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Comisión Internacional Marista de Educación Misión Educativa IntraText CT - Texto |
Mediante programas de educación no formal
190. Trabajamos con grupos de jóvenes que viven en situaciones de marginación o en áreas desatendidas y cuyas necesidades no están siendo cubiertas por estructuras educativas formales. Junto con ellos y con las agrupaciones locales, con las instancias oficiales y organizaciones no gubernamentales, estudiamos su situación e intentamos detectar sus necesidades reales y ofrecer posibles respuestas. A través de nuestro contacto con esos grupos externos, nos aseguramos de que nuestra intervención es parte de un proyecto comunitario integrado.
191. Los programas que emprendemos pueden ser a corto o largo plazo. Por ejemplo, alfabetización, clases de apoyo, enseñanza de la lengua para inmigrantes, desarrollo personal, educación para la salud, control de las adicciones, relaciones humanas, jardín de infancia, talleres de temática social y cultural, desarrollo comunitario, orientación profesional, expresión artística y formación de responsables.
192. En dichos programas educamos para la vida. Intentamos mejorar el bienestar de los individuos y la calidad de vida de toda la comunidad. A través de esas acciones llegamos también a una relación con los jóvenes en el plano de la fe y promovemos la solidaridad entre ellos y con los demás.
193. Para trabajar en esos ambientes tenemos que ser personas con iniciativa, esperanzados y perseverantes a pesar de los fracasos, sin esperar resultados inmediatos, y capaces de animar a otros a unirse a nuestro proyecto. Con frecuencia eso significa que tenemos que valernos con pocos recursos. Pero es preciso que seamos buenos comunicadores, competentes en lo que emprendemos y capaces de trabajar en equipo e incluso de coordinarlo.
194. Conociendo los retos que supone trabajar en grupos reducidos, como puede ser el caso en las tareas aludidas, nos comprometemos a construir un sólido espíritu de familia que nos ayude, y que influya de forma positiva en los niños y jóvenes a los que servimos. Hacemos nuestras "las alegrías y esperanzas, las penas y las angustias" 13 de los jóvenes y sus familias. Podemos incluso optar por vivir entre ellos, compartiendo su vida de manera más real, como testimonio de nuestro compromiso personal. 14