Cap.

 1      3|           que en el egoísmo de su dolor se había olvidado de los
 2      4|           benigno y paternal. ¡Oh dolor! -añadió levantando las
 3      5|           los mayores extremos de dolor -, que con mi necia prudencia
 4      7|       presenta con más atavíos de dolor y de grandeza, pero doña
 5      7|         del martirio, entonces el dolor mismo lo graba profundamente
 6     11|         mi razón se extravía y el dolor llega a hacerme olvidar
 7     13|   porvenir, yacía en el lecho del dolor mirando con ojos encendidos
 8     13|            soltó la compresa a su dolor y a sus quejas, y se desató
 9     13|         si así se abandonaba a su dolor, mal podía aprovechar las
10     14|           de rabia, de temor y de dolor se mezclaban con las órdenes
11     15|           dientes con muestras de dolor y de cólera. Por fin, enfrenando
12     15|         espanto, la sorpresa y el dolor; pero en cuanto pudo moverse
13     15|      sencillez e ingenuidad de su dolor, hasta que llegando a decir
14     16|      convalecencia de su hija. El dolor y la alegría sucesivamente
15     16|      aunque ajada por la mano del dolor, parecía desprenderse de
16     17|           el arrebato de un justo dolor. Adrede he dejado pasar
17     17|       joven, en el extravío de su dolor, no pudo menos de atribuirse
18     17|           remordimiento. Hasta el dolor de su padre parecía oprimirla
19     17|       separarla de aquel sitio de dolor. El abad y don Alonso se
20     18|           su vida, las escenas de dolor que las habían seguido,
21     19|        hombre, luchad con vuestro dolor y no estanquéis la sangre
22     19|         disteis en un arrebato de dolor. -Pues ahora la ratifico. ¿
23     19|           sí con la expresión del dolor más profundo: -¡Beatriz! ¡
24     19|            Hija mía!, ¡hija de mi dolor! ¿Y soy yo el que te he
25     22|          porque tales extremos de dolor había hecho el anciano con
26     22|       aparente tranquilidad -, tu dolor es justo, y natural tu determinación;
27     22|       votos le causo profundísimo dolor. ¿Qué podía esperar? ¿Qué
28     22|           si no florece cuando el dolor ha trocado su campo en arenal,
29     28|        había visto con grandísimo dolor el fin de aquel poderoso
30     29|          prepararse por medio del dolor y de la virtud a las místicas
31     29|      Temple, aconsejado más de su dolor que de su prudencia, la
32     29|          alma de las heces que el dolor había dejado en su fondo
33     29| acostumbrados a las tinieblas del dolor, se sintiesen más ofendidos
34     30|          de dar vado a su intenso dolor, contó a don Álvaro el desaliento
35     33|          comunica en su alegría o dolor. Los acerbos golpes que
36     33|    alterarse sus facciones con el dolor, y clavando en mí los ojos
37     34|      extremo de la ansiedad y del dolor al de la esperanza y alegría.
38     34|       pero en Lara se mezclaba al dolor el más vivo remordimiento,
39     34|            soltó la compresa a su dolor, y maldijo mil veces del
40     35|        postrada a los embates del dolor, no bien sintieron flojas
41     35|        conocimiento. Quejábase de dolor y opresión en el lado izquierdo
42     36|         las primeras congojas del dolor, me pareció oír una voz
43     37|  oscurecidas bajo las sombras del dolor y la enfermedad habían comenzado
44     37|         pudo contener un gesto de dolor. Saliéronse los tres del
45     37|          más, lanzó un alarido de dolor a un tiempo y de alegría,
46     38|          de vos? -¡Oh, hija de mi dolor! -exclamó el anciano -,
47     38|       acudido a aquella escena de dolor, y la presenciaban como
48     38|           hacer extremo alguno de dolor, se salió y montando en
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