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Guy de Maupassant Las joyas Concordancias (Hapax Legomena) |
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1 49 | número 16, en julio de 1878.~ 2 64 | pasearse para arriba y para abajo, por la acera frente a la 3 33 | enormes y se quedó con la boca abierta. Por fin, balbució:~ 4 92 | primera vez en su vida, no se aburrió en el teatro y pasó toda 5 91 | mucha complacencia, que acababa de heredar cuatrocientos 6 25 | mañana, ocho días antes de acabar el mes, faltándole dinero 7 62 | fortuna. Con el dinero pueden acabarse todas las tristezas; uno 8 8 | pudiese acompañarla cuando acabase la función. Ella tardó mucho 9 88 | presentar mi dimisión, porque acabo de recibir una herencia 10 | acaso 11 52 | Accede a depositar esta joya en 12 66 | ya me informé. Si usted acepta mi proposición, puedo entregarle 13 64 | arriba y para abajo, por la acera frente a la joyería. ¡Dieciocho 14 8 | señora conocida, que pudiese acompañarla cuando acabase la función. 15 87 | Se acordó de su oficina y se hizo 16 21 | por un dolor intolerable, acosado por los recuerdos, por la 17 79 | medallones, dieciséis mil; un aderezo de esmeraldas y zafiros, 18 6 | verdaderamente feliz. Su mujer administraba la casa con tan prudente 19 58 | sentido en una farmacia adonde los transeúntes que lo recogieron 20 9 | de oro falso y peinetas adornadas con cristales de colores, 21 9 | pronto en ella el deseo de adornarse. Su atuendo era siempre 22 11 | verdaderas no debe lucir más adornos que la belleza y la gracia, 23 9 | irresistible, suave, sonriente, adquiría mayor atractivo con la sencillez 24 26 | su vida estuvo comprando, adquiriendo casi cada tarde una joya 25 32 | mil francos; pero no puedo adquirirlo sin conocer su procedencia.~ 26 7 | Solamente le desagradaba que se aficionase con exceso al teatro y a 27 22 | mientras sus compañeros se agrupaban para comentar los sucesos 28 22 | del día, se le llenaban de agua los ojos y, haciendo una 29 40 | Ah, caramba! Conozco muy bien 30 66 | proposición, puedo entregarle ahora mismo el precio de la joya.~ 31 83 | Cada cual emplea sus ahorros a su gusto.~ 32 4 | Todo el mundo cantaba sus alabanzas; cuantos la conocieron repetían 33 61 | buen tiempo; el cielo azul, alegrando la ciudad, parecía sonreír. 34 8 | decidió a complacerlo, y él se alegró muchísimo.~ 35 | algo 36 36 | Puede ver si alguien se lo paga mejor; para mí, 37 | alguna 38 | allí 39 86 | Almorzó en el restaurante más lujoso 40 85 | emperador, puesta en lo alto.~ 41 3 | mujeres pobres y honradas, amables y tranquilas. La muchacha 42 25 | rencor, porque su vista le amargaba un poco el recuerdo de su 43 22 | El tiempo no calmaba su amargura. Muchas veces, en las horas 44 8 | Sus amigas, algunas mujeres de modestos 45 1 | subjefe de su oficina, y el amor lo envolvió como una red.~ 46 35 | otra causa la sorpresa, añadió secamente:~ 47 61 | Dos transeúntes ociosos andaban sin rumbo, lentamente, con 48 56 | Luego cruzó la calle, anduvo hasta notar que había equivocado 49 3 | plácida ofrecía un encanto angelical de pudor, y la imperceptible 50 85 | cucaña. Se sentía ligero, con ánimo para saltar por encima de 51 93 | volvió a casar al medio año. La segunda mujer - verdaderamente 52 44 | Lantín tuvo que sentarse, anonadado por la sorpresa:~ 53 | ante 54 | antes 55 63 | no había comido desde la antevíspera. Pero no llevaba dinero, 56 5 | tres mil quinientos francos anuales de sueldo, la pidió por 57 6 | tan prudente economía, que aparentaba vivir hasta con lujo. Le 58 18 | las joyas con atención, apasionándose como si gozase un placer 59 8 | localidades para ver obras aplaudidas y hasta para algún estreno; 60 65 | la joyería. El dueño se apresuró a ofrecerle una silla, sonriendo 61 | aquella 62 | aquellas 63 57 | tierra temblaba, que un árbol se le venía encima y, tendiendo 64 24 | estupor cómo se las había arreglado ella para darle vinos excelentes 65 64 | comenzó a pasearse para arriba y para abajo, por la acera 66 20 | Luego, arrojándose en sus brazos, lo besaba 67 57 | paseo. La horrible duda lo asaltó. ¿Ella?... ¡Y todas las 68 79 | de oro, cuarenta mil; y ascendía todo a ciento noventa y 69 | así 70 18 | examinaba las joyas con atención, apasionándose como si gozase 71 6 | su marido todo género de atenciones, delicadezas y mimos: era 72 9 | sonriente, adquiría mayor atractivo con la sencillez de sus 73 2 | de provincia muerto años atrás, y había ido a París con 74 65 | se decidió, bruscamente; atravesó la calle y, corriendo, para 75 35 | El otro, atribuyendo a otra causa la sorpresa, 76 65 | tenía hambre, un hambre atroz, y ningún dinero. Por fin 77 9 | el deseo de adornarse. Su atuendo era siempre muy sencillo, 78 78 | recio, a medida que la suma aumentaba.~ 79 61 | Hacía buen tiempo; el cielo azul, alegrando la ciudad, parecía 80 30 | algunas indicaciones en voz baja, puso la joya sobre el mostrador 81 70 | que sonreía, y le dijo, bajando los ojos:~ 82 2 | familias burguesas de su barrio, con la esperanza de casarla.~ 83 24 | que manejado por su mujer bastaba para todas las necesidades 84 28 | Entró en una, bastante avergonzado de mostrar así 85 86 | restaurante más lujoso y bebió vino de a veinte francos 86 11 | lucir más adornos que la belleza y la gracia, que son las 87 20 | arrojándose en sus brazos, lo besaba locamente.~ 88 69 | sacó de un cajón dieciocho billetes de mil francos y se los 89 33 | enormes y se quedó con la boca abierta. Por fin, balbució:~ 90 61 | lentamente, con las manos en los bolsillos.~ 91 3 | imperceptible sonrisa, que no se borraba de sus labios, parecía un 92 86 | coche para que lo llevase al bosque, y miraba despreciativamente 93 86 | vino de a veinte francos la botella. Después tomó un coche para 94 9 | de vidrio, tallados como brillantes, y llevaba también collares 95 14 | supuestas perlas; hacía brillar, deslumbradores, los cristales 96 79 | veinticinco mil francos; los broches, sortijas y medallones, 97 65 | dinero. Por fin se decidió, bruscamente; atravesó la calle y, corriendo, 98 38 | que no sabe distinguir lo bueno de lo falso!"~ 99 27 | Ministerio, siguiendo los bulevares, buscó una joyería cualquiera.~ 100 2 | frecuentaba a algunas familias burguesas de su barrio, con la esperanza 101 76 | cogió un coche para ir a buscar las joyas.~ 102 21 | desesperación fue tan grande que sus cabellos encanecieron por completo 103 79 | solitario, colgante de una cadena de oro, cuarenta mil; y 104 90 | Por la noche comió en el café Inglés, el más caro.~ 105 18 | el té, colocaba ella la caja de tafilete donde guardaba 106 69 | El comerciante sacó de un cajón dieciocho billetes de mil 107 22 | El tiempo no calmaba su amargura. Muchas veces, 108 59 | gritar. Luego se fue a la cama, rendido por la fatiga y 109 56 | y retrocedió hasta los Campos Elíseos, sin ninguna idea 110 4 | Todo el mundo cantaba sus alabanzas; cuantos la 111 93 | verdaderamente honrada - tenía un carácter insoportable y lo hizo sufrir 112 40 | Ah, caramba! Conozco muy bien este collar; 113 74 | la tienda para soltar la carcajada; otro se sonó con fuerza; 114 11 | Cariño, la que no puede comprar 115 90 | en el café Inglés, el más caro.~ 116 60 | su jefe, y le envió una carta. Luego pensó que debía ir 117 93 | Se volvió a casar al medio año. La segunda 118 2 | barrio, con la esperanza de casarla.~ 119 5 | la pidió por esposa y se casó con ella.~ 120 79 | de esmeraldas y zafiros, catorce mil; las pulseras, treinta 121 35 | otro, atribuyendo a otra causa la sorpresa, añadió secamente:~ 122 8 | función. Ella tardó mucho en ceder, juzgando inconveniente 123 4 | conocieron repetían sin cesar: "Dichoso el que se la lleve; 124 18 | estaban solos junto a la chimenea, sobre la mesita donde tomaban 125 61 | Hacía buen tiempo; el cielo azul, alegrando la ciudad, 126 79 | cuarenta mil; y ascendía todo a ciento noventa y seis mil francos.~ 127 | cierto 128 79 | las pulseras, treinta y cinco mil; un solitario, colgante 129 61 | cielo azul, alegrando la ciudad, parecía sonreír. Dos transeúntes 130 56 | Elíseos, sin ninguna idea clara en la mente. Se esforzaba, 131 68 | Sí, sí; claro.~ 132 38 | Imbécil! Si le hubiese cogido la palabra... ¡Vaya un joyero, 133 79 | cinco mil; un solitario, colgante de una cadena de oro, cuarenta 134 18 | mesita donde tomaban el té, colocaba ella la caja de tafilete 135 74 | pero Lantín, impasible, colorado y grave, prosiguió:~ 136 9 | adornadas con cristales de colores, que imitaban piedras finas.~ 137 85 | estuvo en la calle, miró la columna Vendóme, y sintió deseos 138 22 | compañeros se agrupaban para comentar los sucesos del día, se 139 22 | haciendo una mueca triste, comenzaba a sollozar.~ 140 77 | se había desayunado aún. Comenzaron a examinar los objetos, 141 64 | Llegó a la calle de la Paz y comenzó a pasearse para arriba y 142 63 | Sintió hambre, no había comido desde la antevíspera. Pero 143 90 | Por la noche comió en el café Inglés, el más 144 23 | intacta la habitación de su compañera, y se encerraba allí, diariamente, 145 8 | para algún estreno; y ella compartía esas diversiones con su 146 91 | de referirle, con mucha complacencia, que acababa de heredar 147 8 | pero, al fin, se decidió a complacerlo, y él se alegró muchísimo.~ 148 37 | Lantín, completamente idiota, recogió el collar 149 21 | cabellos encanecieron por completo en un mes. Lloraba día y 150 26 | últimos días de su vida estuvo comprando, adquiriendo casi cada tarde 151 11 | Cariño, la que no puede comprar joyas verdaderas no debe 152 43 | veinticinco mil francos y se lo compraré en dieciocho mil, cuando 153 71 | conducto, ¿le convendría comprármelas?~ 154 56 | esforzaba, queriendo razonar, comprender. Su esposa no pudo adquirir 155 78 | exigía que le mostraran los comprobantes de las facturas, hablando 156 84 | joyero que, al día siguiente, comprobarían la tasación.~ 157 87 | de su oficina y se hizo conducir al Ministerio. Entró en 158 71 | llegado hasta mí por el mismo conducto, ¿le convendría comprármelas?~ 159 58 | habían llevado. Hizo que lo condujeran a su casa y no quiso ver 160 3 | soñaría un joven prudente para confiarle su porvenir. Su hermosura 161 37 | obedeciendo a un deseo confuso de reflexionar a solas.~ 162 32 | no puedo adquirirlo sin conocer su procedencia.~ 163 8 | fuera con alguna señora conocida, que pudiese acompañarla 164 6 | los seis años de haberla conocido, él la quería más aún que 165 4 | sus alabanzas; cuantos la conocieron repetían sin cesar: "Dichoso 166 1 | El señor Lantín la conoció en una reunión que hubo 167 40 | Ah, caramba! Conozco muy bien este collar; ha 168 65 | Lantín de reojo, procurando contener la risa que les retozaba 169 13 | tienes razón; pero no puedo contenerme, no puedo. ¡Me gustan mucho 170 12 | ella, sonriendo dulcemente, contestaba:~ 171 23 | muebles, y hasta sus trajes, continuaban en el mismo lugar, como 172 25 | Contrajo algunas deudas y, al fin, 173 2 | hija de un recaudador de contribuciones de provincia muerto años 174 71 | por el mismo conducto, ¿le convendría comprármelas?~ 175 84 | Y se fue, habiendo convenido con el joyero que, al día 176 65 | bruscamente; atravesó la calle y, corriendo, para no darse tiempo de 177 9 | sus trajes; pero cogió la costumbre de prender en sus orejas 178 54 | Si, sí; ya lo creo.~ 179 50 | la sorpresa; el joyero, creyendo estar ante un ladrón.~ 180 56 | Luego cruzó la calle, anduvo hasta notar 181 | cualquiera 182 | Cuánto 183 | cuantos 184 79 | colgante de una cadena de oro, cuarenta mil; y ascendía todo a ciento 185 91 | que acababa de heredar cuatrocientos mil francos.~ 186 85 | como si le pareciese una cucaña. Se sentía ligero, con ánimo 187 89 | sus compañeros, y les dio cuenta de sus nuevos planes de 188 65 | risa que les retozaba en el cuerpo. El joyero dijo:~ 189 43 | cuando me indique, para cumplir las prescripciones legales. ¿ 190 24 | había arreglado ella para darle vinos excelentes y manjares 191 46 | Quiere usted darme su nombre, caballero?~ 192 65 | calle y, corriendo, para no darse tiempo de reflexionar, se 193 11 | comprar joyas verdaderas no debe lucir más adornos que la 194 60 | una carta. Luego pensó que debía ir a la joyería y lo ruborizó 195 81 | Esto es de una persona que debió de emplear sus economías 196 10 | al oropel, su marido le decía con frecuencia:~ 197 14 | Y hacía rodar entre sus dedos los collares de supuestas 198 23 | lugar, como ella los había dejado.~ 199 6 | todo género de atenciones, delicadezas y mimos: era tan grande 200 24 | vinos excelentes y manjares delicados, que ya no era posible adquirir 201 | demás 202 30 | una lente, llamó a otro dependiente, le hizo algunas indicaciones 203 52 | Accede a depositar esta joya en mi casa durante 204 7 | Solamente le desagradaba que se aficionase con exceso 205 77 | hora después, no se había desayunado aún. Comenzaron a examinar 206 41 | Lantín, desconcertado, preguntó:~ 207 | desde 208 87 | de su jefe y le dijo con desenvoltura:~ 209 85 | columna Vendóme, y sintió deseos de gatear por ella como 210 21 | lo entierran también. Su desesperación fue tan grande que sus cabellos 211 59 | Hasta la noche lloró desesperadamente, mordiendo un pañuelo para 212 21 | día y noche, con el alma desgarrada por un dolor intolerable, 213 14 | supuestas perlas; hacía brillar, deslumbradores, los cristales tallados, 214 87 | Ministerio. Entró en el despacho de su jefe y le dijo con 215 60 | rayo de sol, y se levantó despacio, para ir a la oficina. Era 216 57 | tendiendo los brazos, se desplomó.~ 217 86 | llevase al bosque, y miraba despreciativamente a los transeúntes, con ganas 218 25 | algún disgusto, decidió desprenderse de la "pacotilla", a la 219 64 | fue a entrar; y siempre se detenía, avergonzado.~ 220 45 | Examínelo... examínelo usted detenidamente, ¿no es falso?~ 221 57 | Se detuvo y quedó inmóvil en medio 222 25 | Contrajo algunas deudas y, al fin, una mañana, ocho 223 23 | compañera, y se encerraba allí, diariamente, para pensar; todos los 224 16 | Él sonreía diciendo:~ 225 26 | de Lantín - dieciséis o diecisiete francos, pues era muy primoroso, 226 24 | Pero la vida se le hizo dificultosa. El sueldo, que manejado 227 88 | Vengo a presentar mi dimisión, porque acabo de recibir 228 78 | Lantín discutía ya los precios, enfadándose, 229 10 | Disgustado por aquella inconveniente 230 25 | le había producido algún disgusto, decidió desprenderse de 231 31 | aquellas prevenciones, se disponía a exclamar: "¡Oh, ya sé 232 91 | caballero, que le pareció distinguido, no pudo resistir la tentación 233 38 | Vaya un joyero, que no sabe distinguir lo bueno de lo falso!"~ 234 62 | donde quiere, viaja, se distrae... ¡Oh! ¡Si yo fuese rico!"~ 235 8 | estreno; y ella compartía esas diversiones con su marido, al cual fatigaban 236 55 | Y salió doblando el papel, que guardó en 237 32 | Caballero, esto vale de doce a quince mil francos; pero 238 21 | el alma desgarrada por un dolor intolerable, acosado por 239 86 | gritar: "¡Soy rico! ¡Tengo doscientos mil francos!"~ 240 65 | precipitó en la joyería. El dueño se apresuró a ofrecerle 241 12 | Pero ella, sonriendo dulcemente, contestaba:~ 242 52 | depositar esta joya en mi casa durante veinticuatro horas nada 243 59 | fatiga y la tristeza, y durmió con sueño pesado.~ 244 60 | ir a la oficina. Era muy duro trabajar después de semejantes 245 18 | collar a su marido para echarse a reír y exclamar:~ 246 6 | la casa con tan prudente economía, que aparentaba vivir hasta 247 81 | que debió de emplear sus economías en joyas.~ 248 56 | retrocedió hasta los Campos Elíseos, sin ninguna idea clara 249 60 | trabajar después de semejantes emociones. Recordó que podía excusarse 250 85 | encima de la estatua del emperador, puesta en lo alto.~ 251 83 | Cada cual emplea sus ahorros a su gusto.~ 252 8 | algunas mujeres de modestos empleados, le regalaban con frecuencia 253 81 | una persona que debió de emplear sus economías en joyas.~ 254 21 | grande que sus cabellos encanecieron por completo en un mes. 255 9 | gusto y modesto; su gracia encantadora, su gracia irresistible, 256 23 | habitación de su compañera, y se encerraba allí, diariamente, para 257 4 | que se la lleve; no podría encontrar cosa mejor".~ 258 78 | discutía ya los precios, enfadándose, y exigía que le mostraran 259 33 | El viudo abrió unos ojos enormes y se quedó con la boca abierta. 260 21 | tal modo, que por poco lo entierran también. Su desesperación 261 | entonces 262 64 | francos! Veinte veces fue a entrar; y siempre se detenía, avergonzado.~ 263 66 | acepta mi proposición, puedo entregarle ahora mismo el precio de 264 69 | de mil francos y se los entregó a Lantín, quien firmó un 265 21 | una pulmonía. Lantín se entristeció de tal modo, que por poco 266 49 | Este collar fue enviado, en efecto, a la señora 267 60 | excusarse con su jefe, y le envió una carta. Luego pensó que 268 1 | su oficina, y el amor lo envolvió como una red.~ 269 56 | pasó el Sena, vio que se equivocaba de nuevo, y retrocedió hasta 270 56 | anduvo hasta notar que había equivocado su camino, volvió hacia 271 | eran 272 | esas 273 56 | idea clara en la mente. Se esforzaba, queriendo razonar, comprender. 274 79 | dieciséis mil; un aderezo de esmeraldas y zafiros, catorce mil; 275 2 | burguesas de su barrio, con la esperanza de casarla.~ 276 34 | Está usted seguro?...~ 277 18 | por la noche, mientras estaban solos junto a la chimenea, 278 | están 279 | estar 280 19 | Qué mono estás!~ 281 85 | saltar por encima de la estatua del emperador, puesta en 282 47 | señor; me llamo Lantín, estoy empleado en el Ministerio 283 89 | Luego fue a estrechar la mano de sus compañeros, 284 21 | la Ópera, ella sintió un estremecimiento de frío. Por la mañana tuvo 285 8 | aplaudidas y hasta para algún estreno; y ella compartía esas diversiones 286 50 | fijamente; el empleado, estúpido por la sorpresa; el joyero, 287 24 | solo, y se preguntaba con estupor cómo se las había arreglado 288 18 | la expresión de Lantín, y examinaba las joyas con atención, 289 77 | desayunado aún. Comenzaron a examinar los objetos, pieza por pieza, 290 30 | joven tomó el collar, lo examinó, le dio vueltas, lo tanteó, 291 24 | arreglado ella para darle vinos excelentes y manjares delicados, que 292 7 | desagradaba que se aficionase con exceso al teatro y a las joyas 293 60 | emociones. Recordó que podía excusarse con su jefe, y le envió 294 78 | precios, enfadándose, y exigía que le mostraran los comprobantes 295 18 | la "pacotilla", según la expresión de Lantín, y examinaba las 296 78 | los comprobantes de las facturas, hablando cada vez más recio, 297 25 | antes de acabar el mes, faltándole dinero para todo, pensó 298 2 | cual frecuentaba a algunas familias burguesas de su barrio, 299 58 | Recobró el sentido en una farmacia adonde los transeúntes que 300 59 | la cama, rendido por la fatiga y la tristeza, y durmió 301 8 | diversiones con su marido, al cual fatigaban horriblemente, después de 302 6 | Fue verdaderamente feliz. Su mujer administraba la 303 50 | Los dos hombres se miraron fijamente; el empleado, estúpido por 304 9 | colores, que imitaban piedras finas.~ 305 15 | bien hechos están; parecen finos.~ 306 65 | una silla, sonriendo con finura. Los dependientes miraban 307 69 | entregó a Lantín, quien firmó un recibo y los guardó en 308 62 | Dichoso el que tiene una fortuna. Con el dinero pueden acabarse 309 2 | París con su madre, la cual frecuentaba a algunas familias burguesas 310 64 | para abajo, por la acera frente a la joyería. ¡Dieciocho 311 21 | sintió un estremecimiento de frío. Por la mañana tuvo tos; 312 8 | trasnochar, le rogó que fuera con alguna señora conocida, 313 74 | carcajada; otro se sonó con fuerza; pero Lantín, impasible, 314 | fuese 315 8 | acompañarla cuando acabase la función. Ella tardó mucho en ceder, 316 86 | despreciativamente a los transeúntes, con ganas de gritar: "¡Soy rico! ¡ 317 85 | Vendóme, y sintió deseos de gatear por ella como si le pareciese 318 6 | prodigó a su marido todo género de atenciones, delicadezas 319 17 | Tienes gustos de gitana.~ 320 18 | atención, apasionándose como si gozase un placer secreto y profundo. 321 74 | Lantín, impasible, colorado y grave, prosiguió:~ 322 82 | Lantín repuso, gravemente:~ 323 13 | Qué quieres? Me gusta, es un vicio. Ya sé que 324 13 | contenerme, no puedo. ¡Me gustan mucho las joyas!~ 325 17 | Tienes gustos de gitana.~ 326 6 | que a los seis años de haberla conocido, él la quería más 327 58 | transeúntes que lo recogieron lo habían llevado. Hizo que lo condujeran 328 84 | Y se fue, habiendo convenido con el joyero 329 23 | Había mantenido intacta la habitación de su compañera, y se encerraba 330 78 | comprobantes de las facturas, hablando cada vez más recio, a medida 331 22 | llenaban de agua los ojos y, haciendo una mueca triste, comenzaba 332 71 | aún... otras joyas que han llegado hasta mí por el 333 15 | Observa qué bien hechos están; parecen finos.~ 334 91 | complacencia, que acababa de heredar cuatrocientos mil francos.~ 335 88 | porque acabo de recibir una herencia de trescientos mil francos.~ 336 26 | por fin se decidió por un hermoso collar de perlas que podía 337 3 | confiarle su porvenir. Su hermosura plácida ofrecía un encanto 338 2 | Era hija de un recaudador de contribuciones 339 50 | Los dos hombres se miraron fijamente; el 340 3 | ser el modelo de la mujer honesta, como la soñaría un joven 341 93 | segunda mujer - verdaderamente honrada - tenía un carácter insoportable 342 3 | Dos mujeres pobres y honradas, amables y tranquilas. La 343 77 | volver a la joyería, una hora después, no se había desayunado 344 57 | inmóvil en medio del paseo. La horrible duda lo asaltó. ¿Ella?... ¡ 345 8 | marido, al cual fatigaban horriblemente, después de un día de trabajo. 346 38 | Imbécil! ¡Imbécil! Si le hubiese cogido la palabra... ¡Vaya 347 1 | conoció en una reunión que hubo en casa del subjefe de su 348 70 | Cuando ya se iba, se volvió hacia el joyero, 349 56 | Campos Elíseos, sin ninguna idea clara en la mente. Se esforzaba, 350 37 | Lantín, completamente idiota, recogió el collar y se 351 2 | muerto años atrás, y había ido a París con su madre, la 352 9 | cristales de colores, que imitaban piedras finas.~ 353 74 | con fuerza; pero Lantín, impasible, colorado y grave, prosiguió:~ 354 3 | angelical de pudor, y la imperceptible sonrisa, que no se borraba 355 30 | dependiente, le hizo algunas indicaciones en voz baja, puso la joya 356 43 | dieciocho mil, cuando me indique, para cumplir las prescripciones 357 66 | Caballero, ya me informé. Si usted acepta mi proposición, 358 90 | la noche comió en el café Inglés, el más caro.~ 359 57 | Se detuvo y quedó inmóvil en medio del paseo. La horrible 360 93 | honrada - tenía un carácter insoportable y lo hizo sufrir mucho.~ 361 24 | necesidades de la casa, era insuficiente para él solo, y se preguntaba 362 23 | Había mantenido intacta la habitación de su compañera, 363 21 | desgarrada por un dolor intolerable, acosado por los recuerdos, 364 21 | Una noche de invierno, al salir de la Ópera, ella 365 9 | gracia encantadora, su gracia irresistible, suave, sonriente, adquiría 366 26 | podía valer muy bien -a juicio de Lantín - dieciséis o 367 49 | Mártires, número 16, en julio de 1878.~ 368 8 | Ella tardó mucho en ceder, juzgando inconveniente la proposición 369 3 | que no se borraba de sus labios, parecía un reflejo de su 370 50 | creyendo estar ante un ladrón.~ 371 60 | ruborizó la vergüenza. Se quedó largo rato meditabundo; no era 372 43 | cumplir las prescripciones legales. ¿Cómo ha llegado a su poder?~ 373 30 | el mostrador y la miró de lejos, para observar el efecto.~ 374 61 | ociosos andaban sin rumbo, lentamente, con las manos en los bolsillos.~ 375 30 | vueltas, lo tanteó, cogió una lente, llamó a otro dependiente, 376 60 | despertó un rayo de sol, y se levantó despacio, para ir a la oficina. 377 8 | de trabajo. Por fin, para librarse de trasnochar, le rogó que 378 48 | El comerciante abrió sus libros, buscó y dijo:~ 379 85 | pareciese una cucaña. Se sentía ligero, con ánimo para saltar por 380 47 | Sí, señor; me llamo Lantín, estoy empleado en 381 30 | tanteó, cogió una lente, llamó a otro dependiente, le hizo 382 64 | Llegó a la calle de la Paz y comenzó 383 22 | los sucesos del día, se le llenaban de agua los ojos y, haciendo 384 58 | lo recogieron lo habían llevado. Hizo que lo condujeran 385 86 | tomó un coche para que lo llevase al bosque, y miraba despreciativamente 386 4 | cesar: "Dichoso el que se la lleve; no podría encontrar cosa 387 21 | por completo en un mes. Lloraba día y noche, con el alma 388 59 | Hasta la noche lloró desesperadamente, mordiendo 389 8 | regalaban con frecuencia localidades para ver obras aplaudidas 390 20 | en sus brazos, lo besaba locamente.~ 391 11 | joyas verdaderas no debe lucir más adornos que la belleza 392 23 | continuaban en el mismo lugar, como ella los había dejado.~ 393 6 | aparentaba vivir hasta con lujo. Le prodigó a su marido 394 86 | Almorzó en el restaurante más lujoso y bebió vino de a veinte 395 2 | había ido a París con su madre, la cual frecuentaba a algunas 396 24 | dificultosa. El sueldo, que manejado por su mujer bastaba para 397 24 | darle vinos excelentes y manjares delicados, que ya no era 398 61 | rumbo, lentamente, con las manos en los bolsillos.~ 399 23 | Había mantenido intacta la habitación de 400 9 | suave, sonriente, adquiría mayor atractivo con la sencillez 401 79 | los broches, sortijas y medallones, dieciséis mil; un aderezo 402 52 | veinticuatro horas nada más, y mediante recibo?~ 403 78 | hablando cada vez más recio, a medida que la suma aumentaba.~ 404 60 | vergüenza. Se quedó largo rato meditabundo; no era posible que se quedara 405 11 | y la gracia, que son las mejores joyas.~ 406 56 | ninguna idea clara en la mente. Se esforzaba, queriendo 407 18 | a la chimenea, sobre la mesita donde tomaban el té, colocaba 408 27 | Se lo metió en el bolsillo y, de camino 409 6 | atenciones, delicadezas y mimos: era tan grande su encanto, 410 86 | lo llevase al bosque, y miraba despreciativamente a los 411 65 | finura. Los dependientes miraban a Lantín de reojo, procurando 412 50 | Los dos hombres se miraron fijamente; el empleado, 413 28 | avergonzado de mostrar así su miseria, yendo a vender una cosa 414 | misma 415 3 | muchacha parecía ser el modelo de la mujer honesta, como 416 9 | sencillo, de buen gusto y modesto; su gracia encantadora, 417 31 | Lantín, molesto por aquellas prevenciones, 418 19 | Qué mono estás!~ 419 59 | lloró desesperadamente, mordiendo un pañuelo para no gritar. 420 30 | baja, puso la joya sobre el mostrador y la miró de lejos, para 421 28 | bastante avergonzado de mostrar así su miseria, yendo a 422 78 | enfadándose, y exigía que le mostraran los comprobantes de las 423 | mucha 424 3 | amables y tranquilas. La muchacha parecía ser el modelo de 425 | muchísimo 426 23 | para pensar; todos los muebles, y hasta sus trajes, continuaban 427 22 | los ojos y, haciendo una mueca triste, comenzaba a sollozar.~ 428 21 | el perdido encanto de su muerta.~ 429 2 | contribuciones de provincia muerto años atrás, y había ido 430 4 | Todo el mundo cantaba sus alabanzas; cuantos 431 21 | tos; y ocho días más tarde murió, de una pulmonía. Lantín 432 58 | su casa y no quiso ver a nadie.~ 433 24 | mujer bastaba para todas las necesidades de la casa, era insuficiente 434 5 | entonces oficial primero de negociado en el Ministerio del Interior, 435 | ninguna 436 46 | Quiere usted darme su nombre, caballero?~ 437 56 | cruzó la calle, anduvo hasta notar que había equivocado su 438 79 | y ascendía todo a ciento noventa y seis mil francos.~ 439 26 | casi cada tarde una joya nueva - , y por fin se decidió 440 56 | vio que se equivocaba de nuevo, y retrocedió hasta los 441 89 | y les dio cuenta de sus nuevos planes de vida.~ 442 | o 443 37 | recogió el collar y se fue, obedeciendo a un deseo confuso de reflexionar 444 56 | esposa no pudo adquirir un objeto de tanto valor... De ningún 445 77 | Comenzaron a examinar los objetos, pieza por pieza, tasándolos 446 74 | los dependientes se vio obligado a salir de la tienda para 447 8 | frecuencia localidades para ver obras aplaudidas y hasta para 448 15 | Observa qué bien hechos están; parecen 449 30 | y la miró de lejos, para observar el efecto.~ 450 18 | placer secreto y profundo. Se obstinaba en ponerle un collar a su 451 61 | sonreír. Dos transeúntes ociosos andaban sin rumbo, lentamente, 452 63 | llevaba dinero, y volvió a ocuparse del collar ¡Dieciocho mil 453 5 | Lantín, entonces oficial primero de negociado en 454 65 | El dueño se apresuró a ofrecerle una silla, sonriendo con 455 3 | porvenir. Su hermosura plácida ofrecía un encanto angelical de 456 21 | invierno, al salir de la Ópera, ella sintió un estremecimiento 457 9 | costumbre de prender en sus orejas dos trozos de vidrio, tallados 458 10 | inconveniente afición al oropel, su marido le decía con 459 | otras 460 36 | Puede ver si alguien se lo paga mejor; para mí, vale sólo 461 38 | Si le hubiese cogido la palabra... ¡Vaya un joyero, que 462 59 | desesperadamente, mordiendo un pañuelo para no gritar. Luego se 463 55 | Y salió doblando el papel, que guardó en un bolsillo.~ 464 15 | Observa qué bien hechos están; parecen finos.~ 465 85 | gatear por ella como si le pareciese una cucaña. Se sentía ligero, 466 2 | años atrás, y había ido a París con su madre, la cual frecuentaba 467 64 | calle de la Paz y comenzó a pasearse para arriba y para abajo, 468 57 | quedó inmóvil en medio del paseo. La horrible duda lo asaltó. ¿ 469 9 | pulseras de oro falso y peinetas adornadas con cristales 470 38 | punto de soltar la risa, pensando: "¡Imbécil! ¡Imbécil! Si 471 23 | allí, diariamente, para pensar; todos los muebles, y hasta 472 21 | por la sonrisa, por el perdido encanto de su muerta.~ 473 81 | Esto es de una persona que debió de emplear sus 474 59 | tristeza, y durmió con sueño pesado.~ 475 26 | pues era muy primoroso, a pesar de ser falso.~ 476 5 | francos anuales de sueldo, la pidió por esposa y se casó con 477 9 | de colores, que imitaban piedras finas.~ 478 18 | apasionándose como si gozase un placer secreto y profundo. Se obstinaba 479 3 | su porvenir. Su hermosura plácida ofrecía un encanto angelical 480 89 | dio cuenta de sus nuevos planes de vida.~ 481 3 | Dos mujeres pobres y honradas, amables y tranquilas. 482 43 | legales. ¿Cómo ha llegado a su poder?~ 483 4 | Dichoso el que se la lleve; no podría encontrar cosa mejor".~ 484 18 | profundo. Se obstinaba en ponerle un collar a su marido para 485 3 | prudente para confiarle su porvenir. Su hermosura plácida ofrecía 486 78 | Lantín discutía ya los precios, enfadándose, y exigía que 487 65 | tiempo de reflexionar, se precipitó en la joyería. El dueño 488 24 | insuficiente para él solo, y se preguntaba con estupor cómo se las 489 41 | Lantín, desconcertado, preguntó:~ 490 9 | pero cogió la costumbre de prender en sus orejas dos trozos 491 43 | indique, para cumplir las prescripciones legales. ¿Cómo ha llegado 492 88 | Vengo a presentar mi dimisión, porque acabo 493 31 | Lantín, molesto por aquellas prevenciones, se disponía a exclamar: "¡ 494 92 | Por primera vez en su vida, no se aburrió 495 5 | Lantín, entonces oficial primero de negociado en el Ministerio 496 26 | diecisiete francos, pues era muy primoroso, a pesar de ser falso.~ 497 6 | la quería más aún que al principio.~ 498 32 | adquirirlo sin conocer su procedencia.~ 499 65 | miraban a Lantín de reojo, procurando contener la risa que les 500 6 | vivir hasta con lujo. Le prodigó a su marido todo género