Cap.

  1      1|      Martina te miraría con otros ojos, y no vendría a pagar el
  2      2|   regulares, blanca de color, con ojos y cabello negros y un perfil
  3      2|     vigoroso, de un moreno claro, ojos y cabello castaños, de fisonomía
  4      2|          Doña Beatriz clavaba sus ojos errantes y empañados de
  5      2|         apartar de delante de los ojos aquel prisma falaz que hasta
  6      2|     rápido. Doña Beatriz bajó los ojos y no respondió.~ ~ -¡Ah!, ¿
  7      2|      Beatriz levantó sus hermosos ojos bañados en lágrimas, y dijo
  8      2|        que el tono de mi voz, mis ojos y el menor de mis ademanes
  9      2|          rodeó la cámara con unos ojos vagarosos y terribles, como
 10      2|     puerta volvió la cabeza y sus ojos se encontraron con los de
 11      3|            en lo inflamado de sus ojos, en sus ademanes prontos
 12      3|           rebaño de carneros. Los ojos del maestre parecían lanzar
 13      4|         el sepulcro de Cristo los ojos y el corazón de toda la
 14      4|         la poca novedad que a sus ojos tenía, del risueño paisaje
 15      4|           no me envileciese a sus ojos. -Pues entonces -añadió
 16      4|       levantando las manos y, los ojos al cielo -. ¡Oh vanidad
 17      4|          el abad -, y os abra los ojos del alma. Enseguida le fue
 18      5|    contrario, se le arrasaron los ojos de lágrimas pensando que
 19      5|       dijo la joven enjugando los ojos de su madre -, vos habéis
 20      6|          aguardaban; sus hermosos ojos humedecidos todavía despedían
 21      6|           rubia, viva y linda, de ojos azules y, de semblante risueño
 22      7|           que la adornarían a los ojos de su amado. Su tía, que
 23      7|          de los altares, en cuyos ojos reflejaban los rayos vagos
 24      7|    silenciosamente presentó a los ojos de don Álvaro, ya un poco
 25      7|       llanto habrá enturbiado mis ojos, ni si el pesar habrá robado
 26      7|          haberlas seguido con los ojos, se escondió de nuevo. Al
 27      8|          quedado en pie y con los ojos fijos en aquella hermosa
 28      8|           que no habían visto mis ojos el milagro de vuestra hermosura,
 29      8|           una sola mirada de esos ojos. Doña Beatriz comparaba
 30      9|      estuvo mirando alrededor con ojos espantados, hasta que poco
 31      9|           clase de flaqueza a los ojos de los demás, se apresuró
 32      9|     estaba allí, contestó con los ojos bajos y con el rostro encendido
 33      9|        sueño no había cerrado los ojos de todos. Aquella luz era
 34     10|        los resultados de él a los ojos de todo el mundo, y seguro
 35     10|           la ancianidad. Eran sus ojos vivos y rasgados de increíble
 36     10|          volcánica, y vueltos sus ojos a Jerusalén, trabajando
 37     10|        Saldaña tenía clavados los ojos en el lago, mientras don
 38     10|           ahora -continuó con los ojos casi bañados de lágrimas -,
 39     11|     estaba allí para cerrarle los ojos y recoger su último suspiro.~ ~
 40     11|          cuando, y levantando los ojos al cielo, se volvió entonces
 41     11|           destinaban, levantó los ojos al cielo retorciéndose las
 42     11|           natural atractivo a sus ojos. ¿Quién sabe lo que le aguardaba
 43     11|         hablar palabra, fijos los ojos en os de doña Beatriz que
 44     11|       espantada y revolviendo los ojos -, él mismo lo dijo. ¡Ah! -
 45     11|       este es un feo borrón a los ojos de Dios y de los hombres.
 46     11|        contestó el anciano -, los ojos de tu alma están ciegos
 47     12|       atajar. Pero cuando por sus ojos vio la violencia de aquel
 48     12|  restaurar nuestro decoro. En sus ojos todos son buenos si conducen
 49     13|       lecho del dolor mirando con ojos encendidos y extraviados
 50     13|           pulso y mirándole a los ojos con mucha atención, se fue
 51     13|   bendición en quien se paran los ojos de todos. ¡Oh, Señor! ¡Oh,
 52     13|           delirio, y clavando los ojos en su fiel criada le dijo
 53     13|           se habían helado en sus ojos y oprimían su pecho. Por
 54     13|           y su pulso, levantó los ojos y las manos al cielo, y
 55     14|         Lo primero que vieron sus ojos al abrirse fue a su fiel
 56     15|        cuerpo, se volvió a él con ojos airados s le dijo: -¡Mira,
 57     16|          sin duda le afeaba a los ojos de la joven. Y por último,
 58     16|        nunca habían fascinado sus ojos; pero estas disposiciones
 59     16|       divertir sus pesares, y sus ojos se fijaban en aquel sol
 60     16|        Beatriz tenía clavados los ojos que parecían saltársele
 61     16|         la puerta enjugándose los ojos con una punta de su delantal,
 62     16|           por último, bajando los ojos y exhalando un suspiro histérico,
 63     16|      aureola que le rodeaba a los ojos de aquellas gentes sencillas
 64     17|         ya tan desagradable a tus ojos, si hubiese desarmado tu
 65     18|        parte de las mejillas; los ojos aumentaban en aquella clase
 66     18|           en la mano, seguían sus ojos aquellas diáfanas aguas
 67     18|           embargo, disculpa a sus ojos, porque se hacía cargo de
 68     18|         templario. La señora, con ojos espantados y clavados en
 69     18|         sin fuerzas, cerrando los ojos por no ver el espectro de
 70     18|    delitos que no te merecía? Mis ojos desde tu muerte no han hecho
 71     18|        ennoblecerme a mis propios ojos para realzarme a los vuestros,
 72     18|      encontrar gracia en vuestros ojos, e imaginándoos una criatura
 73     18|     emoción, había estado con los ojos bajos, hasta que, al fin,
 74     18|           respondéis y bajáis los ojos? Respondedme..., ved que
 75     18|        llave de mi pecho, y a sus ojos no más están patentes sus
 76     18|         árboles, le decía con los ojos desencajados y con una voz
 77     18|           otra vez delante de mis ojos?... ¿Pero qué hacéis? ¡Mirad
 78     18|            dijo don Álvaro, cuyos ojos al sólo nombre del conde
 79     19|      caballos, se mostraron a los ojos de aquellas gentes tan de
 80     19|          desdichada mirándole con ojos extraviados y con el color
 81     19|        profunda? Tal vez vuestros ojos no hayan sido testigos de
 82     19|        velo que os presenta a mis ojos con las tintas de la maldad
 83     19|      había caído hasta hoy de mis ojos. ¿Qué importa que me cubras
 84     19|         exaltación levantando los ojos y las manos al cielo -; ¡
 85     19|        doña Beatriz se enjugó los ojos, y apartándose suavemente
 86     19|         anciano que, clavados los ojos en el suelo y pálido como
 87     19|       cabeza -; ¡ojalá que ni sus ojos ni los míos penetrasen en
 88     19|     sacrificio te ensalzará a tus ojos y te dará fuerzas para todo;
 89     19|          a convertirse a nuestros ojos, por un juego cruel del
 90     20|          negra se mostraría a mis ojos si no atara ese brazo que
 91     21|      temblor convulsivo y con los ojos vueltos en sangre. Tres
 92     21|    despidiendo relámpagos por los ojos -, ¡a mí tan traidora y
 93     21|           en un sitial, fijos los ojos en aquel rayo de luz que
 94     21|       dichoso yo mil veces si mis ojos se hubiesen abierto más
 95     21|          quitarme la venda de los ojos y a arrancaros a vos de
 96     21|      visteis por vuestros propios ojos? -No -contestó Saldaña con
 97     22|          milicia conservaba a los ojos del vulgo, se conformó con
 98     22| semejantes enigmas, vedados a los ojos del vulgo, se encaminaron
 99     22|          entonces le vendaron los ojos, enseguida de lo cual se
100     22|    levantarle y le destaparon los ojos, que al punto volvió a cerrar,
101     22|          Qué podían descubrir sus ojos en el nebuloso horizonte
102     23|          que le mires con mejores ojos, siquiera por amor del que
103     24|         poner de manifiesto a los ojos de la muchedumbre la falsedad
104     24|           iba presentándose a sus ojos con sus verdaderas formas
105     24|         quien soy; ¡ojalá que mis ojos hubieran estado siempre
106     24|        nuevo y para siempre a los ojos de su esperanza, y por último,
107     24|         mirado desde el nacer con ojos en su entender benignos.
108     24|       procuraba retirarlos de los ojos del vulgo y presentarlos
109     25|         quitaba de delante de los ojos las hondas heridas que su
110     25|      fuertemente, le dijo con los ojos alzados al cielo y con acento
111     25|          ademán le hizo bajar los ojos. -Don Álvaro -le dijo el
112     26|  Ponferrada, y tenían puestos los ojos y el alma en el drama que
113     26|     visiones del otro mundo a los ojos de aquella espantada muchedumbre.
114     26|      dicho, seguía con envidiosos ojos la pelea de sus compañeros,
115     26|          volviendo los asombrados ojos vieron el corto pero lucido
116     27|      purgarse de sus culpas a los ojos de su suegro, y por otra
117     27|         el deseo de ocultar a los ojos del vulgo los pesares y
118     27|    pondría de manifiesto ante los ojos del rey la preferencia que
119     27|    defienden el castillo. Con sus ojos, acostumbrados a los acechos
120     28|           en un abrir y cerrar de ojos. El conde, temeroso de sufrir
121     28|          al señor de Bembibre con ojos encendidos le respondió: -
122     28|          lo primero que hirió sus ojos fue el resplandor movible
123     28|           con una voz ronca y con ojos como ascuas, y sin más palabras
124     28|       erizados y desencajados los ojos el cuerpo de su señor en
125     29|          han apartado de nuestros ojos una persona, en cuya suerte
126     29|           habían encubierto a sus ojos el desolado y yermo campo
127     29|          sitios que recorrían sus ojos estaban llenos de recuerdos
128     29|    constantemente apartado de los ojos de doña Beatriz. Duraba
129     29|          se habían ofrecido a sus ojos, bien conocía la pequeñez
130     29|      acento firme, levantando los ojos al cielo y poniendo la mano
131     29|         del abad, fijos en él sus ojos que de suyo hermosos y animados,
132     29|        amanecer ese día, pero mis ojos se cerrarán, en cuanto su
133     29|         su voluntad y mírenos con ojos de misericordia, porque
134     29|            Lástima grande que sus ojos, nublados por las lágrimas
135     30|      coraje que se asomaban a sus ojos. La Europa entera se levanta
136     30|          la venda ha caído de mis ojos, y mis sueños de gloria
137     30|         esperanza invisible a los ojos, mas no por eso desprendido
138     30|       funeral y todos tendían los ojos por aquel hermoso paisaje
139     30|        que empañaban sus cansados ojos, exclamó con una voz que
140     30|          volvieron igualmente sus ojos y, en medio del desamparo
141     31|       puesto, sólo para cegar sus ojos y dejar un rastro de desolada
142     31|         su padre las cuajó en sus ojos, y el esfuerzo que hubo
143     31|          Alonso descorriese a sus ojos hasta el último velo, le
144     31|           estado, pues sólo a sus ojos era dado ver los estragos
145     31|   levantando de vez en cuando sus ojos al cielo, como si le rogase
146     31|    comenzaron a desplegarse a sus ojos desde las alturas de San
147     31|           subieron de punto a sus ojos todas aquellas bellezas.
148     31|      cuando la vida cobraba a sus ojos todas las galas de la esperanza,
149     32|        virtud, y convertida a los ojos del vulgo en piedra de reprobación
150     32|    calumnias que deslumbraban los ojos del vulgo sediento siempre
151     32|  rechinando los dientes clavó sus ojos encendidos como brasas en
152     33|          uno y otro día fijos los ojos en el camino de Ponferrada,
153     33|       sobre las escenas que a sus ojos se ofrecían, pero deshecho
154     33|           a ella a tiempo que sus ojos se fijaban en el castillo
155     33|       dolor, y clavando en mí los ojos me dijo con una voz muy
156     33|         meneando la cabeza, y con ojos no muy alegres, seguía la
157     33|          y hasta el brillo de sus ojos azules se había amortiguado
158     33|       abierta y siguiendo con los ojos la carrera de su palafrén
159     33|         la muchacha, que era toda ojos en aquel momento -. Pero ¿
160     33|       mejor. Martina, que con los ojos arrasados en lágrimas había
161     33|        criado, venían a ser a sus ojos una misma persona, y él
162     34|           con las lágrimas en los ojos le volvió a rogar que se
163     34|  debilitado y lánguido, y que sus ojos recobraban poco a poco la
164     35|       lado de Carucedo dio en los ojos de don Alonso, y fijándolos
165     35|        carta se puso a leerla con ojos desencajados, pero su padre,
166     35|          un lado, sin separar sus ojos del fatal pliego, y cebada
167     35|        fatiga, y a poco abrió los ojos, aunque sin fijarlos en
168     35|          clavando en su padre sus ojos alterados y brillantes con
169     35|           ella con dulzura -, mis ojos se habían cansado de llorar
170     35|         de pesar? ¿Quién pone los ojos en el nido del ruiseñor
171     35|          sus párpados daban a sus ojos cerrados una expresión extraordinaria.
172     35|      quedó contemplándola con los ojos fijos. De repente exhaló
173     35|          vio abrirse sus hermosos ojos, como dos luceros hermanos
174     35|             prosiguió fijando los ojos en el mismo sitio. La estatura
175     35|       hasta su cuello, y bajó los ojos. -¡Cosa extraña! -dijo después
176     35|        una sola palabra, pero los ojos de entrambos hablaron un
177     36|          calentura delante de sus ojos y la escasa luz que alumbraba
178     36|           a surcar su frente; sus ojos garzos habían perdido su
179     36|          ella, la contemplaba con ojos inquietos y vagarosos, mientras
180     36|          responder, y no alzó los ojos del suelo. Entonces doña
181     36|       Álvaro entonces levantó los ojos, mirándola con ademán suplicante,
182     36|         mí. No me miréis con esos ojos desencajados, ni me interrumpáis.
183     36|           aquellos carácteres los ojos llorosos de aquella infeliz
184     36|            Qué contenta cerró los ojos mi pobre madre cuando me
185     36|           ahora cuando vea en mis ojos un rayo de sol de la ventura,
186     36|           y los niños, son en los ojos de los hombres alquitrán
187     37|       divina, que brillaba en sus ojos y la iluminaba interiormente.
188     37|         clavados casi siempre sus ojos en los suyos, parecía respirar
189     37|        amantes al lenguaje de los ojos, las almas que parecían
190     37|           y abriendo sus hermosos ojos, más brillantes aún que
191     37|       presentarse algún día a los ojos de su madre adornada con
192     37|   presente por tanto tiempo a sus ojos, habían fecundado estas
193     37|           hizo volver a todos los ojos hacia aquel sitio. Eran,
194     37|         pie velozmente, y con los ojos desencajados comenzó a mirarlos
195     37|           brazos extendidos y los ojos clavados en aquel pedazo
196     37|           sin duda te veo con los ojos de mi corazón que a todas
197     37|     todavía, rica y hermosa a tus ojos, a pesar de mis lágrimas, ¿
198     37|       rostro desemblantado, y los ojos fijos en la pared y haciendo
199     37|       chillido, y cubriéndose los ojos con una mano, mientras con
200     38|          que cayó la venda de sus ojos, y enseguida, como en un
201     38|        consuelo. Cuando abrió los ojos comenzaban a entrar por
202     38|        encontraron al abrirse los ojos de doña Beatriz, y en él
203     38|         noche anterior, y que con ojos espantados la miraban, las
204     38|           el empíreo? Sí vuestros ojos estuviesen alumbrados como
205     38|         pausa durante la cual sus ojos se clavaron en los de su
206     38|           señora, no apartaba los ojos de ella ni un punto. Advirtió
207     38|      entonces inanimado y con los ojos cerrados sobre la cama,
208   Conc|         de veinticinco, rubia, de ojos azules y tez blanca, de
209   Conc|       Madre -preguntó la niña con ojos llenos también de lágrimas
210   Conc|        años, se les anublaban los ojos en lágrimas cuando recordaban
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