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Alfabética [« »] dormida 2 dormido 2 dormir 3 dos 100 doscientas 2 dosel 1 dotadas 1 | Frecuencia [« »] 103 orden 100 alonso 100 castillo 100 dos 100 martina 98 comendador 98 donde | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias dos |
Cap.
1 1| preguntaron a la vez los dos compañeros. -Una cosa que 2 1| cosa que no se me caerá a dos tirones de la memoria. Pasábamos 3 1| En poco estuvo que los dos no nos ahogamos. Por fin 4 2| de Arganza, había tenido dos hijos y una hija; pero de 5 2| pérdida temprana de sus dos hijos su complexión, harto 6 2| entonces no había más que dos casas cuyos estados y vasallos 7 2| Este linaje había dado dos maestres al orden del Temple 8 2| Temple en Castilla, eran los dos únicos miembros que quedaban 9 2| confundir el destino de estos dos jóvenes, y, sin embargo, 10 2| resultar el engrandecimiento de dos casas esclarecidas y la 11 2| esclarecidas y la felicidad de dos personas universalmente 12 3| africanos y, acompañado de dos aspirantes, subió a la sala 13 3| eran elocuente emblema los dos caballeros montados en un 14 3| Altísimo a la batalla de dos siglos que habéis sostenido 15 4| del convento. Guardábanla dos como maceros, más por decoro 16 4| el patio, y acompañado de dos monjes que bajaron a su 17 6| paternal, resolvió al cabo de dos días llevar a doña Beatriz 18 6| cual habían sido religiosas dos princesas de sangre real. 19 8| doña Beatriz después de dar dos o tres vueltas como una 20 9| tiene que llevarnos a los dos a Bembibre. -¿A Bembibre? - 21 9| verás qué paso llevamos los dos por esos caminos. -Anda, 22 11| la virtud y la esperanza dos almas a quienes sin duda 23 11| algunos instantes, como dos puros y cristalinos ríos 24 11| convento, conducida por dos poderosas mulas. Entraron 25 13| riesgos y peligros. Así de dos hojas nacidas en el mismo 26 13| medio de las lágrimas de las dos señoras, y comenzó a respirar 27 17| abatimiento. Llevóselo enseguida y dos o tres doncellas y un sacerdote 28 18| cuando en uno de estos días dos caballeros armados de punta 29 18| blanco y en el escudo los dos caballeros montados en un 30 18| bastante distancia de estos dos personajes caminaban como 31 18| desconocidas. Caminaban nuestros dos viajeros de día muy claro 32 18| de donde venían aquellos dos forasteros y si eran nativos 33 18| repente se me acercaron dos caballeros, el uno de esos 34 18| dijeron que querían hablarla dos palabras. Por cierto, que 35 18| una dama la presencia de dos caballeros? Anda y que no 36 18| bajos, hasta que, al fin, dos hilos copiosos de lágrimas 37 18| juzgará en su día entre los dos, porque él es el único que 38 19| calaron la celada, y como dos estatuas de bronce aguardaron 39 19| exclamaron a un tiempo los dos, aunque con distinto acento 40 19| humillación. Había dado dos pasos atrás, y desconcertado 41 19| que diesen en tierra con dos solos caballeros, anciano 42 19| me haría más desdichado. Dos veces os he amado, y dos 43 19| Dos veces os he amado, y dos os pierdo. ¡Dura es la prueba 44 19| obscurecido, volvieron los dos a casa seguidos de la pensativa 45 20| cerradura, descorrieron dos o tres cerrojos, y por fin 46 20| fin entraron por la puerta dos personas, en quienes, a 47 20| visita de cualquiera de sus dos alcaides paseándose por 48 21| haciendo, se llevó a los dos precipitadamente. Estaba 49 21| otorgado en presencia de estos dos nobles testigos, junto con 50 21| diligencia el camino del Bierzo. Dos leguas llevarían andadas 51 22| quieres poner entre los dos otro mayor? De la vida de 52 22| entallados encima de una puerta, dos cuadrados perfectos que 53 22| ellos acompañado de sus dos ancianos padrinos y fue 54 22| se comenzase el rito, y dos caballeros trajeron un crucifijo 55 22| alzándolo en el aire los dos caballeros, le dirigió las 56 23| su sentimiento, andan los dos por ver quién engaña a quien, 57 23| miradas, echan a llorar como dos perdidos. Si te he de decir 58 24| Villabuena, que se verificó a los dos o tres días. No hacía muchos 59 24| vivísimo interés. Al cabo de dos o tres horas de caminar, 60 24| júbilo y esperanza. Estos dos hombres eran el conde de 61 24| había introducido entre los dos; pero en aquella ocasión, 62 25| ruido de sus armas. A los dos o tres días los puestos 63 25| donde la fortaleza presenta dos frentes regulares, pero 64 25| contar como por suyos a dos tan aborrecidos enemigos, 65 26| allí las hachas de manos de dos muertos y comenzaron a descargar 66 26| a las Médulas, de donde dos días antes había salido 67 26| conde mismo había perdido dos deudos muy cercanos y veía 68 27| una quiebra formada por dos de ellos y medio cubierta 69 27| centinelas? Cuenta con que dos hombres solos podrían desbaratarnos 70 28| garganta franqueada por dos terribles despeñaderos. 71 28| a decidirse la suerte de dos personas igualmente ilustres 72 28| Al cabo de breves minutos dos ganchos de hierro atados 73 28| lo tanto, solos aquellos dos hombres poseídos de un resentimiento 74 28| se desmienta su voz. Sois dos contra mí solo y probablemente 75 28| la muerte de uno de los dos podrá acallarse. -No diréis 76 29| sin poderlo remediar, dio dos pasos atrás asombrado, como 77 30| Yo os lo diré, señor, en dos palabras. El otro día vino 78 30| Cornatel me disteis la vida dos veces y además aquel puñado 79 31| preparativos de viaje, partió a los dos días con su hija. Algo mejor 80 31| descubría, y terminado por dos montes, de los cuales el 81 32| porque él me salvó la vida dos veces, y como decía mi padre, 82 33| castillo con el dedo -. Dos veces me he visto desterrada 83 33| hube logrado cuando los dos caímos en la hoguera. Entonces 84 34| oponía a la felicidad de dos personas tan dignas de estimación 85 34| tiempo de su final ruina a dos linajes esclarecidos y antiguos. 86 35| Álvaro y la ventura de los dos!, yo pasaré a Francia, yo 87 35| vio que eran tres jinetes, dos de ellos con atavíos militares 88 35| sus hermosos ojos, como dos luceros hermanos que saliesen 89 36| criada, con lo cual los dos se despidieron de ella, 90 36| bufete en el cual ardían dos bujías, abrió la fatal cartera 91 37| esta suerte, reducidos los dos amantes al lenguaje de los 92 37| falúa parecía colgada entre dos abismos, como un águila 93 37| padre, cuando ha poco más de dos meses que se partió para 94 38| ser oído con benevolencia. Dos cosas se concertaron en 95 38| seguido de Millán y otros dos o tres criados más antiguos, 96 Conc| patriarca San Benito a los dos días, con grande admiración 97 Conc| tener como hasta treinta y dos años, era alto, bien dispuesto 98 Conc| un mozo como de treinta y dos, muy gallardo; de una mujer 99 Conc| apenas llegaron a él los dos jóvenes esposos, cuando 100 Conc| querido y estimado. Al cabo de dos días se volvieron todos