Cap.

 1      3|   inclinarse del lado de nuestros enemigos. Nuestros hermanos gimen
 2      4|           delante de un número de enemigos conocidamente superiores;
 3     12|          menoscabo al de nuestros enemigos. Harto conocido le tengo;
 4     14|          de Lara, antes entre sus enemigos era donde pensaba servirle
 5     14|      noche estaba muy oscura, los enemigos se aumentaban sin cesar,
 6     14|   horrible de veras. Por fin, los enemigos empezaron a extenderse por
 7     14|       arrancarle del poder de los enemigos; pero el número de éstos
 8     19|         medio de los encarnizados enemigos, dijo al conde con tranquila
 9     19|       harto mejor armados que sus enemigos y montados además en arrogantes
10     19|       mirando con altanería a sus enemigos, como si los papeles estuviesen
11     20|        defenderse de los desmanes enemigos. Esta nueva prueba de confianza
12     21|         defendido contra vuestros enemigos, viendo que no degenerabais
13     22|        desvalidos en manos de sus enemigos declarados, y apoyados los
14     22|           alistaré entre vuestros enemigos los caballeros de San Juan.
15     24|        indefensos en manos de sus enemigos, y que en sus castillos
16     24|        tenían aún en la Península enemigos en quien continuar la gloriosa
17     24|          que vais a combatir como enemigos hay una persona a quien
18     25|    Cualquiera que ella fuese, los enemigos tardaron poco en llenar
19     25|       suyos a dos tan aborrecidos enemigos, se apresuró a trazar aquel
20     25|    castillo, cuando alguno de los enemigos se descubría, al punto lo
21     26| ahuyentarlos, sino de coger a los enemigos por la espalda. Saldaña,
22     26|          y menos diestros que sus enemigos, naturalmente llevaban lo
23     26|        que aprenda a tratar a sus enemigos, y acompañadle vos hasta
24     27|   sobrepujaban aquellos soberbios enemigos, y deseoso de borrar su
25     28|          Una vez dueños de él los enemigos, como ningún género de obstáculo
26     28|           siguiente volvieron los enemigos a ocupar sus antiguas posiciones,
27     28|       podía ser el intento de los enemigos, que sin duda, al abrigo
28     28|       acechando la llegada de los enemigos, y muy especialmente la
29     28|       escudero de la vista de sus enemigos, con todo, para mejor asegurar
30     28|         ganchos de hierro que los enemigos más delanteros iban fijando
31     28|       todavía los separaba de los enemigos. Por fin la voz se oyó muy
32     28|           la flojedad con que los enemigos continuaban en su bien comenzado
33     28|        conocidamente falsa de los enemigos podría tener relación con
34     28|          caudillo en poder de los enemigos y peleando con uno de ellos.
35     30|       bien se habían retirado los enemigos después de la muerte de
36     30|      ronca: -En verdad que si los enemigos de nuestra orden logran
37     30|           a la merced de nuestros enemigos -respondió Saldaña procurando
38     30|    guerreros indomables y jurados enemigos de los infieles que entonces
39     30|          de la desgracia para sus enemigos, y esto cabalmente fue lo
40     32|      mayor parte de ellos por los enemigos de aquella gloriosa institución,
41     32|          aun sus más encarnizados enemigos hubieron de contentarse
42     33|          no infundir recelo a sus enemigos. ¿No sabéis también cuánto
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