Cap.

 1      1|           dijo: vamos hombre, bien está; todo ello no vale nada;
 2      2|        verdad lo que mi corazón me está presagiando desde que han
 3      3|                 Señor, el conde no está ya en Cacabelos, porque
 4      3|        masa atrevida y pintoresca. Está situado sobre un hermoso
 5      3|           padre. El conde de Lemus está ligado con él y, otros señores
 6      4|          cortada. -Vuestro corazón está ciego, pues no ve que doña
 7      5|       alguna vez, porque el camino está lleno de escollos y barrancos. -
 8      5|           el camino de la ambición está sembrado de dificultades
 9      5|            y el día de mañana sólo está en la mano de Dios, sosegaos,
10      7|  levantarse muy, pronto, porque ya está amaneciendo. -Preciso será,
11      8|           tan siquiera!... Pensado está -respondió don Alonso -,
12      9|           quedar sin padre! ¿Dónde está la madre abadesa que me
13      9|            de pararse! ¿Pero dónde está la madre abadesa? -Aquí -
14      9|           la yegua torda. -En casa está -respondió Bruno, así se
15      9|         una panera de gorda. Capaz está de llevarse encima el mismo
16      9|           fuente de Carracedo. -No está de sobra -replicó Martina -,
17     10|        lado de una cruz de piedra, está la mina del castillo, y
18     10|       bañados de lágrimas -, ahora está sentada en la soledad llorando,
19     11|        huiré con don Álvaro. -Bien está, bien está -repuso la doncella -,
20     11|           Álvaro. -Bien está, bien está -repuso la doncella -, pero
21     11|          de hielo y la dijo: -Todo está dispuesto, señora; no en
22     11|           mí misma porque mi razón está rodeada de tinieblas y mi
23     11|      palabras os revelarían lo que está pasando en mi pecho. Dentro
24     12|     nuestras madres y hermanas nos está vedado! Don Álvaro intentó
25     13|          tú, pobre Martina? ¿Dónde está mi madre?¡Me pareció oír
26     13|         tía mía! ¿Y mi padre dónde está? -Pronto vendrá -replicó
27     14|           con la mayor diligencia, está en la pendiente de una colina
28     14|  diciéndola... no, nada le digas. -Está bien, señor, si Dios os
29     15|        tropelías y maldades de que está siendo objeto esta ilustre
30     17|     apagada: -Hace muchos días que está pesando sobre mí una idea
31     17|          con la mía propia. ¿Dónde está el conde? Don Alonso hizo
32     18|       ceremonia. Como en el Bierzo está y estuvo siempre muy diseminada
33     18|         vuestra promesa? -Presente está en mi memoria, como si acabase
34     18|   amontonado en mi porvenir! -Todo está por demás entre nosotros -
35     19|    abandonan a los desgraciados? -¡Está bien, heridme, heridme en
36     19|      habéis vendido; mi corazón me está gritando que no habéis menester
37     20|         maravillará cuanto por vos está pasando; pero la salud de
38     20|            un rey, de Castilla; no está ya en su mano apretarme
39     21|          noble Saldaña, don Álvaro está en mi poder, ¿pero cómo
40     21|       estima en que lo teníais, os está esperando en el patio enjaezado;
41     21|         veo que vuestro corazón no está corrompido ni sordo a la
42     21|      añadió con impaciencia: -Bien está, pero no me interrumpáis
43     22|           coronarla. Nuestra orden está citada a juicio, suspensos
44     23|          bizarro de España! ¿Dónde está, Martina? ¿Dónde está?, ¡
45     23|        Dónde está, Martina? ¿Dónde está?, ¡que aunque sea al cabo
46     23|          de aspereza -; don Álvaro está desconocido desde sus malhadados
47     24|        serpiente de la calumnia lo está envolviendo en sus anillos
48     24|           no hará sin duda, porque está visto que soy un podenco
49     25|       avanzadas han desaparecido y está cegado el foso de todo punto,
50     25| direcciones inciertas y tortuosas. Está vestida de castaños bravos
51     25|    recuerdos. Al pie de la montaña está fundada la aldea de las
52     25|           larga y pendiente? -Todo está previsto -respondió el anciano -,
53     25|          el anciano -, la escalera está llena de tierra para que
54     26|           idos a Cabrera, que allí está Andrade, y al que intente
55     27|            señor? -Sí, pero en eso está el peligro, porque con esa
56     27|             contestó Andrade, pero está defendida y por allí no
57     28|            los sitiadores. -¿Dónde está don Álvaro? -preguntó mirando
58     28|       fuertemente a las almenas. -¿Está seguro? -preguntó desde
59     28|      inesperada respuesta. -¿Dónde está, pues? -exclamó con ansiedad.
60     29|         cuantos la conocían. Claro está que hablamos de doña Beatriz,
61     29|       desnudas ya de sentido, como está desnudo de lozanía el árbol
62     29|            sus pasos, pero su juez está en el cielo, y a su clemencia
63     31|            contestó el religioso - está en las manos de Dios, que
64     31|           de suavísimo declive que está debajo del pueblo del Lago
65     31|          No lejos de esta ensenada está el pueblo de Carucedo, sentado
66     33|          mano a su hija: -La tarde está muy hermosa y bien decías
67     33|         todo el pueblo de Carucedo está allí. Oye, oye, cómo gritan
68     35|       vanidad de nuestra sabiduría está la bondad de Dios. -¿Y vos
69     36|         que cuando yo la encuentro está ya separada de la planta
70     36|   sosegadamente, aunque su corazón está en otra parte, como el mío. ¿
71     36|                 Oh, cielo santo!, ¡está absuelto de todas las acusaciones
72     36|         los caminantes: "¿En dónde está mi bien amado?" ¡Ah, yo
73     37|            una cartera verde, aquí está la bula del Papa, y en ella
74     37|       exclamó con voz ronca: -¡Ahí está!, ¡ahí está!, ¿no la veis
75     37|           ronca: -¡Ahí está!, ¡ahí está!, ¿no la veis cómo se llega
76     38|         año que una voz secreta me está pronosticando este paradero,
77   Conc|            de sus fundadores, pues está montado sobre un precipicio
78   Conc|        montaña es muy pelada, pero está cubierta de plantas medicinales
79   Conc|    penitencia; pero como la ermita está cubierta de nieve gran parte
Best viewed with any browser at 800x600 or 768x1024 on Tablet PC
IntraText® (VA2) - Some rights reserved by EuloTech SRL - 1996-2010. Content in this page is licensed under a Creative Commons License