Cap.

 1      2|       errantes y empañados de lágrimas ora en los celajes del ocaso,
 2      2|      hermosos ojos bañados en lágrimas, y dijo con una voz tan
 3      2|      esfuerzo, se deshacía en lágrimas amargas.
 4      5|      le arrasaron los ojos de lágrimas pensando que tanta hermosura
 5      5|       doña Blanca deshecha en lágrimas, y doña Beatriz comprimiendo
 6      6|     apenas podía contener las lágrimas. Don Alonso daba a entender
 7      6|     brazos, y enjugándose las lágrimas bajó al patio donde casi
 8      7|      exaltaba hasta mirar sus lágrimas y tribulaciones como otras
 9      7|  huella del insomnio y de las lágrimas. ¿No se ha resentido vuestra
10      7|       descompuesto y lleno de lágrimas, y el cabello tendido, y
11      8|       vertiendo un diluvio de lágrimas, le dijo con la mayor angustia: -¡
12     10|       a lavar, y con nuestras lágrimas en las ruinas del palacio
13     10|      los ojos casi bañados de lágrimas -, ahora está sentada en
14     10|       hilo en la noche, y sus lágrimas en sus mejillas. El laúd
15     11|    que deciros, porque ni las lágrimas, ni los lamentos, ni las
16     11|       medio de un torrente de lágrimas: -Sí, sí, en mis brazos,
17     13|     almohadas en medio de las lágrimas de las dos señoras, y comenzó
18     13|      vida! Ved que no son mis lágrimas las solas que correrán por
19     13|   comunidad, toda deshecha en lágrimas, acudió a la ceremonia,
20     13|       cuánto me alivian estas lágrimas, únicas dulces que he vertido
21     13|   largo rato; tantas eran las lágrimas que se habían helado en
22     16|       adrede para excitar sus lágrimas, y sobre todo los consuelos
23     17|      tarde, de manera que las lágrimas, los lamentos y los cánticos
24     18| corazón y sólo un torrente de lágrimas podía hacer cesar la opresión
25     18|      otra vez a este valle de lágrimas y delitos que no te merecía?
26     18|    fin, dos hilos copiosos de lágrimas comenzaron a correr por
27     18|      en este angosto valle de lágrimas. -Ni en vos cabía la sublimidad
28     22|   regado por la fuente de las lágrimas brota tal vez alguna hoja
29     23|   rodillas y prorrumpiendo en lágrimas y sollozos que no le dejaban
30     24|    virtió, sin embargo, pocas lágrimas. Aquel noble carácter cada
31     29|      la oían, se deshacían en lágrimas de que no acertaban a darse
32     29|    del pecho, y un diluvio de lágrimas corre por mis mejillas.
33     29|     sojuzgar, y secándose las lágrimas -, hágase su voluntad y
34     29|    sus ojos, nublados por las lágrimas y acostumbrados a las tinieblas
35     30|   procurando reprimir algunas lágrimas de coraje que se asomaban
36     30|   apenas podían disimular sus lágrimas. El mismo tesón con que
37     30|     el escudo a través de las lágrimas que empañaban sus cansados
38     31|   Álvaro para siempre. Si sus lágrimas hubieran corrido en abundancia,
39     33|      través del prisma de las lágrimas, sólo tiene resplandores
40     33|     con los ojos arrasados en lágrimas había visto aquella escena,
41     34|   aparte a Saldaña, y con las lágrimas en los ojos le volvió a
42     34|       de muchos abrazos y aun lágrimas, subió el montañés en su
43     35|     que ni la oración, ni las lágrimas, ni la enfermedad han podido
44     35|  oscuridad para enjugarse las lágrimas de que estaban preñados
45     36|      campos su corona verde; ¡lágrimas sólo quedan a la lira!~ ~ ~ ~
46     36|  tantas horas de soledad y de lágrimas! ¡Si un paraíso había de
47     36|      de su flaqueza; pero las lágrimas, que tanto alivian el corazón
48     37|  apartaba la suya, bañados en lágrimas sus párpados. Las palabras
49     37|       estaban mojados con mis lágrimas, y ahora ya no me quedan
50     37|       y ahora ya no me quedan lágrimas, si no son las de la alegría!
51     37|      tus ojos, a pesar de mis lágrimas, ¿no es verdad?... ¡No,
52     38|    espantados la miraban, las lágrimas se agolparon a sus párpados.
53     38| divina luz, seguro es que las lágrimas se secarían en ellos o que
54     38|    esos he derramado; cuantas lágrimas he podido enjugar esas he
55     38|   enjugándole con la suya las lágrimas que la atribulada doncella
56   Conc|     dichosos en este valle de lágrimas. Los cuatro, pues, entraron
57   Conc|    con ojos llenos también de lágrimas y medio aturdida con lo
58   Conc|     les anublaban los ojos en lágrimas cuando recordaban el fin
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