Pár.

 1     1|             aquella época, una fiesta era un maravilloso espectáculo
 2    13|             un gesto ebrio y alocado. Era una inocente jovencita acostumbrada
 3    19|               su servilleta. La noche era negra. El silencioso sirviente
 4    20|         Belvídero, padre de don Juan, era un anciano nonagenario que
 5    24|                                       Era el único anciano que se
 6    24|               Si tomaba algo de carne era para darle los huesos a
 7    24|         suspiros cuya lúgubre energía era sostenida por los aullidos
 8    24|          Aquella mirada, fija y fría, era más escalofriante por cuanto
 9    53|          mirada convulsa hablaba aún. Era un padre saliendo con rabia
10    55|               ondulantes. El silencio era profundo, la viola había
11    55|            pared, y cantó tres veces. Era una de esas máquinas ingeniosas,
12    55|               El viejo reloj de pared era más fiel a su servicio que
13    57|                              Su padre era un buen hombre -le respondió
14    58|             tan bien, que la religión era un exceso, y los excesos
15    58|               sala vacía. Ciertamente era una imagen de la vida. Mientras
16    82|              forma admirable. Siempre era lo bastante fuerte como
17    82|           como para hacerla creer que era un joven colegial que dice
18    83|            para don Juan, el universo era él. Modelo de gracia y de
19    83|               frecuencia que el valor era temeridad; la prudencia,
20    83|             prejuicios, puesto que no era tan poderoso como el verdugo,
21    84|               Se rió de todo. Su vida era una burla que abarcaba hombres,
22    94|             pocas leguas de Sanlúcar, era toda gracia y devoción.
23    94| concienzudamente religioso como impío era su padre, quizá en virtud
24    95|            Felipe. Aquel eclesiástico era un hombre santo, admirablemente
25    95|               grado más alto de burla era inducir a los otros a creer
26    97|                                       Era una hermosa tarde cuando
27    97|            muerte. El cielo de España era de una pureza admirable,
28   108|                                       Era cerca de la medianoche cuando
29   111|               imperfecta resurrección era tan comentado de un pueblo
30   112|                                       Era un océano de fuego, dominado
31   114|              de la arquitectura. Todo era riqueza, perfume, luz y
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