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Alfabética [« »] exclamando 2 exclamar 1 exclamaron 3 exclamó 66 excluyó 1 excusa 1 excusaba 1 | Frecuencia [« »] 68 mundo 67 cómo 67 nunca 66 exclamó 66 hubiera 66 semejante 65 valor | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias exclamó |
Cap.
1 1| Valientes herejes y hechiceros exclamó entre dientes Mendo.~ ~ -¿ 2 1| Gallardo lance, por vida mía -exclamó Mendo con un entusiasmo 3 2| Ah!, ninguno, ninguno -exclamó doña Beatriz, retorciéndose 4 2| dulces alegrías? -Beatriz exclamó don Álvaro -, si me amáis, 5 3| parte. -Conque, es decir -exclamó don Álvaro -, que no me 6 3| alegría de toda la tierra! -exclamó con voz solemne, ¡en ti 7 3| pero ¡que se guarden! -exclamó con voz de trueno -, allí 8 5| Y yo, miserable mujer -exclamó doña Blanca haciendo los 9 7| seré suya. -¡Doña Beatriz! -exclamó de repente una voz detrás 10 7| ella. -Jesús mil veces -exclamó acercándose involuntariamente 11 10| Cedrón? -¡Qué sino confío! -exclamó el caballero con una voz 12 11| Es verdad, es verdad! -exclamó ella espantada y revolviendo 13 11| contestó ella. -Doña Beatriz -exclamó don Álvaro con una voz que 14 13| profundo suspiro y luego exclamó vivamente: ¡No importa, 15 13| mi madre, mi pobre madre -exclamó con pesadumbre, ¡ah!, ¡yo 16 13| la que podía suponerse, exclamó prorrumpiendo en llanto: -¡ 17 15| mayores. ¡Válgame Dios! -exclamó en voz imperceptible ¿y 18 16| cuerpo! -Sí, sí, tenéis razón exclamó ella apartándola -; pero 19 18| huesa. -¡Justicia divina! -exclamó ella con el acento de la 20 18| y bajamente. -¡Ah!, ¡no! exclamó doña Beatriz juntando las 21 18| conde de Lemus. -Beatriz -exclamó el caballero -, por vos, 22 18| Ay, señora de mi alma! -exclamó Martina acongojada -, ¿qué 23 19| cartera. -¡Ah, traidor! -exclamó el conde desenvainando la 24 19| cuando el asunto de Monforte -exclamó el templario con amargura. - 25 19| soplo de contrarios vientos, exclamó entonces fuera de sí con 26 19| mi conciencia culpable! -exclamó el señor de Arganza, tapándose 27 20| entregar. -¿Y es posible -exclamó el último - que un caballero 28 21| caballeros, uno de los cuales exclamó al momento: -¿Dónde estáis, 29 21| vilipendiarla así? -Don Álvaro -exclamó Lara interponiéndose, ¿es 30 23| Ay, Millán de mi alma! -exclamó Martina, saliéndole al encuentro 31 23| santísima de la Encina! -exclamó el escudero santiguándose ¿ 32 23| Cornatel. -¡Virgen purísima! -exclamó Millán cruzando las manos 33 23| Pero ¡válgame Dios! -exclamó como sorprendido -, ¡y yo 34 23| decírselo: -¡Dios de mi alma! -exclamó el mozo consternado -, ¿ 35 23| Pero, señor, ¿es posible exclamó el escudero - que después 36 26| desventuras, cielos despiadados? -exclamó él, levantando al cielo 37 27| montañés enseguida y el conde exclamó entonces con irónica sonrisa: -¡ 38 28| respuesta. -¿Dónde está, pues? -exclamó con ansiedad. Entonces se 39 29| Sois vos, doña Beatriz? -exclamó con el acento de la sorpresa. -¿ 40 29| muerto como había vivido -exclamó el abad sin poder enfrenar 41 29| desgraciado, infeliz de él! exclamó doña Beatriz, juntando las 42 29| es tarde, ya es tarde! -exclamó ella con un acento que partía 43 29| tierra de mi sepultura. ¡Ah! -exclamó retorciéndose las manos 44 30| sí. -¡Oh, noble Saldaña! -exclamó el joven, precipitándose 45 30| empañaban sus cansados ojos, exclamó con una voz que parecía 46 32| testigos. -¿Sois vos, Andrade? -exclamó Castro sorprendido con esta 47 32| Con los tres haré campo -exclamó Beltrán en el mismo tono. - 48 33| que, soltando un grito, exclamó con una impetuosidad que 49 33| y para todos tus rocines exclamó enojada Martina -, calla, 50 33| tardó mucho en comprender, exclamó entonces: -Gracias mil sean 51 35| como el de una montaña! -exclamó pugnando por incorporarse 52 35| lanzando un profundo suspiro, exclamó: -Y sin embargo, mi ensueño 53 35| Arganza. -¡Él es!, ¡él es! -exclamó doña Beatriz con la mayor 54 35| amargura! -¡Ah, señora! -exclamó él presentándose de repente, 55 35| determinación sólo por amor mío? -exclamó ella clavando en su padre 56 36| tengo ningunas!, ¡ningunas! -exclamó don Álvaro sin recogerla. - 57 37| aparte de mi cabecera! -exclamó doña Beatriz mirándola con 58 37| los brazos hacia la orilla exclamó: -¡Es mi padre!, ¡mi padre 59 37| día! -¡In feliz padre! -exclamó el abad volviéndose hacia 60 37| y corona de mis canas! -exclamó queriendo acercarse a ella, 61 37| convulsivamente el brazo de su amante, exclamó con voz ronca: -¡Ahí está!, ¡ 62 38| tiempos. -¡Hermoso día! -exclamó, en fin, con voz melancólica, 63 38| Oh, hija de mi dolor! -exclamó el anciano -, tú eras mi 64 Conc| santísima de la Encina! -exclamó la mujer dando un descompasado 65 Conc| Bembibre! -¿Quién decís? -exclamó el viejo atropellado por 66 Conc| Beatriz mía, hija de mi alma -exclamó su madre alzándola en sus