Cap.

 1      1|       prendas, y sobre todo en la voluntad de nuestra joven señora
 2      1|           Yo no le tengo tan mala voluntad -contestó Mendo -, y si
 3      3|        valor y a la energía de la voluntad; así es que don Álvaro no
 4      3|           el destierro! Hágase la voluntad de Dios, pero cualquiera
 5      5|      verla ceder de continuo a su voluntad; pero el carácter de la
 6      5|      entonces. -Si tal es vuestra voluntad, yo la ahogaré al pie de
 7      7|           que tiene en su mano la voluntad de todos y escudriña con
 8      8|        sumisión de las hijas a la voluntad de los padres, que el conde
 9      9|      tendríamos que hacer nuestra voluntad y no la suya, me he puesto
10     10|          como animada de una sola voluntad en demanda del Santo Sepulcro.
11     11| abatimiento -, hágase entonces la voluntad de Dios y la suya. Don Álvaro
12     13|          resolvió no violentar su voluntad siguiendo en esto los impulsos
13     15|           estimáis, pues, la fina voluntad que de asistiros y serviros
14     16|          a don Álvaro mientras su voluntad había caminado de acuerdo
15     16|        acabó de ladearla hacia la voluntad manifiesta de su esposo.
16     17|        voz muy serena y entera su voluntad de tomar el velo de las
17     17|          cimientos de su enérgica voluntad. Poco trabajo, de consiguiente,
18     17|           me abre sus puertas? Tu voluntad es libre, libre como la
19     17|        Así será, porque tal es la voluntad de mis padres, en un tono
20     17|        Qué dudáis, padre mío?, mi voluntad es invariable, y sólo nos
21     19|         haré yo por grangearme la voluntad de un caballero tan cumplido
22     20|        entibiaba de todo punto la voluntad; pero de todos modos, nadie
23     20|           a su prisionero la mala voluntad y encono que en toda España
24     21|          desdicha, que no mi mala voluntad. Cuando se acabe este sitio,
25     22|         el agravio y la fuerza de voluntad sobre todo que triunfa de
26     23|          reposo -, yo ya no tengo voluntad, sino la del maestre, mi
27     23|           no menos aferrado en su voluntad; disputa que dirimió el
28     24|    aquella ocasión, desnudo ya de voluntad propia, como lo estaba de
29     25|        requería, le granjeaban la voluntad de la gente de guerra. Su
30     29|         las lágrimas -, hágase su voluntad y mírenos con ojos de misericordia,
31     30|            pero lo que es a buena voluntad no nos gana ningún rey,
32     32|         que aquejaba vivamente su voluntad, y eran los amaños y arterías
33     32|    artificios ponía espuelas a su voluntad, ya muy decidida de suyo.
34     32|           me ofrecieron con buena voluntad; pero ¿guardé una siquiera,
35     32|      verdad, tan presa dejaron mi voluntad con ellas estos buenos caballeros,
36     33|        con algo de ojeriza y mala voluntad, le recibió con impaciencia
37     34|          subido precio la sincera voluntad que la dictaba, porque nadie
38     38|           me postro delante de la voluntad suprema. Ya lo veis, señor,
39   Conc|           así por no ir contra la voluntad expresa del difunto, que
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