Cap.

1      2|       había conocido el tesoro celestial que en vos se encierra.
2     13|       boda y ve a encontrar tu celestial esposo! Entonces, fatigada,
3     13|   estaba agotada y que sólo el Celestial podría curar a doña Beatriz.
4     18| sacrificio que aquella dulce y celestial criatura se imponía. El
5     22|       de luz para la Jerusalén celestial. Prémieme Dios en proporción
6     29|     sin duda le disponía en la celestial morada, llevaba consigo
7     35|       suerte que si un reflejo celestial iluminase aquel semblante.
8     35|    cuerpo, pero era un bálsamo celestial para su espíritu, y su influencia
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License