda... Mas, ¿qué es esto?
DINA: Crédito da a sus ficciones
JACOB: Vuelve a mi pecho halagüeño.
Mira... ¿Qué hago? Que esto es sueño.
JACOB: Pero sea, no sea, así
yo mismo me engaño a mí
¿Por qué has tardado, por qué,
en venir?
JACOB: Dirás que antes no podías.
¿Van abundantes las crías?
¿Que sí dices? ¡Gloria a Dios!
Mas, ¿cómo tanto, rapaz,
en volver tardasteis vos?
Va enhoramala, que al pecho
tardanza, como si alguna
¿Mi encargo? ¿O él? Pero en fin
más en ella. Sí, señor,
aguardando está mi amor
Parece le ha enternecido.
Quita. De mí no has de asirte.
BENJAMÍN: Yo llego; que a más no espero.
no alcanzo.
BENJAMÍN: Si José vivir pudiera
yo me la diera.
BENJAMÍN: Sabe Dios cuanto a llorar
JACOB: También a ti te amo yo.
JACOB: ¿Qué es esto? ¡Ruidos prolijos!
SIMEÓN: Digo que no le han de ver.
Sale SIMEÓN con un pan, todos los HERMANOS
tras él
TODOS: Quitádsele.
SIMEÓN: No ha de ser;
que yo le hallé.
ante mí con tal desmán
TODOS: Partamos.
JACOB: El saber qué fue esto espero.
RUBÉN: Esto es, que se ha hallado un pan
pedido de él alcancemos;
a nuestra necesidad
quitársele. Aquí salimos,
nuestro ruego.
DINA: ¿Por qué no repartes, loco?
SIMEÓN: Porque es para todos poco,
y para mí, al fin, no es mucho.
JACOB: Esa acción de vil te ultraja.
SIMEÓN: Pues si tal hambre me obliga
JACOB: Con ellos parte, que hermanos
ISACAR: ¡Qué hagas nuestros ruegos vanos!
CELFORA: Marido, el pan dame entero,
verás que en todos aquí
CELFORA: Sí.
SIMEÓN: Pues si tú quieres, no quiero.
CELFORA: Dámele, que yo a comer
SIMEÓN: No soy yo de los maridos
JACOB: ¡Qué esto pase! ¿Qué quebranto?
DINA: ¿Por qué es, señor, ahora el llanto?
RUBÉN: ¿Por esto es vuestro pesar?
JACOB: No, hijos míos, que es por ver
SIMEÓN: Harta es, pues no hay qué comer.
JUDÁ: La esterilidad es fuerte.
BENJAMÍN: Ningún grano se cogió.
ISACAR: El hambre nos da la muerte.
CELFORA: Ya se gastó lo guardado.
DINA: En los pueblos de Canaán
JACOB: Es que está Dios enojado.
más aquí; que fallecer
JACOB: Si eso llegáis a mirar,
como vuestra negligencia
para todos?
ISACAR: ¿Cómo o cuándo,
RUBÉN: ¿Cuándo?
De vosotros, sí, debía
que a no ser por la edad mía,
RUBÉN: Avergonzado me inclino
-- pues tu acierto el modo da --
nuestra acción.
SIMEÓN: Vamos, que yo voy también.
JACOB: Que os ausentéis mucho siento;
BENJAMÍN: ¿Aqueso, padre, decís?
¿Qué ha de juzgarse de mí
y para comerlo, sí?
Es muy niño.
¿Qué importa? Que los trabajos
SIMEÓN: ¿Hay tal cosa? Hasta los gatos,
RUBÉN: Quede él pues de eso gustáis.
JACOB: Sí, que vuestra ausencia crüel
menos sentiré con él.
para todos, que tenemos
SIMEÓN: ¿Y hemos
DINA: ¡Qué impertinente!
SIMEÓN: ¿No os parezca son molestias?
JACOB: ¿Cómo a pie? Cuando traéis
SIMEÓN: Y pregunto: Entre esas bestias
aun el mío.
a prevenirle muy bien.
RUBÉN: Mejor es, por más sentado
vaya en él.
SIMEÓN: Tampoco.
que en él iré.
SIMEÓN: Eso no.
CELFORA: ¿Por memoria verdadera
SIMEÓN: Los pirámides de Egipto.
SIMEÓN: En la faltriquera.
y comeré los demás.
TODOS: Vamos, pues.
-- advertid en lo que os digo --
RUBÉN: A tus pies, en compañía,
la Bendición aguardamos.
JACOB: Pues la dé Dios, y la mía
os alcance.
JACOB: Adiós. Ya me he enternecido.
JACOB: Dios, cuanto antes a mi vista
los traiga; y si a consolarme
pues después de José, en mí
más que todos es querido.
BENJAMÍN: (¡Cuánto el no ir he sentido!) Aparte
JACOB: Benjamín, ¿qué traes ahí?
DINA: Su flecha y arco es, señor.
CELFORA: Vino de caza ahora el niño.
JACOB: No me calumnies cariño,
(No este afecto paternal Aparte
BENJAMÍN: ¿Cómo mal, si no hallo quien
JACOB: Sí.
JACOB: Yo siempre, aunque pierda, gano
pues le abrazo.
BENJAMÍN: Obedezco. El blanco es
¡Lo erré!
DINA: ¿Cuál ganará de los dos?
JACOB: Yo tiro en nombre de Dios.
¡Vive Dios, que le he acertado!
BENJAMÍN: Seguiré aquesa doctrina.
Yo perdí.
Le abraza
CELFORA: El viejo está chocho, Dina.
¿a qué, señor?
A volvértelos, porque
no soy nada interesado.
Le abraza
¿Por abrazar, o por qué?
JACOB: ¿Qué abrazar? Porque no llore
BENJAMÍN: Mas con todo, no se ajusta
esto así.
BENJAMÍN: Me deis la mano a besar,
Sí, que aquestas bendiciones
que no hay nada que más cuadre
que el que Dios le dé un buen hijo.
Vanse todos. Salen FARAÓN, la REINA,
JOSÉ, PUTIFAR, CLEFO, y GUARDIA
UNOS: ¡Viva el remedio de Egipto.
OTROS: ¡José, viva, amparo nuestro!
FARAÓN: Con esas aclamaciones
que el que aplauda en ti mi reino
yo que no puedo hacer más,
ni tú de mí esperar menos.
JOSÉ: ¿Cuándo, señor, mi bajeza
Vos me hacéis, señor, de nuevo.
FARAÓN: Alza, José a mis brazos.
FARAÓN: Por ti viven mis vasallos.
REINA: Sólo tu sabio gobierno,
ser celestiales decretos
Más que humano es tu discurso.
FARAÓN: Por ti, José, tengo reino.
JOSÉ: Tan grande dicha, señor,
hacerme a mí, el instrumento.
FARAÓN: Ya es hora que nos des audiencia
que ya en ocho primaveras
que te asisten, habrás de ellos
quédate, pero advirtiendo
y al que le premias, le premio.
JOSÉ: Del favor de Dios valido,
y después, señor, del vuestro,
Vanse los reyes y acompañamiento
con su instable movimiento,
de nada me desvanezco;
pues mis míseros principios
jamás olvidarlos puedo.
de que os mando, sentimiento;
PUTIFAR: El servirte es nuestra dicha,
tu afabilidad impera.
CLEFO: Tu bondad hace que excelso
¿Qué memoriales hay?
PUTIFAR: Éstos,
PUTIFAR: Éste es de un caudillo, que
PUTIFAR: Hallarse en muchos encuentros
campales, sin que ninguno
a que asistió en todos éstos,
¿Certificaciones de eso?
PUTIFAR: Veinte y seis heridas, que
JOSÉ: Señal que no huyó; lo creo.
para un gobierno, andad presto
PUTIFAR: Así lo haré, gran señor.
JOSÉ: Dadme esotros vuestros, Clefo,
quiero leer... mas, venir miro
de albedríos cautiverio.
entre, que hablar al rey quiero
JOSÉ: Bella Asenet, pues, ¿qué intento,
vuestra asistencia del templo,
pretendiente os muestra cuando
Que un favor vuestro...
ASENET: No más;
pase a hablarle; que aunque creo
-- que al fin, ministro, que advierto
lo que es justo que oiga espero
CLEFO: Es sin igual su recato.
JOSÉ: ¿Has visto desdén tan bello
UNOS: Pan, señor. ¡Que perecemos!
OTROS: Trigo, salvador de Egipto.
TODOS: ¡Socorro, todos perecemos!
JOSÉ: ¿Qué es esto?
llegado el calamitoso,
PUTIFAR: Ya, señor, te obedecí;
que dice en clamor el viento...
TODOS: ¡Que de hambre perecemos!
JOSÉ: Sí, hijos míos, yo os daré
y al Egipto prefiriendo,
PUTIFAR: Comunicaré la orden.
CLEFO: Sólo, señor, tu gobierno
JOSÉ: ¡Si mi padre y mis hermanos
¿quién pudiera socorrerlos?
RUBÉN: Al príncipe hemos de hablar.
JOSÉ: ¡Hola! ¿Qué voces son ésas?
PUTIFAR: Señor, unos extranjeros
¿Qué te hablen?
PUTIFAR: Llegad, extranjeros, que
aquí está el príncipe excelso.
Salen todos los hermanos y se arrodillan
RUBÉN: Hermanos, todos en tierra
Ante vuestra majestad,
JOSÉ: (¿Si es esto sueño? Aparte
RUBÉN: Que pagaremos al precio
mas, después de tanto tiempo,
¿qué mucho, y más, elevado
JUDÁ: Nuestra súplica atended.
LEVÍ: Nuestro lastimoso ruego...
ISACAR: Nuestra infelice miseria...
RUBÉN: Y postrados, dando al suelo
JOSÉ: (En fin, divino Señor, Aparte
ya mis sueños se cumplieron.
Por abrazarlos me da
reprimamos los deseos;
CLEFO: No es Faraón; mas lo mesmo.
JOSÉ: (Mucho hará el cariño, si Aparte
no me arrastra a algún extremo).
¿Pues cómo a este imperio
RUBÉN: Porque todos nuestros reinos
sin él se hallan; que sin duda
consumidos los graneros,
JOSÉ: ¡Ay, infeliz! ¡Qué esto escucho!
JUDÁ: Con que, noticias teniendo
así como a naturales
provee a los extranjeros
JOSÉ: (¡Ay, padre del alma mía! Aparte
Al dolor ya no hallo esfuerzo.
Benjamín no viene entre ellos.
¡Si a su envidia habrá acabado
me ocurre de averiguarlo).
SIMEÓN: (¿Si nos despachará presto?) Aparte
RUBÉN: Sí,
somos hermanos.
JOSÉ: ¿Y cuántos?
más de diez?
a manos de un monstruo horrendo.
JOSÉ: (Y bien monstruo, que es la envidia). Aparte
¿Y el otro?
JOSÉ: (Más se aumenta mi recelo). Aparte
JUDÁ: Es muy niño y no quisimos,
RUBÉN: No tanto fue por aqueso,
cuanto porque es de mi padre
JOSÉ: (Fingimiento esto ha de ser). Aparte
¿Pensaréis me he satisfecho
de vuestra verdad? Pues, no.
cuando interiores penetro?
RUBÉN: Señor, ¿qué decís? ¿Qué escucho?
SIMEÓN: (¡Si no despachará presto!) Aparte
JOSÉ: ¡La verdad! Bien os conozco.
SIMEÓN: No somos, señor, de aquellos
que llaman "correveidiles".
JUDÁ: Que es lo que decimos cierto
SIMEÓN: Ya sé que, aunque a él no creáis,
JOSÉ: Menos.
SIMEÓN: ¿Por qué?
peor, que es de haberle muerto.
SIMEÓN: (¡Zape! Que nos conoció Aparte
RUBÉN: (¿Qué hombre es éste, cielos santos?) Aparte
JUDÁ: (Temor me causa su aspecto). Aparte
LEVÍ: (¡Qué indignado nos mira!) Aparte
SIMEÓN: (Si nos despachará presto?) Aparte
JOSÉ: Esto ha de ser así. ¡Hola!
RUBÉN: Príncipe, a tus pies rendidos...
TODOS: En nuestro llanto deshechos,
JOSÉ: (No sé cómo me contengo). Aparte
RUBÉN: ¡Infelices de nosotros!
SIMEÓN: (¡Si nos despachará presto!) Aparte
JOSÉ: (A lástima me conmueven). Aparte
JUDÁ: Éste es del cielo castigo
por las crueldades que habemos
RUBÉN: En él la mano, primero,
queden, sin que ellos lo vean,
en ellos que te entregaren.
RUBÉN: ¡Ea, señor! ¿Qué dispones
de nuestra desdicha?
JOSÉ: Esto:
me traigáis, que quedéis presos
en Egipto.
JUDÁ: ¿Pues quién así ha de traerlo?
SIMEÓN: Yo ése seré. Me convengo.
SIMEÓN: (¿Mas que me quiere premiar Aparte
JOSÉ: Porque
SIMEÓN: ¿No os lo dije hermanos, yo?
RUBÉN: Dios dé a tu piedad el premio.
Y para que lo veáis:
y quedarse los demás?
los demás vayan por él,
SIMEÓN: Ha sido sutil acuerdo.
JOSÉ: Espera, y tú, ¿por qué no?
SIMEÓN: Porque yo jamás me precio
RUBÉN: Pues es fuerza obedeceros,
JOSÉ: A todos voy recorriendo,
¡Qué piadoso! En estos tiempos
PUTIFAR: Es cierto.
JOSÉ: No.
JUDÁ: ¿Y yo?
JOSÉ: Tampoco.
SIMEÓN: ¡Ay, triste de mí! ¿Qué escucho?
vuelva yo.
SIMEÓN: En obligación me veo
JOSÉ: ¿Qué habéis de llevar, molesto?
SIMEÓN: Los pirámides de Egipto
a mi mujer cuando menos.
JOSÉ: ¿Fingís delirios? Llevadle.
PUTIFAR: Se quiso inclinar a vos.
SIMEÓN: Que se incline a otro de ésos.
JOSÉ: Llevadle aprisa, y haced
que le den buen tratamiento.
RUBÉN: ¡Qué desdicha! Pero al fin,
SIMEÓN: ¿Yo preso, y entre gitanos?
JOSÉ: Id a que os despachen luego,
a este hermano.
RUBÉN: Volando te aseguramos,
TODOS: ¡Vamos!
PUTIFAR: ¿Qué os detenéis? Venid.
TODOS: Hermano, adiós, hasta vernos.
JOSÉ: No olvidéis vuestra palabra.
TODOS: Vos veréis la cumpliremos.
TODOS: Guárdeos, gran señor, el cielo.
soy, que el mundo ha descubierto,
a mí sólo me escogieron
es que ellos no han de volver,
y yo por acá me quedo.
de mi padre a recibirlos,
los abraza placentero,
ya los pregunta por mí,
y ya mi mujer con esto
tener, ya está convencido
ya están hacia acá de vuelta,
JOSÉ: ¿Qué es esto? ¿Con quién habláis?
SIMEÓN: Señor, con nadie. (¡Qué gesto Aparte
que aunque no es ello por ello,
JOSÉ: Decid, que algo me divierto
con vos.
un señor, y a un pastorzuelo
-- porque mucho le importaba
al señor -- . Dijo el mancebo:
voy y vengo despachado".
Dijo el señor: "Soy contento".
por la puerta el pastorzuelo
la albarda, que no la encuentro,
de la burra?" Con que a mí,
sobre poco más o menos,
que no volvieran acá.
JOSÉ: Andad, no temáis, que creo
que han de cumplir su palabra.
SIMEÓN: Guárdeos, gran señor, el cielo.
¡Sí, nos despachará presto!
JOSÉ: ¿Quién creyera que constancia
comunicarme su angustia,
a uno darle cautiverio,
y a los demás sobresaltos,
no me arrojara a abrazarlos,
y pues que los dispusisteis,
Vase JOSÉ. Salen ASENET, la REINA, TITANA y
ASENET: Eso habéis de hacer, que os pido.
Y aunque de ello al rey he hablado,
REINA: Pues debe ser atendido.
ASENET: Y habiendo la edad cumplido,
en que a la sacerdotisa
en eso.
REINA: Vuestro favor por mí implora
de Asenet la pretensión.
su padre.
FARAÓN: Alza. Al punto haz despachar
JOSÉ: Mi prontitud veréis vos.
FARAÓN: ¿Otra cosa me mandáis?
REINA: Mil siglos señor viváis.
ASENET: Cumplió mi gusto el deseo.
JOSÉ: ¡Fortuna, de mis desdichas
la imaginación se admira
no alcanzando en tanto empeño
si estoy despierto, o si sueño
PUTIFAR: Volver presto a tus deseos
con el otro, y de llegar
JOSÉ: ¿Qué dices? ¡Ay, qué placer!
le estoy aguardando. ¡Aprisa!
JOSÉ: ¡Qué alborozado que andas,
CLEFO: ¿Qué es, señor, lo que me mandas?
JOSÉ: Que prevenga con vïandas
traigas, que afuera han quedado.
Salen PUTIFAR, CLEFO, y todos los hermanos menos
BENJAMÍN: ¡Qué salones! ¡Qué hermosura!
CLEFO: Llegad. ¿En qué os detenéis?
RUBÉN: Lo que yo, todos haréis.
De rodillas
[JUDÁ]: [¡Salve, nuestro salvador!]
LEVÍ: ¡Salve, señor sin segundo!
ISACAR: ¡Salve, remedio del mundo!
BENJAMÍN: ¡Salve, señor, mi señor!
JOSÉ: (¡Ay, que aquéste es Benjamín! Aparte
RUBÉN: Hemos vuelto a este confín...
JOSÉ: Del suelo alzad. ¿Y a qué fin?
JUDÁ: A cumplir lo que ofrecimos,
JOSÉ: (¿Quién se vio en contento igual?) Aparte
RUBÉN: Aquí viene. Con lo cual
Salen PUTIFAR, SIMEÓN y GUARDIAS
PUTIFAR: Señor, aquí el preso está.
SIMEÓN: ¿Hermanos? ¡Qué gusto!
TODOS: ¿Hermano?
PUTIFAR: Abrazaros aquí, es vano.
SIMEÓN: ¡Con que habéis venido ya!
TODOS: Todos estamos acá.
SIMEÓN: ¿Tú también, Benjaminillo?
BENJAMÍN: ¿Qué en mi cuerpo hay que te asombre?
SIMEÓN: El que por más que te escombre
con la vista...
SIMEÓN: El que tú, Benjamín, tienes
RUBÉN: Señor, habiendo llegado
a casa -- el cielo es testigo --
y con el otro nos den
más trigo, porque también
JOSÉ: El dinero que dijisteis,
aquí menos no se ha echado.
sin duda el cielo os lo ha dado.
¿Y cuándo a Canaán volvisteis
JOSÉ: (Amor, ¿que oís?) Aparte
Con que ¡aún vive? ¿Qué decís?
RUBÉN: Señor, la verdad os digo.
JOSÉ: (Ya no puedo más conmigo. Aparte
JUDÁ: Y agradeciendo se aplaque
RUBÉN: Según su semblante aclara,
SIMEÓN: Hermano mío, a un presente
BENJAMÍN: (¡Lo que en mí el señor repara! Aparte
RUBÉN: Sí, señor, el que pedisteis.
JOSÉ: Su hermosura es singular.
Estos brazos... (¿Qué hago yo Aparte
¿Iré? No. Mas si es mi hermano.
Yo me declaro. Mas no.
y de beneficios llene.
(Ya vertí el llanto; y no tiene Aparte
no lo noten).
PUTIFAR: (¿Qué he notado? Aparte
CLEFO: (¿Qué miro? ¿Llanto José?) Aparte
LOS DOS: (Causa oculta aquí se ve). Aparte
JOSÉ: (Vuelvo, pues ya me he enjugado). Aparte
....................
.......................
.......................
.......................
.......................
Cuando dispongáis, volver
que al presente vuestro atento,
que dije?
JOSÉ: Sí.
Pues, todos estáis aquí,
JOSÉ: Esto ha de ser.
RUBÉN: ¿Qué tanta dicha conciertas
a nuestra humildad?
Gabinete dorado con mesa magnífica
CLEFO: Ya están, gran señor, abiertas.
.......................
.......................
.......................
.......................
.......................
.......................
BENJAMÍN: ¡Qué hermosos aparedores!
SIMEÓN: Pues dan de comer, señores,
denme a mí el más hondo plato.
JOSÉ: Sentarme a la mesa trato.
según de los nacimientos
vuestros es fuerza.
tus preceptos reverentes
[Canten los músicos mientras siguen
JOSÉ: Yo el plato he de hacer a todos.
(¡Cielos, si supieran que Aparte
¿Y esotros...?
la grandeza que hay en mí.
¿De beber?
BENJAMÍN: ¡Qué hermosa copa de plata!
SIMEÓN: ¡Qué dura que está esta pata
de cigüeña!
Y la copa esconderás
CLEFO: Comprendo. Basta señor.
JOSÉ: (Así ha de inquirir mi empeño. Aparte
.........................
CLEFO: Ya queda dispuesto todo.
podéis, pues ya os despacharon.
RUBÉN: Primero, señor, rendidos
JOSÉ: En vano es. No las admito.
Idos pues.
JOSÉ: (No sé cómo los despido; Aparte
mas es fuerza).
JOSÉ: Él os comunique auxilios...
TODOS: ...para amparo de los reinos,
JOSÉ: ...para que seáis buenos hijos,
TODOS: ...para que el mundo te aclame...
JOSÉ: ...porque os libréis de conflictos.
TODOS: ...y porque en esta grandeza
contra el tiempo y el olvido...