Cap.

 1      1|            potro andaluz en que iba caballero, y la precisión con que
 2      1|        señor de Bembibre, que es un caballero principal a quien todo el
 3      1|             procuran parecérseles. -Caballero es también el de Lemus,
 4      1|             los estribos!, ¡ah buen caballero! ¡Lléveme el diablo, si
 5      2|            criado como cumplía a un caballero tan principal, teniendo
 6      2|               continuó el apesarado caballero -; ¿y lo será también -
 7      2|            mi albedrío. Con esto el caballero se inclinó, le besó la mano
 8      3|           Los aspirantes dejaron al caballero a la puerta, después del
 9      3|             distinguía de un simple caballero. El golpe que parecía amagar
10      4|         dudáis, padre? -contestó el caballero -; sería capaz de todo lo
11      4|            sois vos -le preguntó el caballero con sentido acento -, un
12      4|            maldad y del orgullo. El caballero se levantó entonces y le
13      4|            El cielo os guarde, buen caballero -contestó el abad -, y os
14      6|             emoción, el viejo Nuño, caballero en su haca de caza, pero
15      7|             pertenecer a un tan mal caballero como el conde Lemus, y de
16      7|            le fue, por lo tanto, al caballero deslizarse a favor de un
17      7|          semejantes a la de nuestro caballero. Por fin, después de acabados
18      7|     jurároslo, señora -respondió el caballero -, porque ya lo estáis viendo;
19      7|           Id, pues, con Dios, noble caballero, yo recurriré a vos si fuere
20      8|        otros caminos; y entonces el caballero volvía a su lucha y a sus
21      8|          saludo y cumplimientos del caballero, se retiró dejándolos solos.
22      8|             esperaba yo menos de un caballero tal; pero ya sabéis que
23      9|            en la vidriera. El pobre caballero hacía días que apenas podía
24     10|            romper el día, viendo un caballero que subía la cuesta, y conociéndole
25     10|    desiertos de la Siria, a nuestro caballero que con su paje de lanza
26     10|           de Bembibre -respondió el caballero. -¡De Bembibre! -contestó
27     10|            sino confío! -exclamó el caballero con una voz semejante a
28     11|         embajada! Mujer soy y él un caballero de los más cumplidos, pero
29     11|           que cuando llegaron ya el caballero estaba de la parte de adentro.
30     11|          dónde queréis llevarme? El caballero le explicó entonces rápida,
31     11|             brazos de Martina y del caballero. -¿Y qué haremos ahora? -
32     11|            muerte de cristiano y de caballero. -Escuchadme, hijo mío -
33     11|           momento, y acercándose al caballero se quitó del dedo una sortija
34     12|          desusada, cosa que nuestro caballero deseaba sobre todo evitar.
35     12|           bien veía que don Álvaro, caballero y pundonoroso, si en aquella
36     12|     exigiéndole antes su palabra de caballero de guardar su declaración
37     12|           envió a requerirle con un caballero que pues tan mal sabía agradecer
38     14|           pelea alrededor del caído caballero, pues sus soldados hacían
39     14| encarecidamente la asistencia de un caballero tan cumplido como su amo.
40     14|            estaba también en pie un caballero de aspecto noble, aunque
41     14|             blanco en la cabeza. El caballero era don Juan Núñez de Lara,
42     14|          estaba sino en poder de un caballero que admiraba su valor y
43     14|        habitación dejando al herido caballero en compañía de Millán. En
44     15|   desangrado. ¡Cómo dejar sólo a un caballero tan mal herido! El desdichado
45     15|            sepultura a este ilustre caballero en el panteón de este castillo. -
46     16|          Saldaña de lo ocurrido. El caballero recibió la noticia con valor,
47     16|          locura y despidiéndose del caballero se volvió a Bembibre. A
48     17|          madre. -Una palabra, señor caballero -dijo la joven, apartándole
49     18|       palabra, como a Martina. -¡Un caballero del Temple! -dijo ella como
50     18|         llegar a doña Beatriz, y el caballero de las armas negras, con
51     18|          que así se le aparecía. El caballero se alzó lentamente la celada
52     18|             doña Beatriz -repuso el caballero (porque como presumirán
53     18|      adornaba -respondió el sentido caballero -. ¿Os acordáis de la noche
54     18|         Lemus. -Beatriz -exclamó el caballero -, por vos, por mí mismo,
55     19|             dijo: -¿Me perdonaréis, caballero, que os pregunte el motivo
56     19|        grangearme la voluntad de un caballero tan cumplido con los caídos,
57     19|            dueños de ese ruin y mal caballero. Al acabar estas palabras
58     19|         tened entendido que si como caballero y señor independiente no
59     19|            de mi hija? -No, a fe de caballero -respondió él. Don Alonso
60     19|              replicó el contristado caballero -; mi orgullo erais vos
61     19|        También se perderá por mí un caballero tan cumplido? ¡Ay!, ¡todas
62     20|           el justo desagravio de un caballero que, sin duda, les merecerá
63     20|            tal vez se figuran. Este caballero era don Juan Núñez de Lara.~ ~
64     20|          pudiese volver a la luz un caballero tan valeroso y afamado.
65     20|            pues, vuestra palabra de caballero de que no intentaréis salir
66     20|          exclamó el último - que un caballero como vos se aparte así de
67     21|             Saldaña. Ligaban a este caballero y al anciano comendador
68     21|    Ponferrada. Os doy mi palabra de caballero. -No os la acepto -replicó
69     22|           comendador Saldaña y otro caballero muy, anciano vinieron a
70     22|         degradado de la dignidad de caballero? Todos guardaron un silencio
71     22|     rigurosos y terribles del nuevo caballero; pero entonces, que la hora
72     23|            el mejor de los amos, el caballero más bizarro de España! ¿
73     23|           gran afición -contestó el caballero procurando sonreírse, pero
74     24|             de la orden, y no menos caballero que discreto, sentía que
75     25|         quedó que desear al anciano caballero, más poseído que nunca de
76     25|       empeñase temerariamente. Otro caballero de más edad salió a la descubierta,
77     26|           su mujer. Así pues, señor caballero, haced lo que gustéis de
78     26|           cautiverio y del castigo. Caballero Carvajal -dijo a uno de
79     26|             suyos, y acompañado del caballero Carvajal y diciendo entre
80     28|          visto entrar -respondió el caballero Carvajal. -Pues entonces
81     28|         órdenes a don Álvaro con el caballero Carvajal. Poco tardó el
82     28|             Carvajal. Poco tardó el caballero en volver diciendo que don
83     28|           Por fin sois nuestro, mal caballero -dijo al conde -, veremos
84     30|             la cólera del agraviado caballero. Por fin, frenando su ira
85     31|            entonces los temores del caballero que temblaba por la suerte
86     32|           como brasas en el anciano caballero. Su mano se encaminó maquinalmente
87     32|             del Temple y a un viejo caballero que peleó por la cruz en
88     32|            en los cadáveres. -Señor caballero -le dijo gravemente el arzobispo
89     32|           por un lugar más su fe de caballero y la sangre de los suyos?
90     34|          los esfuerzos de este buen caballero, sinceramente arrepentido
91     34|          maquinaciones de aquel mal caballero. No era la cuestión de gobierno
92     37|       comprenderla, dijo al apenado caballero: -Don Álvaro, ¿no veis cuán
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