Cap.

 1      2|        ponerlo a vuestros pies. ¡Oh Beatriz, Beatriz!, ¡cuando
 2      2|         contra el mismo cielo! -¡Oh, Dios mío! -murmuró doña
 3      3|       única y verdadera patria. ¡Oh Jerusalén, Jerusalén!, ciudad
 4      4|     corazón benigno y paternal. ¡Oh dolor! -añadió levantando
 5      4|         y, los ojos al cielo -. ¡Oh vanidad de las grandezas
 6      7|         con una desobediencia. -¡Oh, Beatriz! -contestó don
 7      8|       toda la pompa necesaria. -¡Oh, señor!, ¡pensadlo bien!, ¡
 8     11|         le dijo con voz ronca: -¡Oh!, ¡no así, no así, don Álvaro! ¡
 9     11|       desconsuelo y exclamando: -Oh, padre mío, libradme de
10     11|    maldición misma de mi padre. ¡Oh, don Álvaro!, ¿por qué queréis
11     13|       una voz ronca y ahogada: -¡Oh, Dios mío; no a ella, no
12     13|        paran los ojos de todos. ¡Oh, Señor! ¡Oh, señor, misericordia!~ ~
13     13|      ojos de todos. ¡Oh, Señor! ¡Oh, señor, misericordia!~ ~
14     18| interrumpida por los sollozos: -¡Oh, sí!, ¡es verdad! ¡Hubiéramos
15     18|      llegaréis antes que ellos. ¡Oh, Dios mío!, ¿para esto lo
16     18|        muchos y vienen armados? ¡Oh, no os sonriáis desdeñosamente!; ¡
17     19|        puedo apartar de ellos. -¡Oh!, sí -replicó doña Beatriz -,
18     19|          Todo lo vais a saber. -¡Oh!, ¡no, padre mío!, ¡dejadme
19     19|      para siempre porque jamás, ¡oh!, ¡jamás volveremos a encontrarnos! -
20     29|    felicidad cuando dijo:~ ~ ~ ~¡Oh honor!, fiero basilisco,~ ~
21     29|        caridad y de templanza. -¡Oh, desgraciado, infeliz de
22     30|         y trayéndole hacia sí. -¡Oh, noble Saldaña! -exclamó
23     32|         ruindad de los Castros! ¡Oh, pobres paisanos y compañeros
24     33| reconvención continua para mí. -¡Oh, padre mío! -respondió la
25     35|        salid, noble don Álvaro! ¡Oh, Dios mío, gracias mil,
26     36|        la muerte y la deshonra? ¡Oh, Dios mío!, ¿por qué mi
27     36|         el siguiente pasaje:~ ~ ¡Oh, cielo santo!, ¡está absuelto
28     36|         una lluvia bienhechora? ¡Oh, Dios mío, Dios mío!, ¡para
29     37|          instante de mi muerte, ¡oh, entonces el ángel bueno
30     37|   desastre se cumpliría al fin? ¡Oh, hija mía, alegría de mi
31     37|  envolvedme en vuestro manto... ¡Oh, Dios mío!, ¡de nada sirve,
32     38|       nunca apartarnos de vos? -¡Oh, hija de mi dolor! -exclamó
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