Cap.

 1      1|            En una tarde de mayo de uno de los primeros años del
 2      1|          el dominio del Bierzo. El uno de ellos, como de cincuenta
 3      1|           qué quieres, amigo? Cada uno arrima el ascua a su sardina,
 4      2|         pero de los primeros murió uno antes de salir de la infancia,
 5      2|             rama seca y estéril el uno, por su edad y sus votos,
 6      2|            entroncar su linaje con uno tan rico y poderoso, olvidó
 7      2|        pieles. En una palabra, era uno de aquellos hombres que
 8      3|          disputaban su alma, había uno que cuadraba muy bien con
 9      3|         acostumbrado benedicite, y uno que hacía la guardia en
10      4|           a su alcurnia, y tirando uno de ellos del cordel de una
11      4|            casa; vuestro padre fue uno de los pocos amigos que
12      4|        dijo el monje -, mirad bien uno de los grandes y muchos
13      5|        odian, no he oído hablar de uno que le venere y estime.
14      6|           el día de su partida fue uno de llanto y de consternación
15      7|     mientras sus corazones volaban uno en busca de otro en esta
16      8|           la entrevista, se adornó uno de los locutorios del convento
17      9|           padre no le ha dado sino uno. La abadesa accedió entonces,
18     10|           Paseábase, pues, solo en uno de los torreones que miran
19     10|       pediros ayuda y consejo. -Ni uno ni otro os faltarán. Habéis
20     11|            Por fin don Álvaro hizo uno de aquellos esfuerzos que
21     11| irresistible impulso, se arrojaron uno en brazos de otro, diciendo
22     12|          en un soberbio caballo en uno de los montes cercanos a
23     12|           a Villabuena y salir con uno al parecer escudero, por
24     12|           añadió con pesadumbre -, uno de los ancianos de nuestro
25     12|           parte a Melchor Robledo, uno de sus oficiales; y su castillo,
26     15|       paseando en la plataforma de uno de los torreones el resto
27     18|            a cual más desdichadas, uno por uno se disiparon tantos
28     18|           más desdichadas, uno por uno se disiparon tantos sueños
29     18|          la tarde serían cuando en uno de estos días dos caballeros
30     18|            cabello ensortijado. El uno de ellos, que parecía el
31     18|         pero no se las comunicaban uno a otro; y callados y absortos
32     18|       acercaron dos caballeros, el uno de esos nigrománticos de
33     18|         cierto, que el caballo del uno me parece que le conozco. -
34     18|           lo que vendrá, porque ni uno ni otro me han dado buena
35     19|       solos caballeros, anciano el uno, y el otro, aunque joven,
36     20|            muy hondo que caía bajo uno de los torreones angulares,
37     21|        tuve, don Juan de Lara, por uno de los más cumplidos caballeros
38     21|          entraron tres caballeros, uno de los cuales exclamó al
39     22|           el deseo de vengarse era uno de los más poderosos motivos
40     23|            que nunca; pero como ni uno ni otro quieren darse a
41     23|            qué después le tengan a uno por nigromante y hechicero. -¿
42     24|        desengaños de la vida en el uno, la ambición y codicia desapoderada
43     25|        propias, estaba entonces en uno de los más altos torreones
44     26|       entrar en el Sil. Desfilaban uno por uno con gran peligro
45     26|            Sil. Desfilaban uno por uno con gran peligro de ir a
46     26|      repitieron en voz baja y cada uno quedó en su sitio sin hablar
47     26|    batallan en el interior de cada uno. Por fin, las trompetas
48     26|            de granito, bajando por uno de los matacaspas, cayó
49     26|        descargarla sobre él cuando uno de sus deudos se interpuso.
50     26|            vuestro ídolo -Contestó uno que parecía el capitán -,
51     26|         Caballero Carvajal -dijo a uno de los suyos -, que se den
52     27|       vasallos de Arganza, que era uno de los blancos a que se
53     27|     oscuridad e hirió de soslayo a uno de ellos en un brazo. Apartáronse
54     27|           trémulo de despecho, por uno de aquellos esfuerzos propios
55     28|   alrededor de una gran hoguera, y uno de ellos, sentado en un
56     28|             Y es mañana? -preguntó uno. -No; mañana nos acercaremos
57     28|          se percibió más ruido que uno como de gente que después
58     28|          una escala de cuerda cada uno cayeron dentro de la plataforma
59     28|            mortal y recíproco. Por uno de aquellos accidentes atmosféricos
60     28|          que sólo con la muerte de uno de los dos podrá acallarse. -
61     28|            enemigos y peleando con uno de ellos. Al grito volvió
62     29|          almas bien nacidas, y que uno de nuestros antiguos poetas
63     32|    solemnidades de costumbre. Cada uno de los padres, con arreglo
64     32|         guerra. Beltrán de Castro, uno de los más cercanos deudos
65     32|          sobrado justa, de mí y de uno de nuestros más nobles caballeros.
66     32|        sería que lo poco bueno que uno hace lo fuese a pregonar
67     32|            y su poder. Privados de uno y otro, su posición quedaba
68     33|            y el temor, veía correr uno y otro día fijos los ojos
69     33|          pero tú no sabes que cada uno es un dardo agudísimo que
70     33|            en tierra y abrazando a uno de los recién venidos, le
71     34|    acciones, pero no dejaba de ser uno y bien halagüeño la afición
72     35|    acercaron para descubrir que el uno de ellos vestía el hábito
73     35|         acudido algunos criados, y uno de ellos, cogiendo una luz,
74     36|          sentimiento, que si en el uno se podía explicar por el
75     36|            pesadumbre, continuó el uno su viaje y dieron los otros
76     37|     semejantes paliativos, pero el uno por no dejar medio alguno
77     37|       aparecido Cosme Andrade como uno de aquellos ángeles que
78     38|           Dios que debía juzgar al uno de ellos dentro de pocas
79     38|           de una vez, pero este es uno de los mayores consuelos
80     38|       pendía en aquella ocasión de uno de los rayos luminosos del
81     38|            y sayal de peregrino de uno de sus antepasados que había
82   Conc|       antiguo escrito en latín por uno de los monjes de la casa,
83   Conc|            espalda, y es, en suma, uno de los puntos de vista más
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