IntraText Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText |
Alfred de Musset Historia de un mirlo blanco Concordancias (Hapax Legomena) |
negrita = Texto principal Pár. gris = Texto de comentario
1 IV | moviendo la cabeza -; ¡es la 60.714ª que sale de este cerebro! ¡ 2 IV | moviendo la cabeza -; ¡es la 60.714ª que sale de este cerebro! ¡ 3 V | oraciones de la noche. Más abajo, los paros enamorados se 4 VIII | las tripas corazón, decidí abandonar el mundo, la carrera literaria, 5 III | dijéramos, un golpe con un abanico.~-Pero, señora marquesa - 6 IX | abrirá y dejará que una abeja le coma el corazón.~FIN~ 7 VII | moscas, las patas rotas de abejorros que allí se encontraban: 8 VII | ranuras, los agujeros, las abolladuras, las astillas, las púas, 9 VII | me dijeron mientras me abrazaban hasta asfixiarme -, ¡qué 10 VIII | de mí?... Cuando yo creía abrazar contra mi corazón a la hermana 11 1 | buhardilla una joven obrera que abren sus ventanas para escucharme 12 VIII | mujer sin conseguir que me abriera la puerta. Esto me impacientaba 13 III | para partir, la tórtola abrió los ojos.~-¡Adiós, extranjero 14 V | torres de Notre-Dame. En un abrir y cerrar de ojos llegué 15 IX | cansancio, entonces ella se abrirá y dejará que una abeja le 16 VIII | vio obligada a ceder y a abrirme un poco a la carrera, sin 17 VIII | Nuestra boda fue de un lujo abrumador y se comió en ella diez 18 1 | qué significa la forma absurda con la que acabas de permitirte 19 1 | el horrible color de tus absurdas plumas que te hacen parecer 20 VI | en lágrimas a todas las abubillas y gritar a todas las viejas 21 IX | usted imagina. Mi mujer se aburre, no la quiero en absoluto; 22 VIII | se habrá pintado para abusar de mí?... Cuando yo creía 23 1 | tristemente y, cojeando, fue a acabar de llorar dentro de su escudilla. 24 1 | forma absurda con la que acabas de permitirte cantar? ¿quién 25 VIII | de un padre de familia. Acepta mi mano sin tardar; casémonos 26 VII | hemos escrito y que rogamos acepte.~-Aquí tiene además - añadió 27 IX | resistir la tentación de acercarme a él y hablarle.~-¡Qué feliz 28 V | alas doradas y las patas acharoladas: eran los dandy del bosque. 29 III | espíritu, cuando, entre acianos y amapolas, vi venir hacia 30 VII | que yo mismo: en eso me acomodaba a la moda de nuestros tiempos. 31 III | un sentimiento de espanto acompañado de un profundo fastidio. 32 III | antes de tener el honor de acompañarla, permítame, por favor, decirle 33 II | calma. Por favor, ¡permítame acompañarlo! Estoy perdido; no tengo 34 V | habían comido más uvas de lo aconsejable; apenas se tenían sobre 35 VII | sólo enumeraba todos los acontecimientos relacionados con mi persona, 36 IV | desapareció, aparentando no acordarse ya de haberme conocido.~ 37 V | sueño de los demás, sus acordes parecían acunarlo. Nadie 38 V | Mortefontaine.~Todo el mundo estaba acostándose cuando llegué. Las urracas 39 VII | pensé que el público actual, acostumbrado a la bella literatura que 40 V | sobre sus largos zancos, en actitud meditativa, como los Georges 41 III | Nuestra vida se compone de dos actividades: charlar y emperifollarnos. 42 VI | inferior al de una vieja actriz de provincias. Iré a Venecia 43 VII | pero pensé que el público actual, acostumbrado a la bella 44 VIII | boda sea magnífica y que acudan a ella solemnemente todos 45 III | dijo -. Me llamo Gourouli; acuérdate de mí.~-Hermosa Gourouli - 46 VIII | juntos a Suiza.~-No estoy de acuerdo, - me contestó la joven 47 V | demás, sus acordes parecían acunarlo. Nadie pensaba en mandarlo 48 II | tristeza y toda la humildad adecuadas a mi posición y al horrible 49 IX | vale tanto como el uno y adivina al otro. Yo también he cantado, 50 VIII | Scott y a Scarron. Les dejo adivinar el placer que me produjo 51 VIII | poema - me decía - y la admiración que he sentido me ha hecho 52 VI | excéntrico, festejado, mimado, admirado, envidiado, pero completamente 53 III | ruso bastará para que sea admitido. Nuestra vida se compone 54 IV | pienso como usted; pero admitirá, señor, que es muy duro 55 III | morada del difunto rey Pío X, adonde vamos en peregrinación lanzando 56 III | aventura es algo increíble! Y ¿adónde iba usted? ¡Viajar solo 57 VIII | la resolución que había adoptado y la calma que mostraba, 58 VIII | decisión de quitármela. Adquirí un barómetro y esperé ansiosamente 59 VIII | incomparable, sino que además adquiría la certeza de que la inteligencia 60 IV | con una especie de susurro adulador. Pero pronto me di cuenta 61 1 | todas las madres que se aferran con frecuencia a sus hijos, 62 II | las simplezas que tanto te afligen no te inquietarían ni un 63 VI | Era demasiado tonto al afligirme por no encontrar a alguien 64 VII | único en mi especie y me aflijo por ello; tal vez esté en 65 III | buena compañía, esbeltas, ágiles y no más gruesas que un 66 IX | cuando yo me retire a dormir agotado de dolor y de cansancio, 67 VIII | suficientemente cuánto me agradaba su proposición. La urgí 68 VI | encontraban bastante de su agrado. ¿Por qué misterio inexplicable 69 V | currucas y pardillos se agrupaban ligeramente sobre las ramas 70 III | viento, yo jadeaba a su lado; aguanté durante un rato, pero pronto 71 VII | contado las ranuras, los agujeros, las abolladuras, las astillas, 72 | ahí 73 1 | hablar, pero los sollozos la ahogaban y cayó al suelo casi desmayada. 74 II | rechaza no me queda más que ahogarme en este canalón.~-Está bien, ¡ 75 VI | Quería huir del mundo, pero ahora quiero sorprenderlo. Puesto 76 III | un mirlo! - me contestó airado el palomo. Y, sin dignarse 77 1 | fondo de un viejo jardín aislado del Marais. Era una pareja 78 III | dándome un golpecito con su ala, como si dijéramos, un golpe 79 IV | notablemente al Imperio, he alabado discretamente a la Restauración, 80 1 | cuando revoloteaba por una alameda. A la primera nota que escuchó, 81 VII | longitud de mi cuerpo no alcanza los dos tercios de ella. ¿ 82 VIII | un ser vivo y buscar como Alceste: «... un lugar apartado / 83 1 | obsequiarla con una canción que alegraba a todo el vecindario. Jamás 84 1 | plumaje incipiente me habían alegrado el corazón - pese a mí mismo -, 85 VIII | fácilmente mi sorpresa y mi alegría. ¡Una mirla blanca! - me 86 VI | refugiado en algún barrio alejado, y no pude jamás tener noticias 87 III | la pequeña urraca se iba alejando de mí con una expresión 88 V | obscenas me obligaron a alejarme.~Estaba empezando a desesperarme 89 1 | aterradoras palabras, mi padre se alejó a paso lento. Mi madre se 90 VI | comprarme las Memorias de Alfieri y los poemas de Byron; este 91 IV | momento en el que yo tomaba aliento, me interrumpió de repente.~-¡ 92 III | dispuestas a ayudarles, a alimentarles y a defenderles. En ningún 93 VI | los poemas de Byron; este alimento substancioso me inspirará 94 VI | estrofa de Spencer, en las que aliviaré mi gran alma; haré suspirar 95 V | aquí por fin unas buenas almas - pensé -. Me hicieron sitio 96 IV | festones, algunas sombrías almenas y algunos ingeniosos arabescos. ¡ 97 V | de mi tamaño y pedirles alojamiento. De noche - pensaba - todos 98 VI | provincias. Iré a Venecia y alquilaré, a orillas del gran canal 99 VI | todos los jardines de los alrededores, pero fue en vano; sin duda 100 VI | con un diluvio de rimas alternas, calcadas de una estrofa 101 V | cima de los árboles más altos, y gangueaban sus oraciones 102 VIII | glorioso, dejaba de parecerme amargo, y no podía pensar sin espanto 103 1 | tengo el mismo hermoso pico amarillo que usted, y su hermoso 104 V | hermosa mía! - ¡Por aquí, amiga mía! - ¡Aquí estoy, querido! - ¡ 105 1 | hecho su nido - ¿no ve, amigo mío, que es propio de su 106 VIII | corazón! ¿sabes cuánto te amo? Para poner en verso una 107 II | nuestra vida, y tenemos amores, pero yo no sé quién es 108 IV | puedo presumir de haber añadido al templo de las Musas algunos 109 1 | hay en el primer piso un anciano señor y en la buhardilla 110 V | compañeros de cama de la tierra, andaban a la greña por todas partes. 111 III | amapolas, vi venir hacia mí, andando de puntillas, a dos encantadoras 112 VIII | inútil pensamiento ¿sabes, ángel mío; comprendes, hermosa 113 III | recorrer.~Intenté retomar ánimos pues no quería parecer una 114 1 | repugnancia a su mujer y, al anochecer, si hacía buen tiempo, no 115 VII | y declaraciones de amor anónimas. Por lo que respecta a las 116 1 | que vivían, desde hacía años, al fondo de un viejo jardín 117 VIII | Adquirí un barómetro y esperé ansiosamente a que llegara un día de 118 1 | o como si rechazaran por anticipado la injusticia de la suerte 119 VIII | como redhibitorio, y hacer anular mi matrimonio; pero ¿cómo 120 VII | desde hace mucho tiempo, apaciblemente disecados. De la misma forma 121 VIII | lágrima que caía de mis ojos aparecía una pluma, no ya negra, 122 VII | interesante y dramático aparecían de repente quince páginas 123 VII | sintió emocionada cuando apareció mi libro, y devoró las revelaciones 124 IV | emprendió vuelo y desapareció, aparentando no acordarse ya de haberme 125 VIII | terrible buen tiempo.~La apariencia de felicidad y el hábito 126 VIII | como Alceste: «... un lugar apartado / donde tuviera libertad 127 VIII | llamar hasta veinte veces al apartamento de mi mujer sin conseguir 128 VI | cuarenta y ocho, con notas y un apéndice! Es necesario que el universo 129 1 | dijo con el más terrible aplomo:~-¡Desgraciada! ¿quién ha 130 III | el desfallecimiento se apoderó de mí y caí sobre un costado. 131 IX | bosques ¿Su secreto puede aprenderse?~-Sí - me contestó el ruiseñor - 132 VIII | solo en el mundo, pues! Me apresuré a contestar a la bella desconocida 133 IV | inclinaba la cabeza con gesto de aprobación, con una especie de susurro 134 IV | que pensaba en su poema. Aprovechando un momento en el que yo 135 V | nada mejor que hacer que aprovechar el resto del día y volar 136 VII | avaricioso, permito que lo aproveche el que quiera.~Europa entera 137 IV | debe ser que han hecho una apuesta.~-Usted bromea - replicó -; 138 | aquellas 139 IV | almenas y algunos ingeniosos arabescos. ¡Qué quiere! he envejecido. 140 1 | algunas lombrices o algunas arañas para nutrir mi triste existencia.~-¡ 141 V | pesadamente en la cima de los árboles más altos, y gangueaban 142 V | se precipitaban sobre un arbolillo que cubrían por completo; 143 1 | instalada en un tupido arbusto, ponía regularmente tres 144 VIII | entregaba al trabajo con un ardor desacostumbrado, me di cuenta 145 IV | viajes, señor, travesías áridas y crueles peregrinaciones. 146 III | admirable efecto el de la armonía! - pensé - ¡Oh, Marais! ¡ 147 VIII | horas enteras para hacer su arreglo personal, según decía. A 148 III | cantar a voces, como un arriero español al aire libre.~A 149 II | ternura y, a veces, incluso se arriesgaba a llamarme con un gritito 150 1 | y temblando de miedo, me arrojé a las rodillas de mi padre.~-¡ 151 1 | palabras, mi madre indignada se arrojó de su escudilla, no sin 152 II | Parece un viejo papillote arrugado.~-Son papeles importantes, - 153 VII | los grandes secretos del arte y, como no soy avaricioso, 154 VIII | padre Cormoran, que era arzobispo in partibus. Un soberbio 155 V | estorninos. Realizaban su aseo nocturno con un cuidado 156 VIII | dramáticos, parricidios, raptos, asesinatos e incluso estafas, teniendo 157 VII | mientras me abrazaban hasta asfixiarme -, ¡qué gran mirlo es usted! ¡ 158 VII | agujeros, las abolladuras, las astillas, las púas, los clavos, las 159 VI | Santo! - exclamé - ése es mi asunto. ¡Oh, Providencia!, soy 160 VIII | estaba poniendo en orden sus asuntos y que la vería pronto.~Llegó, 161 VIII | en un primer momento algo asustada e incluso avergonzada, pero 162 1 | ví a punto de expirar y, asustado y temblando de miedo, me 163 VIII | teniendo cuidado de, al pasar, atacar al gobierno y predicar la 164 III | cómo puedo saber a qué atenerme? ¿cómo puedo entregar mi 165 1 | poniendo pensativo y me miraba atentamente. Mientras que mis plumas 166 1 | tan pronto como mis alas ateridas empezaron a cubrirse de 167 1 | eres un mirlo.~Tras estas aterradoras palabras, mi padre se alejó 168 IV | ninguno. Cuando era joven, me atormentaba mucho porque me silbaban 169 VIII | casándome sólo con harina?~Atormentado por esta horrible duda, 170 1 | traía hermosos insectos que atrapaba delicadamente por el extremo 171 II | mi padre. Hender el aire, atravesar el espacio, ver a nuestros 172 IV | sale de este cerebro! ¡Y se atreven a decir que me estoy haciendo 173 VIII | mi matrimonio; pero ¿cómo atreverme a hacer pública mi vergüenza? ¿ 174 III | un ligero tono...~Y no se atrevió a decir más.~-¡Oh, qué perplejidad! - 175 IV | confusión poética. No me atrevo a decir que sea poeta, y 176 VIII | poco melindrosa, pero yo lo atribuía a la influencia de la niebla 177 III | viaje. Yo por mi parte, aturdido y sin vista, me caí en un 178 VIII | encantadora esposa, más aumentaba mi amor. Reunía en su pequeño 179 1 | a manifestar mal humor. Aunque yo no fuera aún sino de 180 VI | perfecto mirlo blanco, un auténtico escritor excéntrico, festejado, 181 VI | periodistas, sino también de autores verdaderos e incluso de 182 VII | del arte y, como no soy avaricioso, permito que lo aproveche 183 1(1)| Mirlo: Ave paseriforme, común en parques 184 V | destruido todo, y en lugar de la avenida verde en la que yo había 185 III | usted? ¿de dónde viene? ¡Su aventura es algo increíble! Y ¿adónde 186 VIII | algo asustada e incluso avergonzada, pero la gran costumbre 187 IV | peregrinaciones. No es desde ayer desde cuando hago rimas, 188 III | hallan siempre dispuestas a ayudarles, a alimentarles y a defenderles. 189 VIII | frecuentar la sociedad le ayudó de inmediato a recuperar 190 V | primer momento hacia un azarbe donde se reunían los estorninos. 191 VIII | in partibus. Un soberbio baile clausuró la jornada; en 192 II | una noticia que va a hacer bajar la renta un franco con setenta 193 III | esta pregunta, la tórtola bajó la cabeza y se puso de un 194 III | estaba rendido.~-Señor - balbucí de nuevo - ¿no podríamos 195 VIII | provisión de billetes de banco. Haga las invitaciones, 196 II | Bruselas, y le llevo al célebre banquero *** una noticia que va a 197 VIII | de quitármela. Adquirí un barómetro y esperé ansiosamente a 198 VII | doloroso. La cola de mi colega barre las calles, pero a mí me 199 VI | habían refugiado en algún barrio alejado, y no pude jamás 200 1 | en todos los montones de barro que se encuentra, para estar 201 VIII | estudio y de atención me bastan para encontrar las palabras, 202 III | pero su condición de ruso bastará para que sea admitido. Nuestra 203 IX | formado las palabras en batallón como soldados prusianos, 204 III | trayéndome gran cantidad de bayas y frutas, con las que formó 205 VI | camino cuando quise ir a Bélgica; ni una urraca rusa, puesto 206 III | mostrarle las cosas más bellas de la tierra.~-¿Dónde están 207 VIII | mil moscas. Recibimos las bendición nupcial del reverendo padre 208 VIII | informara de su existencia? ¡Benditos sean los sufrimientos que 209 IV | muy duro para una criatura bienintencionada, hacer que la gente huya 210 VIII | traído una buena provisión de billetes de banco. Haga las invitaciones, 211 VII | señores; conviértanse en blancos y ya veremos qué saben decir.~ 212 V | danzando en el aire como bocanadas de humo, y se precipitaban 213 II | envalentonado - usted es un pájaro bohemio.~-Ésa es otra de las cosas 214 VIII | tachón, según el precepto de Boileau, le abrí mi corazón:~-¡Oh, 215 1 | madre siempre hecha una bola en una vieja escudilla de 216 1 | aún me trató con bastante bondad e incluso me dio de comer 217 III | decirle dos palabras a esta bondadosa señorita que está aquí. 218 III | devolverán mi lugar en ese bonito montón de hojas que está 219 V | pisándose unos a otros. Al borde del agua marchaban gravemente 220 VII | interior, el exterior, los bordes, el fondo, los laterales, 221 V | sobre un candelero de muchos brazos. Por todas partes resonaban 222 VII | del bello verde que se ve brillar en los patos, pero mi pico 223 VII | contenido, había estudiado las briznas de hierba, las pajas, las 224 V | tenían sobre las ramas y sus bromas de mala compañía, sus carcajadas 225 IV | hecho una apuesta.~-Usted bromea - replicó -; su plumaje 226 III | de quién era yo:~-¿Está bromeando? - exclamó la urraca - ¿ 227 II | dormía mi madre. Una lágrima brotó de mis ojos; el viento y 228 1 | pájaro fabuloso, el señor Buffon me ha descrito. Pero, desgraciadamente, 229 1 | un anciano señor y en la buhardilla una joven obrera que abren 230 V | de ser tragado por algún búho, que dejarme desgarrar así 231 VI | VI~Busqué en un primer momento a mis 232 VI | Alfieri y los poemas de Byron; este alimento substancioso 233 VIII | pluma; me lo confesó al cabo de algún tiempo, y llegó 234 III | con más atención de la que cabría esperar de ella y la tórtola 235 IV | kakatoès, y en jerga vulgar cacatois.~-A fe mía, señor, que es 236 IV | venerable que llaman en latín cacuata, en lengua culta kakatoès, 237 III | es el reflejo del sol que cae sobre usted a través de 238 VIII | visible. A cada lágrima que caía de mis ojos aparecía una 239 IV | tan rudo e imprevisto, que caímos los dos sobre la copa de 240 VI | diluvio de rimas alternas, calcadas de una estrofa de Spencer, 241 III | trozo de tocino demasiado caliente que acaba de quemarle el 242 IX | escucha. A estas horas su cáliz está cerrado y en su interior 243 V | Nadie pensaba en mandarlo callar, nadie encontraba mal que 244 VII | cola de mi colega barre las calles, pero a mí me señalan los 245 VI | negado una hembra, diré calumnias de las de los demás. Demostraré 246 IV | vodeviles empolvados y tragedias calvas. En una palabra, puedo presumir 247 II | con una voz tan ronca como calvo era su cráneo.~-¡Ah!, señor, - 248 V | los peores compañeros de cama de la tierra, andaban a 249 VI | empecé a pavonearme y a caminar orgullosamente a lo largo 250 III | que piden limosna por los caminos, sino todas nobles y de 251 VIII | Quería conducir a mi mujer al campo, escoger un domingo inestable 252 V | gorrioncillos llegaban de los campos danzando en el aire como 253 1 | huerto del vecino o sobre los canalones algunas lombrices o algunas 254 V | compañía, sus carcajadas y sus canciones obscenas me obligaron a 255 V | como cristales sobre un candelero de muchos brazos. Por todas 256 IX | dormir agotado de dolor y de cansancio, entonces ella se abrirá 257 1 | de sí -. Hace siglos que cantamos de padres a hijos y, cuando 258 III | a otro, trayéndome gran cantidad de bayas y frutas, con las 259 III | cuando llegué al punto capital que causaba mi dolor, es 260 VIII | Mientras más a fondo conocía el carácter de mi encantadora esposa, 261 V | bromas de mala compañía, sus carcajadas y sus canciones obscenas 262 III | sitio menos maledicencia. No carecemos de viejas urracas devotas 263 VIII | y, francamente, era una carga pesada de llevar; pero al 264 VII | también, señor, conocemos en carne propia las penas secretas 265 V | mientras que un pájaro carpintero despeluznado empujaba a 266 VII | diario cumplidos en verso, cartas de felicitación y declaraciones 267 VIII | creado para mí solo ¿estaba casándome sólo con harina?~Atormentado 268 VIII | deben a su propia gloria no casarse como gatos en tejado. He 269 VII | pequeños trozos de madera, los cascotes, las gotas de agua, los 270 VIII | Acepta mi mano sin tardar; casémonos a la inglesa, sin ceremonia, 271 VIII | habría podido considerar el caso como redhibitorio, y hacer 272 1 | vestido, que mi madre no sea castigada por ello. ¿Es culpa suya 273 VII | madre no ocupaba menos de catorce cantos, pues había contado 274 III | llegué al punto capital que causaba mi dolor, es decir, a la 275 1 | Mientras que mis plumas fueron cayendo, aún me trató con bastante 276 1 | los sollozos la ahogaban y cayó al suelo casi desmayada. 277 VIII | humor, que se vio obligada a ceder y a abrirme un poco a la 278 II | Bruselas, y le llevo al célebre banquero *** una noticia 279 VIII | sospecha! Esta criatura celestial no será nada más que pintura, 280 VIII | de pasar toda mi vida en celibato. El regreso de la primavera, 281 III | gazmoñas que nuestros maridos celosos, pero nuestros placeres 282 II | franco con setenta y ocho céntimos.~-¡Dios Santo! - exclamé - ¡ 283 VIII | casémonos a la inglesa, sin ceremonia, y marchémonos juntos a 284 VII | trazado; mi puerta estaba cerrada para todo el mundo. No pude, 285 IX | estas horas su cáliz está cerrado y en su interior mece a 286 V | Notre-Dame. En un abrir y cerrar de ojos llegué hasta ellas, 287 VIII | sino que además adquiría la certeza de que la inteligencia de 288 II | levantaba hacia mí sin cesar unos ojos llenos de ternura 289 III | En ningún sitio hay más charla que en nuestra casa y en 290 III | mediodía hasta la noche, charlamos. Cada una de nosotras se 291 III | compone de dos actividades: charlar y emperifollarnos. Desde 292 VI | necesario que vaya a visitar a Charpentier. Quiero crearme desde el 293 IV | cuando usted me hizo un chichón en la frente. Por lo demás, 294 III | que son blancas? ¡Pobre chico, qué ignorancia!~-Pero, 295 V | bosque. Eran bastante buenos chicos y no me honraron con la 296 VII | Senegal y el otro un mirlo de China.~-¡Ah! señor, - me dijeron 297 1 | través -; se diría que este chiquillo va a revolcarse en todos 298 IV | sentido opuesto al mío. El choque fue tan rudo e imprevisto, 299 VIII | en provisiones.~Me sometí ciegamente a las órdenes de la mirla 300 V | posaban pesadamente en la cima de los árboles más altos, 301 III | siete manchas negras y de cinco manchas blancas; es algo 302 III | un rojo pálido, como las cintas de Lolotte.~-Pero, señor, - 303 III | profundo fastidio. Describía círculos a mi alrededor como un gato 304 VIII | la tristeza, cuando una circunstancia imprevista decidió mi vida 305 II | indirectas que me echaba, yo veía claramente que le habría gustado perdonarme 306 VIII | partibus. Un soberbio baile clausuró la jornada; en fin, no faltó 307 VII | astillas, las púas, los clavos, las manchas, los matices 308 VIII | fuera una perla y tú fueras Cleopatra..!~Desvariando de este modo, 309 VIII | entonces, y no dudaba de que el clima de Francia disiparía pronto 310 V | me vi obligado a buscar cobijo en los bosques de Mortefontaine.~ 311 1 | saltó en el aire como un cohete.~-¿Qué estoy oyendo? –exclamó - ¿ 312 1 | se levantó tristemente y, cojeando, fue a acabar de llorar 313 IX | un nido, amigos, un buen cojín de musgo, la luna llena 314 II | Pero, ¿qué es lo que lleva colgado al cuello? Parece un viejo 315 1 | lo había anunciado, fui a colocarme sobre el canalón de una 316 IX | dejará que una abeja le coma el corazón.~FIN~ 317 III | indiscreta de nuestras jóvenes comadres puede pasar junto a la más 318 IV | en absoluto dispuesto a combatir. Nos saludamos muy cortésmente, 319 III | estas damas». Y, tras haber comenzado por inclinarme gentilmente 320 1 | bondad e incluso me dio de comer al verme tiritar casi desnudo 321 III | convaleciente. Una vez terminada la comida y con mis fuerzas recuperadas, 322 1 | aspecto de un fabriquero comiéndose una tortilla? Si el Cielo 323 VIII | de un lujo abrumador y se comió en ella diez mil moscas. 324 VII | Señores - contesté - les compadezco de todo corazón; es siempre 325 VIII | que la inteligencia de mi compañera era digna en todo punto 326 V | es sabido, son los peores compañeros de cama de la tierra, andaban 327 III | con expresión de pudor y compasión por mi infortunio; pero 328 III | admitido. Nuestra vida se compone de dos actividades: charlar 329 VIII | trabajábamos juntos. Mientras yo componía mis poemas, ella emborronaba 330 VI | el vulgo, debo, pretendo comportarme como tal, ni más ni menos 331 VI | ruiseñores no tienen más que comportarse bien, yo demostraré, como 332 VI | de volátiles. Tengo que comprarme las Memorias de Alfieri 333 IV | pocos corazones hay que los comprendan!~Mientras hacía estas reflexiones, 334 VIII | las manos, excepto lo que comprenden. Un día, recibí una carta 335 VIII | pensamiento ¿sabes, ángel mío; comprendes, hermosa mía, que nada que 336 III | la cabeza con languidez y comprendió que tenía sed. Una gota 337 VI | a mi alrededor una corte compuesta no sólo de periodistas, 338 VII | música que mi esposa ha compuesto sobre un pasaje de su prefacio. 339 II | una oreja y me retiraba compungido sin tratar de responderle 340 VII | más hermoso una oda que compuse cuando aún me encontraba 341 1(1)| Mirlo: Ave paseriforme, común en parques y bosques, de 342 VIII | idénticamente igual a los mirlos más comunes y más vulgares.~¿Qué podía 343 IX | superior a los poetas, y comunicaba libremente su pensamiento 344 VII | íntimas que me había dignado comunicarle. ¿Cómo podía haber sido 345 III | alegre, mi escanciadora tan comunicativa y tan dulce, que me habría 346 VIII | el día de hoy, me creía condenado a una soledad eterna y, 347 III | manchas negras, pero su condición de ruso bastará para que 348 VIII | un día de lluvia. Quería conducir a mi mujer al campo, escoger 349 III | robustas. Mientras que mi conductor iba como el viento, yo jadeaba 350 IX | azar de los pájaros, me condujo de nuevo a una rama de Mortefontaine. 351 VI | descubrimiento - tengo que confesarlo - modificó mucho mis esquemas. 352 VIII | una mujer de pluma; me lo confesó al cabo de algún tiempo, 353 III | cree que es el único? Confíe en mí y déjese llevar; voy 354 1 | Por lo que a mí respecta, confundido y desolado, emprendí vuelo 355 IV | este momento en una gran confusión poética. No me atrevo a 356 VI | patas no sabrían formar un conjunto al que se le pudiera dar 357 VII | Nosotros también, señor, conocemos en carne propia las penas 358 IV | Néstor de la poesía, ¿no conocerá, se lo ruego, algún remedio 359 III | nos dejaste al decir: «¡Conócete a ti mismo!».~Desde el día 360 IV | acordarse ya de haberme conocido.~ 361 III | desmayo. Cuando recuperé el conocimiento, lo primero que se me vino 362 VII | algunas negligencias como consecuencia de la prodigiosa fecundidad 363 VIII | apartamento de mi mujer sin conseguir que me abriera la puerta. 364 II | maltrataba su frente casi rapada, conservaba una expresión de altivez 365 VII | esbocé una solución que fue considerada satisfactoria.~Me enviaban 366 VIII | decir verdad, habría podido considerar el caso como redhibitorio, 367 VIII | porque desde este momento la considero como mi legítima esposa, ¿ 368 VI | dijo una a la otra - si lo consigues, te regalaré un mirlo blanco.~-¡ 369 1 | huiré; otros muchos hijos consolarán su vejez, dado que mi madre 370 VIII | el cielo me reservaba un consuelo tan inesperado! Hasta el 371 VII | moda de nuestros tiempos. Contaba mis sufrimientos pasados 372 V | conversación era tan vacía, se contaban con tanta fatuidad sus idas 373 VII | catorce cantos, pues había contado las ranuras, los agujeros, 374 VI | inspirará un noble orgullo, sin contar con el que Dios me ha dado. 375 II | acercó a mí e hizo que le contara mi historia, lo que hice 376 III | la pequeña urraca, y le conté todas mis desventuras con 377 VII | planos rectos; pasando al contenido, había estudiado las briznas 378 1 | enfangado.~-¡Eh, Dios mío! - contestaba mi madre siempre hecha una 379 VIII | mundo, pues! Me apresuré a contestar a la bella desconocida y 380 VI | sublimes cantos; a todo ello contestaré: ¡Maldito sea! ¡Oh, exceso 381 III | señorita! Mi intención no contiene nada que pueda ofenderla, 382 III | montoncito cerca de mí, mientras continuaba con sus preguntas.~-Pero ¿ 383 VI | por casualidad...?~Iba a continuar mis lamentos, cuando fui 384 III | desgraciada canción había contrariado tan profundamente a mi padre, 385 III | pueda ofenderla, muy al contrario. Las dos me parecen tan 386 III | incluso el apetito de un convaleciente. Una vez terminada la comida 387 II | ser un mirlo pero me han convencido de que no lo soy.~La singularidad 388 VIII | simulacro hasta que la muerte lo convierta en un despojo, en este pequeño 389 VII | Yo soy blanco, señores; conviértanse en blancos y ya veremos 390 IX | el favor de Dios que lo convierte en superior a los poetas, 391 III | sorpresa, que pronto se convirtió en estupor, y que pasó después 392 IX | soldados prusianos, y he coordinado simplezas mientras usted 393 IV | caímos los dos sobre la copa de un árbol que, por fortuna, 394 III | moteada y extremadamente coqueta, y la otra una tórtola de 395 IV | regresando a París -, ¡qué pocos corazones hay que los comprendan!~ 396 VIII | nupcial del reverendo padre Cormoran, que era arzobispo in partibus. 397 1 | ni menos que un pollo de corral listo para ser espetado.~-¡ 398 II | exhalaciones de la tierra, correr como una flecha hacia un 399 VII | encantadora fatuidad; ponía al corriente al lector de mil detalles 400 VI | tener a mi alrededor una corte compuesta no sólo de periodistas, 401 VII | pero mi pico es demasiado corto y mi pie demasiado grande; 402 VIII | mirlas. En una palabra, no le costaba ningún esfuerzo a su espíritu 403 III | apoderó de mí y caí sobre un costado. El horrible pensamiento 404 1 | en contra de todas las costumbres y todas las reglas?~-¡Ah! 405 II | ronca como calvo era su cráneo.~-¡Ah!, señor, - contesté 406 VI | visitar a Charpentier. Quiero crearme desde el principio una poderosa 407 1 | madre no se engañaba; veía crecer mi fatal plumaje, que le 408 III | perturbación tan intensa, que me creí a punto de desfallecer.~-¿ 409 1 | Deje que nuestro mirlito crezca, y ya verá como será hermoso; 410 V | las ramas recortadas, como cristales sobre un candelero de muchos 411 V | Marchémonos, huyamos de este mundo cruel! Más me vale buscar mi camino 412 II | II~Mi padre tuvo la crueldad de dejarme durante muchos 413 IV | señor, travesías áridas y crueles peregrinaciones. No es desde 414 VIII | que mis escritos habían cruzado el Canal de la Mancha, y 415 VI | peso de oro, mis libros cruzarán los mares; la fama, la fortuna, 416 VII | además ofrecía al público un cuadro completo de todas las ensoñaciones 417 IV | contesté - yo no sé de cuáles soy. Todo el mundo me pregunta 418 VIII | mirarla, me siento todas las cualidades de un padre de familia. 419 | cualquiera 420 VII | agradable a la vista y estoy cubierto del bello verde que se ve 421 V | precipitaban sobre un arbolillo que cubrían por completo; pinzones, 422 1 | alas ateridas empezaron a cubrirse de plumón, a cada pluma 423 II | lo que lleva colgado al cuello? Parece un viejo papillote 424 V | pacientemente a sus mujeres. Enormes cuervos, ya medio dormidos, se posaban 425 VI | bello palacio Mocenigo, que cuesta cuatro libras y diez sous 426 IV | latín cacuata, en lengua culta kakatoès, y en jerga vulgar 427 VII | satisfactoria.~Me enviaban a diario cumplidos en verso, cartas de felicitación 428 VI | posible, el prestigio de mi cuna. La Naturaleza me ha hecho 429 III | recuperadas, satisfice la curiosidad de la pequeña urraca, y 430 V | por completo; pinzones, currucas y pardillos se agrupaban 431 VI | soy el pájaro sin igual cuya existencia niega el vulgo, 432 IV | especie de penacho que le daba un aspecto heroico-cómico; 433 III | producirá algún efecto en estas damas». Y, tras haber comenzado 434 1 | negro a la francesa, que le dan el aspecto de un fabriquero 435 V | son grises; y, además, ¿es dañar a la gente dormir cortésmente 436 V | meditativa, como los Georges Dandin del lugar, esperando pacientemente 437 III | pero la urraca se acercó dando saltitos de la forma más 438 III | muy gentil urraca - añadió dándome un golpecito con su ala, 439 V | patas acharoladas: eran los dandy del bosque. Eran bastante 440 1 | escudilla, no sin hacerse daño en una pata; quiso hablar, 441 V | gorrioncillos llegaban de los campos danzando en el aire como bocanadas 442 VI | conjunto al que se le pudiera dar un nombre? ¿No seré por 443 V | puse de nuevo en camino y deambulé bastante tiempo al azar. 444 III | montón de hojas que está por debajo de la escudilla de mi madre.~ 445 VIII | Las personas como nosotros deben a su propia gloria no casarse 446 III | contesté, porque me pareció que debía ser marquesa por lo menos - 447 VIII | ocasiones porque cualquier debilidad masculina le encanta al 448 VI | existencia niega el vulgo, debo, pretendo comportarme como 449 V | partes resonaban voces que decían netamente: - ¡Vamos, esposa 450 VIII | Hice de las tripas corazón, decidí abandonar el mundo, la carrera 451 VIII | circunstancia imprevista decidió mi vida entera.~No es necesario 452 III | acompañarla, permítame, por favor, decirle dos palabras a esta bondadosa 453 VII | que sea. Pero permítanme decirles que en el Jardín de Plantas 454 VII | cartas de felicitación y declaraciones de amor anónimas. Por lo 455 III | primera muda... ¿A qué se dedican sus padres? ¿de dónde son? ¿ 456 VII | señalan los pilluelos con el dedo porque no tengo.~-Señores - 457 III | ayudarles, a alimentarles y a defenderles. En ningún sitio hay más 458 1 | Pese a encargarse de mi defensa, mi madre no se engañaba; 459 III | despiadadamente. Pero no por ello dejamos de ser las mejores personas 460 III | de dónde son? ¿cómo lo dejan viajar es este estado? ¡ 461 1 | canto yo? ¿eso es cantar?~Y, dejándose caer cerca de mi madre, 462 | dejar 463 IX | entonces ella se abrirá y dejará que una abeja le coma el 464 VI | existo. En mis versos, no dejaré de lamentar mi aislamiento, 465 VI | que en Mortefontaine me dejaron dormir solo. Y, sin embargo, 466 III | qué difícil de seguir, nos dejaste al decir: «¡Conócete a ti 467 1 | fue un encantador granuja? Deje que nuestro mirlito crezca, 468 III | el único? Confíe en mí y déjese llevar; voy a llevarlo conmigo 469 II | mojado, más pálido y más delgado de lo que yo creía posible. 470 1 | hermosos insectos que atrapaba delicadamente por el extremo de la cola 471 | demasiadas 472 1 | fue a acabar de llorar dentro de su escudilla. Por lo 473 VII | en un error, pero es mi derecho. Yo soy blanco, señores; 474 VIII | al trabajo con un ardor desacostumbrado, me di cuenta de que sudaba 475 1 | mío! - le dije - si canto desafinado y si estoy mal vestido, 476 1 | que no quede por eso!, desapareceré de su presencia, libraré 477 V | escudilla querida, todo había desaparecido. El hacha lo había destruido 478 IV | hablaba, emprendió vuelo y desapareció, aparentando no acordarse 479 IX | matrimonio! - me decía - ¡Qué desatino! Es con buena intención, 480 III | dulce, que me habría gustado desayunar así por toda la eternidad. 481 VIII | algo extraño; pero ¿qué desconfianza podía inspirarme una persona 482 VIII | apresuré a contestar a la bella desconocida y lo hice de forma que testimoniaba 483 IV | hablarle.~-Soy - contestó el desconocido - el gran poeta Kacatogan. 484 IV | mismo ese extraño efecto. Desconozco la causa, pero el efecto 485 VII | basta para un mirlo estar descontento para ser genial. Yo soy 486 III | de un profundo fastidio. Describía círculos a mi alrededor 487 VI | soy un mirlo blanco!~Este descubrimiento - tengo que confesarlo - 488 VI | que tenga piedad de las desdichadas seducidas por mis sublimes 489 1 | al menos yo sea el único desdichado!~-No se trata de eso - dijo 490 III | causado por mi prueba y deseando llevarla hasta el extremo, 491 III | corazón y mi pata a la que lo desee, desde el instante en que 492 VIII | cara a cara con un pájaro desencolado y desenharinado, idénticamente 493 VIII | un pájaro desencolado y desenharinado, idénticamente igual a los 494 V | alejarme.~Estaba empezando a desesperarme e iba a dormirme en un lugar 495 III | que me creí a punto de desfallecer.~-¿Queda mucho aún? - pregunté 496 III | incorporé sobre mis patas, el desfallecimiento se apoderó de mí y caí sobre 497 III | la pobre marquesa, más me desgañitaba yo cantando. Soportó durante 498 IX | ha hablado de ello. Me desgañito toda la noche por ella, 499 III | encuentra tan cruelmente desgarrado? ¡Oh, Sócrates! ¡qué precepto 500 V | algún búho, que dejarme desgarrar así por el espectáculo de