Cap.

 1      2|               su madre, santa señora cuya vida había sido un vivo
 2      2|          celos y de envidia, pero de cuya alianza no permitía apartarse
 3      2|         principio de aquellos amores cuya espléndida aurora debía
 4      4|             la bandera del Temple, a cuya sombra llegaban a Jerusalén
 5      4|             era una orden extranjera cuya cabeza residía en lejanos
 6      4|            la cual corría el Cúa, y, cuya cumbre remataba, no en punta,
 7      5|      despierta la injusticia fuerzas cuya existencia se ignoraba,
 8      6|            delante del monasterio, a cuya portería salió la abadesa,
 9      7|      alumbrado por una sola lámpara, cuya llama débil y oscilante
10      7|             volváis contra el cielo, cuya autoridad ejerce mi padre,
11      8|            duda por amar a un hombre cuya vida se consagrará por entero
12     11|             volvamos a doña Beatriz, cuya situación era sin duda la
13     11|            ilustre condesa de Lemus, cuya vida colme el cielo de prosperidad.
14     14| impensadamente sobre el real enemigo cuya mayor parte estaba descuidado,
15     15|             por su pobre escudero de cuya fidelidad estaba él bien
16     17|          velar el cadáver de aquella cuya grandeza y riquezas cabían
17     18|      encontró la esposa de un hombre cuya perversidad y vileza todavía
18     21|         malhadado fin de aquel amor, cuya índole, a un tiempo pura
19     22|             se hacían al crucifijo y cuya significación no era otra
20     22|              capilla del castillo, a cuya puerta se pararon un momento
21     22|          silenciosos. Don Álvaro, en cuya imaginación ardiente y exaltada
22     23|             le dijo al entrar -, con cuya vista presumo que os alegraréis. -
23     24|            aquel corazón de ángel, y cuya imagen probablemente estaba
24     24|              su ofensa. El conde, de cuya memoria no se apartaba aquel
25     29|        nuestros ojos una persona, en cuya suerte tomarán nuestros
26     30|             no podía salir del país, cuya custodia le estaba encomendada
27     32|            sacerdotes y seglares, de cuya confrontación debía deducirse
28     33|             en pie para escucharle y cuya forma esbelta y agraciada
29     34|             por lo mismo sinceras, a cuya sombra pudieran intentar
30     38|       esplendor a casi todo el lago, cuya transparente llanura, reflejando
31   Conc|             los demás personajes, en cuya suerte tal vez no faltarán
32   Conc|          Genadio, obispo de Astorga, cuya es la iglesia que aún en
33   Conc|        Nuestra Señora de la Aguiana, cuya función se celebraba el
34   Conc|           lejana. Era una familia en cuya vista se recreaba el ánimo
35   Conc|              con Martina y Millán en cuya casa pasaba los últimos
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