Cap.

  1      2|                 pero doña Blanca, cuyo corazón era todo ternura y bondad,
  2      2|                  Será verdad lo que mi corazón me está presagiando desde
  3      2|             solo y sin familia, y este corazón impetuoso no ha conocido
  4      2|               vez y que Dios lee en mi corazón, yo os revelaré su secreto.
  5      3|                 y de la santidad de su corazón recibieron sus primeros
  6      3|                que abriga este anciano corazón, pero el Señor también estuvo
  7      4|                de Cristo los ojos y el corazón de toda la cristiandad.
  8      4|          infortunios los tesoros de su corazón misericordioso, gracioso
  9      4|            trémula y cortada. -Vuestro corazón está ciego, pues no ve que
 10      4|           delincuentes, culpa es de su corazón benigno y paternal. ¡Oh
 11      5|        flaqueza irremediable del pobre corazón humano que sólo a vista
 12      5|        despedisteis también de vuestro corazón esa pasión insensata? Preciso
 13      5|               todos los recursos de su corazón y de su ingenio en apaciguarla.
 14      6|            mundo decía lo contrario su corazón, y era trabajo en balde
 15      6|              estado hasta entonces. El corazón de una madre suele tener
 16      7|               valido para arrancar del corazón de su hija el amor que tan
 17      7|             alta y sonora la voz de su corazón, y cuando su pensamiento
 18      7|               de mis mejillas, pero mi corazón siempre es el mismo. Pero
 19      7|     reconvención: -Ya veis que vuestro corazón no os engañaba y que yo
 20      8|               el velo y manifestado el corazón de su amante en el lleno
 21      8|             cerca del monasterio, y su corazón llagado se entregaba con
 22      8|           extendidos dominios. Frío de corazón, como la mayor parte de
 23      8|             dominio que ejercéis en mi corazón, me perdonaréis esta solicitud
 24      8|                podré amaros, porque mi corazón ya no es mío. Tal era en
 25      8|             fondo el estado de vuestro corazón, pero bien veis que, habiendo
 26      8|              no es así como se gana mi corazón. Id con Dios, y que el cielo
 27      8|              todo extremo querido a su corazón, tan terribles disposiciones
 28      9|              de su escudero, aunque su corazón présago y leal le dio un
 29     10|               que todavía habita en el corazón de los templarios como en
 30     11|            cabida habían hallado en su corazón. De esta manera, dudas,
 31     11|            comenzaron a apoderarse del corazón de don Álvaro que también
 32     11|               con el esposo de vuestro corazón? Esto no puede ser más que
 33     11|          atravesaba como una espada el corazón de la infeliz: -En ese caso,
 34     11|             que salgáis de aquí con el corazón lleno de odio. ¿No tenéis
 35     11|                 dijo al abad -, que mi corazón no se ha salido del sendero
 36     11|               de la coraza al lado del corazón, y el anillo no se apartará
 37     11|               brazos, aquí, junto a mi corazón..., qué importa que este
 38     12|            interesarse un poco su buen corazón, y sin embargo es una cosa
 39     12|          resueltamente a sus miras. Su corazón, aunque arrebatado de fanático
 40     12|               debilidad que atacaba el corazón del estado. Las revueltas
 41     13|            cuyos recuerdos llenaban su corazón! ¡quién le dijera que aquella
 42     13|                 pero los latidos de tu corazón han despertado el mío!,
 43     13|              mirarme, que me partes el corazón. ¡Ya se ha perdido entre
 44     13|              pudo también desahogar su corazón oprimido. El sueño de la
 45     13|              los impulsos de su propio corazón y los consejos del prelado
 46     14|               una lanza tan buena y un corazón tan noble le hacían infinita
 47     15|                 Id con Dios, que ni mi corazón ni mi brazo faltarán nunca
 48     15|           tengáis a vuestra merced, mi corazón y mi espíritu se ríen de
 49     16|             adivinar lo que pasa en el corazón, ni quien sería bastante
 50     16|          extremo querida, afectaban su corazón, no atreviéndose a contradecirla
 51     16|               Ya  lo que me trae; mi corazón me lo acaba de decir; que
 52     16|               valor, pero sintió en su corazón una pena agudísima. Don
 53     16|            hacía mucho tiempo en aquel corazón de todo punto ocupado por
 54     17|          profunda soledad que rodea mi corazón, y la inmensidad del amor
 55     17|               con repugnancia y con el corazón traspasado de amargura a
 56     18|               a veces con violencia su corazón y sólo un torrente de lágrimas
 57     18|             semejantes impresiones, su corazón se había oprimido más que
 58     18|             sobre todo aquel excelente corazón con que de todos se daba
 59     18|              qué me da a mí también el corazón. ¡Válgame Dios, y tan contentos
 60     18|              salía de lo más hondo del corazón:~ ~ -¡Ah!, ¿eres tú, sombra
 61     18|                con que me lo dijo y el corazón por las espaldas. Voy viendo
 62     18|              vuestro odio encima de mi corazón. Adiós, pues; idos pronto,
 63     18|              con toda la efusión de su corazón, le dijo: -Beatriz, por
 64     19|              os lo había dicho vuestro corazón? -¡Ah!, ¿y vuestra noble
 65     19|                 heridme, heridme en el corazón con los filos de vuestras
 66     19|               no me habéis vendido; mi corazón me está gritando que no
 67     20|                de la plenitud de aquel corazón soberbio, y que al punto
 68     21|              había un hombre cuyo leal corazón, desechando por un involuntario
 69     21|           herida que iba a abrir en su corazón el malhadado fin de aquel
 70     21|               poco se apoderaban de su corazón, hasta que, por fin, tan
 71     21|               no me ha de arrancar del corazón este arpón aguzado del remordimiento
 72     21|               naturaleza entera, de mi corazón mismo, pero no empañéis
 73     21|           atrevían a socavar más en su corazón para arrancar aquella planta
 74     21|        respondió él -, veo que vuestro corazón no está corrompido ni sordo
 75     22|      insondable que había dejado en su corazón el naufragio de su más dulce
 76     22|            deseo de venganza. Centro y corazón de semejantes disposiciones
 77     22|              cuando don Álvaro, con el corazón traspasado y partido, salió
 78     22|          sabéis que yo la recibí en mi corazón como un huésped noble, hermoso
 79     22|             eran capaces de limpiar su corazón de sus amargas heces, y
 80     22|              debilidades las del pobre corazón humano! La heredera de Arganza
 81     22|             una planta que brota en el corazón, y que si no florece cuando
 82     23|                  No  qué me da en el corazón cuando pienso en ella! -
 83     23|               que había en desechar un corazón tan generoso en circunstancias
 84     24|           conquistado y merecido aquel corazón de ángel, y cuya imagen
 85     24|              lugares despertarán en tu corazón? Sonrióse ella melancólicamente
 86     24|              amortecida y yerta con un corazón desnudo de alegría y vacío
 87     24|          agudeza, por lo menos su buen corazón y sin duda todos ellos sonaban
 88     24|          mujeres a las tempestades del corazón y a las amargas experiencias
 89     24|             versada en los dolores del corazón y en los desengaños de la
 90     24|               se habían ahondado en el corazón de su hija y sólo arrancándolo
 91     24|              Bembibre. Los pesares del corazón y los desengaños de la vida
 92     25|          poniéndola enseguida sobre su corazón con un gesto vehemente y
 93     25|               mortal se ha acercado mi corazón tanto como a vos; por lo
 94     26|            otras partes pueden atar el corazón, un tropel, en fin, de encontradas
 95     27|                 distaba infinito de su corazón por las fealdades que le
 96     28|           encendidos le respondió: -El corazón me lo decía y me alegro
 97     28|         reposado valor que viene de un corazón hidalgo y de una conciencia
 98     29|            podía contribuir a sanar un corazón tan profundamente ulcerado.
 99     29|                 todos estos ayes de su corazón, los recogía en una especie
100     29|              infortunio perdurable, su corazón se estremecía. Doña Beatriz
101     29|              poniendo la mano sobre el corazón -. ¡Ojalá que todas las
102     29|       arrancado de lo más íntimo de su corazón.~ ~ -Harto me decís con
103     29|             con ella se descargaría mi corazón del peso con que vuestra
104     29|                un acento que partía el corazón. -Nunca es tarde para la
105     29|              huido de mis párpados, mi corazón se ahoga dentro del pecho,
106     29|                en sudor, palpitando mi corazón como si quisiera salirse
107     29|              se había despertado en su corazón. Lástima grande que sus
108     30|                 Pero yo diré lo que mi corazón sentía, y que por mi parte
109     30|           tachar de seco vuestro noble corazón? -Así es la verdad, don
110     30|                por eso desprendido del corazón. Aquellos guerreros que
111     31|              raíces había echado en su corazón el pesar y tan negra tinta
112     31|     adolescencia tan dulces de suyo al corazón, más de una vez se acibaran
113     31|              sus pensamientos. Para un corazón poseído de amor como el
114     32|         varones que, en el fondo de su corazón, deploraban amargamente
115     32|           ángel me tocó sin duda en el corazón, cuando viéndoos llegar
116     32|          registrado los escondites del corazón.~ ~ -Sosegaos, Andrade -
117     32|              poniendo la mano sobre el corazón -. Sólo una cosa se le ha
118     33|                había abrigado en aquel corazón, y que todavía le encendía,
119     33|             que me dice: "El árbol del corazón no tiene más que unas hojas
120     33|           agudísimo que me traspasa el corazón. ¿De qué me sirven esas
121     34|             parte tenía el deseo de su corazón que la realidad de las cosas,
122     34|                y sus amigos, su propio corazón, de imaginar era, que no
123     34|           vaivenes dentro de su propio corazón y en los revueltos caminos
124     34|                alegría. ¡Todo menos el corazón de su señor! ~ ~ ~ ~
125     35|          llevaba las manos al lado del corazón, como si quisiese apartar
126     35|          anciano -, no me destroces el corazón. ¿Qué vas a buscar en ese
127     35|              Mañana partiré, porque el corazón me dice que el cariño y
128     35|                le agobia de encima del corazón. -Doña Beatriz -le dijo
129     35|              popular que decía:~ ~ ~ ~ Corazón, corazón mío,~ ~lleno de
130     35|             que decía:~ ~ ~ ~ Corazón, corazón mío,~ ~lleno de melancolía, ¿
131     35|        pareciese sospechosa, ya que su corazón le dijese a gritos quién
132     35|          muerte os abandonará nunca mi corazón. La joven, medio turbada
133     35|               más impulso que el de su corazón, se había inclinado como
134     35|           habrá podido serme infiel mi corazón? ¿Qué quiere decir esta
135     35| melancólicamente, y replicó: -Mi pobre corazón ha recibido tantas heridas,
136     35|            tranquilizar a un tiempo tu corazón y mi conciencia, la libertad
137     36|               salía de lo íntimo de su corazón y quería decir: todo ese
138     36|            pues, porque tengo sobre mi corazón hace ya mucho tiempo un
139     36|      quebrantar la fe de vuestro noble corazón. Tomad esta cartera -le
140     36|            entre sus manos y contra su corazón la cartera verde, y el abad,
141     36|                conde! Ella igualaba su corazón con el mío y esperaba para
142     36|                enlace sin solicitar mi corazón, ni mucho menos mis caricias.
143     36|            pierde;~ ~por lo de ayer el corazón suspira, cae de los campos
144     36|                 Dios mío!, ¿por qué mi corazón ha de esparcir la desdicha
145     36|               sosegadamente, aunque su corazón está en otra parte, como
146     36|            tengo un cielo dentro de mi corazón! Yo saldré a buscarle con
147     36|           embargo, la vida vuelve a mi corazón a torrentes, y me parece
148     36|         lágrimas, que tanto alivian el corazón de las mujeres y los niños,
149     37|                que se levantaban en su corazón. El anciano médico, al contrario,
150     37|        insuperable me aleja de vos, mi corazón se despedaza, y sólo una
151     37|         clavados en aquel pedazo de su corazón por cuyo reposo y contento,
152     37|                un acento que partía el corazón -. ¿Lo veis?, ¿lo veis como
153     37|                veis?, ¿lo veis como mi corazón no me engañaba cuando os
154     37|              te veo con los ojos de mi corazón que a todas partes te sigue,
155     37|              de humo, y me aprietan el corazón!, separádmelas de aquí,
156     38|                seguir el impulso de su corazón que a despecho de sus muchas
157     38|              vimos, pues la sangre del corazón de doña Beatriz fue las
158     38|            dijo: -Leyendo estoy en ese corazón hidalgo como en un libro
159     38|                bálsamo para su llagado corazón, doña Beatriz quedó muy
160     38|               les cayesen las alas del corazón -, fiel Nuño, honrado Mendo,
161     38|       percibirlo doña Beatriz, en cuyo corazón encontraban tanto eco todas
162     38|           caridad podía encender en su corazón entibiado por los años.
163     38|              lleno de memorias para su corazón. No parecía sino que aquella
164   Conc|              se conocía que la paz del corazón y los bienes de fortuna
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