IntraText Índice | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText | Búsqueda |
Alfabética [« »] militaban 2 militar 2 militares 2 millán 86 mimbreras 1 mimbres 2 mina 4 | Frecuencia [« »] 87 mí 87 siempre 86 cual 86 millán 86 templarios 85 allí 85 quien | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias millán |
Cap.
1 1| demasiadamente pesadas de Millán, que, sin duda, cuida más 2 1| pasión y sin enojo -dijo Millán metiendo baza -, ¿qué te 3 1| No hay cuidado -replicó Millán, a cuyo listo oído no se 4 1| ha hecho. -Sí -respondió Millán -, con tal que haya ido 5 1| satisfacción casi paternal-: y di, Millán, ¿qué fue del tuyo, por 6 1| pobrecillo? -No -respondió Millán -, fue a salir un buen trecho 7 2| aceleradamente al patio donde su fiel Millán tenía del diestro al famoso 8 3| ver sin enojo que el buen Millán se entrometiese de aquella 9 3| en el ánimo de su señor? Millán aguantó la descarga, y don 10 3| adelante la trama infernal... Millán -dijo enseguida, con un 11 3| situación y dejó charlar a Millán, que no por su agudeza y 12 6| disgustos que le daba con Millán, el paje de don Álvaro, 13 7| precipitadamente al monte, donde Millán había pasado la noche con 14 9| parte al señor de la visita. Millán, que como paje andaba más 15 9| Bruno, pero en brazos de Millán, y volvieron a correr por 16 11| caballo con ayuda de Martina y Millán salió a galope por aquellas 17 11| los árboles lo ocultaron. Millán se quedó, por disposición 18 11| retiróse el lego; asió Millán de la mula delantera, montó 19 13| esto que la mala sombra de Millán andaba lejos rompiéndose 20 14| que había pasado. El fiel Millán, que había peleado como 21 14| al abrirse fue a su fiel Millán que, de pie al lado de su 22 14| caballero en compañía de Millán. En cuanto se fueron, don 23 14| voz muy débil: -¿Me oyes, Millán?~ ~ -Sí, señor -respondió 24 15| Simuel y los cuidados de Millán, junto con las atenciones 25 15| asiento a su cabecera mientras Millán los dejaba solos para que 26 15| Apenas tuvo tiempo de decir a Millán que le dejase solo, y que 27 15| dio respuesta alguna, y Millán, de veras asustado, acudió 28 15| Lara seguido de Ben Simuel. Millán, ahogado por los sollozos 29 15| alternativamente en sus soldados y en Millán, mandó a éste con voz imperiosa 30 15| vuestra, señor -le interrumpió Millán -, antes entregádmelo a 31 15| desdichado. Al día siguiente, Millán se presentó a don Juan para 32 15| poderosos es él de dar. Millán salió entonces del castillo, 33 15| áridos campos de Castilla. Millán los dejó atrás y se adelantó 34 16| lo que decía: -Señora, es Millán... La misma palidez de la 35 16| salió y al poco rato entró Millán por la puerta en que doña 36 16| de su delantal, mientras Millán se adelantaba con pasos 37 16| entonces rompió en sollozos, y Millán tardó poco en acompañarla. 38 16| dejadme. ¿Y cómo murió, Millán? ¿Cómo murió, te digo? - 39 16| orden, cuando introdujeron a Millán en su aposento. Este golpe 40 16| superioridad sobre sí propio. Millán, continuando en su amarga 41 16| una idea súbita, dijo a Millán: -¿No has traído el cuerpo 42 16| el cuerpo de tu señor? -Millán le contó entonces las razones 43 16| cierto como es, ¡pobre mozo! Millán, que había querido entreveer 44 18| completa, propios de su estado. Millán, establecido ya y deseoso 45 18| visitas un poco frecuentes de Millán, no fue muy del agrado del 46 20| que tanto afligió al buen Millán, desasosegando también al 47 21| y declaración que trajo Millán a todo el mundo habían convencido 48 23| referir, pareció el buen Millán por Arganza a dar cuenta 49 23| alegría que quedaba.~ ~ -¡Ay, Millán de mi alma! -exclamó Martina, 50 23| de decirlo de ti? -repuso Millán cortésmente -; la lengua 51 23| Virgen purísima! -exclamó Millán cruzando las manos y mirando 52 23| confuso y turbado al pobre Millán con la perfidia del conde 53 23| Vaya por Dios! -respondió Millán con un suspiro -, pero, 54 23| hechicero. -¿Sabes lo que digo, Millán? -repuso la muchacha -, 55 23| al sol de mayo. El buen Millán era de una índole excelente, 56 23| alegraréis. -Ese será mi fiel Millán -repuso al punto don Álvaro -, ¿ 57 23| acordar de mí en el mundo? Millán entonces, sin poderse contener, 58 23| levantándole: -No así, pobre Millán, sino en mis brazos, vamos, 59 23| seréis mientras yo viva. -No, Millán -respondió don Álvaro con 60 23| que me lo conceda. -No, Millán -respondió don Álvaro -, 61 23| aquellas. Con esto quedó Millán instalado en sus antiguas 62 23| arrepentirse nunca el buen Millán de su desprendimiento. ~ ~ ~ ~ 63 28| nuestro antiguo conocido Millán, y disfrazándose con los 64 28| Así es que el compañero de Millán le guió por medio de la 65 28| estaba de lado no podía Millán distinguir sus facciones, 66 28| claramente, mientras que Millán, sin atreverse a respirar, 67 28| acompañados de numerosos tragos. Millán entonces, dando gracias 68 28| acabó de persuadirse el buen Millán de la exactitud de las noticias 69 28| hito en hito, le dijo: -Millán, ¿quieres hacer lo que yo 70 28| entre sí, no bien salió Millán -. "¡Cielos divinos!, ¡dejadle 71 28| los sonidos, de modo que Millán y su amo iban oyendo el 72 28| y por el otro el conde. Millán entonces se levantó del 73 28| con un grito de horror. Millán, bien prevenido de antemano, 74 28| saltar dentro del torreón, y Millán entonces recogió su escala 75 28| rayaban en compasión -. Millán, vuélvete allá dentro. El 76 28| palabra se te escapa. El pobre Millán, aunque muy mohíno y volviendo 77 32| del torreón por mano de Millán le detuvieron unas ramas 78 33| con que el zascandil de Millán vuelva y con que el Gitano 79 34| ocurrido. Habíase adelantado Millán a la impensada nueva del 80 35| Álvaro y de su escudero Millán. -¡Ah, padre mío! -le dijo 81 38| de algunos días, el fiel Millán le encontró en una de las 82 38| don Alonso y seguido de Millán y otros dos o tres criados 83 Conc| de la linda Martina, de Millán y de Nuño, nada más de lo 84 Conc| su hija doña Beatriz, y Millán Rodríguez, escudero y paje 85 Conc| recibieron fue muy grande, y aun Millán pidió que le dejasen llevar 86 Conc| fue a vivir con Martina y Millán en cuya casa pasaba los