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Alfabética [« »] ojeada 5 ojeriza 3 ojo 1 ojos 210 ojuelos 1 oleaje 1 olorosas 1 | Frecuencia [« »] 230 todos 216 señor 212 pues 210 ojos 200 dijo 198 aquella 191 poco | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias ojos |
Cap.
1 1| Martina te miraría con otros ojos, y no vendría a pagar el 2 2| regulares, blanca de color, con ojos y cabello negros y un perfil 3 2| vigoroso, de un moreno claro, ojos y cabello castaños, de fisonomía 4 2| Doña Beatriz clavaba sus ojos errantes y empañados de 5 2| apartar de delante de los ojos aquel prisma falaz que hasta 6 2| rápido. Doña Beatriz bajó los ojos y no respondió.~ ~ -¡Ah!, ¿ 7 2| Beatriz levantó sus hermosos ojos bañados en lágrimas, y dijo 8 2| que el tono de mi voz, mis ojos y el menor de mis ademanes 9 2| rodeó la cámara con unos ojos vagarosos y terribles, como 10 2| puerta volvió la cabeza y sus ojos se encontraron con los de 11 3| en lo inflamado de sus ojos, en sus ademanes prontos 12 3| rebaño de carneros. Los ojos del maestre parecían lanzar 13 4| el sepulcro de Cristo los ojos y el corazón de toda la 14 4| la poca novedad que a sus ojos tenía, del risueño paisaje 15 4| no me envileciese a sus ojos. -Pues entonces -añadió 16 4| levantando las manos y, los ojos al cielo -. ¡Oh vanidad 17 4| el abad -, y os abra los ojos del alma. Enseguida le fue 18 5| contrario, se le arrasaron los ojos de lágrimas pensando que 19 5| dijo la joven enjugando los ojos de su madre -, vos habéis 20 6| aguardaban; sus hermosos ojos humedecidos todavía despedían 21 6| rubia, viva y linda, de ojos azules y, de semblante risueño 22 7| que la adornarían a los ojos de su amado. Su tía, que 23 7| de los altares, en cuyos ojos reflejaban los rayos vagos 24 7| silenciosamente presentó a los ojos de don Álvaro, ya un poco 25 7| llanto habrá enturbiado mis ojos, ni si el pesar habrá robado 26 7| haberlas seguido con los ojos, se escondió de nuevo. Al 27 8| quedado en pie y con los ojos fijos en aquella hermosa 28 8| que no habían visto mis ojos el milagro de vuestra hermosura, 29 8| una sola mirada de esos ojos. Doña Beatriz comparaba 30 9| estuvo mirando alrededor con ojos espantados, hasta que poco 31 9| clase de flaqueza a los ojos de los demás, se apresuró 32 9| estaba allí, contestó con los ojos bajos y con el rostro encendido 33 9| sueño no había cerrado los ojos de todos. Aquella luz era 34 10| los resultados de él a los ojos de todo el mundo, y seguro 35 10| la ancianidad. Eran sus ojos vivos y rasgados de increíble 36 10| volcánica, y vueltos sus ojos a Jerusalén, trabajando 37 10| Saldaña tenía clavados los ojos en el lago, mientras don 38 10| ahora -continuó con los ojos casi bañados de lágrimas -, 39 11| estaba allí para cerrarle los ojos y recoger su último suspiro.~ ~ 40 11| cuando, y levantando los ojos al cielo, se volvió entonces 41 11| destinaban, levantó los ojos al cielo retorciéndose las 42 11| natural atractivo a sus ojos. ¿Quién sabe lo que le aguardaba 43 11| hablar palabra, fijos los ojos en os de doña Beatriz que 44 11| espantada y revolviendo los ojos -, él mismo lo dijo. ¡Ah! - 45 11| este es un feo borrón a los ojos de Dios y de los hombres. 46 11| contestó el anciano -, los ojos de tu alma están ciegos 47 12| atajar. Pero cuando por sus ojos vio la violencia de aquel 48 12| restaurar nuestro decoro. En sus ojos todos son buenos si conducen 49 13| lecho del dolor mirando con ojos encendidos y extraviados 50 13| pulso y mirándole a los ojos con mucha atención, se fue 51 13| bendición en quien se paran los ojos de todos. ¡Oh, Señor! ¡Oh, 52 13| delirio, y clavando los ojos en su fiel criada le dijo 53 13| se habían helado en sus ojos y oprimían su pecho. Por 54 13| y su pulso, levantó los ojos y las manos al cielo, y 55 14| Lo primero que vieron sus ojos al abrirse fue a su fiel 56 15| cuerpo, se volvió a él con ojos airados s le dijo: -¡Mira, 57 16| sin duda le afeaba a los ojos de la joven. Y por último, 58 16| nunca habían fascinado sus ojos; pero estas disposiciones 59 16| divertir sus pesares, y sus ojos se fijaban en aquel sol 60 16| Beatriz tenía clavados los ojos que parecían saltársele 61 16| la puerta enjugándose los ojos con una punta de su delantal, 62 16| por último, bajando los ojos y exhalando un suspiro histérico, 63 16| aureola que le rodeaba a los ojos de aquellas gentes sencillas 64 17| ya tan desagradable a tus ojos, si hubiese desarmado tu 65 18| parte de las mejillas; los ojos aumentaban en aquella clase 66 18| en la mano, seguían sus ojos aquellas diáfanas aguas 67 18| embargo, disculpa a sus ojos, porque se hacía cargo de 68 18| templario. La señora, con ojos espantados y clavados en 69 18| sin fuerzas, cerrando los ojos por no ver el espectro de 70 18| delitos que no te merecía? Mis ojos desde tu muerte no han hecho 71 18| ennoblecerme a mis propios ojos para realzarme a los vuestros, 72 18| encontrar gracia en vuestros ojos, e imaginándoos una criatura 73 18| emoción, había estado con los ojos bajos, hasta que, al fin, 74 18| respondéis y bajáis los ojos? Respondedme..., ved que 75 18| llave de mi pecho, y a sus ojos no más están patentes sus 76 18| árboles, le decía con los ojos desencajados y con una voz 77 18| otra vez delante de mis ojos?... ¿Pero qué hacéis? ¡Mirad 78 18| dijo don Álvaro, cuyos ojos al sólo nombre del conde 79 19| caballos, se mostraron a los ojos de aquellas gentes tan de 80 19| desdichada mirándole con ojos extraviados y con el color 81 19| profunda? Tal vez vuestros ojos no hayan sido testigos de 82 19| velo que os presenta a mis ojos con las tintas de la maldad 83 19| había caído hasta hoy de mis ojos. ¿Qué importa que me cubras 84 19| exaltación levantando los ojos y las manos al cielo -; ¡ 85 19| doña Beatriz se enjugó los ojos, y apartándose suavemente 86 19| anciano que, clavados los ojos en el suelo y pálido como 87 19| cabeza -; ¡ojalá que ni sus ojos ni los míos penetrasen en 88 19| sacrificio te ensalzará a tus ojos y te dará fuerzas para todo; 89 19| a convertirse a nuestros ojos, por un juego cruel del 90 20| negra se mostraría a mis ojos si no atara ese brazo que 91 21| temblor convulsivo y con los ojos vueltos en sangre. Tres 92 21| despidiendo relámpagos por los ojos -, ¡a mí tan traidora y 93 21| en un sitial, fijos los ojos en aquel rayo de luz que 94 21| dichoso yo mil veces si mis ojos se hubiesen abierto más 95 21| quitarme la venda de los ojos y a arrancaros a vos de 96 21| visteis por vuestros propios ojos? -No -contestó Saldaña con 97 22| milicia conservaba a los ojos del vulgo, se conformó con 98 22| semejantes enigmas, vedados a los ojos del vulgo, se encaminaron 99 22| entonces le vendaron los ojos, enseguida de lo cual se 100 22| levantarle y le destaparon los ojos, que al punto volvió a cerrar, 101 22| Qué podían descubrir sus ojos en el nebuloso horizonte 102 23| que le mires con mejores ojos, siquiera por amor del que 103 24| poner de manifiesto a los ojos de la muchedumbre la falsedad 104 24| iba presentándose a sus ojos con sus verdaderas formas 105 24| quien soy; ¡ojalá que mis ojos hubieran estado siempre 106 24| nuevo y para siempre a los ojos de su esperanza, y por último, 107 24| mirado desde el nacer con ojos en su entender benignos. 108 24| procuraba retirarlos de los ojos del vulgo y presentarlos 109 25| quitaba de delante de los ojos las hondas heridas que su 110 25| fuertemente, le dijo con los ojos alzados al cielo y con acento 111 25| ademán le hizo bajar los ojos. -Don Álvaro -le dijo el 112 26| Ponferrada, y tenían puestos los ojos y el alma en el drama que 113 26| visiones del otro mundo a los ojos de aquella espantada muchedumbre. 114 26| dicho, seguía con envidiosos ojos la pelea de sus compañeros, 115 26| volviendo los asombrados ojos vieron el corto pero lucido 116 27| purgarse de sus culpas a los ojos de su suegro, y por otra 117 27| el deseo de ocultar a los ojos del vulgo los pesares y 118 27| pondría de manifiesto ante los ojos del rey la preferencia que 119 27| defienden el castillo. Con sus ojos, acostumbrados a los acechos 120 28| en un abrir y cerrar de ojos. El conde, temeroso de sufrir 121 28| al señor de Bembibre con ojos encendidos le respondió: - 122 28| lo primero que hirió sus ojos fue el resplandor movible 123 28| con una voz ronca y con ojos como ascuas, y sin más palabras 124 28| erizados y desencajados los ojos el cuerpo de su señor en 125 29| han apartado de nuestros ojos una persona, en cuya suerte 126 29| habían encubierto a sus ojos el desolado y yermo campo 127 29| sitios que recorrían sus ojos estaban llenos de recuerdos 128 29| constantemente apartado de los ojos de doña Beatriz. Duraba 129 29| se habían ofrecido a sus ojos, bien conocía la pequeñez 130 29| acento firme, levantando los ojos al cielo y poniendo la mano 131 29| del abad, fijos en él sus ojos que de suyo hermosos y animados, 132 29| amanecer ese día, pero mis ojos se cerrarán, en cuanto su 133 29| su voluntad y mírenos con ojos de misericordia, porque 134 29| Lástima grande que sus ojos, nublados por las lágrimas 135 30| coraje que se asomaban a sus ojos. La Europa entera se levanta 136 30| la venda ha caído de mis ojos, y mis sueños de gloria 137 30| esperanza invisible a los ojos, mas no por eso desprendido 138 30| funeral y todos tendían los ojos por aquel hermoso paisaje 139 30| que empañaban sus cansados ojos, exclamó con una voz que 140 30| volvieron igualmente sus ojos y, en medio del desamparo 141 31| puesto, sólo para cegar sus ojos y dejar un rastro de desolada 142 31| su padre las cuajó en sus ojos, y el esfuerzo que hubo 143 31| Alonso descorriese a sus ojos hasta el último velo, le 144 31| estado, pues sólo a sus ojos era dado ver los estragos 145 31| levantando de vez en cuando sus ojos al cielo, como si le rogase 146 31| comenzaron a desplegarse a sus ojos desde las alturas de San 147 31| subieron de punto a sus ojos todas aquellas bellezas. 148 31| cuando la vida cobraba a sus ojos todas las galas de la esperanza, 149 32| virtud, y convertida a los ojos del vulgo en piedra de reprobación 150 32| calumnias que deslumbraban los ojos del vulgo sediento siempre 151 32| rechinando los dientes clavó sus ojos encendidos como brasas en 152 33| uno y otro día fijos los ojos en el camino de Ponferrada, 153 33| sobre las escenas que a sus ojos se ofrecían, pero deshecho 154 33| a ella a tiempo que sus ojos se fijaban en el castillo 155 33| dolor, y clavando en mí los ojos me dijo con una voz muy 156 33| meneando la cabeza, y con ojos no muy alegres, seguía la 157 33| y hasta el brillo de sus ojos azules se había amortiguado 158 33| abierta y siguiendo con los ojos la carrera de su palafrén 159 33| la muchacha, que era toda ojos en aquel momento -. Pero ¿ 160 33| mejor. Martina, que con los ojos arrasados en lágrimas había 161 33| criado, venían a ser a sus ojos una misma persona, y él 162 34| con las lágrimas en los ojos le volvió a rogar que se 163 34| debilitado y lánguido, y que sus ojos recobraban poco a poco la 164 35| lado de Carucedo dio en los ojos de don Alonso, y fijándolos 165 35| carta se puso a leerla con ojos desencajados, pero su padre, 166 35| un lado, sin separar sus ojos del fatal pliego, y cebada 167 35| fatiga, y a poco abrió los ojos, aunque sin fijarlos en 168 35| clavando en su padre sus ojos alterados y brillantes con 169 35| ella con dulzura -, mis ojos se habían cansado de llorar 170 35| de pesar? ¿Quién pone los ojos en el nido del ruiseñor 171 35| sus párpados daban a sus ojos cerrados una expresión extraordinaria. 172 35| quedó contemplándola con los ojos fijos. De repente exhaló 173 35| vio abrirse sus hermosos ojos, como dos luceros hermanos 174 35| prosiguió fijando los ojos en el mismo sitio. La estatura 175 35| hasta su cuello, y bajó los ojos. -¡Cosa extraña! -dijo después 176 35| una sola palabra, pero los ojos de entrambos hablaron un 177 36| calentura delante de sus ojos y la escasa luz que alumbraba 178 36| a surcar su frente; sus ojos garzos habían perdido su 179 36| ella, la contemplaba con ojos inquietos y vagarosos, mientras 180 36| responder, y no alzó los ojos del suelo. Entonces doña 181 36| Álvaro entonces levantó los ojos, mirándola con ademán suplicante, 182 36| mí. No me miréis con esos ojos desencajados, ni me interrumpáis. 183 36| aquellos carácteres los ojos llorosos de aquella infeliz 184 36| Qué contenta cerró los ojos mi pobre madre cuando me 185 36| ahora cuando vea en mis ojos un rayo de sol de la ventura, 186 36| y los niños, son en los ojos de los hombres alquitrán 187 37| divina, que brillaba en sus ojos y la iluminaba interiormente. 188 37| clavados casi siempre sus ojos en los suyos, parecía respirar 189 37| amantes al lenguaje de los ojos, las almas que parecían 190 37| y abriendo sus hermosos ojos, más brillantes aún que 191 37| presentarse algún día a los ojos de su madre adornada con 192 37| presente por tanto tiempo a sus ojos, habían fecundado estas 193 37| hizo volver a todos los ojos hacia aquel sitio. Eran, 194 37| pie velozmente, y con los ojos desencajados comenzó a mirarlos 195 37| brazos extendidos y los ojos clavados en aquel pedazo 196 37| sin duda te veo con los ojos de mi corazón que a todas 197 37| todavía, rica y hermosa a tus ojos, a pesar de mis lágrimas, ¿ 198 37| rostro desemblantado, y los ojos fijos en la pared y haciendo 199 37| chillido, y cubriéndose los ojos con una mano, mientras con 200 38| que cayó la venda de sus ojos, y enseguida, como en un 201 38| consuelo. Cuando abrió los ojos comenzaban a entrar por 202 38| encontraron al abrirse los ojos de doña Beatriz, y en él 203 38| noche anterior, y que con ojos espantados la miraban, las 204 38| el empíreo? Sí vuestros ojos estuviesen alumbrados como 205 38| pausa durante la cual sus ojos se clavaron en los de su 206 38| señora, no apartaba los ojos de ella ni un punto. Advirtió 207 38| entonces inanimado y con los ojos cerrados sobre la cama, 208 Conc| de veinticinco, rubia, de ojos azules y tez blanca, de 209 Conc| Madre -preguntó la niña con ojos llenos también de lágrimas 210 Conc| años, se les anublaban los ojos en lágrimas cuando recordaban