Pár.

 1    18|                      Acaso la muerte de un padre no sorprende
 2    18|  locas ideas de una orgía? La muerte es tan repentina en sus
 3    19|      a su amo, de modo que la Muerte, ayudada por el frío, el
 4    24|    superior que combatía a la muerte. Los ojos hundidos por la
 5    32|      para ti que no deseas mi muerte?~ ~
 6    56| tomado el pobre don Juan esta muerte en serio? -dijo el Príncipe
 7    58|       se postraba así ante la muerte. Pero, en aquella adorable
 8    82|       porque, al igual que la Muerte, allí por donde pasaba devoraba
 9    94| conservarla virtuosa hasta su muerte. Fue una broma seria, un
10    94|     consumarse en su lecho de muerte. De este modo, la mayor
11    96|     Luego, llegó el día de la muerte. Aquel brillante y escéptico
12    97|    sintió la proximidad de la muerte. El cielo de España era
13    99|      también he pensado en mi muerte. En otro tiempo fui amigo
14   106|    Juan, que sintió llegar la muerte, añadió con voz terrible:~ ~
15   111|   iglesia. Días después de la muerte del ilustre noble, el milagro
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