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Alfabética [« »] esquivado 1 esquivar 1 esta 139 está 79 ésta 9 estaba 138 estabais 1 | Frecuencia [« »] 81 nos 80 manos 80 rey 79 está 79 señora 78 aquellos 77 ellos | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias está |
Cap.
1 1| dijo: vamos hombre, bien está; todo ello no vale nada; 2 2| verdad lo que mi corazón me está presagiando desde que han 3 3| Señor, el conde no está ya en Cacabelos, porque 4 3| masa atrevida y pintoresca. Está situado sobre un hermoso 5 3| padre. El conde de Lemus está ligado con él y, otros señores 6 4| cortada. -Vuestro corazón está ciego, pues no ve que doña 7 5| alguna vez, porque el camino está lleno de escollos y barrancos. - 8 5| el camino de la ambición está sembrado de dificultades 9 5| y el día de mañana sólo está en la mano de Dios, sosegaos, 10 7| levantarse muy, pronto, porque ya está amaneciendo. -Preciso será, 11 8| tan siquiera!... Pensado está -respondió don Alonso -, 12 9| quedar sin padre! ¿Dónde está la madre abadesa que me 13 9| de pararse! ¿Pero dónde está la madre abadesa? -Aquí - 14 9| la yegua torda. -En casa está -respondió Bruno, así se 15 9| una panera de gorda. Capaz está de llevarse encima el mismo 16 9| fuente de Carracedo. -No está de sobra -replicó Martina -, 17 10| lado de una cruz de piedra, está la mina del castillo, y 18 10| bañados de lágrimas -, ahora está sentada en la soledad llorando, 19 11| huiré con don Álvaro. -Bien está, bien está -repuso la doncella -, 20 11| Álvaro. -Bien está, bien está -repuso la doncella -, pero 21 11| de hielo y la dijo: -Todo está dispuesto, señora; no en 22 11| mí misma porque mi razón está rodeada de tinieblas y mi 23 11| palabras os revelarían lo que está pasando en mi pecho. Dentro 24 12| nuestras madres y hermanas nos está vedado! Don Álvaro intentó 25 13| tú, pobre Martina? ¿Dónde está mi madre?¡Me pareció oír 26 13| tía mía! ¿Y mi padre dónde está? -Pronto vendrá -replicó 27 14| con la mayor diligencia, está en la pendiente de una colina 28 14| diciéndola... no, nada le digas. -Está bien, señor, si Dios os 29 15| tropelías y maldades de que está siendo objeto esta ilustre 30 17| apagada: -Hace muchos días que está pesando sobre mí una idea 31 17| con la mía propia. ¿Dónde está el conde? Don Alonso hizo 32 18| ceremonia. Como en el Bierzo está y estuvo siempre muy diseminada 33 18| vuestra promesa? -Presente está en mi memoria, como si acabase 34 18| amontonado en mi porvenir! -Todo está por demás entre nosotros - 35 19| abandonan a los desgraciados? -¡Está bien, heridme, heridme en 36 19| habéis vendido; mi corazón me está gritando que no habéis menester 37 20| maravillará cuanto por vos está pasando; pero la salud de 38 20| un rey, de Castilla; no está ya en su mano apretarme 39 21| noble Saldaña, don Álvaro está en mi poder, ¿pero cómo 40 21| estima en que lo teníais, os está esperando en el patio enjaezado; 41 21| veo que vuestro corazón no está corrompido ni sordo a la 42 21| añadió con impaciencia: -Bien está, pero no me interrumpáis 43 22| coronarla. Nuestra orden está citada a juicio, suspensos 44 23| bizarro de España! ¿Dónde está, Martina? ¿Dónde está?, ¡ 45 23| Dónde está, Martina? ¿Dónde está?, ¡que aunque sea al cabo 46 23| de aspereza -; don Álvaro está desconocido desde sus malhadados 47 24| serpiente de la calumnia lo está envolviendo en sus anillos 48 24| no hará sin duda, porque está visto que soy un podenco 49 25| avanzadas han desaparecido y está cegado el foso de todo punto, 50 25| direcciones inciertas y tortuosas. Está vestida de castaños bravos 51 25| recuerdos. Al pie de la montaña está fundada la aldea de las 52 25| larga y pendiente? -Todo está previsto -respondió el anciano -, 53 25| el anciano -, la escalera está llena de tierra para que 54 26| idos a Cabrera, que allí está Andrade, y al que intente 55 27| señor? -Sí, pero en eso está el peligro, porque con esa 56 27| contestó Andrade, pero está defendida y por allí no 57 28| los sitiadores. -¿Dónde está don Álvaro? -preguntó mirando 58 28| fuertemente a las almenas. -¿Está seguro? -preguntó desde 59 28| inesperada respuesta. -¿Dónde está, pues? -exclamó con ansiedad. 60 29| cuantos la conocían. Claro está que hablamos de doña Beatriz, 61 29| desnudas ya de sentido, como está desnudo de lozanía el árbol 62 29| sus pasos, pero su juez está en el cielo, y a su clemencia 63 31| contestó el religioso - está en las manos de Dios, que 64 31| de suavísimo declive que está debajo del pueblo del Lago 65 31| No lejos de esta ensenada está el pueblo de Carucedo, sentado 66 33| mano a su hija: -La tarde está muy hermosa y bien decías 67 33| todo el pueblo de Carucedo está allí. Oye, oye, cómo gritan 68 35| vanidad de nuestra sabiduría está la bondad de Dios. -¿Y vos 69 36| que cuando yo la encuentro está ya separada de la planta 70 36| sosegadamente, aunque su corazón está en otra parte, como el mío. ¿ 71 36| Oh, cielo santo!, ¡está absuelto de todas las acusaciones 72 36| los caminantes: "¿En dónde está mi bien amado?" ¡Ah, yo 73 37| una cartera verde, aquí está la bula del Papa, y en ella 74 37| exclamó con voz ronca: -¡Ahí está!, ¡ahí está!, ¿no la veis 75 37| ronca: -¡Ahí está!, ¡ahí está!, ¿no la veis cómo se llega 76 38| año que una voz secreta me está pronosticando este paradero, 77 Conc| de sus fundadores, pues está montado sobre un precipicio 78 Conc| montaña es muy pelada, pero está cubierta de plantas medicinales 79 Conc| penitencia; pero como la ermita está cubierta de nieve gran parte