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Alfabética [« »] anciana 2 ancianas 1 ancianidad 1 anciano 76 ancianos 6 áncora 1 anda 8 | Frecuencia [« »] 79 señora 78 aquellos 77 ellos 76 anciano 76 buen 76 casa 76 tenía | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias anciano |
Cap.
1 3| aposento de su tío. Era este un anciano venerable, alto y flaco 2 3| cobre, y don Álvaro hizo al anciano una prolija relación de 3 3| rumores que circulaban, y, el anciano, apoyándose en su hombro, 4 3| Nosotros somos - contestó el anciano - los que nos hemos desviado 5 3| flaquezas que abriga este anciano corazón, pero el Señor también 6 5| la ternura de aquel buen anciano por el único pariente que 7 6| trabajo en balde el que el anciano señor se tomaba. Doña Beatriz 8 10| afirmación con la cabeza, y el anciano, después de examinarle atentamente, 9 10| por fin, con un suspiro el anciano comendador -. ¡Cuánto más 10 10| fuertemente la mano del anciano y le dijo conmovido: -Dichoso 11 11| Infeliz! -contestó el anciano -, los ojos de tu alma están 12 11| criada a Villabuena. El anciano entonces dio un corto silbido, 13 12| día anterior. Escuchóle el anciano con vivo interés, y al acabar 14 12| al punto a Castilla, y el anciano se lo aprobó, no sólo porque 15 13| de repugnancia. Un monje anciano de Carracedo, muy versado 16 13| en un abundante sudor. El anciano se acercó entonces a ella, 17 16| triste y sentida que haría el anciano maestre al escudero de su 18 17| morir en la soledad a tu anciano padre, el Señor te perdone 19 18| movimientos, parecía un poco más anciano, era sin duda un templario, 20 18| una dama? -Dejadle, noble anciano -repuso doña Beatriz -; 21 18| Sosegaos, señora -contestó el anciano -, la fuga nos deshonraría 22 19| con dos solos caballeros, anciano el uno, y el otro, aunque 23 19| comendador. -Verdad es -repuso el anciano conmovido -, pero recordad 24 19| aquel día. La conducta del anciano había sido realmente culpable, 25 19| desgarrar las entrañas del anciano que terminó su relación 26 19| el semblante alterado del anciano que, clavados los ojos en 27 19| me viera a mí! -repuso el anciano, meneando la cabeza -; ¡ 28 21| Ligaban a este caballero y al anciano comendador vínculos muy 29 21| labios la arrugada mano del anciano -; pero ¿cómo conservar 30 22| de dolor había hecho el anciano con la noticia de su muerte 31 22| y de la no menor que al anciano dominaba, no sabiendo cómo 32 22| Saldaña y otro caballero muy, anciano vinieron a buscar a don 33 22| presencia de un padre ya anciano, lleno de pesares y penetrado 34 24| ángel de Dios -replicó el anciano -, sino por la mía. ¡Quiera 35 25| nada quedó que desear al anciano caballero, más poseído que 36 25| está previsto -respondió el anciano -, la escalera está llena 37 25| Don Álvaro -le dijo el anciano con severidad -, hace muchos 38 27| honrosas con el conde. El anciano comendador dio por respuesta 39 28| recurso se le ocurrió al anciano comendador, una salida repentina 40 28| quisieron interrumpirle, pero el anciano los acalló al punto. -Nada 41 28| sin embargo, una vez al anciano mal reparado le tiró un 42 29| la puerta y aparecer el anciano, se disipó su turbación, 43 29| hecho tanto daño como este anciano, que siempre hubiera dado 44 29| misericordia divina -contestó el anciano que ya, sobresaltado por 45 30| Álvaro -le dijo de nuevo el anciano -, ¿creéis que doña Beatriz 46 30| don Álvaro -contestó el anciano -, y con eso no me ultrajan. 47 30| atender a las razones del anciano, tomó el camino de Cabrera 48 31| de acompañar a su padre anciano y la seguridad de que los 49 31| mandó inmediatamente por el anciano monje de Carracedo, que 50 31| se apoyó en el brazo del anciano y lentamente bajó la escalera 51 32| sus votos a don Álvaro. El anciano monje, a quien no se le 52 32| barbacana bajo el hacha del anciano guerrero. Asimismo recordarán 53 32| los padres, acusando al anciano de haber usado malas artes 54 32| venerables -contestó el anciano -, no por rebeldía ni deslealtad 55 32| encendidos como brasas en el anciano caballero. Su mano se encaminó 56 33| Hija mía -respondió el anciano -, ¿te acuerdas de que el 57 33| consoladoras palabras. El anciano le dirigió una mirada tan 58 33| un poco más -respondió el anciano -, y dime todas tus dudas 59 34| rodearían por todas partes. El anciano se mantuvo inflexible como 60 34| había traído al mundo. El anciano le consoló como pudo, exhortándole 61 34| zozobras asaltaban el alma del anciano y privaban a su voz de aquel 62 35| más terrible recelo. El anciano médico de Carracedo se manifestaba 63 35| estaba allí a la sazón el anciano físico de Carracedo que 64 35| hija mía! -le respondió el anciano -, no me destroces el corazón. ¿ 65 35| Beatriz! -contestó el anciano con un acento terrible -, 66 35| dispuesto. Ni su padre ni el anciano religioso se apartaron sino 67 35| la habitación, menos el anciano monje y Martina. Don Álvaro 68 36| cubrió de una nube, pero el anciano, con gran prudencia y con 69 37| fuerzas de la enferma, que el anciano médico había encargado el 70 37| levantaban en su corazón. El anciano médico, al contrario, no 71 37| abandonado y sin brío. El anciano médico, que con tanta prolijidad 72 38| de mi dolor! -exclamó el anciano -, tú eras mi postrer esperanza 73 38| alivio a entrambos, y el anciano juntó la mano poderosa de 74 38| desmentido y lo mismo al anciano médico que en su larga enfermedad 75 Conc| órdenes, y entre ellos el anciano maestre de Castilla, don 76 Conc| atención. Componíase de un anciano que pasaba ya de los sesenta;