Cap.

  1      1|           aunque por bien dará la vida, si la violentan y tratan
  2      1|      jinete. -Gallardo lance, por vida mía -exclamó Mendo con un
  3      2|          madre, santa señora cuya vida había sido un vivo y constante
  4      2|       lozanía, que prometía larga vida y sazonados frutos. Don
  5      2|           que habían acibarado su vida. Así pues, tanto importunó
  6      2|           les había presentado la vida como un delicioso jardín.
  7      2|      hasta aquí el desierto de mi vida; pero cuando he visto que
  8      3|       templarios. -¡Extraños, por vida mía, señor! -le replicó
  9      4|          igualmente vedados, y su vida entera era un tejido de
 10      4|         de un concilio general la vida y memoria de su antecesor
 11      4|      había distinguido siempre su vida. Don Álvaro, como ya hemos
 12      4|           dulces esperanzas de su vida, porque aquel prelado, como
 13      5|           hermosea y dulcifica la vida: la esperanza. El maestre,
 14      5|           destine. -Vuestra es mi vida -dijo doña Beatriz -, y
 15      5|           dijo. -Pero, hija de mi vida, ¿no sería mejor ceder?
 16      6|           de mi felicidad en esta vida y quizá en la otra. ¿También
 17      7|         sólo sirven de alimento y vida a las pasiones profundas
 18      7|      silencio que hubiese cobrado vida de repente, y volviendo
 19      7|   estriban todos sus planes! ¡Por vida de mi padre, señora, que
 20      8|         por amar a un hombre cuya vida se consagrará por entero
 21      8| responsable delante de Dios de mi vida y de la salvación de mi
 22      9|        primera mentira de toda su vida. -Dejadla ir, señora tía,
 23     10|         de algo más que su propia vida. Resuelto a esconder su
 24     10|     diferencia en los caminos. Su vida se había pasado en la Tierra
 25     11|    ilustre condesa de Lemus, cuya vida colme el cielo de prosperidad.
 26     11|     debierais antes arrancarme la vida. Dejadnos ir nuestro camino,
 27     13|          por la primera vez de su vida, soltó la compresa a su
 28     13|          parece que he perdido la vida y que un espíritu me lleva
 29     13|          y tan hermosa! ¡Tomad mi vida! Ved que no son mis lágrimas
 30     13|        respondió: -Sí, hija de mi vida, aquí estoy; pero serénate
 31     15|        sacrificar hasta su propia vida. Preciso era desconcertar
 32     15|        perezosos, al camino de la vida. La calentura había ido
 33     15|     esforzados, cuando sólo de su vida se trata, se entregó a sus
 34     15|             No ha de ser así, por vida vuestra, señor -le interrumpió
 35     16| últimamente la fuerza que toda su vida había preponderado en su
 36     17|          Hija mía, los días de mi vida están contados, y no creo
 37     17|           de que nunca durante su vida volvería a mentarle semejante
 38     17|           los últimos hilos de su vida. La joven, en el extravío
 39     17|        pues el término de aquella vida estaba irrevocablemente
 40     17|        efusión doña Beatriz -, mi vida, mi alma entera son vuestras. ¿
 41     18|       sabía que las fuentes de la vida comenzaban a cegarse en
 42     18|         las cortas alegrías de su vida, las escenas de dolor que
 43     18|          le debí la libertad y la vida, y sus años le aseguran
 44     18|      pobrezas humanas. Con vos mi vida cambió enteramente; los
 45     18|           la llama más pura de mi vida. ¡Quién me dijera algún
 46     18|           me perdonéis, porque mi vida, sin duda, será breve, y
 47     18|       idos pronto, porque vuestra vida y tal vez mi honra están
 48     18|           precio para vos en esta vida o en la otra, descifradme
 49     19|      irónico -. Ingrato sois, por vida mía, porque en los seis
 50     20|          podría yo librar vuestra vida de los horrores del incendio
 51     21|          con rostro torcido: -Por vida de mi padre, que si no os
 52     21|            tal vez os arranque la vida. -Arránquemela en buen hora -
 53     21|         perdonéis o que pierda la vida a los filos de vuestro puñal,
 54     21|      alcance, mi culpa, ya con mi vida, ya haciendo voto de desafiar
 55     22|        prosapia, el riesgo de una vida para él tan preciosa, y
 56     22|         los dos otro mayor? De la vida de un hombre, tan frágil
 57     22|    cenizas!... ¡Frágil llamáis la vida de ese hombre! La frágil,
 58     22|       faltes a tus juramentos, tu vida se apagará al punto como
 59     22|           sobre la brevedad de la vida y la vanidad de las alegrías
 60     23|    juiciosamente apetecer en esta vida. -En cuanto a mi madre -
 61     24|           fueron los peores de mi vida los días que pasé a la sombra
 62     24|         la sostenía, un germen de vida y de hermosura, el parecer
 63     24|           en los desengaños de la vida, conoció el estado de aquella
 64     24|         frutos, que a costa de su vida hubiera querido arrancarlo;
 65     24|     cuando se vio cerca de dar su vida por el honor de su orden;
 66     24|    corazón y los desengaños de la vida en el uno, la ambición y
 67     25|         atezada y seca, porque su vida dura de cazadores y pastores
 68     26|          Agradezco el dinero y la vida, porque me los daréis, a
 69     26|        compañeros que dejaban sin vida delante de aquel terrible
 70     27|           el cabreirés -, sino la vida del comendador en especial
 71     27|         apretando los puños: -¡La vida de ese perro de Saldaña! ¡
 72     27|             Andrade, os otorgo la vida de esos hombres que caigan
 73     28|    acompañarme? -Con el alma y la vida -contestó el ufano escudero -,
 74     28|         Sobrado claro veía que su vida había estado a merced de
 75     28|           Cara os ha de costar mi vida, porque no quiero rendirme. -
 76     29|        allí parecía encerrarse su vida, y que tal vez era una profecía
 77     29|           sabe el cielo que en mi vida entera vuestro bien y contento
 78     30|           os tengo de arrancar la vida o dejar la mía en vuestras
 79     30|         recibido de mí en vuestra vida. Don Álvaro se quedó estático
 80     30|         de tan fieros golpes esta vida ya cascada, no residiré
 81     30|        contra los que han dado su vida y su sangre por Él. ¿Todavía
 82     30|         en Cornatel me disteis la vida dos veces y además aquel
 83     30|       puñado de doblas, que en mi vida vi más juntas, vengo a deciros
 84     31|           vos me respondéis de su vida? -Su vida -le contestó el
 85     31|        respondéis de su vida? -Su vida -le contestó el religioso -
 86     31|           aguardar el fallo de su vida y de su suerte. Era éste
 87     31|         la tela inacabable de una vida dichosa, llena de correspondencia
 88     31|      lúgubre relámpago, cuando la vida cobraba a sus ojos todas
 89     32|        agudo cuchillo era para su vida el continuo vaivén de la
 90     32|           mitad de los años de la vida que le quedaban y con lo
 91     32|        cual había corrido toda su vida, dilataba sin término el
 92     32|        precipicios y arriesgar la vida hartas más veces que vos?~ ~ -
 93     32|    siempre, porque él me salvó la vida dos veces, y como decía
 94     33|           muerte despertase a una vida perdurable de verdor y lozanía.
 95     33|    rutilante que esmaltaba y daba vida y matices a todos los objetos
 96     33|       mano a los labios -, que mi vida no es de dieciocho años,
 97     33|       sobre la endeble tela de mi vida? ¿Qué es la gloria del hombre
 98     34|    parecía que un nuevo germen de vida discurría por aquel cuerpo
 99     34|          soldarse para tomar a la vida. Desconcertada su acción
100     34|           salvo el honor y aun la vida de sus hermanos, había acallado,
101     35|          de Cristo y le pediré la vida de mi hija única. Mañana
102     35|         reflexiones sobre aquella vida marchitada en flor por el
103     35|          en la desdicha, ni en la vida ni en la muerte os abandonará
104     35|       malas? ¿No temblabas por la vida, por la honra y por la libertad
105     36|        fiero golpe la savia de la vida volvía a correr por estos
106     36|      palabras estaba encerrada su vida y la de doña Beatriz, con
107     36|        matarme, y sin embargo, la vida vuelve a mi corazón a torrentes,
108     37|          embellecer y sublimar la vida, venía a dar precio a la
109     37|          propia. Los azares de su vida, sus continuos vaivenes
110     37|        vuestros labios, cuando la vida se nos presentaba tan florida
111     37|     Beatriz, sin dar más señal de vida que algunos hondos suspiros,
112     37|         pudo el Señor quitarme la vida en tantos combates con los
113     37|            recobró poco a poco la vida que parecía haberse huido
114     38|        coge en la primavera de mi vida, más me duele por vos, padre
115     38|          se apague la llama de mi vida. El abad, aunque poseído
116     38|         sentimientos, una nuestra vida; ¡pluguiese al cielo que
117     38|    dulcificar las amarguras de su vida y hacerles más llevadero
118     38|     inclinación, gocen en paz una vida que tal vez hubiéramos gozado
119   Conc|       orden, acortó el hilo de su vida. El buen abad tardó poco
120   Conc|           sentía con fuerzas para vida tan áspera y rigurosa. Comoquiera,
121   Conc|        repetidas veces que dejase vida tan penosa y bajase a recobrarse
122   Conc|     pasaba los últimos años de su vida muy querido y estimado.
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