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Alfabética [« »] sendos 1 senil 1 seno 13 señor 216 señora 79 señoras 2 señores 19 | Frecuencia [« »] 237 él 231 todo 230 todos 216 señor 212 pues 210 ojos 200 dijo | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias señor |
Cap.
1 1| o paje de lanza de algún señor principal. Llevaban los 2 1| pudiendo casarla con un señor tan poderoso, como el conde 3 1| Miren que era acomodo un señor de Bembibre! -Pero hombre - 4 1| poco comedido al hablar del señor de Bembibre, que es un caballero 5 1| cuida más de la honra de su señor que de la caridad a que 6 1| algo le lleva de ventaja al señor de Bembibre en lo tocante 7 1| discernimiento que tú. -El señor de Arganza, nuestro dueño, 8 1| su sardina, y conde por señor nadie lo trueca. -Pero mi 9 1| que hizo don Álvaro? Pues señor, sin encomendarse a Dios 10 1| la casa solariega de su señor, el ilustre don Alonso Ossorio. 11 2| familia de Arganza y el señor de Bembibre, merced a la 12 2| Don Alonso Ossorio, señor de Arganza, había tenido 13 2| ambas casas, si bien el señor de Arganza no pudo acallar 14 2| entonces los temores del señor de Arganza se despertaron 15 2| la feria de Cacabelos. El señor de Bembibre y doña Beatriz, 16 2| retraimiento de vuestro padre y mi señor para conmigo? ¿Será verdad 17 3| en voz bastante alta:~ ~ -Señor, el conde no está ya en 18 3| torcido: -¿Quién le mete al señor villano en el ánimo de su 19 3| villano en el ánimo de su señor? Millán aguantó la descarga, 20 3| Extraños, por vida mía, señor! -le replicó el escudero -, 21 3| una cábala tan ruin? -Pero señor -repuso don Álvaro -, ¿creéis 22 3| Álvaro -, ¿creéis que el señor de Arganza se hará sordo 23 3| influencia sobre el orgulloso señor de Arganza, y espero que, 24 3| menos de replicar. -Tío y señor, ¿ese creéis que sea el 25 3| anciano corazón, pero el Señor también estuvo triste hasta 26 4| defensa, que hicieron al señor de Bembibre el homenaje 27 4| desconcertar un proyecto en que el señor de Arganza piensa cobrar 28 4| el aullido del lobo. El señor de Bembibre, antes confuso, 29 5| determinaron a visitar al señor de Arganza, aunque la crítica 30 5| proyectos. Comoquiera, el señor de Arganza, un tanto alarmado 31 5| postrera de nuestra casa. -Sí, señor -respondió ella con su voz 32 5| deseos. El conde de Lemus, señor el más noble y poderoso 33 5| escrutadoras miradas -. ¿Amáis al señor de Bembibre? -le preguntó 34 5| mirad por vuestra salud. El Señor nos dará fuerzas para sobrellevar 35 6| desasosiego en el ánimo del señor de Arganza, porque harto 36 6| balde el que el anciano señor se tomaba. Doña Beatriz 37 6| caballerizas con el caballo de su señor y el suyo, y Nuño, después 38 7| VII~ ~ El medio de que el señor de Arganza se había valido 39 8| efectivamente, para el señor de Bembibre todo lo penosos 40 8| Castro, conde de Lemus, y señor el más poderoso de toda 41 8| esmero para recibir a un señor tan poderoso, y presunto 42 8| decoro: -Pero yo no os amo, señor conde, y creo bastante hidalga 43 8| Beatriz sin inmutarse es un señor no menos ilustre que vos. 44 8| discreción y de hermosura. El señor de Arganza al oírlo, y creyendo 45 8| la pompa necesaria. -¡Oh, señor!, ¡pensadlo bien!, ¡dadme 46 8| hija vil! -respondió el señor de Arganza fuera de sí de 47 9| afición a doña Beatriz, y al señor de Bembibre, cosa en que 48 9| malquerencia de un gran señor? -Mujer -respondió el intrépido 49 9| más fincas hay que las del señor de Arganza, y no es cosa 50 9| el puente y dar parte al señor de la visita. Millán, que 51 9| pellizco diciéndole: -¡Hola, señor bribón!, ¡cómo se conoce 52 9| por esta tierra? -Vamos, señor burlón -respondió ella -, 53 9| penetrar en el convento. -Sí, señor -respondió ella -, porque 54 9| me ha ocurrido que con un señor tan testarudo como mi amo 55 9| adelantamos con eso. -¡Qué!, no señor -repuso la astuta aldeana -, 56 11| amantes, porque, como decía el señor de Bembibre, era aquel demasiado 57 11| dijo en tono áspero -, un señor de Bembibre trocado en salteador 58 11| santidad de la casa del Señor; ¿cómo pudiste creer que 59 11| cercaban. -Bien veis, venerable señor -dijo al abad -, que mi 60 11| criados del conde y del señor de Arganza fueron al convento 61 12| cosa natural. Cuando el señor de Bembibre se despidió 62 12| abrir la obstinación del señor de Arganza, determinó oponerse 63 12| entonces amargar la zozobra del señor de Arganza, que ya empezaba 64 12| aprobó, no sólo porque como señor mesnadero estaba obligado 65 12| completa ya la gente del señor de Bembibre, que con el 66 13| Capítulo XIII~ ~ Justamente el señor de Bembibre se alejaba del 67 13| tengo otra hija! ¡Vedla, Señor, tan joven, tan buena y 68 13| los ojos de todos. ¡Oh, Señor! ¡Oh, señor, misericordia!~ ~ 69 13| todos. ¡Oh, Señor! ¡Oh, señor, misericordia!~ ~ La abadesa, 70 13| todos. Por lo que hace al señor de Arganza, que a pesar 71 13| Gracias te sean dadas a ti, Señor, que has suplido la ignorancia 72 13| algazaras que la esplendidez del señor hacía más alegres y animados. 73 14| más furia sobre el ala del señor de Bembibre y demás caballeros 74 14| Me oyes, Millán?~ ~ -Sí, señor -respondió éste, ¿qué me 75 14| nada le digas. -Está bien, señor, si Dios os llama así se 76 15| encuentro ya muy aliviado, señor don Juan -respondió el herido -, 77 15| rechaza como a un leproso? -Señor don Juan, os matáis en balde, 78 15| sentándose al lado de su señor entablaron en voz muy baja 79 15| la puerta por ver si su señor se rebullía o quejaba; pero 80 15| dormir podría hacer daño a su señor; pero pasada una hora y 81 15| cuando vio el cuerpo de su señor inanimado y frío, apartados 82 15| hecho sino obedecer a tu señor y en nada eres culpable. 83 15| ser así, por vida vuestra, señor -le interrumpió Millán -, 84 15| en honra de su malogrado señor, y por otra parte, como 85 15| Muchas gracias, noble señor -respondió él rehusándolo -. 86 15| tristeza por la muerte de su señor, verdadero padre de sus 87 16| has traído el cuerpo de tu señor? -Millán le contó entonces 88 16| le dijo entonces: -Cómo, señor, ¿pensaríais que no fuese 89 16| judicialmente el testamento de su señor en que se encontró heredado 90 17| velo de las esposas del Señor en Villabuena:~ ~ -Ya veis, 91 17| soledad a tu anciano padre, el Señor te perdone y bendiga como 92 17| con enérgicos ademanes al señor de Arganza, y por los de 93 17| su madre. -Una palabra, señor caballero -dijo la joven, 94 17| añadió, volviéndose al señor de Arganza con el ademán 95 18| ocasiones, bien creerá que este señor, con todo su condado y su 96 18| susto y viendo que era el señor de Bembibre, no un espíritu 97 18| responder por su ama: -Sí, señor, sí que la violentó su madre, 98 18| Desdichadas de nosotras!, ¡es mi señor y el conde y todos los criados 99 19| visera - don Álvaro Yáñez, señor de Bembibre, y venía a reclamar 100 19| mundo -contestó con ceño el señor de Arganza -. En cuanto 101 19| Arganza -. En cuanto a vos, señor de Bembibre, declaro que 102 19| don Fernando de Castilla; señor de Bembibre, comendador 103 19| cuatro eran criados del señor de Arganza; los demás pertenecían 104 19| persona de valor como su señor, no era difícil que diesen 105 19| que si como caballero y señor independiente no he aceptado 106 19| Adelantóse entonces el señor de Arganza con continente 107 19| risueño, le dijo: -Vamos, señor, sosegaos. ¿Quién no ha 108 19| conciencia culpable! -exclamó el señor de Arganza, tapándose la 109 20| alcanzó fue que diesen al señor de Bembibre un narcótico 110 21| ningún deudo tenía con el señor de Bembibre, faltando en 111 21| respondió con comedimiento: -Señor don Juan, aunque tenía determinado 112 22| menos impetuosa que la del señor de Bembibre no hubiera adoptado 113 22| la mano la muerte? -Tío y señor -respondió el joven con 114 22| respondió resueltamente: -Tío y señor, si tal es vuestro escrúpulo, 115 22| voz reposada y sonora. -El Señor me dará fuerzas para llevarla, 116 22| Yo, don Salvador Yáñez, señor de Bembibre y de las montañas 117 23| bodega. -Eso no va conmigo, señor galán -respondió la muchacha 118 23| cielo -, ¡conque vive mi señor; el mejor de los amos, el 119 23| tristemente; y siendo como eres un señor, vamos al decir, te vas 120 23| ha entrado en la orden un señor tan cristiano y principal 121 23| arrojarse a los pies de su señor, abrazándole sus rodillas 122 23| por dónde andabas? -Pero, señor, ¿es posible exclamó el 123 23| regalarte esa memoria. -Señor -contestó el escudero sin 124 24| desbarajuste de la época. El señor de Arganza, como Merino 125 24| que por muy conde y muy señor que fuese el de Lemus, no 126 24| demonio de hombre!..., ¡tan señor y tan pícaro! ¡Quién lo 127 24| entre el conde de Lemus, el señor de Arganza y el maestre 128 24| su corta hueste a la del señor de Arganza y obedecer como 129 24| eran el conde de Lemus y el señor de Bembibre. Los pesares 130 24| sus antiguos derechos de señor independiente, podía completar 131 25| abad de Carracedo y del señor de Arganza. Las suyas propias 132 25| castillo acompañado del señor de Bembibre, no menos ocupado 133 25| tañendo a rebato. -Pero, señor -repuso don Álvaro -, ¿y 134 26| numerosas lanzas, ¡ese es el señor de Bembibre, tu enemigo! 135 26| mucho mejor? -De manera, señor -respondió el montañés -, 136 26| por su mujer. Así pues, señor caballero, haced lo que 137 26| a mi rey, y al conde mi señor -el comendador le hizo una 138 26| vengarse. Por lo que hace al señor de Bembibre, que tantos 139 27| por el prestigio que el señor de Arganza disfrutaba en 140 27| desabridos que nunca, y el señor de Arganza le amenazó con 141 27| Por muy difícil lo tengo, señor -respondió el montañés dando 142 27| pero hay más que verlo, señor? -Sí, pero en eso está el 143 27| eso habéis de perdonar, señor -replicó el sincero montañés -, 144 27| No os dé pena por eso, señor -respondió el montañés -, 145 27| que tengo que demandaros, señor -replicó el cabreirés -, 146 28| te mande? -¿Eso dudáis, señor? -respondió el escudero -, ¿ 147 28| puede ponerse en pie, el señor de Bembibre conjeturó, fundadamente, 148 28| del conde, que mirando al señor de Bembibre con ojos encendidos 149 28| renunciado a mis derechos de señor independiente, no me abochorna 150 28| vuestro noble y honrado señor! Y diciendo esto lo lanzó 151 28| los ojos el cuerpo de su señor en sus horribles tumbos, 152 29| los preparativos que como señor de vasallos había tenido 153 29| Beatriz sosegándose, y el Señor le perdone. -¿Cómo vos le 154 29| voz sea escuchada y que el Señor os traiga a entrambos horas 155 30| Cornatel entre Saldaña y el señor de Arganza, con esperanzas 156 30| tiempos del profeta, porque el Señor ha tendido sus redes y no 157 30| bajo distinto pie por el señor de Arganza, manifestó a 158 30| interrumpió la llegada del señor de Arganza. La entrevista 159 30| antes de salir, indicó al señor de Arganza el mismo pensamiento 160 30| poder de las tropas del señor de Arganza y de algún tercio 161 30| sucedió con el abad y el señor de Arganza, que entonces 162 30| le dijo: -Dios os guarde, señor comendador. Acá estamos 163 30| tierra? -Yo os lo diré, señor, en dos palabras. El otro 164 30| caracol que las sepáis. Pues señor, como iba diciendo, yo siempre 165 30| que os llevéis también al señor de Bembibre, porque sé que 166 30| para servir de testigo. Señor comendador, a la paz de 167 31| de cuando en cuando. El señor de Arganza, desolado y fuera 168 31| preguntó con ansiedad el señor de Arganza -, ¿y vos me 169 32| nulidad de la profesión del señor de Bembibre y manifestando 170 32| las órdenes de su rey y señor natural. Echáronle en cara 171 32| nigromancia que nos reprocháis, señor hidalgo -continuó volviéndose 172 32| su ira. -No os enojéis, señor hidalgo, que así venís a 173 32| matadero, ya que entonces el señor de Bembibre con sólo un 174 32| emplearse en los cadáveres. -Señor caballero -le dijo gravemente 175 32| agradecido no es bien nacido". -Señor de Bembibre -dijo entonces 176 33| reparado en mí? -Pensaba, señor -le respondió ella, llevando 177 33| te acuerdas de que el Señor hizo brotar una fuente de 178 33| y aun los mozos... Pues señor, algo alegre tiene que ser 179 33| aldeanos el bolsillo de su señor que, como presumirán nuestros 180 33| a las encinas, donde el señor de Arganza, saltando en 181 33| para reemplazarle que el señor de Bembibre, pero no estaba 182 33| diciendo entre dientes: -Pues, señor, con que el zascandil de 183 34| cartas que llevaba para el señor de Arganza del venerable 184 34| con los brazos abiertos el señor de Arganza y de haber visto 185 34| religiosas y volvía a ser señor de sus bienes en un país 186 34| su causa al abrigo de un señor poderoso y valiente, mientras 187 34| trueque de favorecer al señor de Bembibre, no vaciló en 188 34| don Álvaro a la clase de señor independiente, el único 189 34| pesares el semblante de su señor. La guarnición que en nombre 190 34| Todo menos el corazón de su señor! ~ ~ ~ ~ 191 35| noticias de Salamanca el noble señor y al punto juzgó que aquel 192 35| partiré para Viena. -¡Vos, señor! -contestó ella como asustada -, ¿ 193 35| aposento llevándose consigo al señor de Arganza. Separóse de 194 35| le preguntó su amo. -No, señor -respondió el viejo con 195 35| murmurando entre dientes y su señor, sentándose aceleradamente 196 35| traído, amigo -le dijo el señor de Arganza. -¡Ah, señor! - 197 35| señor de Arganza. -¡Ah, señor! -respondió el hombre con 198 35| de extremada armonía. El señor de Arganza no pudo menos 199 35| le dijo el apesadumbrado señor arrojándose en sus brazos -, 200 35| encima de la cabeza del señor de Arganza. -¡Él es!, ¡él 201 35| respondió el abad -, sino que el Señor, que te prueba, aparta ya 202 36| descansaba todavía, salió el señor de Arganza para Francia 203 36| al viajero el abad y el señor de Bembibre un buen trecho 204 37| brazos de Martina y del señor de Bembibre. Cuando llegó 205 37| detenían -, ¿no pudo el Señor quitarme la vida en tantos 206 38| mediación de Aymerico, obtuvo el señor de Arganza la anhelada dispensa 207 38| voluntad suprema. Ya lo veis, señor, qué pasajera es la luz 208 38| añadió dirigiéndose al señor de Arganza -, y vos, reverendo 209 38| vuelto a apoderarse de él. El señor de Arganza, por su parte, 210 Conc| la suerte posterior del señor de Bembibre, de la linda 211 Conc| que Moisés oyó de boca del Señor en el monte Oreb. Él los 212 Conc| amo, mi generoso amo, el señor de Bembibre! -¿Quién decís? - 213 Conc| que veía -, ¿es éste aquel señor tan bueno de que hablas 214 Conc| montero que había sido del señor de Arganza; Martina del 215 Conc| lanza de don Álvaro Yáñez, señor de Bembibre que era el que 216 Conc| buenos amos, y sobre todo el señor de Bembibre." ~ ~ ~