Cap.

 1      1|        criados de don Álvaro nunca fueron espías, ni mal intencionados,
 2      2|            suya. El acento con que fueron pronunciadas aquellas cortas
 3      8|           encierro de doña Beatriz fueron, efectivamente, para el
 4     11|       conde y del señor de Arganza fueron al convento llevando los
 5     12|           señalado a doña Beatriz, fueron otros tantos rayos de luz
 6     12|        consecuencias de esta falta fueron las que se propuso atajar.
 7     12|            todas estas mercedes no fueron bastantes a corregir sus
 8     12|            moviéronse de Carrión y fueron a ponerse sobre Tordehumos
 9     13| correspondía decididamente. Muchos fueron los tragos y tajadas con
10     14|            de Millán. En cuanto se fueron, don Álvaro le preguntó
11     16|         sólo cuando ambos extremos fueron cediendo, la naturaleza
12     16|            la anterior enfermedad, fueron menos violentos. Por fin,
13     17|           mano de la muerte. Tales fueron las bodas de doña Beatriz
14     19|         forasteros, sus criados se fueron extendiendo en corro alrededor
15     20|         valen tanto como él. Estas fueron las primeras palabras que
16     21|    aprestos y fortalezas, y tantos fueron entonces los ruegos y encarecimientos,
17     22|        quizá el deseo de venganza, fueron móviles bastantes poderosos
18     22|           de acero bruñido también fueron las grevas, peto, espaldar
19     22|           ardían en el altar mayor fueron dirigiéndose a la puerta
20     24|          su padre con dulzura: -No fueron los peores de mi vida los
21     24|       alguna razón, porque siempre fueron prendas que resaltaron en
22     25|     llegaban hasta las Médulas, se fueron retirando sucesivamente
23     25|           de los montes vecinos se fueron coronando de montañeses
24     26|         Los momentos que siguieron fueron de aquellos zozobrosos llenos
25     26|     dejando a pie a sus dueños que fueron los primeros que cayeron
26     26|           adonde poco a poco se le fueron allegando los dispersos.
27     27|           de don Alonso Ossorio, y fueron a engrosar sus diezmadas
28     29|        verdadera aflicción con que fueron pronunciadas estas palabras,
29     30|         sentía, y que por mi parte fueron y son de todas veras sinceros.
30     30|            bailía de Ponferrada se fueron juntando todos los templarios
31     31|           templarios españoles, no fueron poderosas a calmar los recelos
32     32|           don Rodrigo Yáñez. Vanas fueron las prevenciones con que
33     32|            excepción. Infructuosos fueron, por lo tanto, los esfuerzos
34     32|            voz de la esperanza, no fueron poderosas a determinarle
35     35|    primeras palabras que pronunció fueron: -¡Aire!, ¡aire!, ¡yo me
36     37|        pronósticos de doña Beatriz fueron cumpliéndose muy aprisa
37     38| reflexiones que enseguida les hizo fueron bien diferentes de las que
38     38|          de la puerta principal se fueron juntando todos, y aunque
39     38|           tantas y tan concertadas fueron las razones que dio, que
40   Conc|            parte de los caballeros fueron destinados a monasterios
41   Conc|      gentes que vinieron aquel año fueron muchísimas, pero entre ellas
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