Cap.

  1      1|            preguntaron a la vez los dos compañeros. -Una cosa que
  2      1|           cosa que no se me caerá a dos tirones de la memoria. Pasábamos
  3      1|              En poco estuvo que los dos no nos ahogamos. Por fin
  4      2|            de Arganza, había tenido dos hijos y una hija; pero de
  5      2|             pérdida temprana de sus dos hijos su complexión, harto
  6      2|           entonces no había más que dos casas cuyos estados y vasallos
  7      2|              Este linaje había dado dos maestres al orden del Temple
  8      2|        Temple en Castilla, eran los dos únicos miembros que quedaban
  9      2|       confundir el destino de estos dos jóvenes, y, sin embargo,
 10      2|     resultar el engrandecimiento de dos casas esclarecidas y la
 11      2|      esclarecidas y la felicidad de dos personas universalmente
 12      3|          africanos y, acompañado de dos aspirantes, subió a la sala
 13      3|          eran elocuente emblema los dos caballeros montados en un
 14      3|            Altísimo a la batalla de dos siglos que habéis sostenido
 15      4|           del convento. Guardábanla dos como maceros, más por decoro
 16      4|           el patio, y acompañado de dos monjes que bajaron a su
 17      6|       paternal, resolvió al cabo de dos días llevar a doña Beatriz
 18      6|         cual habían sido religiosas dos princesas de sangre real.
 19      8|         doña Beatriz después de dar dos o tres vueltas como una
 20      9|           tiene que llevarnos a los dos a Bembibre. -¿A Bembibre? -
 21      9|         verás qué paso llevamos los dos por esos caminos. -Anda,
 22     11|            la virtud y la esperanza dos almas a quienes sin duda
 23     11|             algunos instantes, como dos puros y cristalinos ríos
 24     11|             convento, conducida por dos poderosas mulas. Entraron
 25     13|          riesgos y peligros. Así de dos hojas nacidas en el mismo
 26     13|        medio de las lágrimas de las dos señoras, y comenzó a respirar
 27     17|  abatimiento. Llevóselo enseguida y dos o tres doncellas y un sacerdote
 28     18|         cuando en uno de estos días dos caballeros armados de punta
 29     18|           blanco y en el escudo los dos caballeros montados en un
 30     18|         bastante distancia de estos dos personajes caminaban como
 31     18|    desconocidas. Caminaban nuestros dos viajeros de día muy claro
 32     18|            de donde venían aquellos dos forasteros y si eran nativos
 33     18|             repente se me acercaron dos caballeros, el uno de esos
 34     18|        dijeron que querían hablarla dos palabras. Por cierto, que
 35     18|            una dama la presencia de dos caballeros? Anda y que no
 36     18|           bajos, hasta que, al fin, dos hilos copiosos de lágrimas
 37     18|         juzgará en su día entre los dos, porque él es el único que
 38     19|           calaron la celada, y como dos estatuas de bronce aguardaron
 39     19|          exclamaron a un tiempo los dos, aunque con distinto acento
 40     19|             humillación. Había dado dos pasos atrás, y desconcertado
 41     19|            que diesen en tierra con dos solos caballeros, anciano
 42     19|            me haría más desdichado. Dos veces os he amado, y dos
 43     19|            Dos veces os he amado, y dos os pierdo. ¡Dura es la prueba
 44     19|          obscurecido, volvieron los dos a casa seguidos de la pensativa
 45     20|             cerradura, descorrieron dos o tres cerrojos, y por fin
 46     20|          fin entraron por la puerta dos personas, en quienes, a
 47     20|         visita de cualquiera de sus dos alcaides paseándose por
 48     21|            haciendo, se llevó a los dos precipitadamente. Estaba
 49     21|      otorgado en presencia de estos dos nobles testigos, junto con
 50     21|    diligencia el camino del Bierzo. Dos leguas llevarían andadas
 51     22|             quieres poner entre los dos otro mayor? De la vida de
 52     22|    entallados encima de una puerta, dos cuadrados perfectos que
 53     22|             ellos acompañado de sus dos ancianos padrinos y fue
 54     22|             se comenzase el rito, y dos caballeros trajeron un crucifijo
 55     22|            alzándolo en el aire los dos caballeros, le dirigió las
 56     23|           su sentimiento, andan los dos por ver quién engaña a quien,
 57     23|        miradas, echan a llorar como dos perdidos. Si te he de decir
 58     24|   Villabuena, que se verificó a los dos o tres días. No hacía muchos
 59     24|        vivísimo interés. Al cabo de dos o tres horas de caminar,
 60     24|           júbilo y esperanza. Estos dos hombres eran el conde de
 61     24|         había introducido entre los dos; pero en aquella ocasión,
 62     25|           ruido de sus armas. A los dos o tres días los puestos
 63     25|         donde la fortaleza presenta dos frentes regulares, pero
 64     25|             contar como por suyos a dos tan aborrecidos enemigos,
 65     26|         allí las hachas de manos de dos muertos y comenzaron a descargar
 66     26|             a las Médulas, de donde dos días antes había salido
 67     26|           conde mismo había perdido dos deudos muy cercanos y veía
 68     27|             una quiebra formada por dos de ellos y medio cubierta
 69     27|          centinelas? Cuenta con que dos hombres solos podrían desbaratarnos
 70     28|             garganta franqueada por dos terribles despeñaderos.
 71     28|            a decidirse la suerte de dos personas igualmente ilustres
 72     28|           Al cabo de breves minutos dos ganchos de hierro atados
 73     28|            lo tanto, solos aquellos dos hombres poseídos de un resentimiento
 74     28|           se desmienta su voz. Sois dos contra mí solo y probablemente
 75     28|             la muerte de uno de los dos podrá acallarse. -No diréis
 76     29|           sin poderlo remediar, dio dos pasos atrás asombrado, como
 77     30|            Yo os lo diré, señor, en dos palabras. El otro día vino
 78     30|         Cornatel me disteis la vida dos veces y además aquel puñado
 79     31| preparativos de viaje, partió a los dos días con su hija. Algo mejor
 80     31|          descubría, y terminado por dos montes, de los cuales el
 81     32|          porque él me salvó la vida dos veces, y como decía mi padre,
 82     33|             castillo con el dedo -. Dos veces me he visto desterrada
 83     33|             hube logrado cuando los dos caímos en la hoguera. Entonces
 84     34|            oponía a la felicidad de dos personas tan dignas de estimación
 85     34|          tiempo de su final ruina a dos linajes esclarecidos y antiguos.
 86     35|          Álvaro y la ventura de los dos!, yo pasaré a Francia, yo
 87     35|          vio que eran tres jinetes, dos de ellos con atavíos militares
 88     35|             sus hermosos ojos, como dos luceros hermanos que saliesen
 89     36|             criada, con lo cual los dos se despidieron de ella,
 90     36|            bufete en el cual ardían dos bujías, abrió la fatal cartera
 91     37|          esta suerte, reducidos los dos amantes al lenguaje de los
 92     37|         falúa parecía colgada entre dos abismos, como un águila
 93     37|        padre, cuando ha poco más de dos meses que se partió para
 94     38|          ser oído con benevolencia. Dos cosas se concertaron en
 95     38|           seguido de Millán y otros dos o tres criados más antiguos,
 96   Conc|          patriarca San Benito a los dos días, con grande admiración
 97   Conc|          tener como hasta treinta y dos años, era alto, bien dispuesto
 98   Conc|           un mozo como de treinta y dos, muy gallardo; de una mujer
 99   Conc|            apenas llegaron a él los dos jóvenes esposos, cuando
100   Conc|      querido y estimado. Al cabo de dos días se volvieron todos
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