Cap.

1      5|   dijo, por fin, en cuanto su congoja le dejó hablar -, ¿cómo
2      9|   respondió ella con la mayor congoja -, sino Tirso, el pastor
3     13|  comenzó a respirar con mucha congoja y anhelo. El monje le tomó
4     16|    otra, porque eran tales su congoja y sus sollozos que muchas
5     37| parecía respirar con la misma congoja y ahogo que si su pecho
6     37|   sollozando con gran ahogo y congoja. El deliquio era profundo;
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License