IntraText Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText | Búsqueda |
Link to concordances are always highlighted on mouse hover
Suena un tambor y salen NACOR y ELIACER,
ELIACER: ¿Eso es pedir que lo cuente?
que brevemente sabréis
de soldados.
siendo convecinos todos
ELIACER: Sobre una ocasión bien leve
Porque los nuestros volvieron
de Etïopia maltratados,
de que vuelven victoriosos.
NACOR: ¿Quién el capitán ha sido?
NACOR: ¿Cómo, o por qué?
todo lo que había pasado,
de que venceréis no hay duda."
NACOR: ¿Es el que sacó su hija
del Nilo?
ELIACER: El mismo.
quien de guerra no ha tratado!
ELIACER: Antes es tan gran soldado
NACOR: Decid, si sabéis, por qué
ELIACER: Aunque con rústico estilo,
escuchadme, y lo diré:
Viendo el rey Faraón, que los hebreos
temió que no creciesen en deseos
contra su potestad y monarquía;
y antes que en este caso fuesen reos,
quiso atajar aquello que temía,
y pretendió salir de estas quimeras
convocando de Egipto las parteras.
Con potestad de rey, aunque tirana,
mandó que en cualquier parto que se hallasen
de la nación hebrea, loca y vana,
si era varón, al punto le matasen,
aunque era acción crüel, poco humana;
pero que siendo hembras, las guardasen
porque haciéndolo todas de esta suerte,
nunca de Egipto tratarían la muerte.
Las parteras, al fin, a Dios temieron,
y aunque el rey como rey lo había mandado,
de aquesta tiranía se abstuvieron
por no ver de su Dios el rostro airado;
otra vez ante el rey llamadas fueron,
al ................... [ -onden]
que los hebreos, ya de ellas se esconden.
Para poner por obra el rey su intento,
en público pregón pronunció un bando,
mandando nadie tenga atrevimiento
del pueblo de Israel, caso nefando,
a los hijos varones dar sustento;
sino que luego al punto, aunque llorando,
en el Nilo los echen porque sea
sepulcro el Nilo de la gente hebrea.
Y para que ninguno se escapase
general escrutinio, y se mirase
en todo el pueblo hebreo, lo que hubiese
cada tres meses, y se castigase
al que aqueste mandato no cumpliese,
y con tanto rigor se ha ejecutado
que sólo aqueste hebreo se ha escapado.
Nació Moisén, y viéndole hermoso,
sus padres con secreto le crïaron;
llegóse al fin el tiempo riguroso
de los tres meses, y los dos trazaron
de las manos librarle de aqueste oso,
un ataúd de mimbres fabricaron
en él al rapaz tierno le pusieron
y en confïanza al cielo se le dieron.
Entregáronle al Nilo, y su corriente
sobre el curso veloz de la creciente
comienza a navegar, pasó adelante
cuando Termud, saliendo con su gente,
a la orilla del Nilo, vio vagante
andar sobre las aguas la cestilla,
y mandó que la saquen a la orilla.
Del ataúd corriendo la cortina,
perlas vertiendo al rapacillo hallaron,
y al instante la infanta se imagina
que al Nilo los hebreos le entregaron
por no ver de su vida la rüina;
quien el pecho le diese procuraron,
y sin saber de madre ni de padre,
ama fue del rapaz su misma madre.
De la infanta, por hijo, fue adoptado,
y como era tan bello y tan hermoso
de todos los egipcios adorado,
de Termud mucho más, y de su esposo;
el cielo sabe por qué oculto hado,
pues teniendo principio riguroso,
y tanto, que quisieron darle muerte
agora es estimado de esta suerte.
Por hacer fiesta al padre y alegría,
Termud se le llevó con gran contento,
diciéndole que viese lo que hacía
en sus brazos el rey, le hizo asiento;
en señal de amistad y por grandeza,
al infantico puso en su cabeza.
Y como quien no estima la corona,
con notable furor la echó en el suelo,
sentida le mostró la real persona
corriéndose al contento un triste velo.
Termud, por inocente, su hijo abona,
que no es presagio aquel del santo cielo,
mas el rapaz, al fin, con ser criatura,
del dios Amón, deshizo la figura.
Un sacerdote quiso darle muerte,
ostentando que a Egipto le importaba,
y mirando la infanta el trance fuerte
lágrimas por el hijo derramaba,
ser infeliz, diciendo, y triste suerte;
mas viendo Faraón lo que lloraba
que no le maten, dice, dando vida
al que casi la tuvo ya perdida.
Creció Moisén. Al fin, llegó a ser hombre.
Hubo esta controversia en Etïopia
un capitán hebreo, y con la copia
de soldados gitanos, y su nombre
tendrán los Etïopes, mucha inopia.
Nacor, ésta es su historia, esto contiene,
y aquéste es Faraón que a verle viene.
Al son de chirimías salen con majestad
FARAÓN y TERMUD, su hija, y siéntanse
TERMUD: Es tan grande, mi señor,
el estar con mucho gusto,
Y el que con resolución
FARAÓN: Bien los sabes ponderar
como parte apasionada,
TERMUD: Que los pies os bese, es bien
De rodillas
FARAÓN: Aquesto, hija querida,
que no es mucho le honre yo
Al son de chirimías y atambores, entran en
forma de escuadrón MASAR, gracioso, y todos los más
que pudieren con bandera y delante MOISÉN con
bastón, muy galán, a lo gitano, y todos los
demás
MOISÉN: Los pies beso a vuestra alteza.
FARAÓN: Alza, capitán valiente.
así ha de estar mi bajeza.
FARAÓN: Tu madre presente tienes,
MOISÉN: No soy digno de alcanzar
MOISÉN: Seguro ya de embarazos.
TERMUD: Levanta, y toma mis brazos,
que en la tierra no estás bien.
FARAÓN: ¿Cómo tanto has tardado?
MOISÉN: No he podido más, señor.
MOISÉN: Después, señor, que partí
no porque yo confïase
de mí, mas porque llevaba
del vasallo. Finalmente
a castigar a arrogantes
por hallarlos descuidados
usé de una extraordinaria.
porque entregándome al agua
de serpientes y culebras
que se fabricasen arcas
la batalla comenzaron,
que bien descuidado estaba.
muriendo las esperanzas
y por ser inexpugnable,
por estar aficionada
de quien tuvo atrevimiento
cuando yo -- por ser el Nilo
pretendiendo ser leal
y que así más estimaba
mas con todo -- si quería --
entregarte la ciudad,
y porque no publicase
y contra él me alzaba,
que es justo que el gusto muera,
dándome honra al ser que tengo.
Moisén". Y en tierras extrañas
a tu invencible valor
FARAÓN: Y porque en toda ocasión
y esto será sin vaivén.
TERMUD: Yo estimo aquese favor
y como tanto interesa
en ésta y toda ocasión,
MASAR: ¿Hasta cuándo han de durar
no estuvieran tan de espacio.
ya que en gracia del rey vive!
Si él no lo quiere tomar
MOISÉN: Que callaras mejor fuera.
FARAÓN: ¿Quién es aquese soldado
MASAR: ¿A quién no hará turbar
MASAR: Señor, téngolo extremado.
FARAÓN: Si era muerto, ¿cómo así?
MASAR: En eso el misterio está.
y diciéndole de mí,
porque me ha de sujetar."
FARAÓN: Después me vendrás a ver
MASAR: En conociendo mi humor,
sé que merced me has de hacer.
FARAÓN: Moisén, vete a descansar.
MASAR: (Desde hoy quiero ser lagarto Aparte
con el rey).
que aquí os aguardo.
ELIACER: Sea así.
Tocan y vanse todos con cortesías. Queda
FARAÓN: Moisén llevó mis armas por divisa,
en mi nombre a Etïopia ha conquistado,
a que me pague parias la ha obligado,
y de lo que ha pasado, aquí me avisa.
Ofrécele su reino la etiopisa,
con Tarbis finalmente se ha casado,
y dice que por mí la ha repudiado
y que sólo por verme viene aprisa.
¡Dejar mujer y un reino! No lo entiendo.
O es inmensa lealtad o traición suma.
Palabra di a Termud de ser su amigo.
Si no la cumplo, mi persona ofendo,
si esto es lealtad, prevéngase la pluma,
y si es traición, prevéngase el castigo.
NACOR: Antes, señor, que tu intento
FARAÓN: Pienso que en mi pensamiento
NACOR: Estoy, señor, espantado
de lo mucho que has honrado
contra tu misma persona,
que, al fin, vengan a matarte.
ELIACER: Si mi parecer tomaras,
Pues te han dicho que un hebreo
ninguno de todos ellos
para humillar nuestros cuellos.
FARAÓN: En lo que decís estoy;
de lo que le prometí.
NACOR: Si un rey está receloso
prender a quien le ha alterado
descubrirá la intención.
FARAÓN: Tu consejo me ha agradado,
conmigo prenderle así
NACOR: (Pues, aunque el amor lo impida Aparte
Vanse y salen ARÓN y DATÁN, con
lo que el pueblo de Dios ve por los ojos;
en que Dios ha vengado sus enojos.
pues que nos avisó y no fue creído.
la ciudad populosa, rica y bella,
otras provincias, ya la pisa y huella
de quien a Dios no tiene por amigo.
del monte Olimpo con su gran riqueza,
y agora en servidumbre
de pan no le ha quedado una corteza.
que no hay quien se lo dé ni quien lo parta.
Cuando prendas había
bien con ellas sustento se hallaba.
el pueblo de Israel que preso estaba;
no hay quien pague ni tenga el rostro enjuto.
tratar con tal rigor a los hebreos
en crueldades trocando los deseos
¿Quién trocó su piedad en tiranía?
Todos nos espantamos
ver que siendo Moisén tan gran su amigo
de penas y tributos. Buen testigo
más parte del rigor y del enfado.
para cocer y fabricar ladrillo;
sin que pueda ninguno resistillo.
Pues convertido en peña
manda que no nos den paja ni leña.
que los mismos ladrillos demos que antes.
Pues todos nos maltratan arrogantes,
si el número no damos, coz y palo.
por ser en quien tenían confïanza
pues ya por varios modos
nos afligen, después que está en privanza,
quien al rey en aquesto le ha metido.
ARÓN: ¡Ah, privanza, privanza!
¡Objeto de envidiosos y enemigos,
enemigos se vuelven los amigos!
pues del pequeño al grande es envidiado!
que Moisén, libertar su pueblo triste
En hablar de esa suerte le ofendiste
y nos maltratan porque lo ha tratado.
cuando en trabajos mira al pueblo hebreo?
que Moisén no lo tiene por trofeo;
que antes nuestros enojos
lágrimas cuestan a sus tristes ojos.
MASAR: ¡Ay de mí! ¡Ay, madre mía!
ARÓN: ¿Qué es aquello?
DATÁN: Masar es, que se queja.
Sale MASAR llorando, con picos y azadones.
la zurda y calva, aquella buena vieja,
que cuando yo lloraba
con un paño de estopa me limpiaba?
que hay lágrimas que corren hasta el suelo?
ARÓN: Masar, ¿un hombre llora?
MASAR: No es mucho. Quien está en tal desconsuelo
ARÓN: Paciencia y pide a Dios que lo mejore.
MASAR: Tenga paciencia un puto,
tenga paciencia un muerto que no siente,
tenga paciencia un santo penitente,
Arón, no puedo estar apacienciado.
¿Ser soldado, Masar, es mala vida?
[MASAR]: Porque mandó a Moisén que me despida
y me enseñe a hacer teja y ladrillo.
Después que de Etïopia
Moisén vino triunfante, está de suerte
[que ha mudado la copia] en cruda muerte.
y todos sus trofeos
son afligir y maltratar hebreos.
cuando por fuerza me hacen ladrillero,
y porque me enamore
del veedor de las obras, ladrón fiero,
el cuerpo me molió con un garrote!
quiero irme, no venga aquel tirano.
MASAR: ¡Oh, quién diera con uno a Faraoncillo!
Vanse y sale SOLOMÍ huyendo de
ELIACER: Aguarda tirana hebrea.
SOLOMÍ: Soy del pueblo de Israel,
ELIACER: Si miras mi mucho amor,
SOLOMÍ: ¿Qué?
SOLOMÍ: Mucha piedad he tenido
dos años que ha que me sigues.
en ti los de mi nación,
si saben tu atrevimiento,
castigo, que sea escarmiento
para el mismo Faraón.
Refrena tu pensamiento;
ELIACER: Tente, aguarda. ¿Adónde vas?
correspondiendo a mi amor.
A ti misma te haces daño
Vase y sale NACOR, y FARAÓN, dándole
unos memoriales
FARAÓN: Lee, Nacor, aquesos memoriales.
NACOR: Dice aquéste: "Señor, al pueblo importa
que de Moisén se ataje la privanza;
que hay pronóstico cierto que un hebreo
destrucción ha de ser de todo Egipto,
y de Moisén se temen infinito."
FARAÓN: Más pienso que es envidia que otra cosa,
veráse el memorial. Pasa adelante.
NACOR: "Si estar seguro quieres en tu estado,
no tenga a Moisén por tu privado."
FARAÓN: ¿Qué es aquesto, Nacor? ¿Quién causa ha sido
de que Moisén esté mal recibido?
NACOR: Señor, el reino teme aqueste hebreo
porque como son muchos, ser podría
a trueque de salir de cautiverio
conjurarse y quitarte aqueste imperio.
FARAÓN: Mira, Nacor, ¿qué dice el que se sigue?
Lee otro
NACOR: "En caso que vuestra majestad no se resuelva
de quitar a Moisén el nombre de su amigo, lo
está el reino de no obedecerle; que es afrenta
de la nación gitana que el rey Faraón estime
tanto a un hebreo dando ocasión a que se sigan
inconvenientes que no se puedan remediar."
FARAÓN: Tente, Nacor. No pases adelante.
mucho me aprieta el reino en este caso
porque Moisén está tan obediente
y le hallo tan leal a mi persona
que merece del reino la corona.
Bien es verdad que temo lo que dice
mas también es verdad que nunca he visto
de qué recelar pueda lo que temo.
Pues, ¡matar un amigo -- ¡Bravo caso! --
y más sin que haya causa de matarle!
Mas a un vulgo alterado no hay quien pueda
resistir. ¿Qué he de hacer? Que en este caso
si a Moisén doy la vida, me la quito,
mas si del reino la quietud estriba
en que muera Moisén, Moisén no viva.
Confesando, aunque vence su porfía,
que matarle sin causa es tiranía.
Vanse y sale ELIACER, de noche
ELIACER: Todo es máquinas, Amor,
y ya que corresponder
DATÁN: ¿Quién llama con tanto afán.
ELIACER: [Soy yo, Eliacer, Datán.]
cuando aguardándote están
Y si después el veedor
no se acuerda, aunque más llora;
que está de sí satisfecho.
DATÁN: ¿Parécete que me tardo?
ELIACER: Ya me canso de llamar.
que esto es mucho esperar.
(¡Ay, Amor, qué de invenciones Aparte
Todo eres transformaciones,
ya cautelas multiplicas,
y ya descubres traiciones
DATÁN: No entiendo esta novedad
ELIACER: Datán se fue y ha dejado
OTRO: De mano en mano, que la cal se mezcle
que no está bien obrada la que suben.
OTRO: Gracias a Dios que el arco se ha acabado.
OTRO: Alto, almorzar, y vuelta con cuidado.
Salen ELIACER y SOLOMÍ, media desnuda
ELIACER: Cese el rigor, Solomí,
y aunque de ti despreciado
Y si necesario es
tratándolo con Moisés.
SOLOMÍ: ¿Piensas, bárbaro Eliacer,
a que te venga a querer?
Pues, advierte que antes crece
y que mucho más merece
Cuando yo correspondiera
¿Piensas tú que consintiera
que antes a ti te matara
que traición se hallara en él.
que está lleno de invenciones,
te sustentas de traiciones,
cuando mi honor más se esfuerza
por fuerza, tiene gran fuerza.
que la sacan de su ser.
ELIACER: ¡Tanto rigor, Solomí,
con quien te estima y te adora!
SOLOMÍ: Más merece quien desdora
Acaba de atormentarme.
ELIACER: Antes, mi bien, si pudiera
SOLOMÍ: Ya me las dieras sin verte.
ELIACER: Advierte, que eres mi bien.
SOLOMÍ: Advierte, que eres mi mal.
ELIACER: Tú mi gloria celestial.
SOLOMÍ: También
ELIACER: En piedra hace amor señal.
SOLOMÍ: No si resiste el desdén.
ELIACER: Mira que te quiero bien.
SOLOMÍ: Mira que te quiero mal.
DATÁN: ¿Qué es aquesto? Estando ausente,
¿en mi casa, hay tal traición?
SOLOMÍ: Vete, Eliacer fementido;
que te mataré.
Quita la espada a ELIACER SOLOMÍ, y
SOLOMÍ: La respuesta que te doy
ELIACER: Datán, yo aquí... después que...
DATÁN: Tente, no pases de ahí.
SOLOMÍ No sé, Datán, si podré.
-- si es culpa la que tengo --
mas es con voluntades
SOLOMÍ: Espantarte no quieras
y más al mismo dueño
es muy dificultoso.
Sabrás, por mucho no cansarte,
y aunque sus pretensiones,
nunca admití, mas antes
respondiendo con ceño,
Trazó de madrugarte;
Y yo, con sobresalto,
mas, ¿para que me canso,
de aqueste atrevimiento.
DATÁN: Solomí, aguarda un poco
si no pretendes que me vuelva loco.
de su misma mujer que está ofendido?
cuando delante tiene a quien le ofende?
y de tan grande agravio no me vengo?
armas serán los dientes y las manos!
regida de ese brazo y gobernada
será fiero instrumento
que castigue tu loco atrevimiento.
ELIACER: ¡Oye, Datán! ¡Escucha!
DATÁN: ¿No ves, villano, que es mi ofensa mucha?
podrá escuchar a aquél que le ha afrentado?
ELIACER: Escucha y no te alteres
si saber la verdad del caso quieres.
Basta que Solomí me ha dado cuenta,
a decir tal maldad, no se atreviera.
ELIACER: Cuando yo haya gozado
de Solomí, no vengo a ser culpado;
DATÁN: No es bastante en mi agravio esta disculpa
aun no es satisfacción darte la muerte.
Va a darle, sale MOISÉN y detiénele
MOISÉN: ¿Qué es aquesto? ¿Con espada
contra Eliacer?
DATÁN: Dar la muerte a este villano.
MOISÉN: ¿Por qué?
DATÁN: Por su atrevimiento.
y el troglodita tirano
imaginara jamás.
MOISÉN: ¿Cómo, Eliacer, a un esclavo
ELIACER: Escucha, Moisén, el caso
MOISÉN: Datán, sentimiento extraño
DATÁN: ¡Qué para vengar mi agravio
hasta aquí y ya no lo ser.
MOISÉN: No te entiendo. Habla más claro.
MOISÉN: ¿Quién de aquesto te ha informado?
DATÁN: Solomí, que fue forzada,
y llegar a publicarlo
MOISÉN: Bien quisiera no creer,
Eliacer, lo que escuchando
cuando en tal ocasión me hallo
tomar en esto la mano.
para más satisfacción
Y si acaso te atreviste
no consiente libertades;
pero, ¿para qué me canso
en hacer informaciones
que en tu abono diga un átomo,
como es el mismo pecado.
restituírse no puede
y quebrándose una vez,
que está en un jardín cerrado,
mucha fragrancia al olfato;
mas toda aquesta fragrancia
y tú como cierzo, al fin,
los de Israel -- aunque esclavos
por hallarse entronizados?
que el más mínimo, el más bajo
Y el que tú has hecho a Datán,
y, finalmente, al más manso,
te pongan. Muy poco es esto
de quien con tal libertad
[a] un hebreo ha deshonrado?
para hacer el finiquito
Da MOISÉN a ELIACER y cae muerto dentro
ELIACER: ¡Ay, que me has muerto, Moisén!
ELIACER: Vivas mil siglos, que al fin
a nuestro pueblo.
has de ser.
DATÁN: Seguro estás por mi lado.
MOISÉN: Y el que agravios hace, sepa
que, aunque tarde, llega el plazo.