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Alfabética [« »] tardaré 2 tardarían 2 tardaron 10 tarde 43 tardía 1 tardío 1 tardíos 1 | Frecuencia [« »] 43 capítulo 43 decir 43 nadie 43 tarde 42 alegría 42 enemigos 42 hacia | Enrique Gil y Carrasco El Señor de Bembibre Concordancias tarde |
Cap.
1 1| Capítulo I~ ~ En una tarde de mayo de uno de los primeros 2 2| estado de las cosas en la tarde que los criados de don Alonso 3 2| era difícil imaginar una tarde más deliciosa. Nadie pudiera 4 3| en Cacabelos, porque esta tarde, antes de salir yo, llegó 5 5| propósito. Así pues, una tarde que doña Beatriz, sentada 6 7| pájaros cantaban por la tarde, sólo de vos me hablaban 7 9| porque mañana ya será tarde. -¿Y dejando a tu señora 8 9| el accidente que le da de tarde en tarde, y sin más ni más 9 9| accidente que le da de tarde en tarde, y sin más ni más vino a 10 11| dolorida. Llegó, por fin, la tarde, y como no se dispusiese 11 11| acostumbrados paseos. Era la tarde purísima y templada, y la 12 15| hubiera sido más rápida. Una tarde entró don Juan de Lara en 13 15| torreones el resto de la tarde con pasos desiguales, hablando 14 16| familia de Arganza, cuando una tarde de verano estaban sentadas 15 16| siguiente, hasta que por la tarde se levantó, por fin, una 16 17| por fin, aquella misma tarde, de manera que las lágrimas, 17 18| cárcel, acabaría no muy tarde por levantar el vuelo desde 18 18| invierno. Las tres de la tarde serían cuando en uno de 19 18| Bierzo abajo. Aquella misma tarde doña Beatriz, acompañada 20 18| decidida. -Bien veis que ya es tarde -dijo entonces don Álvaro -, 21 19| con las escenas de aquella tarde andaba muy confusa y pesarosa. 22 21| hábito del Temple que lo que tarde en llegar a Ponferrada. 23 24| de Villabuena en la misma tarde a cumplir, como bien nacido, 24 25| sin duda despertarán muy tarde de su sueño. -¿Me perdonaréis 25 29| mediaciones pacíficas, y más tarde los preparativos que como 26 29| que sucederá. -¡Ah, ya es tarde, ya es tarde! -exclamó ella 27 29| Ah, ya es tarde, ya es tarde! -exclamó ella con un acento 28 29| partía el corazón. -Nunca es tarde para la misericordia divina - 29 29| exclamación. -Sí, ya es tarde, os digo -replicó ella con 30 29| alzándose la visera como en la tarde del soto me dice de nuevo 31 29| desesperadamente, ¡ya es tarde, ya es tarde! Quedóse el 32 29| desesperadamente, ¡ya es tarde, ya es tarde! Quedóse el abad como de 33 29| Beatriz, para Dios nunca es tarde, ni en su poder puede poner 34 31| enterrada doña Blanca, y por la tarde, apoyada en Martina y en 35 33| frondosidad marchita. Una tarde que estaba entregada a semejantes 36 33| presentando la mano a su hija: -La tarde está muy hermosa y bien 37 35| mío, considerad que ya es tarde y que a vuestra vuelta sólo 38 35| estas alternativas pasó la tarde, hasta que, entrando la 39 36| que me prometéis llegará tarde. Enseguida llamó a Martina 40 36| amor? -Mi padre volverá tarde -respondió ella con acento 41 37| cerca de la caída de la tarde, se reanimó de una manera 42 37| últimos resplandores de la tarde por entre las hojas de los 43 37| como al sol el lucero de la tarde. ¿Me oyes, don Álvaro?~ ~ -