Cap.

 1      5|    noble reina doña María el lugar de Monforte en Galicia,
 2      6|      que el recogimiento del lugar, el ejemplo vivo de obediencia
 3      6|    en su familia y aún en el lugar, y como todos adoraban a
 4      8|     María la dádiva del rico lugar de Monforte con todos sus
 5      9|      un poco de tiempo en su lugar, y lo demás corre de mi
 6      9|    daba algún remedio. ¡Buen lugar tenía él de pararse! ¿Pero
 7      9|     las hubiese menester. El lugar a donde se dirigían era
 8      9|     rodeando las huertas del lugar, y saltando la cerca de
 9      9|   día puedo dejar otra en su lugar y quedarme con ella para
10     12|      encerrar en Tordehumos, lugar fuerte. Repartió su gente
11     14| desafiarle desde Tordehumos, lugar más acomodado a la defensa.
12     14|    paredes de un aposento en lugar de los lienzos y colgaduras
13     18| irónica -, que no es este el lugar y mucho menos la ocasión
14     19|  apartarlo a viva fuerza del lugar del combate. Doña Beatriz
15     19|     que no estáis en vuestro lugar rogando por vuestro amante,
16     22|     casa. ¿Que ha quedado en lugar suyo y de su dueño?, ¡unas
17     25|     ya dejamos dicho en otro lugar, no podía ser más aventajada.
18     25|    reparos y dificultades en lugar de agradecerme la preferencia
19     26| aguardaba, así es que dieron lugar a los mas atrevidos a acercarse
20     28|      de sus filas, porque en lugar de verla coronada con sus
21     28|     derecha, y divididos del lugar de la pelea por el despeñadero
22     31|    suerte se fallaba, ningún lugar había más acomodado a la
23     32|      todo casi siempre había lugar de enmendar con la debida
24     32| maldecido, que vendía por un lugar más su fe de caballero y
25     33|      va -añadió señalando el lugar de la orilla por donde el
26     36|      en su busca, pero en su lugar entró el abad de Carracedo.
27     36|   veces? Don Álvaro calló en lugar de responder, y no alzó
28     36|   que, según dijimos en otro lugar, venía a servir de epígrafe
29     36|      paraíso había de ser el lugar de mi descanso, pocos eran
30     38|      se acostumbran, pero en lugar de hablarles del amor que