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Alfabética [« »] víctima 4 víctimas 2 victoria 1 vida 122 vidas 2 vides 1 vidriera 1 | Frecuencia [« »] 127 sino 123 hija 122 tanto 122 vida 119 fue 118 sí 117 día | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias vida |
Cap.
1 1| aunque por bien dará la vida, si la violentan y tratan 2 1| jinete. -Gallardo lance, por vida mía -exclamó Mendo con un 3 2| madre, santa señora cuya vida había sido un vivo y constante 4 2| lozanía, que prometía larga vida y sazonados frutos. Don 5 2| que habían acibarado su vida. Así pues, tanto importunó 6 2| les había presentado la vida como un delicioso jardín. 7 2| hasta aquí el desierto de mi vida; pero cuando he visto que 8 3| templarios. -¡Extraños, por vida mía, señor! -le replicó 9 4| igualmente vedados, y su vida entera era un tejido de 10 4| de un concilio general la vida y memoria de su antecesor 11 4| había distinguido siempre su vida. Don Álvaro, como ya hemos 12 4| dulces esperanzas de su vida, porque aquel prelado, como 13 5| hermosea y dulcifica la vida: la esperanza. El maestre, 14 5| destine. -Vuestra es mi vida -dijo doña Beatriz -, y 15 5| dijo. -Pero, hija de mi vida, ¿no sería mejor ceder? 16 6| de mi felicidad en esta vida y quizá en la otra. ¿También 17 7| sólo sirven de alimento y vida a las pasiones profundas 18 7| silencio que hubiese cobrado vida de repente, y volviendo 19 7| estriban todos sus planes! ¡Por vida de mi padre, señora, que 20 8| por amar a un hombre cuya vida se consagrará por entero 21 8| responsable delante de Dios de mi vida y de la salvación de mi 22 9| primera mentira de toda su vida. -Dejadla ir, señora tía, 23 10| de algo más que su propia vida. Resuelto a esconder su 24 10| diferencia en los caminos. Su vida se había pasado en la Tierra 25 11| ilustre condesa de Lemus, cuya vida colme el cielo de prosperidad. 26 11| debierais antes arrancarme la vida. Dejadnos ir nuestro camino, 27 13| por la primera vez de su vida, soltó la compresa a su 28 13| parece que he perdido la vida y que un espíritu me lleva 29 13| y tan hermosa! ¡Tomad mi vida! Ved que no son mis lágrimas 30 13| respondió: -Sí, hija de mi vida, aquí estoy; pero serénate 31 15| sacrificar hasta su propia vida. Preciso era desconcertar 32 15| perezosos, al camino de la vida. La calentura había ido 33 15| esforzados, cuando sólo de su vida se trata, se entregó a sus 34 15| No ha de ser así, por vida vuestra, señor -le interrumpió 35 16| últimamente la fuerza que toda su vida había preponderado en su 36 17| Hija mía, los días de mi vida están contados, y no creo 37 17| de que nunca durante su vida volvería a mentarle semejante 38 17| los últimos hilos de su vida. La joven, en el extravío 39 17| pues el término de aquella vida estaba irrevocablemente 40 17| efusión doña Beatriz -, mi vida, mi alma entera son vuestras. ¿ 41 18| sabía que las fuentes de la vida comenzaban a cegarse en 42 18| las cortas alegrías de su vida, las escenas de dolor que 43 18| le debí la libertad y la vida, y sus años le aseguran 44 18| pobrezas humanas. Con vos mi vida cambió enteramente; los 45 18| la llama más pura de mi vida. ¡Quién me dijera algún 46 18| me perdonéis, porque mi vida, sin duda, será breve, y 47 18| idos pronto, porque vuestra vida y tal vez mi honra están 48 18| precio para vos en esta vida o en la otra, descifradme 49 19| irónico -. Ingrato sois, por vida mía, porque en los seis 50 20| podría yo librar vuestra vida de los horrores del incendio 51 21| con rostro torcido: -Por vida de mi padre, que si no os 52 21| tal vez os arranque la vida. -Arránquemela en buen hora - 53 21| perdonéis o que pierda la vida a los filos de vuestro puñal, 54 21| alcance, mi culpa, ya con mi vida, ya haciendo voto de desafiar 55 22| prosapia, el riesgo de una vida para él tan preciosa, y 56 22| los dos otro mayor? De la vida de un hombre, tan frágil 57 22| cenizas!... ¡Frágil llamáis la vida de ese hombre! La frágil, 58 22| faltes a tus juramentos, tu vida se apagará al punto como 59 22| sobre la brevedad de la vida y la vanidad de las alegrías 60 23| juiciosamente apetecer en esta vida. -En cuanto a mi madre - 61 24| fueron los peores de mi vida los días que pasé a la sombra 62 24| la sostenía, un germen de vida y de hermosura, el parecer 63 24| en los desengaños de la vida, conoció el estado de aquella 64 24| frutos, que a costa de su vida hubiera querido arrancarlo; 65 24| cuando se vio cerca de dar su vida por el honor de su orden; 66 24| corazón y los desengaños de la vida en el uno, la ambición y 67 25| atezada y seca, porque su vida dura de cazadores y pastores 68 26| Agradezco el dinero y la vida, porque me los daréis, a 69 26| compañeros que dejaban sin vida delante de aquel terrible 70 27| el cabreirés -, sino la vida del comendador en especial 71 27| apretando los puños: -¡La vida de ese perro de Saldaña! ¡ 72 27| Andrade, os otorgo la vida de esos hombres que caigan 73 28| acompañarme? -Con el alma y la vida -contestó el ufano escudero -, 74 28| Sobrado claro veía que su vida había estado a merced de 75 28| Cara os ha de costar mi vida, porque no quiero rendirme. - 76 29| allí parecía encerrarse su vida, y que tal vez era una profecía 77 29| sabe el cielo que en mi vida entera vuestro bien y contento 78 30| os tengo de arrancar la vida o dejar la mía en vuestras 79 30| recibido de mí en vuestra vida. Don Álvaro se quedó estático 80 30| de tan fieros golpes esta vida ya cascada, no residiré 81 30| contra los que han dado su vida y su sangre por Él. ¿Todavía 82 30| en Cornatel me disteis la vida dos veces y además aquel 83 30| puñado de doblas, que en mi vida vi más juntas, vengo a deciros 84 31| vos me respondéis de su vida? -Su vida -le contestó el 85 31| respondéis de su vida? -Su vida -le contestó el religioso - 86 31| aguardar el fallo de su vida y de su suerte. Era éste 87 31| la tela inacabable de una vida dichosa, llena de correspondencia 88 31| lúgubre relámpago, cuando la vida cobraba a sus ojos todas 89 32| agudo cuchillo era para su vida el continuo vaivén de la 90 32| mitad de los años de la vida que le quedaban y con lo 91 32| cual había corrido toda su vida, dilataba sin término el 92 32| precipicios y arriesgar la vida hartas más veces que vos?~ ~ - 93 32| siempre, porque él me salvó la vida dos veces, y como decía 94 33| muerte despertase a una vida perdurable de verdor y lozanía. 95 33| rutilante que esmaltaba y daba vida y matices a todos los objetos 96 33| mano a los labios -, que mi vida no es de dieciocho años, 97 33| sobre la endeble tela de mi vida? ¿Qué es la gloria del hombre 98 34| parecía que un nuevo germen de vida discurría por aquel cuerpo 99 34| soldarse para tomar a la vida. Desconcertada su acción 100 34| salvo el honor y aun la vida de sus hermanos, había acallado, 101 35| de Cristo y le pediré la vida de mi hija única. Mañana 102 35| reflexiones sobre aquella vida marchitada en flor por el 103 35| en la desdicha, ni en la vida ni en la muerte os abandonará 104 35| malas? ¿No temblabas por la vida, por la honra y por la libertad 105 36| fiero golpe la savia de la vida volvía a correr por estos 106 36| palabras estaba encerrada su vida y la de doña Beatriz, con 107 36| matarme, y sin embargo, la vida vuelve a mi corazón a torrentes, 108 37| embellecer y sublimar la vida, venía a dar precio a la 109 37| propia. Los azares de su vida, sus continuos vaivenes 110 37| vuestros labios, cuando la vida se nos presentaba tan florida 111 37| Beatriz, sin dar más señal de vida que algunos hondos suspiros, 112 37| pudo el Señor quitarme la vida en tantos combates con los 113 37| recobró poco a poco la vida que parecía haberse huido 114 38| coge en la primavera de mi vida, más me duele por vos, padre 115 38| se apague la llama de mi vida. El abad, aunque poseído 116 38| sentimientos, una nuestra vida; ¡pluguiese al cielo que 117 38| dulcificar las amarguras de su vida y hacerles más llevadero 118 38| inclinación, gocen en paz una vida que tal vez hubiéramos gozado 119 Conc| orden, acortó el hilo de su vida. El buen abad tardó poco 120 Conc| sentía con fuerzas para vida tan áspera y rigurosa. Comoquiera, 121 Conc| repetidas veces que dejase vida tan penosa y bajase a recobrarse 122 Conc| pasaba los últimos años de su vida muy querido y estimado.